Caracterizacion Y Evolucion De Los Personajes De La Eneida 45a63

Caracterización, evolución y significación de los personajes de la Eneida: Eneas, Turno, Dido

Lingua e Cultura Clásica Grado en Inglés, primer curso, grupo A1 Universidad de A Coruña, curso 2013/14

Cuestiones planteadas:

1.- Resume los trazos de la caracterización de Eneas en la Eneida, señalando las variaciones según sea formulada la descripción: - por el narrador - por el propio Eneas - por algún amigo, compañero o aliado - por un dios o diosa - por un guerrero enemigo - por una mujer ¿Hay coincidencia o diversidad de opiniones? ¿Puedes extraer alguna conclusión sobre este aspecto?

2.- Aplica el mismo análisis al personaje de Turno

3.- A partir de los resultados del análisis anterior, da una respuesta razonada a las siguientes cuestiones: - ¿Eneas y Turno presentan una caracterización estable o evolucionan a lo largo de la narración? - ¿Son personajes simples o complejos? ¿Coherentes o contradictorios? - ¿Cuáles son sus motivaciones principales? - Compara la pareja Eneas/Turno de la Eneida con la de Héctor/Aquiles en la Ilíada. Afinidades y diferencias - Conclusión: ¿Qué tipo de héroes representan Eneas y Turno? ¿Cual tiene un valor más ejemplar en el contexto romano?

4.- Busca información sobre las diferentes versiones de la leyenda de Dido. Resúmelas e compáralas con el tratamiento del personaje en la Eneida.

5.- ¿Qué tipo de heroína representa Dido? Indica algunos personajes semejantes o antitéticos en la tradición mitológica.

6.- El episodio de Dido en la Eneida tiene carácter trágico. ¿Cómo definirías el conflicto entre los personajes? ¿Qué responsabilidad tiene cada uno en el desenlace funesto? 2

1.- Descripciones de Eneas El narrador habla de Eneas como un héroe piadoso que debe sus victorias y su propia supervivencia a los favores que los dioses le conceden por sus muchas ofrendas y oraciones. Además, habla de su hermosura, gallardía y la nobleza de su rostro. El narrador lo describe también de cómo un hombre prudente, por ejemplo, antes de abandonar Cartago se dice que reflexionó largamente sobre la mejor manera de decírselo a la reina, y esta caracterización se contrapone totalmente al hecho de que lo que realmente quiere Eneas es escabullirse para no tener más problemas, cosa que no es prudencia sino cobardía. La visión general del narrador es la de un héroe humanizado, hijo de una diosa, sí, pero mortal, dubitativo a veces e indiferente a todo en otras. Eneas también se describe a sí mismo como piadoso, “cuya fama llega al cielo”, lo cual aunque no deja de ser cierto da impresión de cierta vanidad. Además, se escuda siempre que se presenta la ocasión en el amparo de los dioses, sobre todo de su madre, como cuando se va a alzar en armas contra Turno y va confiando únicamente en las armas divinas que le prometió Venus para la guerra. Cuando llegan a Cartago, uno de los troyanos más ancianos pide asilo a Dido y menciona a Eneas, diciendo de él que es “el más justiciero, el más piadoso el más grande de los hombres en la guerra, y el más valeroso” y asegurando que si no ha muerto él, la reina no debe preocuparse por acoger en su ciudad a los navegantes de Troya, prueba de la estima en la que le tienen sus compatriotas. Diomedes es otro aliado que le describe como leal y de espíritu noble, además de resaltar su fama por ser hombre valiente. El dios Tíber (en el Lacio) le habla como a un superviviente y Juno habla de él simplemente como el caudillo de sus enemigos. Venus, madre de Eneas, sale siempre en su defensa, por ejemplo cuando suplica a Neptuno que le ayude a llegar sano y salvo al Lacio ya que Juno odia a los troyanos y no hace más que causarles mal, y no es que mencione ni sus virtudes ni sus defectos para interceder en su favor, sino que simplemente aprovecha su papel de madre del héroe. Turno habla del piadoso Eneas pero no es un halago como en el resto de los casos, sino una crítica, ya que Turno considera que Eneas depende demasiado de los dioses en lugar de su propia fuerza y así nunca podrá vencer en la batalla. Cuando Dido le confiesa a su hermana que está enamorada de Eneas, su visión de él es de un hombre gallardo, valiente, generoso y esforzado, le parece incluso de linaje divino, sin embargo cuando Eneas se va de Cartago y Dido está a punto de suicidarse, se refiere a él como “el cruel Dardanio”. En general en la obra se habla de Eneas como un héroe más piadoso que valiente y más estratega que guerrero aguerrido, sin embargo la imagen que da éste con sus actos es de cobardía muchas veces, falsedad y la búsqueda de su propio interés, que era ser fundador de una nueva Troya en Italia, por encima de todo. En ocasiones se ve también que a pesar de su devoción por los dioses, cuando se mueve por la ira o la venganza no hay piedad que valga, como cuando Turno suplica por su vida y Eneas lo mata en venganza por haber asesinado éste a Palante. 3

2.- Descripciones de Turno La descripción de Turno que da el narrador habla de su fuerza, su habilidad para la guerra, de su velocidad en la carrera y en contraposición a Eneas, que tiende a esconderse hasta que sus hombres ya “han reconocido el terreno”, Turno es un líder, no un jefe, él va al frente de sus tropas y les infunde ánimos, y por principio se guía por la violencia. Él se compara con Eneas diciendo que no necesita a los dioses de su lado para vencer en la batalla, así que ahora que los hados se supone habían abandonado a los troyanos, éstos estaban perdidos, pues se tiene a sí mismo y a los suyos por grandes guerreros. Cuando se le pide que abandone la guerra, reta a Eneas a un combate singular por el amor de Lavinia, demostrando ser una persona razonable pero que no se rinde salvo llevado al extremo, como cuando está a punto de ser asesinado por Eneas y le pide que le perdone la vida y renuncia voluntariamente a Lavinia. Venus habla de Turno como un guerrero intrépido cuando provee de armas a Eneas, pero cuando implora a Júpiter que acabe con el asedio apela a su arrogancia, mientras Juno en cambio dice de él que es valeroso. Cuando alguna divinidad, como Juno o Alecto, intervienen del lado de Turno es por perjudicar a Eneas, no por favorecerle a él. El rey Latino le habla como a un hombre despiadado y le advierte de los desastres que sufrirá por impío y traidor; Eneas lo describe como tenaz en la guerra pero de conducta imperdonable. Amata, la madre de Lavinia, prometida de Turno, siempre ha estado a su favor, le considera la gloria que ha de venir a su familia al casarse con su única hija, y es quien consigue que abandone la guerra. La mayoría de las referencias a Turno le describen como un guerrero que valora la fuerza más que la maña, que si sigue una estrategia, como acorralar a los Teucros contra el río, es por influencia de una divinidad. Se mueve sobre todo por impulsos y se le conoce por su carácter un poco visceral y bastante violento, sin embargo por ejemplo Amata apeló a sus sentimientos, él le hizo caso y la condición que puso de luchar con Eneas fue debida a sus propios sentimientos por Lavinia, lo que humaniza un poco al antihéroe.

3.- Contraste de héroes Eneas y Turno son personajes que evolucionan a lo largo de la narración en sentidos opuestos: Eneas es piadoso, pasivo y razonable al principio y se va convirtiendo en guerrero despiadado a partir de su llegada al Lacio. Por la contra, Turno se presenta al principio como el guerrero forzudo líder de su ejército de guerreros forzudos y a medida que avanza la guerra del Lacio da muestras de humanidad, como dejar que Amata apele a sus sentimientos o pedir misericordia a Eneas cuando va a matarlo. Turno lucha por su honor y por el amor de Lavinia, la cual era su prometida hasta la llegada de Eneas al Lacio. Por su parte Eneas se mueve por el interés en alcanzar la gloria que le ha sido prometida por las profecías, va a ser el fundador de una nueva Troya y eso no 4

podrá impedirlo nadie, ni las mujeres de su tropa quemando las naves ni el amor de la reina Dido de Cartago. Tanto Eneas como Aquiles son presentados como los héroes de sus respectivas historias, y esto puede tener que ver con el hecho de que la motivación que mueve a ambos sea la misma: una profecía anuncia su futuro glorioso y ellos la persiguen. La diferencia principal entre ambos es la clase de gloria que quieren alcanzar, ya que Eneas busca el renacimiento de la estirpe troyana y Aquiles busca su propia gloria y convertirse en leyenda. Por su parte, Héctor y Turno son presentados como grandes guerreros, pero que miran respectivamente, Héctor por su familia y por el pueblo troyano y Turno por sus sentimientos hacia Lavinia. Ambos son asesinados en venganza por haber asesinado al pupilo de su antagonista, pero Héctor mata a Patroclo por error y asume las consecuencias de su equivocación; Turno en cambio mata a Palante por decisión propia y cuando está a punto de morir a manos de Eneas en combate singular por el amor de Lavinia pide que se le perdone la vida y es el haber matado a Palante lo que le gana la muerte. Eneas se presenta como el héroe que valora la razón por encima de la fuerza, y Turno se presenta como el antagonista bruto, violento y poco dado al diálogo. En el contexto romano, Eneas sería un ejemplo a seguir en el ámbito político, por ejemplo, ya que tiene un objetivo claro y se deja llevar por él, superando las trabas sentimentales que se encuentra en el camino, como el amor de una mujer o la muerte de su padre, representa la mentalidad de que el fin, si es loable, justifica los medios.

4.- Diferencias entre versiones de la leyenda de Dido. La reina Dido, conocida primeramente como Elisa de Tiro, es conocida según fuentes tanto griegas como romanas como la fundadora y primera reina de la ciudad de Cartago, actual Túnez. Era hija del rey de Tiro y tenía dos hermanos, la joven Ana y Pigmalión, que a la muerte de su padre arregló el matrimonio de Elisa con Siqueo, un sacerdote particularmente rico de Tiro, y la utilizó para averiguar donde tenía éste escondido su tesoro. Al sentirse utilizada, y ya que se llegó a enamorar de su marido, Elisa mintió a su hermano y mientras Pigmalión mataba a Siqueo y buscaba en vano su tesoro, ella (que sabía dónde está realmente escondido) lo cogió y huyó de Tiro con su hermana Ana y un pequeño séquito de fieles. Llegó a las costas de África y pidió al jefe de la tribu de los gétulos, Iarbas, hospitalidad y un trozo de tierra para instalarse con sus siervos, y éste accedió a condición de que fuera un trozo de tierra que pudiera abarcarse con una piel de toro. Entonces Elisa hizo cortar la piel en tiras muy finas para poder circunscribir un perímetro considerable, y construyó allí una fortaleza llamada Birsa, se proclamó reina de su nueva ciudad y fue entonces cuando sus súbditos le dieron el nombre de Dido. Si bien hasta aquí las fuentes parecen coincidir, salvo en detalles como nombres de los personajes, la insistencia de Pigmalión en matarla a ella además de a Siqueo o la existencia de Ana, a partir de este punto es donde unos textos difieren más de otros. La versión clásica dice que Iarbas puso tanto empeño en casarse con ella que la reina se sintió acosada y no queriendo que un rey extranjero gobernara a su pueblo, le pidió tres meses para 5

prepararse para ser una buena esposa, y cuando llegó el día acordado, montó una pira, se subió a ella y dirigiéndose a su pueblo dijo que el día de ser buena esposa había llegado y evocando a su marido Siqueo se apuñaló en el vientre. La muerte de Dido que se plantea en la Eneida de Virgilio no deja de ser parecida en lo que se refiere al sistema que sigue la reina para matarse, pero el motivo es muy diferente, ya que en este caso Dido se suicida apuñalándose en el vientre con la espada de Eneas sobre una pira con objetos personales de los griegos que acaban de dejar Cartago a hurtadillas comandados por el héroe, lo que hace a Dido sentirse traicionada y engañar a su hermana para que le ayude a montar la pira. Así que si bien en ambas versiones se presenta a la reina de Cartago como una mujer sufridora que suicida por amor, en la versión clásica se dice que lo hace por amor a su pueblo y a su difunto marido, y en la versión de Virgilio se muestra como un suicidio por despecho al verse traicionada y abandonada por Eneas, que se va en busca del destino que le ha sido vaticinado.

5.- Personajes similares o antitéticos a Dido Dido es un personaje femenino con un rol recurrente en la mitología clásica: la mujer que se enamora perdidamente del héroe, pero éste la abandona y ella se suicida. En otros mitos nos encontramos con casos muy similares, curiosamente el héroe Teseo está relacionado con varios de ellos, como el de Ariadna, que se enamora de él y le ayuda a salir del laberinto del minotauro para que después el la abandone, ella se suicide y Teseo rapte a su hermana Fedra, con la cual tiene dos hijos. Pero ésta se enamora de Hipólito, hijo de Teseo e Hipólita, y cuando él rechaza su amor, ella le acusa ante Teseo de haber intentado violarla y se suicida. De Demofonte, hijo de Fedra y Teseo, se enamora Filis, pero él está de camino a Troya y Filis le regala un cofre con el consejo de no abrirlo mientras tuviera esperanza de volver con ella, y cuando pasa el tiempo y no vuelve, ella lo maldice y se suicida. El caso contrario lo presenta mejor que nadie Penélope, esposa del héroe Odiseo, que es abandonada por su marido al ser este requerido para luchar en la guerra de Troya, pero ella le guarda fidelidad y confía en su vuelta a casa, la cual efectivamente se produce veinte años más tarde y es cuando Odiseo mata a los pretendientes que han estado acosando a su mujer durante su ausencia y consumiendo los bienes de su palacio. Estos dos roles, además de otros casos similares de amores insatisfechos, los recoge Ovidio en su Epistulae heroidum, que se compone de dieciocho cartas donde estas mujeres hablan de amor a sus amados y tres cartas en las que ellos les responden. Además de las heroínas ya mencionadas, Ovidio escribe en esta obra cartas por Deyanira, Briseida, Enone, Medea e incluso la mismísima Safo de Lesbos, entre otras.

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6.- Tragedia de Dido El carácter trágico que tiene en la Eneida el episodio de Dido nace de la importancia del sino en la obra, ya que cuando Eneas llegó a Cartago ya conocía la profecía que le anunciaba como fundador de un nuevo reino en Italia. El amor de Dido hacia Eneas fue cosa de Venus, que envió a su hijo Cupido a engañarla fingiendo ser Ascanio para clavarle sus flechas y así enamorarla para que diera asilo a Eneas y sus tropas. Después del episodio de la cueva durante la tormenta, Eneas recibe el aviso de que no debe seguir en Cartago pues su destino está marcado, y como no sabe cómo decírselo a Dido, se marcha a escondidas, con lo que ella se siente traicionada y se suicida en una pira con los objetos personales que se han dejado atrás los troyanos clavándose el puñal de Eneas. La responsabilidad de esta tragedia recae sobre las diosas Juno y Venus, que fueron las que acordaron hacer nacer el amor entre ellos, Juno intentando impedir que el glorioso futuro de Eneas llegase, y Venus procurando que Dido ayudara a su hijo. Además el detalle del engaño de Eneas al irse a hurtadillas hace que ella se sienta traicionada, pero no está claro que Dido fuera a reaccionar de manera menos violenta aunque el héroe le hubiera anunciado su partida, ya que lo que ella quería era que reinaran en Cartago juntos.

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