Tuvimos que ir en dos autos este año. Usualmente todos íbamos en la parte trasera del auto del papá de Lee. Solía sentarme en el medio, entre Noah y Lee y el baúl a punto de reventar con equipaje para cinco personas para dos semanas. Pero dado a que Noah y su padre estaban volando a Massachusset, necesitaban el auto para llevarlo al aeropuerto. La madre de Lee se quedaría todo el tiempo con nosotros dos. Ella insistió en que no había necesidad de cortar las vacaciones solo por que habría tres de nosotros por un par de días. Así que ahora, en vez de intentar meter mi maleta en el baúl y yo entrar al auto antes que Lee, él estaba temblando en el asiento delantero de su Mustang preocupado irracionalmente porque “el mar dañaría su pintura”. “Eso es algo raro de que preocuparse” le dije. “¡Podría ocurrir!.” Él había insistido. Pero los dos sabemos que mi viejo auto, el Ford Escort que mi padre me regaló para mi cumpleaños probablemente no sobreviviría a las dos horas y cuarenta minutos. Incluso papá me había dicho que era mejor llevar el auto de Lee porque era más confiable. Sin embargo, no me malinterpreten, amaba mi auto. ( También amaba decir “mi auto.” ) El viaje no pareció ser tan largo, al menos no para mí. En realidad pasó bastante rápido, ya que estábamos cantando junto a la radio a todo pulmón y bromeando todo el tiempo. Bueno eso, o Lee estaba acelerando. Llegamos después de los otros. Pero no podrían estar ahí por mucho tiempo. Matthew, el padre de Lee, solo estaba cerrando el baúl y el auto. Nos lanzó una sonrisa y saludó. “¿Las carreteras están bien?” Baje del auto y puse mi enorme bolso en mi hombro. “Si.” Lee todavía estaba sentado dentro, limpiando su desorden de envoltorios de barras de caramelos y las pocas botellas de bebidas vacías. Estaba tan desordenado pero demasiado orgulloso de su auto como para dejar toda la basura ahí como lo harían
otros. ( Como Dixon. Una vez que todos fuimos al cine, y tuve que ponerme prácticamente a la altura de las rodillas por las envolturas antiguas de McDonald’s manchadas con aceite y viejas cajas de CD.) Abrí el baúl e intenté agarrarme bien de mi maleta. Empecé a arrastrarla, y me pregunté qué diablos había empacado para dos semanas que la hacía tan pesada. Tal vez debería ser el Champú que otorga volumen detrás de todo. Lee siempre tenía razón. “¿Necesitas prestado un poco de músculo?” Solté mi maleta con un resoplido y se deslizó dentro del auto. Giré mi cabeza para ver por encima de mi hombro, con el cabello cayéndome en la cara, para ver a Noah, sexy y guapo como siempre, levantando un ceja oscura hacia mi con una mirada de satisfacción en su rostro. “Lo tengo” le dije tercamente. Cerré mi dedos sobre el mango de mi maleta, moviéndola hasta el borde del baúl otra vez. Solo sabía que Noah tenía esa sonrisa en su cara en ese momento. Me preguntaba si había una posibilidad de sacar mi maleta de arañar la pintura del auto de Lee. ¿Importa si lo hace? Solo échale la culpa al aire del mar. Sacudí mi cabeza y mi broma interna. “Eres tan terca Elle” dijo Noah, pero había algo en la forma que lo dijo que hacía que ese sonido obstinado fuera bueno. “¿Segura que no necesitas una mano?” Fuera lo que fuera, incluso cosas tontas como ver la televisión, odiaba ceder ante Noah y dejar que ganara. Siempre habíamos discutido. Más aún en los últimos meses, cuando estábamos juntos. Pero no había forma de que pudiera sacar la maleta yo sola. Y Lee todavía estaba recogiendo basura. Bueno, si fuera a ceder... “¡Bien! ¡Es todo tuya, Superman!” No pude resistirme a decir eso, justo antes de que empezáramos a salir, lo había encontrado vistiendo bóxer de Superman. Y el realmente había estado avergonzado por eso. Noah Flynn, el rudo de la escuela, el idiota que siempre discutía, el adicto a la violencia... Vistiendo bóxer de Superman.
Odiaba donde quiera que lo mencionara. Pero burlarse de él a veces era irresistible. Lo vi apretar los dientes ante mi comentario de Superman mientras entraba a la casa, casi tropezando con la alfombra de bienvenida en el porche de camino hacia dentro. Podía escuchar a Lee reír y tuve la sensación de que deliberadamente se había quedado en el auto, así que tendría que dejar que Noah llevara mi maleta. Había una cocina-comedor que no era demasiado espaciosa, pero cumplía con su propósito. Las dos habitaciones estaban dividas solo por una pared de la altura de la cintura con un gran espacio para servir como una pared de extremo. Las paredes allí eran de un amarillo suave. Recuerdo que eran molestamente brillantes cuando yo era más joven. Había una pequeña habitación en la cocina con una lavadora y segadora para el servicio de lavandería. La casa de la playa solo tenía tres habitaciones: Una de June y Matthew, una para Noah y otra para Lee y para mí. Pudo haber tenido más sentido para los niños compartir ahora que todos éramos mayores, pero Lee y yo siempre habíamos compartido habitación cuando éramos más jóvenes y tampoco nos importaba compartir ahora. Delante, había un viejo porche con un barco igual de viejo y chirriante. La madera era áspera, descolorida. La valla blanca de dos pies alto que rodeaba el borde del porche y las vigas que iban desde el suelo hasta el techo con el dosel estaban un poco apolilladas y la pintura se estaba pelando. Había una puerta en el salón que conducía afuera. Teníamos una piscina, no tan grande como la de la casa de Lee, pero de tamaño decente. Había una mesa de madera en la que normalmente comíamos a menos que lloviera. El mobiliario de la casa de playa era un tanto disparejo y desgastado por su edad, totalmente opuesto a la casa de Lee, había sugerido de improvisto. Nos encantaba exactamente como era: Un poco viejo, vívido, desgastado, y hogareño. En mi opinión, era perfecta y siempre lo sería. “Solo voy a correr y conseguir algo de comida” anuncio June, saliendo de la cocinacomedor mientras caminaba por el pasillo. No creo que siquiera comenzara a desempacar antes de ir a Wal-Mart a buscar comida. Pero supongo que con tres hombres en la casa, la comida era lo primero de la lista “¿Quieres que te acompañe?” me ofrecí. “No, no, está bien. Quédate aquí y desempaca.” “¿Estas segura?” ella asintió. “Supongo que está bien. Me tomara unos tres días
desempacar... “ June se rio. “También empaqué demasiado. Ni siquiera le pidas a Matthew que comience con cuánto empaque este año... ¡Nunca hubiéramos entrado en el único auto!” Yo también reí, y ella me dio una sonrisa maternal que siempre usaba. Luego dijo algo que me tomó totalmente desprevenida, porque totalmente inesperado. “Mírate, Elle, de repente pareces tan grande.” “¿Por qué? ¿Por qué tuve que usar una cremallera especial que hace que mi maleta se expanda?” “No” ella se rio. “No sé, no puedo precisarlo... parece que has crecido tanto últimamente ¡Escúchame! ¡Continúa así! ¡Me iré de aquí antes de ver si hay más fotos de bebés por ahí! ¡Oh, y diles a los chicos que vamos a comer bisquec para la cena!” “¡Lo haré!” Llame de vuelta. Salí de la sala y volví al pasillo hacia los dormitorios. Lee y yo teníamos nuestros dormitorios al lado de Noah, separados por un baño en el medio que todos compartíamos. Los padres de Lee tenían su pequeño baño cerca de su habitación. Una garganta sonó, haciéndome sobresaltar. “Tu maleta está en tu habitación.” “Bien gracias.” “¿Qué?” dijo Noah, haciéndome parar antes de que pudiera irme “¿No recibo propina?” Me reí, como para decirle. Ninguna posibilidad, y él tomó mi muñeca, pasando delante de mí en el marco de la puerta para fijarme ahí. “Soy un botones maravilloso y lo sabes” dijo, con su voz tan seria en su expresión. Reprimí una carcajada, pero una sonrisa se extendió por mi rostro. “Te lo dices a ti mismo. Pero gracias por traer mi maleta... — agregue. Sin embargo, en lugar de dejarme ir, Noah me atrajo para un dulce y suave beso. Y sus dedos bajaron a mis muñecas para entrelazar nuestros dedos.
Una garganta sonó y ambos saltamos. Volví la cabeza para poner los ojos en blanco a Lee, iba a hacer un comentario sobre como lo había interrumpido cada vez que besaba a Rachel, pero los ojos no de movieron nunca y las palabras golpearon mi garganta. “¿Puedo pasar?” dijo su papá. Noah dio un paso atrás y me tiró del marco de la puerta para dejar pasar a su padre. Estaba tan mortificada por un momento que todo lo que podía hacer era morderme la lengua y tomar nota mental de nunca, nunca más, besarme en una puerta. Salí de mis pensamientos cuando sentí un leve tirón en mi cola de caballo. Noah se río entre dientes. “Voy a desempacar“ Logré salir, todavía espantosamente avergonzada. “Te tomara una década” Noah comentó, siguiéndome. “¿Qué empacaste? ¿Todo el centro comercial?” “Actualmente es una cebra” dijo Lee mientras los dos entramos a nuestra habitación. Vi su maleta boca abajo y abierta sobre la raída alfombra verde, su ropa, gel para el pelo y todo lo demás que había empacado, en una montaña al azar en su cama, como si acabara de abrir la maleta allí. Como siempre. “¡Bien!” dijo Noah lentamente, luciendo confundido mientras Lee y yo compartíamos una sonrisa en el asunto de la cebra. “Lo que sea. ¿Irán a la playa pronto?” “ Probablemente.” respondimos. Lee dijo : “ Nos encontraremos ahí, supongo.” “Por supuesto.” “ Oh, tu madre dijo que vamos a comer bistec para la cena” Llamé a espaldas de Noah y él soltó un gruñido para decirme que me había escuchado. Me volví para mirar mi maleta, que Noah había dejado en la puerta. La arrastré hasta mi cama, la más cercana al baño. Ni siquiera hice un esfuerzo para levantarla y ponerla en la cama. “ Tal vez debería invertir en una una maleta con ruedas” planté. “ Esa podría ser la cosa más inteligente de has dicho hasta ahora, Elle.” “Ja ja.”
“Mira” dijo Lee “ Aquí es donde haría una broma sobre como que es una tontería, porque con esa maleta tienes una excusa para ver a mi hermano flexionar sus músculos y hablar con él, ya que estás tan enamorada de él, excepto... Bueno, que estás enamorada de él. Entonces pierde todo el efecto.” Me reí “Todavía es gracioso Lee, no te preocupes.” “Sí por eso soy un comediante extraordinario” se río. “Sin embargo, no es lo mismo.” Suspire “¿Que quieres que diga? ¿Lo siento?” “No quise decir eso Shelly.” “Lo sé “ dije, suspirando de nuevo “Es solo... Sigo esperando que no te enojes conmigo” “¿Por qué?” Por mentirte tanto sobre eso. Por escabullirme con tu hermano a tus espaldas. Por hacer que te sientas como si lo hubiera elegido a él por encima de ti. Así que me encojo de hombros, deshaciendo la cremallera de mi maleta, y dije : “Supongo que solo porque es tu hermano. No lo sé.” Estuvo en silencio por un momento. Pensé que era este tipo de silencio, donde los dos estábamos pensando en cosas pero no sabíamos lo que el otro estaba pensando. Bueno, eso dijo Lee, probablemente sabia lo que estaba pensando, pero no tenía ni idea de lo que estaba pasando por su mente durante esos pocos segundos en silencio. “¿No deberías ser la que dice que el corazón quiere lo que el corazón quiere, no importa si tu mejor amigo y el chico que amas comparten el mismo ADN?” Pude escuchar la nota de risa en su voz, verlo en su sonrisa, y le arrojé un par de shorts para molestarlo. “¿No se supone que comparten genes, y no ADN? ¿O son la misma cosa?” “No lo sé.” “Eres el chico biología aquí” le recordé riéndome. Esa era la única clase que no teníamos juntos en la escuela; Yo tomaba química mientras el tomaba biología. “¿De verdad crees que me importa? Es verano. No tengo que recordar la diferencia” Me arrojó mis pantalones cortos, riendo. Ahora date prisa, encuentra tu bikini y ve a cambiarte, ¡Quiero ir a la playa!
*** No desempaqué correctamente, opté por cambiarme para la playa y dejar las de más cosas para más tarde. Una vez que Lee abrió la ventana y dejó que el aire del mar entrara, me di cuenta de lo mucho que quería bajar a la playa y tirarme en la arena, o zambullirme en el mar. Claro, usualmente vivíamos increíble la vida en California, y las ultimas semanas en casa habían sido sol, sol, pero había algo especial en la playa. Él verano parecía mucho más luminoso cuando estábamos a solo unos minutos del mar, y siempre estaba en el suelo de la casa. Veinte minutos después, Lee y yo estábamos caminando por la arena entre los arbustos y la playa, armados con toallas, bloqueador solar y nuestros iPods. Nos detuvimos en un lugar donde la arena era fina y suave, justo antes de que se volviera más dura y húmeda cerca de la orilla. Extendí mi toalla cuidadosamente antes de dejarme caer sobre ella. Conecté los auriculares y presioné reproducir en mi iPod, luego me puse las gafas de sol rojas de plástico de cinco dólares de una estación de servicio. Todavía no podía creer que hubiera olvidado mis gafas de sol. ¡Y después de haber estado unos veinte minutos en el centro comercial el otro día tratando de elegir el par perfecto! Escuché a Lee aclararse la garganta ruidosamente, y giré la cabeza para mirarlo. Empujando sus Ray Bans hacia su cabello, arruinándolo, dijo: “Eres una chica así, a veces, Rochelle Evans.” Puso mucho énfasis en "chica" haciéndola parecer una cosa mala. Resistiendo la tentación de estallar en un ataque de risitas, levante mi ceja brevemente, y luego me miré. Miré hacia atrás a Lee, mi mandíbula caída melodramáticamente “¿Que sabes? ¡Soy una chica!” Él se riovy pateó un poco de arena sobre las piernas. “Sabes a lo que me refiero. Vamos a buscar las tablas de bodyboard ya.” “Te diré que. Ve a buscar las tablas de bodyboard, y yo me quedaré aquí tomando sol.” “Mmm déjame pensarlo… no.”
“Sí.” “Bien. Pero no me haré responsable por el cuerpo con el que termines.” Antes de que pudiera decir algo, él se había marchado, pateando arena detrás de él. Suspire, sacudí la cabeza y tome la toalla, meciéndola un poco para que fuera más cómoda. Algo golpeó mi pierna, y una voz me dijo: “Hola, perezosa” “¿No puedo tener dos minutos de paz?” espeté, sentándome y quitándome las gafas para que Noah supiera que lo estaba mirando. Él solo se rio de mí, tirando su toalla a mi lado. Me volví a poner las gafas y no pude evitarlo cuando mi mirada accidentalmente buscó los abdominales de Noah y comencé a mirarlo. Se me ocurrió lo extraño que era que en todos los años que habíamos estado viniendo aquí, nunca lo había usando como excusa para mirar a Noah. Quiero decir, creo que me estaría divirtiendo demasiado o bromeando demasiado para prestar atención a Noah. Y cuando estaba enamorada de él, cuando tenía como doce años, había pasado por una etapa en la que apenas podía hablar con él, y menos aún para ver si tenía abdominales cuando tenía trece o catorce años. Incluso cuando lo miraba directamente, me costaba creer que este tipo tuviera eightpack. Adivino que algo bueno salió de todas esas peleas en las que se metió después de todo. Me sacudí mentalmente, y miré su rostro para ver si me había sorprendido comiéndomelo con los ojos. Solo sabía que él tendría esa sonrisa sexy en su rostro que me hizo sin una razón real, y me sonrojé, pero no porque estuviera sonriendo; me estaba mirando. Empujé mis lentes, y sus ojos volvieron a mi rostro. Esta vez, fue mi turno de sonreír. Pero antes de que pudiera llegar a algún comentario coqueto y divertido, dijo con una pequeña media sonrisa. “¿Qué, no puedo apreciar lo hermosa que es mi novia?” Entonces me reí. “Solo si yo puedo apreciar lo cursi que es mi novio.”
“Aw, vamos. Te encantan las cosas cursis, eres una romántica sin esperanza.” Mi sonrisa se volvió vergonzosa. “Un poco.” Él se rio de nuevo y me ofreció la mano. La tomé, dejándolo que me levantara. Noah me tomo en sus brazos y plantó un beso en mi frente. Empecé a girar mi cabeza para poder besarlo apropiadamente cuando “Ew, piojos.” “Lee “ me quejé, girando ligeramente en los brazos de Noah. Le lancé una mirada fingida, pero mi mejor amigo me dedicó una sonrisa tan inocente, y tiro las tablas que sostenía. Lanzó una negra con un logró blanco a Noah, mantuvo una de versión azul en su mano, y luego me arrojó una rosa brillante. Traté de atraparla antes de que me golpeara en la cara, y luego vi el gran logo 'Barbie' y todas las flores y corazones rosas. “¡Lee!” “¿Qué? Te lo dije, no me haré responsable.” “Sí, sí” murmuré, pero estaba sonriendo “Vamos entonces. Vamos a empezar esta fiesta.” Lee suspiró y puso una mano sobre mi hombro, y escuché a Noah reír. “Shelly... Por favor, prométeme una cosa.” “¿Qué?” “Nunca digas eso de nuevo.”