Serie Manada Atherton Liam Ben Corey
Toni Griffin
Sinopsis Ethan se crió en el sistema de acogida, pasando de casa en casa, sin tener una casa propia. Cuando conoce a su compañero, Corey Jones, está rebosante de alegría ante la perspectiva de finalmente conseguir lo único que quiere más que a nada. Corey ha tenido su corazón roto en el pasado y prometió no volver a ir por ese camino otra vez, fiel a las aventuras de una sola noche. Es un camino solitario para vivir...
Dedicatoria A todos mis lectores que continuamente me piden más. Espero que disfrutéis.
Capítulo 1 Ethan se sentó en su escritorio en la oficina que Ben le había asignado. Llevaba en el trabajo una semana entera. El día después de haber sido entrevistado para el puesto, Ethan había volado desde su casa a Newcastle y embalado sus cosas. Tomar la decisión de solicitar el trabajo había sido fácil. Ethan nunca pensó, ni en un millón de años, que realmente lo conseguiría. La decisión de aceptar y trasladarse cruzando la mitad del país era una de las cosas más aterradoras que jamás había tenido que hacer. Por cómo Ethan había crecido como un niño del sistema de acogida, había visto ciertas pequeñas y escalofriantes mierdas en su vida. Le había costado a Ethan un mes recoger su apartamento, cumplir con su aviso en el trabajo, y trasladarlo todo a Atherton. Ben había sido lo suficientemente agradable para pagar por sus pertenencias y guardarlas en almacén hasta que encontrara un lugar para vivir. Ethan simplemente había planeado encontrar un lugar en línea y que le enviaran sus cosas allí para que pudiera desempacar cuando llegara, pero ambos, Ben y Tommy le habían disuadido de ello. Su principal argumento había sido que realmente necesitaba inspeccionar la propiedad personalmente, si no querías quedar atrapado en un lugar que odiabas porque habías firmado el contrato de arrendamiento de manera invisible. Ethan aceptó de mala gana y durante la última semana, había estado buscando algo que estuviera dentro del alcance de su precio y que fuera adecuado a sus necesidades. No tenía una gran cantidad de cosas. Ethan había sido expulsado de la última casa de acogida el día que cumplió los dieciocho años, cuando los Murphy ya no recibirían un pago por cuidar de él.
Siempre había sabido que el día llegaría, Ethan había pasado por tantos hogares de acogida que hacía mucho tiempo que dejó de contar. Ethan había estado ahorrando como loco en los preparativos para cuando estuviera legalmente autorizado para cuidar de sí mismo. Había conseguido su primer trabajo cuando tenía sólo catorce años –trabajando en una heladería– y habían seguido muchos más desde entonces. Cada centavo que había conseguido había sido guardado para aquel fatídico día en que pudiera estar solo –sin nadie tratando de arrastrarlo de nuevo a otra casa, donde a nadie le importaba si vivía o moría. Ben había sido lo bastante amable con él y le ofreció el uso de una de sus habitaciones libres hasta que Ethan encontrara algún sitio más permanente. La sonrisa conocedora de Ben y Tommy que ambos lucían cuando discutieron esto, molestó a Ethan ligeramente. Era obvio que el par estaba ocultando algo de él, pero por su vida, que Ethan no podía pensar qué podría ser. Después de la forma en que Tommy había actuado al principio cuando se conocieron, a Ethan le había sorprendido que el hombre estuviera bien con él estando tan cerca de Ben, más de lo que tenía que hacerlo absolutamente. Tommy había estado a punto de arrancarle la garganta cuando Ethan había salido de la oficina de Ben después de su entrevista inicial. Algo había cambiado drásticamente desde entonces, pero fuera lo que fuera, Ethan se había mantenido en la oscuridad con ello. Ethan podía recordar haber mantenido algo más en la oscuridad. Le había sorprendido grandemente cuando Ben le había explicado sobre la posibilidad de que los lobos masculinos podían quedar embarazados. Si no fuera por el hecho de que Tommy era del tamaño de una maldita casa, cuando regresó a Atherton, Ethan probablemente todavía pensaría en el Panneath Alfa como si estuviera un poco loco. No había ninguna duda al respecto; Tommy estaba en estado. Esto era evidente, no sólo por el tamaño de una canasta de baloncesto del
bulto en su vientre, sino por todo lo que pasó a lo largo de su embarazo. Tommy tenía el más amplio registro tambaleante de humor que Ethan había visto en su vida. Ethan se rió al recordar un ejemplo el viernes anterior cuando había estado en la oficina de Ben discutiendo con una de las manadas del sur de Australia, cuando Tommy había entrado y empezó a quitarse la ropa. Ethan había estado demasiado conmocionado para moverse y había visto cómo Tommy se sentó en el regazo de su pareja y había comenzado a devastar al hombre. Justo cuando Ethan había conseguido que sus sentidos regresaran y se puso de pie para marcharse, Tommy había estallado en llanto y comenzó a golpear débilmente el pecho de Ben. Ben trató de calmar a su emocional compañero y Ethan echó a correr, queriendo salir de allí tan rápido como fuera posible. Ethan sabía, viendo al compañero del Alfa, que esto no era exactamente ideal, pero le dio a Ethan una gran cantidad de información sobre cómo era una relación basada en el amor y la amistad. Nunca había tenido nada ni remotamente cerca de lo que la pareja del Alfa tenía, pero ¡Dios!, Ethan lo quería desesperadamente. No sabía si quería niños, los pies hinchados, los cambios de humor y los condenadamente extraños antojos en todo momento del día o de la noche, pero ¿el amor de un hombre que estuviera junto a él, sin importar lo que pasara? Él quería eso. Ahora sólo tenía que encontrar a su compañero, y las posibilidades de que sucediera, aquí en Atherton, probablemente no fueran tan altas. Ethan sólo tenía veinticuatro años, pero después de toda una vida sin nadie que lo amara, Ethan estaba listo para más. Imaginó que si se quedaba por aquí durante un par de años trabajando para Ben entonces podría seguir adelante y comenzar su búsqueda del hombre destinado a ser suyo, y, con su compañero, era de esperar que finalmente, conseguiría la casa que nunca había tenido durante su crecimiento.
Un golpe en la puerta de su oficina trajo a Ethan de nuevo al presente y lo que se suponía que debía estar haciendo. —Adelante —gritó. Tommy abrió la puerta y dio un par de pasos en la habitación. Se puso de pie con las dos manos protectoramente sosteniendo su estómago, como si esperara que algo malo sucediera a su bebé en cualquier minuto. Tommy miró su reloj y luego fijamente a Ethan. —Son las seis un lunes por la noche. ¿Por qué diablos estás todavía trabajando? Ethan miró el reloj en la pantalla del ordenador y, por supuesto, la maldita cosa brilló marcando seis cero uno p.m. Volvió a mirar a Tommy y le sonrió tímidamente. —Perdí la noción del tiempo por el trabajo que estaba haciendo; ni siquiera me di cuenta de lo tarde que era. —Bueno, es hora de parar. Esta noche es noche de póquer y es nuestro turno de ser anfitriones, lo que significa que necesitas salir de esta oficina y asearte un poco antes de que todo el mundo empiece a llegar. Ben tendrá que presentarte a algunos de sus compañeros —. Ese brillo conocedor estaba de vuelta en los ojos de Tommy de nuevo. —¿Qué es lo que no me estás diciendo? —preguntó, mirando al compañero del Alfa. —No sé de lo que estás hablando —respondió Tommy con un bufido y se volvió para irse. Ethan no se perdió la enorme sonrisa que se desató en la cara del chico, sin embargo. —Será mejor que te muevas. No quisiera llegar tarde ni nada. — Tommy se rió como si hubiera dicho algo divertido e hizo aspavientos, – bueno, al menos eso es lo que Ethan asumió que el hombre había estado
tratando de lograr– desde la habitación y dejó a Ethan mirando a una puerta que había quedado vacía. Sacudiendo la cabeza ante el comportamiento de Tommy, Ethan volvió a su ordenador. En silencio, se preguntó si el hombre siempre fue así o si era el embarazo lo que lo causaba. Ethan guardó los archivos en los que estaba trabajando y entonces cerró el equipo. Arregló todo en el escritorio preparándolo para volver mañana por la mañana y luego cerró la puerta de la oficina detrás de él y se dirigió a su habitación. Mientras caminaba a través del pasillo, oyó el timbre de la puerta y juró en voz baja. Lo último que quería hacer era llegar tarde. Ben y Tommy le habían explicado sobre sus noches de póquer, y había sido invitado a ir en la de la semana pasada, que se había celebrado en una de las casas de los amigos de Ben. Viendo cómo Ethan simplemente había llegado tarde la noche anterior, después de varios días largos de conducción, y después de iniciar el nuevo trabajo al día siguiente, se excusó, diciendo que todo lo que quería hacer era derrumbarse en la cama y dormir durante una semana. Ahora sin embargo, no tenía ninguna excusa y tanto Ben como Tommy le esperaban abajo. A decir verdad, Ethan estaba un poco a la espera de conocer personas nuevas. Había conocido a varios a lo largo de la semana pasada cuando de la manada salían para reunirse con Ben por diferentes temas. Él también había hablado con un gran número por teléfono, pero siempre era bueno poner una cara al nombre. Al parecer los chicos de abajo eran los amigos cercanos de Ben. Ethan conocería al resto de la manada en el próximo grupo de tertulia, que estaba previsto en un par de semanas –en la noche de luna llena. Acababa de perderse la última. Ethan tenía ganas de correr con la manada. Había tenido un par de pequeños paseos en solitario desde que había estado allí, pero no había
mejor sensación para Ethan que correr con la manada. Sintiéndose un poco sucio después de estar atrapado en su oficina la mayor parte del día, Ethan decidió tomar una ducha rápida y limpiarse. Se quitó la ropa, la tiró en la cesta en la esquina de su habitación, y entró en el baño adjunto. El cuarto de baño no era enorme, lo suficiente espacioso para una ducha de tamaño decente, inodoro y lavabo. Las paredes eran de un color verde claro y los grandes azulejos rectangulares una sombra agradable de color crema. Lo que a Ethan realmente le gustaba de la ducha era la forma en que el cabezal de ducha descendía desde el techo en lugar de estar unido a la pared. Dio un paso bajo la ducha y dejó que el agua fluyera sobre su cabeza y por su cuerpo. Ethan se quedó allí durante varios minutos, sólo dejando que el agua lo limpiara de su día antes de que diera un paso atrás y levantara el gel de baño. Se enjabonó a sí mismo, y contempló masturbarse rápidamente, pero dudaba que tuviera tiempo. Ethan sabía que ya era tarde y no pensaba que tomarse el tiempo para hacerse una paja apresurada fuera totalmente apropiado. Ethan se enjuagó precipitadamente dando a su polla medio dura un par de meneos antes de que cerrara el grifo y pasó las manos por su cuerpo, tratando de eliminar parte del exceso de agua. Se secó y se vistió con un par de viejos vaqueros cómodos que se moldeaban perfectamente a su cuerpo por los muchos años de uso. Ethan escogió una de sus camisas favoritas y se la puso. Era negra y suave con el uso; el lema “Shhhhh, nadie sabe que soy gay” estaba escrito en color blanco en la parte delantera. Ethan no se molestó con los zapatos, ya que estaba en el interior y no tenía planes de irse. Se pasó los dedos por su pelo rubio rojizo, tratando de conseguir algún tipo de orden. Finalmente listo, Ethan salió de su habitación y comenzó a bajar hacia el salón. A mitad de la escalera, los olores más asombrosos flotaron
hasta él. Se detuvo cuando la voz más sexy que había oído alguna vez, sin excepción, vagaba por la casa. —¿Ha estado cocinando Declan otra vez? Porque si lo ha hecho entonces yo quiero algo de eso. —Preguntó la voz masculina. Ethan podía escuchar tanto a Ben como a Tommy reír, junto con otra persona que no reconoció. Empezó a moverse de nuevo, casi como si fuera a cámara lenta. Cuando Ethan se acercó al grupo reunido en la otra habitación, su cuerpo comenzó a tomar nota. El olor era cada vez más fuerte y su polla, que había comenzado a endurecerse ante el sonido de la voz, ahora estaba tratando de salir de sus pantalones vaqueros. Incluso el lobo de Ethan estaba entrando en la acción, la maldita bestia parecía que estaba arañándole desde el interior. Sus latidos del corazón también se incrementaron hasta el punto de que Ethan estaba asustado de que pudiera tener un ataque al corazón. Cuando de repente todo hizo clic una sola vez en su mente, y Ethan supo exactamente lo que estaba sucediendo. —¿Qué es ese olor embriagador? —preguntó la voz masculina de nuevo. Ethan dobló la esquina de la habitación. —Ese sería yo —anunció, mientras daba un paso al interior. Ethan se dio cuenta brevemente de las sonrisas comemierda, tanto en la cara de Ben como en la de Tommy, junto con el par que había conocido la noche de su entrevista. Ignoró las miradas perplejas de los hombres que nunca había conocido. Su mirada se centró en el hombre que esperaba que pudiera cambiar la vida de Ethan para mejor. —¿Y quién demonios eres tú? —El hombre parecía más confuso y molesto que otra cosa. Se quedó allí de pie con los brazos cruzados sobre el pecho y parecía como si estuviera a la espera de una respuesta. Ethan sólo se detuvo y levantó la ceja. El hombre se acercaría en un minuto. Si no era así, Ethan estaba seguro de que Ben ayudaría al individuo; después
de todo, Ethan estaba bastante seguro de que tanto él como Tommy de alguna manera sabían que este chico era el compañero de Ethan. Ese es el gran misterio. Eso es de lo que se han estado riendo y que estaban escondiendo de mí. Ethan dejó que su mirada vagara sobre el hombre destinado a ser suyo. El tipo parecía ser un par de centímetros más alto que los seis pies de altura que Ethan poseía. Parecía tener alrededor de la misma edad que Ben. Los intensos ojos oscuros lo miraron y Ethan pensó que sería tan fácil perderse en ellos. Tenía una nariz sólida, boca perfecta y un rostro bien afeitado, simplemente de la forma en que a Ethan le gustaban los hombres. Sus ojos vagaron por el cuerpo del otro hombre y Ethan notó un tatuaje en la parte posterior del antebrazo izquierdo. También notó el bulto que actualmente lucía en sus vaqueros negros. Se preguntó distraídamente si eso era una consecuencia debida a él o si el hombre caminaba siempre alrededor lo suficientemente duro para golpear clavos. La lectura de Ethan se vio interrumpida cuando el chico respiró profundamente y comenzó a sacudir la cabeza. Ben se rió y palmeó al chico en el hombro. —Felicidades, Corey. Corey. El nombre de su compañero era Corey. Encajaba con el tipo. Ethan sonrió mientras daba un paso hacia adelante. Corey dio un paso atrás; el hombre de repente parecía un ciervo encandilado por los faros. —¿En serio vas a hacer que te persiga, Corey? —preguntó Ethan, un toque de diversión entrelazando sus palabras. Corey negó con la cabeza rápidamente. —Lo siento mucho, pero yo no quiero un compañero. —Bueno, que lástima por ti, porque tienes uno. —Ethan se acercó un paso más y sonrió cuando Corey parecía estar demasiado sorprendido por sus palabras para dar un paso hacia atrás.
Ethan siguió caminando hasta que se encontró cara a cara con su pareja. Todo el mundo a su alrededor se desvaneció, Ethan no podía ya escuchar nada e incluso ver a nadie que no fuera el hombre de pie frente a él. El aliento de Corey estaba llegando en pocas y rápidas ráfagas de palabras, y Ethan extendió la mano y suavemente colocó una mano en su pecho. —Hola —le susurró. —Umm... hola —respondió Corey vacilante. Ethan no iba a perder más tiempo. Alzó la mano, agarró a Corey por el dorso de la mano y tiró de él ligeramente hacia abajo hasta que sus labios se unieron en un beso que envió ondas de choque a través de su cuerpo. Corey se quedó inmóvil bajo su tacto, pero abrió los labios cuando Ethan siguió adelante. Corey le acercó más y de repente sus lenguas luchaban por el poder mientras se exploraban entre sí con las bocas. Ethan gruñó, lo que por desgracia pareció ser el catalizador que sacó a Corey de la neblina inducida por la lujuria donde el hombre debía haber estado. Corey se retiró y con cuidado, pero con fuerza, se desenredó de la presión de Ethan. El hombre dio un paso atrás y miró a Ethan de nuevo con lo que sólo podría describirse como tristeza. —Lo siento —dijo mientras se volvió y salió de la habitación. Ethan se quedó de pie allí, aturdido, cuando escuchó la puerta de la casa abrirse y cerrarse. —¿Qué demonios? —dijo Ethan sin dirigirse a nadie en particular. No podía creer que su compañero le hubiera abandonado. Ésto no estaba acabado –no era poco probable– decidió. Ethan había esperado demasiado tiempo para finalmente tener la oportunidad de ser amado, y no había condenada manera de que fuera a dejar que se le escapara de los dedos, sólo porque el hombre destinado a ser suyo no parecía que lo quisiera. Se volvió a la habitación para ver cada ojo mirándole, algunos con simpatía y otros con tristeza. Ethan se encogió de hombros a todos
ellos. Tendría a su hombre, si era lo último que hacía. —Entonces, ¿a qué vamos a jugar? —preguntó, mientras caminaba alrededor de la mesa para tomar asiento en una silla vacía. El silencio se prolongó durante unos cuantos segundos antes de que todo el mundo pareciera hablar a la vez. La noche era agradable, aunque Ethan sólo prestó la mitad de atención a lo que sucedía a su alrededor. Disfrutó mucho con Samuel, Kieran, y Bradley, y también ver a Liam y a su compañero, Declan, otra vez. La comida fue deliciosa, la compañía estupenda, y el juego agradable, pero la mente de Ethan se desvió a menudo hacia el hombre que había caminado por la puerta después del más asombroso beso de su vida.
Capítulo 2 Corey paseó a la sala de estar. ¿Qué diablos había pasado esta noche? Había ido a casa de Ben esperando que fuera su habitual póquer de lunes por la noche, con la esperanza de comer un poco de deliciosa comida y hablar de alguna mierda con sus amigos. En lugar de ello, su mundo se había vuelto del revés. No podía tener a un compañero. Corey no quería uno. Había estado en este camino antes y había jurado nunca viajar de nuevo. En su lugar, Corey se contentaba con citas de una noche y rápidos ligues. Viviendo en una pequeña ciudad como Atherton, esto era difícil. Pero ya que viajaba a Cairns a menudo por su trabajo, Corey felizmente se contentó con la actividad en estas visitas. Corey se tocó los labios cuando recordó la sacudida de electricidad que le había atravesado cuando su pareja lo había besado. Corey asumió que su compañero era Ethan Davies, nuevo asistente personal de Ben. Corey había estado en Cairns la mayor parte de la semana pasada, sin embargo, así que tenía que conocer a la persona. También había estado jodiendo desde el principio con un flujo constante de hombres, mientras había estado allí. ¡Joder! El lobo de Corey gruñó en su interior con el pensamiento de lo que estaba haciendo mientras su compañero estaba tan cerca. Corey gruñó de nuevo. No quería un compañero, había jurado no volver a amar a nadie nunca más, no después del desastre de la primera y única vez que Corey se había enamorado de alguien. El teléfono de Corey sonó, sorprendiéndole de su paseo de un lado a otro. Miró el reloj de la pared y se sorprendió al ver que ya era casi medianoche. Corey sacó su móvil del bolsillo y miró a la pantalla. Gimió cuando vio a la lectura. Corey realmente no quería hablar con
su Alfa en este momento, pero sabía que si no respondía después de los acontecimientos anteriores, estaría metido en un buen lío cuando Ben finalmente pusiera sus manos sobre él. A regañadientes Corey pasó el pulgar por la pantalla y respondió a la llamada. —Vendrás aquí mañana a las diez de la mañana para una reunión. —Corey rodó los ojos. Su Alfa necesitaba quedarse jodidamente fuera de sus asuntos. —Ben… —Ningún, si, pero, o tal vez, Corey. A las diez, mañana por la mañana. —Está bien. —Suspiró Corey con resignación—. No vas a hacerme cambiar de opinión, sin embargo, no quiero un compañero. Lo sabes. —Ya veremos. —Ben se rió entre dientes ligeramente—. A las diez. No llegues tarde. —El teléfono se cortó en la oreja y Corey empujó la maldita cosa en el bolsillo. ¿Por qué coño no podía hacer retroceder al Alfa de su asunto? Corey sabía por qué, pero no le hizo muy feliz. Supuso que si ahora le esperaba una reunión, debería dormir un poco. Corey todavía tenía trabajo que hacer, aunque su Alfa le tuviera saltando a través de aros. Corey apagó todas las luces y se aseguró de que su casa estuviera cerrada antes de caminar por el pasillo y entrar en su dormitorio. Se acercó y tocó la lámpara al lado de su cama y la luz suave iluminó la zona. Corey miró a su alrededor, preguntándose si le gustaría compartir su espacio con otro, entonces se reprendió a sí mismo incluso por contemplarlo. Había jurado años antes que nunca debía ir por ese camino de nuevo. Es cierto que Corey, en realidad, nunca pensó que encontraría a su compañero, pero aún así no creía que fuera capaz de abrir su corazón a
otro. Corey se quitó la ropa y la arrojó en dirección de la cesta de lavado. No le importaba en este preciso momento si realmente la metía dentro o se quedaba corto, su mente estaba demasiado ocupada con otros pensamientos. Se duchó como si estuviera en piloto automático y se metió en la cama desnudo. Corey siseó cuando las sábanas hicieron o con su todavía dura polla. Había pasado de esa manera más o menos desde que entró en la casa de Ben y olió la más maravillosa fragancia de su vida. El aroma dulce y embriagador había causado que su estómago se retorciera, su piel se erizara, y su polla se moviera con ímpetu. No fue hasta que Ethan se quedó mirándolo con una ceja levantada y una encantadora sonrisa en su rostro que Corey se dio cuenta qué era lo que había olido. Los malditos hoyuelos casi le bastaron en ese mismo momento. ¿Cuán justo sería que Corey probara y se deshiciera de este hombre cuando tenía malditos hoyuelos que hicieron que toda su cara se iluminara? Así que ese recuerdo del hombre más joven le tenía alargando la mano a su polla. Tan asustado como Corey había estado, había sido hipnotizado por Ethan cuando el chico caminó hacia él. Ethan tenía el más hermoso cabello rubio rojizo que Corey había visto en su vida. Sus dedos le picaban por alcanzar y tocar –para averiguar si era realmente tan suave como le había parecido. Luego Corey había quedado atrapado en la intensa mirada de un par de impresionantes ojos verdes jade imperial y por un momento, había estado perdido. Esa fue la única razón que podría ocurrírsele para explicar el porqué había dejado que Ethan lo besara. La polla de Corey tembló de nuevo ante el sabor recordado y la sensación de su compañero. Lentamente acarició su eje, repitiendo ese beso una y otra vez. Si era todo lo que alguna vez iba tener de su compañero, entonces quería asegurarse de recordarlo todo. Corey pasó el pulgar por la acampanada cabeza de su pene y capturó las gotas de líquido preseminal que escaparon. Frotó suavemente el líquido en su eje y luego aumentó la presión y comenzó a acariciar desde la base directo a la
cabeza. El gemido salió espontáneamente de sus labios y sus caderas saltaron por placer que corría por su cuerpo. Corey cerró sus ojos. Casi podía sentir los labios de Ethan presionar contra los suyos propios, sus lenguas en duelo entre sí. Luego recordó ese pequeño gemido que Ethan había hecho y fue sólo lo suficiente para volverle loco. Corey gritó cuando su orgasmo atravesó su cuerpo. Pintó su pecho, estómago, y la mano con su semilla y en el momento en que la mano de Corey cayó inerte al lado de él, su polla finalmente empezó a ir abajo, estaba respirando con dificultad por el esfuerzo. Saciado, lentamente se limpió a sí mismo y luego se giró para apagar la luz. Cerró los ojos, pero el sueño tardó un largo tiempo en llegar esa noche.
A las nueve y cuarenta y cinco de la mañana, al día siguiente, Corey de mala gana guardó su trabajo y bloqueó su computadora. Recogió las llaves de su coche y cerró la casa cuando se marchó. Decir que no estaba ilusionado con esta reunión sería una subestimación. Corey sabía que su amigo y Alfa sólo estaba tratando de ayudar, pero en realidad, deseaba que el el hombre sólo mantuviera la nariz fuera de sus asuntos. Sin embargo, conociendo al hombre como lo hacía, sabía que no iba a suceder. Ben hizo de su misión hacer que cada miembro de su manada estuviera feliz, y Corey siempre había irado ese rasgo del hombre, hasta ahora. El coche pasó más rápido de lo que le hubiera gustado y antes de darse cuenta, se acercaba a una parada frente a la casa del Alfa. Corey aparcó su coche y se bajó. Pasó la mano por el pelo mientras se preparó para entrar. Corey se acercó a la puerta, llamó dos veces, y entró. Ser uno de los
Beta de Ben, y también un amigo personal cercano, le permitía algunas indulgencias. Donde otros tenían que esperar para ser itidos, Corey podía entrar directamente –no es que esto fuera una buena cosa hoy. Al segundo que Corey abrió la puerta y entró en el interior, fue golpeado con el aroma de su compañero. Su pene se endureció y su lobo se acomodó para tomar nota. Corey los ignoró a ambos, y cerró la puerta tras él. Deambuló por la casa, preguntándose dónde estaban ambos, Tommy y Ethan. De pie frente a la oficina de Ben, Corey volvió a llamar para anunciar su presencia y luego entró. Dos pasos y Corey se detuvo en seco. Sentado detrás del escritorio estaba Tommy, no Ben. —Lo siento, Tommy. No quise interrumpir. Estoy aquí para una reunión con Ben —dijo. —No estás interrumpiendo —dijo Tommy cuando miró abajo en su reloj. —De hecho, llegas a tiempo. Toma asiento. —Tommy lo miró y sonrió, entonces se movió hacia las sillas delante del escritorio grande. —¡Joder! —Juró Corey. Repasó mentalmente la conversación que había tenido anoche otra vez en su mente y se dio cuenta de que ni una sola vez, Ben dijo que la reunión iba a ser con él. Si pensó que Ben iba a ser malo, Tommy era más que probable que fuera a ser peor. Con el estado actual del compañero del Alfa, ¿quién sabía lo que iba a pasar? Por mucho que Corey quisiera darse la vuelta y caminar por la puerta, no podía desobedecer al compañero del Alfa más de lo que podía al Alfa. De mala gana, Corey avanzó hacia adelante, olvidándose de la puerta y se sentó en la silla indicada. Tommy se sentó allí y se quedó mirandolo mientras se sentaba de nuevo pareciendo condenadamente relajado en el gran sillón de cuero de Ben, su manos descansando ligeramente contra su severamente distendido estómago.
—Así que, ¿qué puedo hacer por ti esta mañana? —preguntó Corey, fingiendo ignorancia. Valió la pena intentarlo, pensó. Tommy le sonrió irónicamente. —Sabes por qué estás aquí—. Corey simplemente asintió con la cabeza una vez, negándose a decir nada. Se sentaron en silencio durante lo que pareció una eternidad. Finalmente, Corey se cansó de esperar y se levantó. —Bueno, fue un placer hablar contigo. Dile a Ben que le veré en el próximo juego de póquer. —Corey se volvió y se dirigió hacia la puerta. —Siéntate, —dijo Tommy, su voz tranquila, pero aún logrando comunicar toda la autoridad de su posición. Corey se detuvo a media zancada, pero no se volvió, y no se sentó. —No vas a querer joderla conmigo en esto, Corey. Corey se volvió y miró a Tommy. El hombre le lanzó una mirada fulminante. —Realmente no estoy de humor para cualquier chorrada. Este engendro de Satanás que llevo —Tommy hizo un gesto en dirección de su estómago— ha estado jugando al fútbol con mis malditas costillas toda la mañana mientras se sienta en mi vejiga. Estoy cansado, estoy gordo, estoy hormonal, y francamente, estoy jodido durante este embarazo. Tommy hizo una pausa por un momento antes de continuar. —Ben no me toma con la intensidad que solía porque tiene miedo de hacer daño al cachorro y ahora, a causa de ti, tengo a un hombre desacoplado, con su maldito perfecto cuerpo y esos hoyuelos que Dios maldiga, pasando la mayor parte de su día con mi compañero mientras yo me pongo más gordo, hinchado, y de mal humor. ¿Qué hombre en su sano juicio no se vería tentado a recurrir a otro en esas circunstancias? Corey no podría haber detenido el gruñido que arrancó de él si lo hubiera intentado. ¡Nadie iba a tocar a Ethan! Corey se detuvo en ese pensamiento. En realidad no podía detener al hombre por encontrar
compañía en otra persona si Corey le negaba. —Ben nunca tocaría a otro hombre, no importa de qué mal humor y en qué perra te conviertas. —¿Perra... perra? —La voz de Tommy parecía subir un par de octavas y Corey se estremeció ante su elección de palabras. —¿Quién demonios ha dicho nada acerca de perra? ¿Quieres perra? ¡Con mucho gusto te mostraré la perra! —Eso no es lo que quise decir. —Corey trató desesperadamente de dar marcha atrás. Tommy simplemente se sentó allí ahora, mirándolo. —Sabes que Ben te ama profundamente. Nunca haría nada para poner en peligro eso. —Corey intentó de nuevo calmar las plumas erizadas de Tommy. Tommy se relajó un poco y Corey suspiró. —Sé eso. Pero eso no detiene a los pensamientos de que surjan cuando estoy con este aspecto. —Tommy hizo un gesto a su enorme vientre de nuevo. —Tommy, te ves hermoso y sé que es un hecho que Ben lo cree también. Ese hombre está tan enamorado de ti que no puede esperar para formar una familia. No tienes nada de que preocuparte. —Sí, lo hago, —declaró Tommy enfáticamente y Corey simplemente sabía adónde iba—. Te tengo a ti, y ahora Ethan tiene que preocuparse también. —Estoy bien, —Corey trató de decir, pero Tommy hizo un gesto para rechazar sus palabras. —Tú definitivamente no estás bien. Conociste a tu compañero anoche y te fuiste –en realidad, prácticamente saliste corriendo– por la puerta, arrastrando una disculpa poco convincente detrás de ti. —Mi disculpa no era débil—dijo Corey indignado. —La mayor parte sin duda lo era. ¿Quién en su sano juicio
encuentra a su pareja, disfruta de un poderoso beso como los dos compartisteis, y luego se disculpa, dice que no quiere un compañero, y se aleja? Quiero saber por qué, y lo quiero saber ahora. —No es asunto tuyo. —Corey se cruzó de brazos sobre el pecho y miró abajo a Tommy. —Si afecta a mi casa y a mi manada, entonces es condenadamente mi asunto. Empieza a hablar, Corey. No tengo todo el día. Este bebé va a hacer que tenga que orinar muy pronto y preferiría que esta discusión hubiera terminado para entonces. —Yo prefiero que esta discusión se acabe ahora —murmuró Corey. —Bueno, no siempre consigues lo que quieres. Yo, por otro lado, tengo una historia completamente diferente. —Corey fulminó con la mirada a Tommy. Por mucho que le gustara el hombre, Corey nunca había visto este lado de él y estaba empezando a preguntarse si le gustaba o no. —Mira. —Suspiró Tommy mientras se sentaba—. Sabes lo que pasé, en qué mal estado me encontraba cuando conocí a Ben. Yo no estaba preparado para encontrarme con mi compañero cuando lo hice. Pero el destino interviene de manera misteriosa. Ben no me dejó ni me presionó para que hiciera algo para lo que yo no estaba preparado. Retrocedió y era exactamente lo que necesitaba, mientras que tuve que lidiar con lo que me había pasado. —Tommy respiró hondo antes de que siguiera adelante de nuevo—. Si algo te ha pasado en tu pasado, estamos aquí si necesitas o deseas ayuda. Simplemente no des la espalda a tu compañero, Corey. Lamentarás esa decisión para el resto de tu vida. Corey estaba un poco aturdido y luego sacudió la cabeza. —No se trata de nada de eso, Tommy. Sólo es una promesa que me hice a mi mismo hace mucho tiempo. —¿Cuál fue la promesa? ¿Y por qué la hiciste? —preguntó Tommy seriamente.
Corey suspiró con resignación. Sabía que Tommy no se daría por vencido hasta que tuviera las respuestas a todas sus preguntas. Corey se dejó caer en la silla en la que estaba sentado y se quedó mirando sin ver hacia el techo cuando empezó a hablar. —Me prometí hace mucho tiempo que nunca me enamoraría otra vez. —Hizo una pausa y esperó por lo inevitable. —¿Otra vez? —Sí, otra vez. —Corey se detuvo cuando los pensamientos y los recuerdos de una época anterior lo asaltaron—. El pulso latiendo, el corazón acelerado, el hormigueo en la piel, mariposas en el estómago, el dolor de estar con él, el amor. He estado allí, he hecho eso. Nunca quiero volver a hacerlo. Es por eso que no puedo estar con Ethan, porque si lo hago, entonces es muy probable que vaya a caer perdidamente enamorado de él. —¿Y qué hay de malo en eso? —No hay nada malo en ello. Es lo que viene después con lo que tengo el problema. —¿Qué viene después? Amor eterno, devoción… ¿alguien con quien compartir tu vida? ¿Formar una familia? En serio, Corey, no veo por qué tendrías tal problema. —Tommy parecía poderosamente confundido. —No. Es la angustia, la devastación, el apenas ser capaz de moverte porque sientes cómo un pedazo de ti ha muerto. Es el no querer seguir con la vida con lo que tengo el problema. Tommy silbó muy bajo. —Quienquiera que demonios fuera, realmente te jodió a base de bien, ¿no? —Sí, lo hizo, y fue mi profesor de universidad, William Knowles. — Corey no había dicho o pensado en ese nombre durante años, pero ahora simplemente estaba hablando de todo con Tommy y trajo de vuelta el dolor que sintió cuando se enteró de que todo lo que William le había
dicho había sido una mentira. Había estado en su tercer y último año en la Universidad de Griffith en Goald Coast, obteniendo su licenciatura en Grado de Tecnología de la Información, con énfasis en desarrollo de software. Corey había tenido afinidad con todas los artilugios de la computadora desde una fecha tan lejana como podía recordar. Corey todavía podía rememorar el horror y la devastación que había sentido cuando se había ido para sorprender a William una noche, sólo para encontrarlo dentro de su apartamento con otro estudiante de su clase. Habían estado uno encima del otro. Corey se quedó allí durante mucho tiempo, mirando a donde habían desaparecido detrás de la puerta cerrada, sin poder moverse. Más tarde había descubierto que no era solo otro estudiante tampoco. William Knowles había estado tratando de dormir desde el principio con todos los hombres solteros homosexuales en casi todas las clase que enseñaba. Corey se había derrumbado por esta noticia y casi fracasó no sólo en la clase de William, sino también en las otras tres que había estado recibiendo ese semestre también. Finalmente había sido capaz de rehacerse lo suficiente como para asistir a clase y completar su educación, pero nunca puso un pie en el aula de William Knowles de nuevo. En lugar de ello, había presentado el resto de su trabajo como estudiante externo. Una vez que hubo terminado todos los créditos del curso, Corey se marchó y volvió a su casa en Atherton. Ni siquiera permaneció durante su graduación. En cambio, su título le fue enviado por correo. Era genial en su trabajo, pero Corey era incluso mejor hacker, y una vez que se había unido a la manada de Ben, el Alfa les había dado a las habilidades de Corey un buen uso. Corey se había jurado a sí mismo después de eso, que nunca dejaría que otro hombre tuviera esa clase de poder sobre él. No quería amar a nadie tanto que le destrozara cuando se alejaran. Así que se había contentado con una sola noche desde entonces. ¿Y qué si se sentía muy solitario a veces? Al menos no tendría que sentirse de esa manera de
nuevo. Abrió los ojos, sin saber que incluso los había cerrado, y miró a Tommy, que estaba sentado allí, pareciendo como si no tuviera idea de quién era Corey incluso. —Umm... Solo te dije todo eso en voz alta, ¿verdad? —preguntó, con la esperanza de que se hubiera equivocado. —Ah, sí, y sólo puedo decir que tu profesor parece un verdadero pieza. Cualquier persona que se las arreglara para ganar tu amor debe considerarse a sí mismo una persona muy afortunada. —Gracias, —susurró Corey, no estaba seguro exactamente de cómo se sentía por haberse desahogado con Tommy. Corey se levantó para irse. Tommy había conseguido lo que quería, y ahora Corey se sentía un poco al descubierto y necesitaba algo de tiempo para sí mismo, para pensar. Se dirigió hacia la puerta y llegó a mitad de camino cuando Tommy le detuvo de nuevo. —Corey, una cosa más antes de que te vayas. Se detuvo, pero no se volvió. —Por lo que has dicho, has sido herido gravemente, y puedo entender eso. No estoy de ninguna manera disminuyendo o minimizando el dolor que pasaste cuando eras más joven. Pero si te marchas de aquí sabiendo una cosa, que sea ésta. Las parejas son para siempre. Dale a Ethan una oportunidad. Nunca te haría daño así. Corey cerró los ojos y respiró profundamente. —Tanto como tú podrías quererlo, Tommy, no puedes garantizar eso. Con esas palabras de despedida, Corey salió de la oficina y se dirigió a casa. Oyó una puerta cerrarse suavemente detrás de él en algún sitio, pero la ignoró en su intento por libertad. Corey necesitaba pensar y hacer
eso, necesitaba sentarse frente a su computadora y perderse en algún código. Eso siempre le calmaba y le aclaraba la mente. Con un plan en su lugar, Corey se dirigió a casa.
Capítulo 3 Ethan cerró la puerta de su oficina y tomó asiento en la mesa. Sabía que no era exactamente legítimo por su parte escuchar a escondidas la conversación entre Tommy y Corey pero Ethan necesitaba saber lo jodido que estaba en lo que respecta a su compañero. Por lo que había visto y oído, Ethan tenía esperanza. Ahora sabía que Corey había sido herido profundamente la única vez que se había enamorado. ¿Le gustaba a Ethan el hecho de que su compañero había amado a alguien antes que él? ¡Por supuesto que no! Pero no había nada que Ethan pudiera hacer para cambiar el pasado. Todo lo que podía hacer era mirar hacia el futuro, y eso era exactamente lo que pensaba hacer. Ethan sabía que no sería fácil llegar hasta Corey para acordar salir con él, pero Ethan era tenaz y Corey era su compañero. Contaba con que este hecho le ayudara a agotar al obstinado Beta. Con suerte Corey no sería capaz de resistirse a sus encantos mucho tiempo. Decidido a conseguir a su compañero de una u otra manera, Ethan se levantó y se fue en busca de Tommy. Después de mirar en la oficina del Alfa y encontrarla vacía, Ethan se dirigió a la cocina. Lo más probable era que Tommy estuviera comiendo. Efectivamente, Ethan entró justo cuando Tommy estaba dando los toques finales a un sándwich de mantequilla de maní, miel y plátano. Ethan arrugó la nariz ante el pensamiento de comer eso. Tommy lo miró y se rió de su expresión. —No lo critiques hasta que lo pruebes. Este cachorro sin duda amplia mis horizontes en lo que respecta a la alimentación. —Ethan se limitó a observar cómo Tommy terminó de hacer el sándwich y luego lo recogió y le dio un bocado. —Gracias, pero creo que viviré. —Tú te lo pierdes. —Tommy se encogió de hombros y se limpió una
mano mientras siguió comiendo. —¿Cuánto tiempo queda hasta la fecha del nacimiento? —Preguntó Ethan, curioso. —Está prevista para dentro de otras cuatro semanas, pero quién sabe. —Asintió Ethan—. ¿Supongo que has oído mi conversación con Corey? —preguntó Tommy, cambiando el tema. Para un pesado hombre embarazado comiendo un sándwich raro de narices, Tommy seguro que tenía ese aire de confianza de sabelotodo. —Sí, —estuvo de acuerdo. No tenía sentido mentir, sobre todo porque necesitaba respuestas a sus preguntas sobre Corey. —¿Qué vas a hacer al respecto? —Tommy tomó otro bocado de su sándwich, pero sus ojos no se apartaron de Ethan. —Tengo la intención de reclamar a mi compañero, —dijo Ethan, con mucha más confianza de la que entonces sintió. —Bueno. —Necesito saber un par de cosas primero esperando que me puedas ayudar.
con las que estoy
—Ah, y ¿qué son? —preguntó Tommy. —Para empezar, necesito saber dónde vive mi compañero y cuál es su número de teléfono. No puedo muy bien reclamar al hombre si no lo encuentro. —No, no me imagino que puedas. —Tommy llegó al bolsillo con la mano libre y sacó su teléfono. Buscó un momento antes de mirar a Ethan. —¿Estás listo? —preguntó. Ethan buscó en su propio teléfono y después de un momento, tenía un o nuevo para añadir en la lista. —Listo.
Tommy farfulló el número de teléfono, seguido de una dirección. Ethan la metió y se aseguró de guardar todo. —Es posible que desees darle un poco de tiempo hoy para recomponerse antes de ar con él—indicó Tommy, cuando terminó su bocadillo y abrió la nevera, en busca de algo para comer o beber. —Había planeado hacerlo. —Oh, y otra cosa, el próximo lunes, el póquer se celebrará en casa de Corey. —Ethan sonrió al oír eso. —¿Crees que voy a conseguir una invitación? —preguntó en broma. —Lo dudo, no de Corey por lo menos, pero puedes venir como invitado mío y de Ben, si quieres. —Tommy movió las cejas a Ethan antes de volverse de nuevo a los contenidos de la nevera. —Sería un honor —Ethan se echó a reír—. Gracias por la información. Espero poder empezar a utilizarla para el lunes. —Buena suerte. Ethan dejó a Tommy justo cuando el hombre empezó a sacar contenedores chinos sobrantes y los puso en el mostrador. Ethan regresó a su oficina, puso su teléfono en la mesa y se puso a trabajar. Ya había tomado el tiempo suficiente esta mañana y se sentía un poco culpable. Ethan había sido contratado para hacer un trabajo, después de todo, e incluso sin Ben actualmente en la oficina, Ethan todavía tenía mucho que hacer. Su teléfono resultó ser una gran distracción, ya que Ethan se encontró mirando la maldita cosa cada pocos minutos. Llegó al punto de tener que ponerlo fuera de la vista con la esperanza de trabajar un poco. Su compañero estaba constantemente en sus pensamientos sin embargo, no importa dónde estuviera el teléfono de Ethan. Sin embargo, finalmente llegó a conseguir unas buenas horas seguidas de trabajo
terminado. Había estado en o con varias manadas de Australia, según la petición de Ben. Él quería una actualización de todas las manadas de todo el país y también quería empezar a hacer cumplir las leyes contra la discriminación en todas las manadas. Ethan sabía que lo que Ben quería no iba a ser fácil. Seguro había un montón de Alfas por ahí fuera que eran mayores, atrapados en sus maneras, y también en sus creencias. Ethan sabía que no todas las manadas tenían problemas, pero había suficientes por ahí que los tenían. Esperaba que con el tiempo, las cosas se pusieran mejor. Ethan miró su reloj y se dio cuenta de que iba a ser la una. Su estómago rugió con necesidad de alimentos. Ethan miró el cajón donde había escondido su teléfono y se preguntó si debería darle una oportunidad. Se encogió de hombros, pensando que no había mejor momento que el presente. Ethan tomó su teléfono y abrió su aplicación de mensajes. ¿Te gustaría almorzar conmigo? Lo envió. Ethan colocó el teléfono sobre la mesa y trató de volver al trabajo, mientras esperaba una respuesta. No tuvo que esperar mucho tiempo, gracias a Dios. ¿Quién eres? Oh, hombre terco. Ethan sonrió. Podía casi imaginar la mueca de labios finos de Corey cuando había escrito esa respuesta. ¿Quién crees quesoy? Ethan se rió para sí mismo. No tengo ni idea. Soy tu compañero. Ahora, ¿Te gustaría almorzar conmigo? Ethan dudaba que Corey fuera a decir que sí, pero tenía que empezar en
alguna parte. Yo no tengo compañero. A pesar de que Ethan podía entender por lo que Corey estaba pasando, no esperaba que esas palabras dolieran tanto como lo hicieron. Sabía que necesitaba ganar a Corey y convencer al hombre de que no iba a hacerle daño. Sí, lo tienes, sexy y terco dolor en el culo. Yo no soy un dolor en tu nada. No todavía de todos modos-. Ethan tenía esperanza para el futuro sin embargo. Espero que sea pronto. Me encantaría sentirte en mi culo. Ethan sabía que estaba presionando un poco, pero quería los pensamientos de Corey sobre él. Por favor, no me mandes ningún mensaje de nuevo. Ohh... Ethan sonrió con malicia. Parecía como si hubiese llegado a su compañero después de todo. Así que ¿entiendo que es un “no” para el almuerzo, entonces? Ja, ja. No podía evitarlo. Ethan esperó, pero no llegó ninguna respuesta en los cinco minutos, por lo que envió un mensaje final. Hablamos más tarde. Sabía que Corey le había pedido que no le mandara mensajes ya más, pero esperaba que esto pudiera empezar a demostrar a su pareja que Ethan tenía previsto quedarse, no importa lo que Corey dijera o hiciera. Sintiéndose optimista, a pesar de que su compañero se negó a su solicitud de almuerzo, Ethan se levantó y se metió el teléfono en el bolsillo. Fue a su habitación y cogió sus dos llaves y su billetera.
Cada almuerzo durante la semana pasada, Ethan había estado dando un paseo alrededor de Atherton para familiarizarse con la ciudad donde ahora vivía. También se encontró deteniéndose en la panadería de Declan en el camino de regreso. La pequeña tienda se había abierto no hace mucho tiempo, pero por todo lo que había visto, el lugar era muy popular. Una vez había entrado en “Pecaminosas Delicias” y encontró el lugar vacío. Al parecer, la ciudad de Atherton tenía un enormemente dulce paladar. Él sabía que él lo tenía. Ethan bajó las escaleras y se encontró con que Ben había vuelto. Estaba sentado en el sofá, apoyado en el brazo, con Tommy estirado entre las piernas. Las manos de Ben acariciaban suavemente el estómago de Tommy. Ethan no quería interrumpirlos por lo que recurrió a pasar por delante pero fue detenido por Tommy llamándole. Se dio la vuelta y se dirigió a donde estaban sentados. —¿Vas a salir? —Preguntó Tommy. —Síp, quiero tomar el almuerzo y echar otra mirada a la ciudad. Estaré de vuelta en una hora. Tommy lo miró suplicante. —¿Hay alguna posibilidad de que pases por la tienda de Declan? Ethan se rió. —Puede que se me haya pasado por la cabeza. Vio cómo Tommy palmeó a Ben y el gran y duro Alfa suspiró con resignación antes de que él mismo maniobrara para poder recuperar su billetera del bolsillo de su espalda. Ethan se dio cuenta de cómo Ben mantuvo un brazo alrededor de Tommy todo el tiempo, manteniendo al hombre cercano. Ben se acomodó abajo, metió la mano en su cartera, y sacó uno de cincuenta antes de entregárselo a Ethan.
Tommy parecía emocionado mientras observaba el dinero cambiar de manos. —¿Cualquier cosa en particular? ¿O sólo una selección al azar? Tommy comenzó a enumerar los dulces como si fuera un pase de modas. —Definitivamente éclairs. Oh, y una rebanada de caramelo. Y una barra de limón. Ah, y un pan de Kitchener. Echa un par donuts de chocolate y tal vez uno o dos de las gigantes galletas de chocolate que hace, también. Son celestiales. Ethan miró a Ben y arqueó una ceja mientras Tommy continuaba la lista de lo que estaba seguro era la totalidad del contenido de la panadería de Declan. —Lo que sea que consigas estará bien. No espero que haya cualquier cambio de ese billete, tampoco. Lo tengo. Básicamente tenía carta blanca para comprar todo lo que posiblemente pudiera con el dinero que Ben le había dado. Ethan sabía que a Ben le encantaban los dulces de Declan tanto como a Tommy pero Tommy había crecido degustando las creaciones de su hermano y sabía exactamente lo que más le gustaba, lo que Ethan estaba empezando a darse cuenta que era todo. Se metió el dinero en el bolsillo de sus vaqueros y se alejó mientras Tommy continuaba enumerando dulces. Justo cuando Ethan abrió la puerta principal, las palabras de Tommy fueron cortadas de repente y Ethan oyó un débil gemido. Se marchó rápidamente, porque no quería ser testigo de lo que estaba seguro iba a suceder.
Ethan ya había conducido alrededor de las partes principales de la
ciudad. Había recorrido la carretera principal, aparcado su coche y caminado hacia el tramo final, mirando todas las tiendas que bordeaban la carretera dividida en cuatro carriles. Hoy, sin embargo, Ethan se dirigió al metro y consiguió para él mismo un gran bocadillo y una bebida y luego siguió las señales por las calles hasta la colina de Halloran´s Hill. Ethan aparcó su coche, recogió su almuerzo, y echó una mirada alrededor. El lugar era bastante pintoresco. Había barbacoas allí arriba donde la gente podía quedar y reunirse, y utilizar las instalaciones de forma gratuita. También había juegos infantiles de tamaño decente, una gran zona de césped donde actualmente dos personas estaban lanzando una pelota con una leve inclinación y un hermoso golden retriever despegó tras el objeto. También había un centro de información establecido en la planta de arriba, junto con una torre de teléfono. Ethan se preguntó durante diez minutos antes de decidirse sobre una gran roca, de techo plano para sentarse y colocar su almuerzo a su lado. Ethan comió lentamente su bocadillo y miró por encima de la extensión de la ciudad que ahora llamaba hogar. Nunca habría pensado que trasladarse aquí cambiaría su vida tan dramáticamente. Ni una sola vez Ethan nunca esperó encontrar a su compañero. Ethan sabía que todavía tenía mucho camino por recorrer antes de que Corey fuera suyo, pero no le importaba la persecución. Después de todo, todo lo que vale la pena cuesta de tener, y, definitivamente, Corey valía la pena. Bajó la mirada a su reloj un rato más tarde y se dio cuenta de que había estado sentado aquí durante casi una hora. Sin ganas de irse, pero sabiendo que tenía que hacerlo, Ethan recogió su basura y la tiró en una de las bandejas antes de llegar de nuevo a su coche y dirigirse a la ciudad hacia "Pecaminosas Delicias". Ethan se bajó del coche y de inmediato sus sentidos fueron
inundados con los deliciosos olores del interior de la panadería. Su boca comenzó a salivar ante la idea de conseguir algunos de esas dulces golosinas. Ethan apretó el ritmo y empujó la puerta. Al entrar, de inmediato se dio cuenta de que una vez más la pequeña tienda no estaba vacía. Sus ojos se centraron en un cliente en particular. La polla de Ethan comenzó a darse cuenta que el olor de su compañero era finalmente distinguible a todos los demás olores en el interior. Ethan miró cuando tanto Declan como otro joven servían de detrás del mostrador. Había una media docena de otras personas esperando pacientemente su turno, además de Corey y Ethan. Ethan casualmente se acercó por detrás de su compañero, aunque su interior se sentía como si un motín se estuviera llevando a cabo dentro de su estómago. Observó y esperó, sin decir nada por el momento. Ethan sonrió cuando vio el momento exacto en el que Corey se dio cuenta de que él estaba allí. Todo el cuerpo del hombrese se puso rígido y Ethan escuchó al hombre inhalar profundamente. Le hubiera gustado una reacción más agradable que la rigidez de su compañero pero tomaría lo que pudiera obtener por el momento si fuera a mejorarlo para cambiar el futuro. Ethan se acercó y puso su mano sobre el hombro de Corey y luego se inclinó y le susurró al oído. —Hola, sexy. Ahora sé por qué dijiste que no te reunirías conmigo para el almuerzo. Si era sólo el postre lo que querías conmigo, podrías habérmelo dicho. Podemos trabajar hasta las comidas más grandes a la vez. —Ethan tuvo que contenerse para no inclinarse un poco más lejos y, o bien lamer o morder la oreja de Corey. Fue, sin embargo, alentado cuando Corey se estremeció bajo su toque. Ethan se alejó un poco y pasó la mano por la espalda de Corey hasta que descansó justo por encima de su culo. Por mucho que a Ethan le
hubiera gustado sentir esa excelente vista de los globos, no iba a meter mano a su compañero en medio de la panadería de Declan. Bueno, no más de lo que ya lo había hecho de todos modos. Ethan quitó la mano, luego dio un paso al lado de Corey en frente de la vitrina después de que un cliente hubiera sido servido y se fue. Ethan no se molestó en mirar los dulces. En cambio, toda su atención se mantuvo en su compañero. El obstinado hombre se quedó allí con sus puños apretados y la mandíbula bloqueada. Ethan se dio cuenta, sin embargo, de que los ojos de su pareja se mantuvieron en su dirección. Ethan sonrió internamente y luego se acercó una lentamente hasta que su pecho estaba presionado directamente contra el costado de Corey. Le susurró al oído de Corey—: Tú eres mi compañero, y serás mío. Aunque es posible que te rindas ahora y nos ahorremos las molestias, ya que tengo pensado retenerte hasta que seamos viejos y grises y ya no pueda levantarme más. —Ethan colocó un suave y tierno beso en la mejilla de Corey y luego volvió toda su atención a los dulces en las vitrinas. Mientras miraba lo que quedaba de los postres, Ethan podía sentir la mirada aburrida de Corey sobre él, pero no se dio la vuelta otra vez. El joven detrás del mostrador se acercó y sirvió a Corey, la voz profunda de su compañero se apoderó de Ethan y tuvo dificultades para contener el impulso de pedirle al hombre que se inclinara sobre la vitrina y que le jodiera abiertamente. Justo cuando estaba a punto de abrir la boca, Declan avanzó delante de él y le sonrió cálidamente. —Hey, Ethan. Ethan tomó aire para asentar su cuerpo y luego sonrió al otro lobo. —Hola, tengo en mi bolsillo un billete de cincuenta de tu hermano y su compañero y básicamente carta blanca para llevar a casa un montón de
dulces, así que ¿me lo puedes cargar? Declan se echó a reír. —Por supuesto. Ethan miró mientras Declan cogió una gran pieza se recipiente de cartón y con un apretón en ambos extremos, lo convirtió en una caja. Declan abrió la tapa, colocó un pedazo de revestimiento en la base, y comenzó acumulando los dulces. Ethan observó por el rabillo de su ojo a Corey entregar el dinero, entonces recibió su cambio. Corey se volvió para salir y Ethan juraría por todo lo que Dios quisiera que la mano de Corey se arrastró a través de su culo antes de que el hombre cruzara el pequeño espacio y saliera de la tienda. Ethan se volvió y miró por la ventana delantera cuando Corey se acercó y se metió en un Camaro de color verde oscuro y luego salió del aparcamiento como si los perros del infierno le persiguieran. Cuando se dio la vuelta, Declan estaba sonriendo con la mirada. — No le estarás dando al hombre un mal rato, ¿verdad? Ethan se echó a reír. —Ya sabes. Él sólo sintió mi culo en medio de tu tienda. —Ethan movió las cejas. Corey claramente iba a ser suyo. —Hey, nada de eso aquí. Este es un respetable lugar de trabajo. — Ethan podía oír el tono de broma en la voz de Declan. —¿Es consciente Liam de ese hecho? —preguntó con una cara seria. —Muérdete la lengua. Ese hombre puede hacer lo que quiera conmigo cuando quiera. —Declan colocó la caja grande en la parte superior de la vitrina y mostró a Ethan el contenido antes de cerrarla. Había mucho más que el valor de cincuenta dólares ahí dentro. —Ahora, conociendo a mi codicioso hermano y a ese esposo suyo, estos son probablemente todo para ellos. Así que —¿qué puedo hacer por
ti? —Los conoces tan bien... Eso no significa que no vaya a tratar de robar un par, aunque con el estado de tu hermano y la forma en que ha estado pasando por la comida últimamente, dudo que vaya a durar mucho tiempo en absoluto. —Ethan investigó el contenido en el mostrador nuevamente y luego comenzó señalando. —Dame, por favor, un par de tus pasteles de hojaldre y mousse de chocolate, dos de las tartas de cuajada de limón, y me quedo con el resto de la frambuesa y rebanadas crujientes de almendras. Eso realmente tiene un aspecto delicioso. —Gracias. Quería probar algo nuevo esta mañana y como puedes ver, parece que ha sido un éxito —dijo Declan, mientras metía en la caja el pedido de Ethan. —Bueno, si su sabor es cualquier cosa cercana a su aspecto, me va a encantar. Declan colocó ambas cajas en una bolsa de plástico para que Ethan la transportara y Ethan entregó su dinero, así como el de Ben. Con su cambio en el bolsillo, Ethan se despidió y prometió transmitir el saludo de Declan para Tommy y Ben. Una vez que estuvo sentado en su coche, Ethan no quería esperar hasta llegar a casa para probar algunos de los postres, por lo que llegó a una e hizo estallar la tapa en la caja más pequeña de dulces y sacó una de las rebanadas de frambuesa. Varios sabores estallaron en su paladar cuando tomó su primer bocado. La dulzura del azúcar glas y la mezcla del pastel de galleta, combinado con la ligera acidez de las bayas, contrastaba perfectamente con la textura crujiente de las almendras y la suavidad de la masa. La cosa era divina y si Ethan no hubiera comprado lo que quedaba, estaría de vuelta allí para hacer eso. Ethan se alejó de la tienda y se dirigió al coche hacia la casa del Alfa.
Tenía más trabajo que hacer esta tarde, y estaba muy seguro de que Tommy probablemente se estaba subiendo por las paredes por ahora queriendo saber dónde estaban sus postres. Ethan sonrió todo el camino de regreso cuando recordó el ligero toque del roce de la mano de su compañero contra su culo. Corey sería suyo. Era sólo cuestión de tiempo.
Capítulo 4 El adorado cerebro de Corey lo estaba volviendo loco. Durante la última semana, apenas había sido capaz de concentrarse en nada. Cada vez que finalmente alejaba de su mente a Ethan Davies, el molesto hombre hacía algo más para llamar su atención hacia él de nuevo. Ya se tratara de un mensaje, una llamada telefónica, una visita personal a su casa, o incluso simplemente tropezar al azar con el hombre mientras estaba por ahí. Sabía que lo había causado él solito. Si tan sólo hubiera sido capaz de mantener sus malditas manos para sí en "Pecaminosas Delicias". La tienda de Declan, sin embargo, era tan adecuada con ese nombre, Corey no había podido resistir la tentación de un solo toque. Lo había estado lamentando desde entonces, no sólo porque Ethan parecía ser el tipo de hombre que si le dabas una pulgada, tomaría una maldita milla, sino también porque Corey no podía sacarse la sensación del cuerpo de Ethan de su cabeza, y quería más. Corey había estado en desacuerdo con su lobo todo el tiempo. Su animal no entendía la reticencia de Corey a reclamar a su compañero y quería que dejara de mirarse el ombligo y siguiera adelante. Al lobo de Corey nunca le había gustado William, pero Corey ignoró a su bestia y siguió adelante y se enamoró de aquel hombre. Esa había sido la última vez que Corey no había escuchado a su animal. Hasta ahora. Tuvo que itir, sin embargo, que su compañero era una cosa tenaz. No importa cuántas veces Corey le dijera “no”, Ethan solo siguió mandándole mensajes de texto o llamándole. Corey no podía evitarlo. Leyó cada único texto que vino y escuchó los mensajes que Ethan dejó cuando Corey no respondió a las llamadas. Sí, a veces contestaba, simplemente porque Corey no podía negar el
hecho por más tiempo de que quería escuchar la voz de su compañero. Nadie había perseguido a Corey así antes –ni siquiera William. Corey odiaba itirlo, pero mirando hacia atrás en su relación, en este momento, más de una década desde el incidente, Corey pudo ver claramente cómo su tiempo con William había habido sólo interés por su parte. Si Corey hubiera escuchado a su lobo o incluso hubiera abierto sus ojos un poco, quizás podría haber sido capaz de salvarse a sí mismo del dolor que había soportado. En su lugar, se había levantado de un salto primero, había escuchado el bonito cuento que le dijo, y se creyó cada palabra que salió de la boca del hombre. ¿Por qué no debería haberlo hecho? El tipo era su profesor después de todo. Corey había estado pagando el precio desde entonces. Quería desesperadamente creer lo que Tommy le había dicho al final de su encuentro –que si Corey se abriera a la posibilidad de algo con su compañero, no iba a volver para morderle en el culo– que tal vez tuvieran la oportunidad de un 'felices para siempre'. Corey sólo sabía que si se rendía, y entregaba su corazón a Ethan y el hombre terminaba rompiéndoselo, entonces Corey no sobreviviría, no con la forma en que él ya se sentía acerca de Ethan. No podía pasar por eso dos veces. Un fuerte golpe en la puerta interrumpió los pensamientos de Corey. Miró su reloj y luego a la puerta. —Mierda. —Juró Corey, ya que había querido llamar esta tarde y cancelar el póquer. Conocía sus amigos demasiado bien y todos y cada uno de ellos se estarían preparando para inmiscuirse en su vida personal. Desafortunadamente, Corey se había distraído y olvidado por completo de ello. Tal vez si no abriera la puerta, asumirían que no estaba en casa y se irían. —Abre la maldita puerta, Corey. ¿Crees que todo estos alimentos
son ligeros? Déjame decirte que no. Su peso es de una maldita tonelada, —le gritó Declan a través de la puerta de madera antes de que su pie conectara con la parte inferior de la puerta varias veces en un nuevo intento de golpe viendo cómo, al parecer, tenía sus manos llenas. Corey suspiró y se resignó a una noche de curiosos amigos entrometidos y se acercó a abrir la puerta y dejar pasar a Declan y a Liam al interior. Realmente no había manera de que quisiera dejar pasar la oportunidad de comer más de la cocina de Declan. Corey no entendía por qué Liam no era del tamaño de una casa ahora por estar acoplado a Declan. Dio un paso atrás y agitó un brazo en dirección a la cocina. — Sabes a dónde ir. —Gracias—, dijo Declan poco después, mientras entraba en la casa y se dirigía derecho a su cocina, donde colocó abajo las bandejas y los recipientes de comida que había traído. Liam entró después de su compañero, también llevando una par de bolsas. Miró a Corey y luego sacudió la cabeza cuando chasqueó la lengua y siguió a su compañero. —¿Qué?—preguntó Corey, molesto. Liam salió, sin bolsas y llevando dos cervezas. Le dio una a Corey, quien retorció la parte superior y dio un gran trago. —Dime esto —dijo Liam y luego tomó un trago de su propia cerveza antes de continuar—. Si no hubiera estado Declan al otro lado de esa puerta con la comida, ¿habrías abierto? Corey odiaba que sus amigos realmente le conocieran tan bien. Bebió otro gran trago de cerveza antes de mirar a su compañero Beta. —Probablemente no. —Eso es exactamente lo que pensamos, también, que es por lo que se nos pidió que llegáramos primero.
—Y debido a que me hiciste quedarme de pie allí sosteniendo todo esto, no hay éclairs para ti, —gritó Declan desde la cocina. —Como en el infierno —dijo Corey, mientras caminaba hacia su amigo, pensando en dar al hombre bocazas un rapapolvo. Pondría sus manos sobre los éclairs, de una u otra forma. Brad y Samuel llegaron juntos antes de que Corey incluso llegara a la cocina –siguiéndole Kieran un momento después. —Veo que te dejó entrar—rió Brad con Liam. —Gilipollas —murmuró Corey. Sabía que todos ellos oirían dadas sus aumentadas habilidades. —No deberías estar hablando del culo de ningún gilipollas excepto el mío1—anunció Ethan, mientras caminaba alrededor de la esquina y entró. —Y, viendo que tu culo terco no ha visto el mío, sin embargo, no puedes hablar exactamentede él ahora ¿verdad? Corey se apoyó contra la pared y dejó que su cabeza golpeara sobre la superficie dura mientras cerraba los ojos. ¿Por qué? ¿Por qué todo el mundo consideraba conveniente torturarlo así? Corey abrió los ojos y escudriñó el cuarto, haciendo o visual con todos sus amigos, pero deliberadamente pasó por encima de su compañero. —Te odio. Os odio a todos —dijo. Ben entró por la puerta después que Ethan y la dio una patada y cerró detrás de él. Puso a Tommy abajo, después de haberle llevado dentro para ayudar a tratar de ocultar al lugar la gran barriga sobresaliente que la pareja del Alfa portaba. —Deja de ser un bebé y tómalo como un hombre —su compañero se burló de él. Corey gruñó bajo y amenazador. Si su compañero no 1
Esta expresión es un juego de palabras, ya que asshole, literalmente es el agujero de culo, pero se traduce como gilipollas, imbécil…etc. De ahí el doble sentido.
aprendía a cerrar la boca pronto, entonces Corey con mucho gusto la cerraría para él. Su mente evocó todas las maneras en las que podría completar esa tarea y antes de darse cuenta, estaba duro, dolorido, y tenía todo tipo de cabreo. Ethan se acercó furtivamente a su lado y se inclinó. —Realmente me gustaría saber qué era lo que acababas de pensar. El juego de las emociones en la cara y el aroma de tu excitación me tiene intrigado y caliente. Corey no podía evitar sin observar con la más absoluta fascinación cómo Ethan se frotó la ingle a través de la parte delantera de sus pantalones. La sonrisa de idiota en ambos, su compañero y todas las caras de sus amigos, hicieron que Corey quisiera golpear algo. Levantó la botella a los labios y engulló el resto del líquido. —Disculpa —murmuró Corey, mientras se volvía y se dirigió a la cocina. Si Corey iba a ser obligado a soportar esta noche, entonces iba a necesitar mucho más alcohol de lo que actualmente tenía en la casa.
Tres horas más tarde y Corey se estaba preparando para tirarse de los pelos. Ethan había estado coqueteando con él toda la noche, aprovechando todas las oportunidades posibles para tocarlo o inclinarse cerca y susurrarle. Corey estaba de los nervios, su lobo estaba tan cerca de la superficie que él vibraba ligeramente por contener a su criatura de nuevo y detenerse a sí mismo de cambiar allí en medio de su casa. Corey se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina. Necesitaba un poco de espacio, sólo durante un minuto. Abrió la puerta de la nevera y todos los frascos de vidrio y botellas rechinaron con el rudo trato recibido. Corey enganchó otra cerveza y cerró de golpe la puerta. Se volvió
y corrió justo a la única persona que estaba tratando de escapar. —Oops, lo siento. No te había visto —dijo Ethan con una sonrisa maliciosa que desmentía las palabras que acababa de soltar. Corey trató de ignorarlo y caminar por ahí, pero según avanzaba la noche, le resultaba cada vez más difícil hacer precisamente eso. Y ese maldito olor. Corey nunca iba a conseguir sacar ese olor de su casa. Sólo sabía que estaba jodido de seis maneras diferentes hasta el domingo. —¿Cuál es la prisa? —preguntó Ethan, mientras levantaba las manos y las colocó sobre el pecho de Corey. Corey cerró sus ojos y trató de dar un paso atrás, sólo que Ethan le siguió hasta que Corey estaba presionado entre el banco de la cocina y su compañero. Ethan dio un paso justo dentro de su espacio personal. Corey podía sentir el duro contorno de la polla de Ethan presionando en contra de su propia polla dolorida. —Te siento tan bien debajo de mí así. Creo que te sentiría aún mejor desnudo conmigo montando tu dura polla. —Corey contuvo el gemido que quería liberarse y la imagen mental de Ethan montándole se hizo presente en sus pensamientos y se centró en su mente. —Por favor,—susurró, incapaz de hablar más alto con la excitación que actualmente inundaba su cuerpo. —Por favor, ¿qué?—Ronroneó Ethan cuando sus manos empezaron a acariciar el pecho de Corey. —Por favor, no, Ethan. Sólo por favor, déjalo. —Ethan hizo una pausa en sus atenciones hacia él deliberadamente. —Voy a hacer un trato contigo —dijo en voz baja. Corey no quería hacer ninguna clase de trato, pero de la forma como se sentía en ese momento, haría cualquier cosa, porque no se creía capaz de controlarse a sí mismo mucho más tiempo.
—¿Cuál es el trato? —Soltó Corey a través de los apretados dientes. —Voy a parar durante la noche. Corey suspiró de alivio y empezó a relajarse cuando Ethan dio un paso atrás. —Si te comprometes a ir a una cita conmigo y me permites tiempo para demostrar que tú y yo nos pertenecemos. Corey cerró los ojos y dejó que su cabeza colgara hacia adelante. Esto era lo que había estado tratando de evitar. No podía ver ninguna otra solución sin embargo. Ya sea que estuviera de acuerdo o que se negara y Ethan continuara con sus atenciones esta noche. De alguna manera Corey dudaba altamente que fuera sólo por esta noche también, sería más que probable que Ethan mantuviera la actuación hasta que Corey estallara. —Está bien.—Suspiró con derrota—. Una cita. —Ya veremos, gran tipo —dijo Ethan, mientras palmeaba su mejilla con suavidad, antes de que se inclinara y le diera un suave beso en Los labios. Ethan no presionó o trató cualquier otra cosa más. En cambio, sonrió, dio un paso atrás, y volvió al salón y al resto de los invitados. Corey terminó la cerveza en la mano y se lo tragó todo antes de colocar la botella vacía en el banco y luego restregarse las manos por la cara con fuerza y pasar los dedos por su pelo. Sabía que era una mala idea ponerse de acuerdo para ver a Ethan, pero era eso o estallar y reclamar al hombre, porque él no tendría ningún control sobre la situación después de que su lobo a la fuerza se lo arrebatara. Corey se quedó en la cocina durante otros cinco minutos hasta que estuvo seguro de que su cuerpo estaba completamente bajo control otra vez antes de que se fuera y se uniera de nuevo al juego. El resto de la noche transcurrió sin ningún problema.
Corey había conseguido sus éclairs a pesar de las declaraciones de Declan de lo contrario. Había llegado al último al mismo tiempo que Ethan lo había hecho. Ethan le había sonreído y amablemente dejó que Corey tuviera el dulce. Corey asintió en señal de agradecimiento y luego cuidadosamente lo partió en dos, ofreciendo a Ethan la otra mitad. Había ignorado el awww proveniente de Tommy. Ethan le dio las gracias y tomó el trozo restante de pastelería. Media hora más tarde, los juegos habían terminado, la cocina y la sala de estar habían sido arregladas, y Corey dio las buenas noches a sus visitantes. Incluso con Ethan estando allí, se había convertido en una buena noche. Ben levantó a Tommy, lo abrazó, y siguió a Liam, Declan, Kieran, Brad, y Samuel fuera de la casa. Ethan estaba en la puerta, con los ojos fijos de uno en el otro. —Te llamaré en algún momento de esta semana con los detalles. Corey asintió y Ethan se volvió y corrió de camino hacia la gran SUV de Ben que esperaba en la acera para él. Corey cerró la puerta y se desplomó contra ella. Qué noche. Se movió por la casa, apagando todas las luces y comprobando doblemente la puerta antes de que Corey se acercara por el pasillo y entrara en la habitación. —Jesús —juró. El olor de Ethan había impregnado todo el camino hasta aquí. Corey gimió; nunca sería capaz de deshacerse de él. Se desnudó y se dirigió a la ducha. Corey esperó un momento a que el agua se calentara y luego dio un paso bajo el escaldado chorro. No tenía idea de cuánto tiempo se quedó parado allí, con los puños colocados contra la pared de azulejos, la cabeza baja, y simplemente dejando que el
agua fluyera sobre él. Finalmente Corey se puso de pie y se lavó él mismo antes de cerrar el grifo. Corey salió del recinto y más o menos se secó a sí mismo con la toalla grande. Colgó la toalla, encendió la luz del cuarto de baño, y caminó a través de la oscuridad al espacio hasta la cama. Retiró la sábana y se arrastró dentro. Corey se tumbó de espaldas e inmediatamente estaba rodeado por el abrumador aroma de su compañero. —¿Qué demonios? —Corey se incorporó y encendió la luz. ¿Cómo diablos podía el olor de su compañero ser tan fuerte en su dormitorio? Corey miró por encima de la cama y se dio cuenta de algo que asomaba desde debajo de la almohada. Levantó la almohada y encontró una camisa doblada y una nota. Corey gruñó y pasó la mano por el pelo en señal de frustración. Primero se acercó y recogió la camisa, la llevó a la nariz, e inhaló profundamente. La calma y la tranquilidad abrumadora que sintió cuando el aroma entró en su cuerpo, tenía a Corey respirando de nuevo. Después de un momento, cogió la nota y la leyó. Corey, Sé que has sido herido en el pasado, pero confía en mí por favor, cuando te digo que no tengo intención de alguna vez provocarte un momento de dolor. Pareces cansado. Por favor, trata de conseguir dormir un poco. Espero que mi olor ayude a calmar a tu lobo hasta que me permitas estar allí contigo. Con todo mi amor, Ethan.
PD: Estoy deseando nuestra primera cita. Corey quería estrangular al hombre y darle un beso, todo al mismo tiempo. En su lugar, colocó la nota en su mesilla, apagó la luz y volvió a acostarse de nuevo. Corey acercó la camisa y la puso sobre la almohada al lado de su cabeza. El olor de su compañero hizo exactamente lo que Ethan había esperado. Su lobo estaba en calma y Corey fue capaz de darse la vuelta y cerrar los ojos. Estaba apagado como una luz en cuestión de segundos.
Capítulo 5 Ethan apenas había sido capaz de concentrarse en nada en toda la semana. Por mucho que le hubiera gustado tener a Corey en su cita al día siguiente, había decidido esperar. Corey ya había estado lo suficientemente nervioso el lunes, y Ethan de verdad que no quería ponerle de los nervios. No le había dicho a Corey, pero mientras que Ethan había estado en el dormitorio de su compañero dejando su camisa para Corey bajo su almohada, Ethan había robado una de la cesta de ropa de Corey. La camisa estaba impregnada del olor de su compañero y Ethan había podido dormir más fácilmente el último par de días. Ethan se había quedado tocado el martes, cuando Corey le envió un mensaje cuando no lo esperaba. Era la primera vez que Corey había iniciado alguna vez o con él. El mensaje era corto y sencillo, pero significaba el mundo para Ethan. Gracias. La semana había pasado lentamente y todavía no había un día que pasara que Ethan no llamara o enviara un mensaje a su compañero. Ahora, sin embargo, en lugar de las respuestas escuetas que había recibido al principio, las respuestas que recibía eran un grado más suaves. Ethan esperaba que fuera una buena señal de que su compañero estuviera empezando a apaciguarse con la idea de estar juntos. Queriendo ser capaz de relajarse en su cita y no tener que preocuparse de llamar una noche antes de tiempo debido a que ambos tuvieran que trabajar por la mañana, Ethan había decidido esperar hasta el viernes para salir con Corey. Ethan sólo esperaba que Corey no hubiera hecho otros planes para
la noche. No había querido preguntar a Corey anteriormente, cuando realmente no quería que su compañero se estresara durante días acerca de su día por venir. ¿Estás libre esta noche? Sí. La breve respuesta no tardó en llegar de su compañero. ¿Puedo recogerte a las seis y media y llevarte a cenar? Una vez más, la respuesta de Corey fue rápida. Ethan sonrió mientras rápidamente escribió su respuesta. Te veré entonces. No era exactamente un brillante “sí”, pero Ethan tomaría lo que pudiera conseguir. Ahora sólo tenía que pasar el resto del día antes de que pudiera relajarse y pasar algún tiempo de calidad con su pareja. Ethan se escabulló a las cinco de la tarde para recoger un bonito ramo de flores para Corey antes de que la floristería cerrara. Sabía que probablemente era muy cursi dar a Corey flores en su primera cita, pero Ethan querían que todo fuera perfectamente. En el camino de regreso a la casa del Alfa, la nariz de Ethan empezó a temblar un poco y sus ojos comenzaron a aguarse. Esperaba no pillar cualquier cosa porque, contra viento y marea, Ethan iba a salir con su pareja en una cita esta noche. Ethan metió dentro las flores y las colocó en la cocina mientras iba a cambiarse. Estornudó mientras estaba caminando fuera de la habitación. Después que Ethan se hubo duchado, se sentía mucho mejor y esperaba que lo que quiera que hubiera sentido antes se alejara por el resto de la noche. Pasó algún tiempo entre su ropa antes de que Ethan se decidiera por, un aspecto informal pero agradable. Negros pantalones, zapatos y una bonita camisa azul claro. Ethan cepilló su pelo y estaba listo para
marcharse. Ethan se dirigió hasta el coche antes de recordar las flores que había dejado en la cocina. Dio marcha atrás y agarró el ramo. A su salida, vio a ambos, a Tommy y Ben en el sofá, a punto para ver una película de algún tipo. —Que te diviertas esta noche —le gritó Tommy. —Lo haré. Que disfrutéis de vuestra noche. —Oh, pienso hacerlo. —Tommy lo miró de reojo. Ethan se echó a reír y luego se marchó. Sabía que no podía ser fácil para la pareja del Alfa tenerlo a su alrededor todo el tiempo, especialmente viendo que Tommy se estaba acercando más y más a su fecha límite. Ethan esperaba que Corey fuera capaz de aceptar su apareamiento y dejarle mudarse, de lo contrario iba a tener que encontrar un apartamento para él y firmar un contrato de alquiler. Lo último que Ethan quería era estar bajo sus pies cuando el cachorro llegara. Pero por mucho que bromeara y tonteara con su compañero, no iba a obligarlo a nada para lo que realmente no estuviera preparado. Esa sensación de cosquilleo estaba de vuelta en su nariz y garganta y Ethan gimió. No necesitaba esto ahora mismo. Ethan colocó las flores suavemente sobre el asiento del pasajero y se metió adentro. Para el viaje hasta la casa de Corey no necesitó mucho tiempo, y antes de darse cuenta, Ethan había aparcado en el frente, recogió las flores, y se dirigió hacia la puerta principal. Respiró profundamente mientras trataba de calmar sus nervios cuando extendió la mano y tocó la puerta. Esa sensación en la nariz llegó a ser devoradora y sus ojos comenzaron a ponerse llorosos. La puerta frente a él se abrió y Corey estaba de pie allí, tan sexy como siempre. Ethan le tendió el ramo de flores.
—Ahh, gracias. Tengo que itir que nunca he recibido flores antes —dijo Corey, cuando las recibió. Ethan sonrió y abrió la boca para responder, pero estornudó en su lugar, justo en la cara de Corey. Por desgracia, este fue seguido por un segundo y una tercer estornudo. Ethan se limpió los ojos, tratando de aclararlos. Parpadeó rápidamente y cuando por fin pudo ver una vez más, vio a su compañero que estaba en medio con una expresión atónita en su rostro.
—Tengo que itir que nunca he recibido eso antes tampoco — dijo Corey mientras se limpiaba la mano por la cara. Ethan se sonrojó, bien avergonzado. No era exactamente el suave inicio que había imaginado para esta cita. —Uh, lo siento, creo que tal vez esté pillando algo. Corey lo miró con extrañeza durante un momento y luego movió las flores más cerca de la cara de Ethan. No pasó mucho, sino unos segundos antes de que Ethan estornudara de nuevo. —En realidad, yo diría que es más probable que seas alérgico o sensible al polen de las flores —anunció Corey—. Vamos, entra. Ethan siguió a Corey al interior, pero se quedó atrás ya que su compañero llevó las flores a la cocina. Oyó un grifo correr y no mucho después, Corey dio la vuelta a la esquina, sin las flores y frotándose con una pequeña toalla sobre su húmeda cara. —Ahh, lo siento de nuevo. No tenía ni idea de que reaccionaría así. —No te preocupes por eso. Haré una nota mental para el futuro, sin embargo –sin flores. —A Ethan casi se le detuvo la respiración mientras miraba a su compañero. Seguramente no escuchó lo que él pensaba que escuchó. ¿Podría Corey realmente estar pensando que había un futuro
entre ellos? Dios, esperaba que sí. Corey no pareció darse cuenta de lo que había dicho o el hecho de que Ethan le estaba mirando fijamente como si le hubiera crecido una segunda cabeza. —Entonces, ¿dónde vamos a cenar? —le preguntó casualmente. —¿Te gusta la comida china? He hecho las reservas en Pagoda. —Me encanta el lugar —dijo Corey, mientras se deslizaba en una chaqueta de cuero, cogió sus llaves y el teléfono, y metió las dos cosas en los bolsillos. —Me alegro. —Ethan se acercó más. Después de haber estornudado en la cara de su compañero, no había sido capaz de saludarlo correctamente. Besó a Corey ligeramente en la mejilla antes de echarse hacia atrás. —Tienes un aspecto muy sexy. Ethan miró con gran atención cómo los músculos de la mandíbula de Corey se curvaban. Quería dar al hombre más grande una escapatoria, por lo que preguntó—: ¿Estás listo para salir? —Muéstrame el camino. —Corey hizo señas con la mano para que Ethan fuera por delante de él. Esperó cuando Corey cerró la casa. Ethan abrió el coche, pero no abrió la puerta de Corey para él. Pensó que podría haber ido un poco demasiado lejos con los rituales de cortejo. El viaje hacia el restaurante se hizo en silencio. Ethan quería llegar al otro lado y tocar a su compañero desesperadamente, pero se abstuvo, ya que no estaba seguro de cómo se podría tomar la acción. Tener a Corey tan cerca de él y en un reducido espacio causó estragos en su cuerpo. La polla de Ethan estaba lo suficiente dura como para clavar clavos y la piel le picaba por ser tocada. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, pero fueron
probablemente sólo un poco más de cinco minutos, Ethan se detuvo fuera del restaurante. Salieron del vehículo y se dirigieron al interior. Ethan no podía evitarlo. Metió la mano y puso su mano en la espalda baja de Corey, mientras caminaban. Ethan habló brevemente con la dueña de la casa y fueron dirigidos a una mesa en el centro de la habitación. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que el lugar estaba medio completo ya, a pesar de que aún era temprano. La mesa estaba cubierta con un mantel rojo y negro y decorado con un pequeño cuenco y un plato, junto con los palillos, en cada lugar a un lado de la mesa, las velas parpadeaban, dando a la zona un pequeño y agradable toque íntimo. —Gracias, —dijo Ethan, mientras el camarero le entregaba un menú y luego pasó otro a Corey. —¿Puedo empezar con algo de beber? Ethan miró a Corey. —¿Quieres un poco de vino? ¿O eres un hombre de cerveza? —Definitivamente cerveza. Nunca me gustó mucho el vino. —No me importa vez en cuando, pero preferiría cerveza también. —Ethan se volvió hacia el camarero, que todavía estaba de pie a punto para tomar su orden—. Tomaré una rubia pura. Gracias. El camarero asintió y luego miró a Corey. —Que sean dos. —Sus bebidas no tardarán. —El joven hombre chino se volvió y se dirigió hacia el bar. —Entonces... —Entonces —Corey repitió de nuevo, con una ligera curva de su labio.
—¿Cómo queremos hacer esto? ¿Eres feliz con pedir varios platos y compartirlos o eres una de esas personas quisquillosas que quieren simplemente pedir para él solo y tiene que ser así? —A Ethan le encantaba la comida china, tailandesa o india –cualquier cosa que fuera capaz de escoger y elegir entre muchos diferentes platos. Le encantaban los diferentes sabores y combinaciones que se podrían hacer. Ethan siempre había sentido que compartir una comida con alguien así, era una íntima manera de comer. —Estoy más que feliz de ordenar para la mesa y compartir, aunque —Corey hizo una pausa y miró a la pequeña mesa cuadrada que les habían mostrado también— es posible que necesitemos una mesa más grande. —Arqueó sus labios en una media sonrisa y Ethan se rió. —Podríamos también pedirles que escalonaran los platos, para que no los trajeran todos a la vez. —Siendo hombres lobo, tenían un apetito mucho mayor que los normales seres humanos. —Por lo tanto, ¿Alguna cosa en particular te parece buena para ti?, —preguntó Corey, mientras estudiaba el menú, sin levantar la vista. —Oh, sí —dijo Ethan, ni una sola vez dejando de mirar al hombre frente a él. Cuando no dijo nada más, Corey levantó la vista y se dio cuenta de su evaluación. —Estaba hablando del menú, idiota. Ethan pudo haber sido disuadido por ese comentario si no hubiera escuchado la ligera inflexión en la voz de su compañero y notado la coloración muy sutil de las mejillas de Corey. —Hey, es tu culpa por no ser más específico. Me apego a mi respuesta. —Ethan miró hacia abajo al menú, sin querer causar que Corey se sintiera incómodo. Alrededor de ellos el parloteo de otros comensales continuó: el tintineo suave de los utensilios y los palillos en los platos de cerámica, y las
suaves pisadas de los camareros moviéndose a un lado y a otro sirviendo a los clientes. —¿Cualquier cosa que no puedas comer o a la que seas alérgico? Aparte de las flores, que ya descubrimos antes —preguntó Corey, mientras continuaba estudiando el menú. —No, yo más o menos como cualquier cosa, aparte de hígado, riñones y toda esa basura. Simplemente parece que no puedo soportar el que yo mismo coma todas esas cosas, excepto cuando estoy... ya sabes —. Ethan sabía que Corey entendería de lo que estaba hablando. No podía hablar exactamente sobre estar en su forma de lobo en medio de un restaurante tan concurrido. Corey asintió comprendiendo. —Yo más o menos lo mismo. Como hígado, pero sólo en paté. Si me sirvieras un plato sólo de hígado entonces no lo tocaría ni con un palo a diez pies de distancia. —Entonces, ¿cuánta hambre tenemos? —Preguntó Ethan, cuando mentalmente escogió media docena de platos que le parecían todos buenos. —Muerto de hambre. —Fantástico. ¿Quieres algo de cada sección? ¿Tal vez dos de un par? Se acomodaron para hacer algunas negociaciones serias con el menú, el ir y venir de platos les tenían a ambos sonriendo como idiotas en el momento en que habían acordado qué pedir. Habían decidido dos de res, uno de pollo, uno de cerdo, uno de pescado, y un plato de gambas, junto con uno de fideos y otro de arroz frito. Ethan cerró el menú, lo colocó sobre la mesa frente a él, y se acomodó en su silla para irar a su pareja. Un ruido detrás de él, fue seguido de un gruñido y luego el fuerte tintineo de vasos que hizo a Ethan volverse para investigar lo que estaba pasando cuando algo se estrelló en
la parte posterior de la cabeza y el líquido frío corrió por toda la longitud de la espalda. Ethan se quedó sin aliento y saltó hacia arriba, la silla cayendo al suelo detrás de él con el movimiento repentino. Podía oír y sentir crujir el cristal bajo la planta de su zapato. —¿Qué demonios? —exclamó. Corey se levantó y corrió alrededor de la mesa a su lado. —No te muevas —le ordenó, cuando agarró el brazo de Ethan para que dejara de moverse. Ethan quería volverse y ver lo que estaba pasando detrás de él. Todo el restaurante había quedado en silencio. Lo único que se oía era el rápido fuego Chino entre lo que él supuso que era un jefe hecho un basilisco con un empleado. —Tienes un vaso de vino en la parte atrás de la cabeza. Necesito asegurarme de que el cristal no te ha cortado, y sacarte cualquier pequeño trozo del pelo. —Gracias. —Ethan contuvo el estremecimiento que sintió por tener las manos de Corey sobre él. Este no era el momento. —No creo que me hiciera ningún daño. Me siento bien, sólo una pequeña área dolorida cuando impactó el cristal. —Eso es bueno, pero aún así me sentiría mejor si me dejaras echar un vistazo a fondo. —Los dedos de Corey lentamente se dirigieron a través de los mechones ahora empapados de vino de su pelo. Ethan sentía un ligero tirón cada vez que Corey le tocaba eliminando los trozos de cristal. No tuvieron que esperar mucho tiempo hasta que una señora china mayor se acercó a ellos y se disculpó profusamente por la torpeza de su nieto. Al parecer, el joven solo había estado en el trabajo durante una semana. Ethan sintió lástima por el chico y no quería meterle en más
problemas de los que ya tenía. —Por supuesto, la comida va por cuenta de la casa —les dijo en un roto inglés. Sabiendo lo mucho que iban a pedir, Ethan realmente no creía que fuera justo. —Qué tal sólo un postre o algo gratis. Estoy bien de verdad, no hay ningún daño. —¿Está seguro? —La señora parecía un poco confundida en cuanto a por qué Ethan no aceptaba su oferta de comida gratis. —Sí, está bien. Si me pudiera señalar la dirección de un cuarto de baño, puedo tratar de limpiarme un poco. —Es usted un hombre muy agradable. Por ahí. —Ella hizo un gesto para que la siguiera. Ethan miró por encima del hombro a Corey, quien estaba aún de pie detrás de él. —¿Todo bien? —preguntó. —Creo que lo saqué todo. —Gracias. Volveré en un momento. ¿Pides para nosotros? —Lo haré. Tómate tu tiempo. —Corey tranquilizadoramente y Ethan corrió detrás de la anciana.
le
sonrió
Ella marchó a la entrada al cuarto de baño y luego se alejó. Ethan abrió la puerta y entró en la pequeña habitación. Estaba agradecido por ver un secador de mano montado en la pared. Ethan se quitó la saturada camisa. El abrumador aroma de vino estaba causando que la nariz se contrajera. Colocó la camisa en la pequeña repisa y luego arrancó una media docena de piezas de papel de toalla y las mojó. No era el trabajo más fácil o la mejor limpieza que Ethan alguna vez hizo, pero era la única buena que conseguiría.
Otros clientes fluían dentro y fuera del cuarto de baño, cada uno de ellos dándole una mirada compasiva o una inclinación de cabeza. Ethan se limitó a seguir limpiando. Asomó la cabeza por debajo del grifo como pudo para enjuagar el cabello y luego enjuagó la camisa. Desafortunadamente, el vino había sido rojo y se mezcló con la camisa celeste que llevaba puesta; ahora tenía un gran remiendo púrpura de forma irregular en la parte de atrás de la prenda de vestir. Ethan se tomó unos diez minutos más o menos para lavar, enjuagar y secar todo a su satisfacción. Todavía podía oler el vino, pero la fragancia no era ni mucho menos tan abrumadora como lo era cuando había entrado. Su pelo estaba todavía un poco húmedo, pero sin producto y sin cepillos, en realidad no había mucho más que pudiera hacer. Ethan se dirigió de regreso a la mesa y se dio cuenta de que todo parecía haber sido limpiado. Todavía podía ver las manchas húmedas en la alfombra donde el camarero había caído las bebidas. Ethan se sentó una vez más en la mesa y Corey le sonrió. —¿Todo mejor? —Todavía huelo a vino, pero estoy mejor que antes. Al menos mi camisa ya no se aferra a mi espalda. —Ethan se dio cuenta de una pequeña selección de platos en la mesa, gambas tostadas, rollitos de primavera, y wantán2. Miró hacia arriba y levantó una ceja a Corey. —Cortesía de la istración —dijo Corey, cuando metió la mano y cogió un aperitivo. —Bueno, no voy a enviarlos de vuelta. —Ethan siguió el ejemplo y mordió un pedazo crujiente caliente de tostada de gambas. Le siguió a esto un largo trago de su cerveza, que le había sido llevada en algún momento, mientras que había estado en el cuarto de baño. 2
Wantán. wantón, wontón o Won ton es una masa muy fina y rellena muy común en la gastronomía de China. Es consumida cocida en sopas o frita.
Charlaban mientras comían los entrantes, lentamente comenzando a llegar a conocerse el uno al otro. —¿Tienes algún familiar cercano? —Preguntó Ethan, queriendo saber todo lo que había que saber acerca de su pareja. —Mis padres se separaron cuando yo tenía cuatro años y mi hermano era un bebé que tenía sólo seis meses de edad. Papá solo se levantó y salió de la casa una mañana. Dijo que ya no amaba a mi madre y que nunca quiso ser padre. No lo he visto desde ese día. Él no sabía que yo estaba oculto a la vuelta de la esquina, escuchando mientras hablaba con mamá. —Lo siento, —dijo Ethan sintiéndose mal de que su compañero tuviera que soportar eso a una edad tan joven. —Es lo que es. Mi madre es impresionante. Mi hermano, Daniel y yo crecimos sabiendo que fuimos amados profundamente cada día de nuestras vidas. Ella tuvo la suerte de conocer a alguien hace unos diez años. Han estado felizmente casados durante los últimos ocho años. Viven en Sydney, pero trato de ir allí dos veces al año para verlos y, por Skype, una vez cada dos semanas más o menos. —Me alegro de que seáis cercanos. ¿Qué pasa con Daniel? —Es un ingeniero en Cairns. Tiene un apartamento donde se queda durante la semana, pero viene los viernes, conduce de vuelta aquí, a su casa. Sus amigos siguen diciéndole que sólo debe mudarse, pero a Daniel le gusta este lugar, el bosque, y su manada. Podría, finalmente, hacer la mudanza, pero por el momento, es feliz viajando entre los dos, y todavía consigo ver a mi hermano la mayoría de los fines de semana. —Ethan observó la alegría que su compañero sentía hacia su familia que se vio claramente en su rostro. —Entonces, ¿qué hay de ti? —preguntó Corey, mientras hizo señas a un camarero que pasaba y pidió un par de bebidas más.
—Mis padres murieron en un accidente de coche cuando yo tenía cinco años. —Ethan se detuvo un momento, los recuerdos de ese camión dispararse a través de una luz roja y venir directamente hacia ellos seguían estando tan frescos en su mente hoy en día como lo habían estado hace tantos años—. Fuimos golpeados a un lado por un idiota que corría como un loco. Me dijeron que la única razón por la que sobreviví fue porque mi asiento elevador había estado en el lado opuesto donde el coche fue golpeado. —Jesús. ¿Tenías algún hermano o hermana? —Ethan podía ver la simpatía en los ojos de Corey. —Mamá estaba embarazada de seis meses en el momento. Tanto ella como papá habían sido hijos únicos y sus padres o eran demasiado viejos, o estaban en residencias, o ya habían muerto. —Entonces, ¿qué pasó contigo? —La preocupación retorció la voz de Corey y Ethan se sentía un poco más ligero sabiendo que a su compañero le importaba, aunque sólo fuera un poco. —Familia de acogida. Yo estaba un poco en mal estado después del accidente. No hablé durante los primeros seis meses después de que murieron. He perdido la cuenta del número de hogares en los que reboté. El más largo donde he estado fue en un lugar dos años, pero incluso eso llegó a su fin tan pronto como los Ryan averiguaron que estaban esperando un niño. —Joder. —Sí, podrías decir eso de nuevo. Pero de todos modos, fue hace mucho tiempo. Salí al segundo que cumplí dieciocho años y lo he estado haciendo muy bien en los últimos seis años. —¿Alguna de tus familias de acogida eran cambia-formas? — preguntó Corey en voz muy baja. Ethan se echó a reír. —Oh diablos no. La primera vez que sucedió, casi me cago de miedo
yo mismo. Estaba muy asustado. —Sonrió ante el recuerdo y Corey rió suavemente frente a él. —Allí estaba yo, sólo otro adolescente pasando por la misma mierda por la que todo el mundo había pasado, y luego bam. Todo mi mundo cambió en el transcurso de una tarde mientras caminaba por un callejón trasero de camino a casa desde la escuela. Me había sentido mal la mayor parte del día, pero pensé que sólo estaba pillando un resfriado. La carrera desnudo a casa después de haber logrado volver a cambiar fue tan aterradora, puedo jurarlo. Estoy bastante seguro de que asusté a la señora Winters, de ochenta años de edad, una mujer que vivía al final de nuestra calle. —Corey se rió fuertemente con esto y Ethan sonrió. —No tenía ni idea de nada de ese mundo. No fue hasta que me mudé a otra casa de acogida el año siguiente y cambié de universidad que conocí a otro como yo. Pierce era un muy buen chico. Me llevó a su casa y me presentó a sus padres, quien entonces llamó a su alf... jefe. —Muy bien hecho. —Gracias. Su segunda ronda de bebidas había llegado en algún momento durante su conversación. Corey se sentó y miró algo por encima del hombro de Ethan. —La comida está aquí, por lo que parece. —Muy bien. Me muero de hambre. Esos entrantes estaban muy bien, pero en absoluto suficientes. —Totalmente. Esperaron mientras que su servidor iniciaba la colocación de platos sobre la mesa en frente de ellos. Todo parecía y olía increíble. Ethan no podía esperar a comenzar. Reorganizó un poco los vasos, platos y decoraciones de la mesa, pero se las arreglaron para conseguir el primero de cinco platos a la mesa. —Bueno, esto se ve delicioso, —dijo Corey, cuando recogió el arroz
y se ofreció a servir a Ethan. —Gracias. —Ethan sostuvo su copa y después de un par de cucharadas, Corey comenzó a servirse él mismo. Ethan repartió una pequeña cantidad de cada selección en la mesa hasta que su pequeño cuenco estaba a punto de desbordarse. No empezaron a comer, sin embargo, hasta que Corey estuvo listo. Luego la conversación se volvió poco natural, cuando comenzaron a comer. Cuando terminaron uno de los platos, el camarero se lo llevó y lo reemplazó con otro. Se abrieron paso a través de la comida, ambos con gran apetito. Hablaron sobre el trabajo, Ethan aprendiendo de su compañero quien era un genio con los ordenadores. Trabajaba por cuenta propia, escribiendo códigos para diferentes empresas para los programas y tales cosas, y también hacía algunos trabajos para Ben. Ethan podía ver fácilmente la necesidad de alguien con las habilidades de Corey para una persona en la posición de Ben. A su vez, Ethan le dijo lo que pensaba de su trabajo hasta el momento y de trabajar con Ben cada día. El camarero volvió e interrumpió su conversación para despejar el último de los platos vacíos. Por desgracia, el tipo no estaba prestando tanta atención como debería haber hecho y logró derribar dos de los velas que habían trasladado a la orilla de la mesa para hacer espacio para los platos. Una de ellas cayó sobre la mesa e incendió el mantel; y la otra cayó al suelo. —Tienes que estar bromeando, —exclamó Ethan en el momento que se las arregló para empujar la silla hacia atrás y llegar a la vela. Una pequeña mancha de la alfombra también se había formado por el fuego. Ethan gruñó mientras cogía la vela y soplaba para apagarla, luego se levantó y empezó a pisotear el pequeño fuego en el suelo. No pasó
mucho, pero era más de lo que debería haber ocurrido. Lo único que había querido era llevar a su compañero a una agradable cita romántica, para tratar de demostrar al hombre que realmente podrían tener una oportunidad con todo eso. ¿Qué consiguió por intentarlo? estornudó encima de la cara de su compañero, no solo una vez tampoco. Una copa de vino se estrelló en la parte posterior de la cabeza, y ahora el lugar estaba en llamas a su alrededor. Simplemente no era capaz de ganar, no importa lo que hiciera. Ethan se sentó una vez más, mientras el gerente vino corriendo hacia su mesa. Los otros clientes habían comenzado a armar un alboroto con el fuego, pero Ethan les había tranquilizado, demasiado ocupado concentrándose en no dejar que el fuego destruyera el restaurante. Ethan se dio cuenta de la zona carbonizada en el mantel donde el fuego había llegado y se dio cuenta de que Corey debía haber tratado con eso mientras que él había estado ocupado. —¿Puede traernos la cuenta por favor? —Preguntó Ethan, tan pronto como ella se detuvo al lado de su mesa. Corey arqueó una ceja. —¿Qué? ¿No hay postre? —Te llevaré al drive-through3 del Mac y puedes tomar un cono — dijo Ethan, más frustrado y decepcionado de cómo esta noche había resultado. —No soy tan barato para una cita. Espero, al menos, una copa de helado de caramelo, y una grande. —Ethan no pudo evitarlo; se rió. —Trato. El gerente volvió con una carpeta negra y su factura. Ethan se dio cuenta de que era muy rebajada. Fue un agradable, y apropiado gesto, pero eso no le importaba en el momento presente. —¿Estás listo para salir de aquí? —preguntó. 3
Sitios de comida donde se pide desde el coche para llevar
—Tan agradable como la comida es, creo que deberíamos pedir que nos la lleven la próxima vez. Uno de nosotros podría terminar muerto si intentamos esto de nuevo. —Corey pareció darse cuenta de lo que decía cuando terminó de hablar. Ethan esperó a que el hombre retirara las palabras de nuevo o las modificara de alguna manera, pero no lo hizo. Quería llegar sobre esa mesa tan desesperadamente y besar a su compañero inconscientemente. —Ese es un plan con el que puedo vivir —dijo en su lugar, ya que se puso de pie y observó a Corey deslizarse en su chaqueta. Se dirigieron al mostrador y pagaron la cuenta. Les ofrecieron más disculpas antes de que salieran por la puerta. —Bueno, eso fue sin duda... diferente —dijo Corey, mientras caminaron la corta distancia hasta el coche de Ethan. —No es exactamente lo que tenía en mente, permíteme que te lo diga, —dijo Ethan, riendo. Se echó a reír, de lo contrario sólo podría romper a llorar. —Así que, ¿el postre? —preguntó, mientras recobraba la compostura de nuevo. —No lo sé. ¿Crees que es seguro? Quiero decir, un meteorito podría caer del cielo y aplastarnos en el coche mientras esperamos en el drivethrough. Ethan sacudió la cabeza y se metió en el coche. —Vamos dentro, entonces. —Esto podría llegar a ser igual de peligroso. —La vida es un poco aburrida si no vives al límite —dijo Ethan, mientras movía las cejas. —Te llevaré entonces. ¿Aplastados por la caída de un meteorito o quemados vivos por un incendio de trozos grasientos? —Corey se rió y lo miró por su decisión.
—Esa es una pregunta difícil. Pero viendo que ya hemos estado dentro esta noche con un fuego, no creo que debiéramos tentar a la suerte con un segundo. —La caída de meteoritos entonces. —Me parece muy bien. —Ethan puso en marcha el coche y se dirigieron en busca del postre.
Capítulo 6 Los golpes en la puerta principal de Corey le despertaron de la que probablemente fue la peor noche de sueño de su vida. Después que habían dejado el restaurante, Ethan les había, de hecho, llevado a un drive-through McDonalds y ambos tenían helados, el suyo de caramelo y Ethan lo tenía de chocolate. Estacionaron el coche en el aparcamiento para sentarse y comer sus helados mientras hablaban. Ni un solo meteorito cayó del cielo para chocar contra su coche. Corey había querido alcanzar y tocar a su compañero tan desesperadamente, pero se contuvo. Realmente no sabía si su corazón podría tomar otra paliza como la que había recibido antes. Incluso sin se hubieran reclamado el uno al otro, Corey se sentía protector del otro hombre ya. Cuando ese camarero había tropezado y estrellado un vaso en la parte posterior de la cabeza de Ethan, Corey había querido golpear al torpe hombre. Aún recordaba el alivio abrumador que sintió cuando corrió al lado de Ethan y descubrió que el cristal no lo había cortado. Corey no tenía idea de cómo Ethan había sobrevivido creciendo sin alguien allí que le amara cada día y hacerle saber que era querido. A pesar de que su propio padre había salido por la puerta, Daniel y él todavía tenían a su madre. Corey se odiaba a sí mismo por negar a Ethan. Sabía que no podría ser fácil para Ethan que su compañero se apartara, especialmente después de la infancia que había tenido. Realmente, Corey estaba comenzando a preguntarse cuánto tiempo iba a ser capaz de contenerse, antes de que cediera a la miseria y la necesidad de tener a su pareja con él. Ethan le había llevado a casa una hora después de que hubieran terminado sus helados. No había salido del coche, por lo que Corey había
estado agradecido. Sin embargo, Corey no había sido capaz de evitarlo; se había inclinado a través de la división central y besó a Ethan en la mejilla. No era lo que le hubiera gustado, pero Corey sabía que si lo hubiera besado correctamente, no habría estado despertando solo esta mañana. —Gracias por la primera cita más inolvidable del mundo —había dicho Corey. Ethan le sonrió de esa manera que envió mariposas bombardeando en picado en su estómago. —Lamento que el plan no marchara correctamente. —Fue perfecto. —Y Corey quiso decir eso. No esperó por una respuesta y se había ido con el coche antes de que el olor de su compañero lo volviera absolutamente loco y atacara al hombre. Corey se había duchado y se masturbó con los recuerdos de su compañero antes de que se metiera en la cama y tratara de dormir. El sueño, sin embargo, no era fácil de conseguir, parecería. El cuerpo de Corey estaba preparado y con muchas ganas, incluso si acababa de tener un orgasmo mientras se duchaba. Su pene todavía estaba duro como una roca, su piel se estremeció, y todavía podía oler el aroma de Ethan, debido a la camisa que tenía debajo de la almohada y a la ropa que había llevado en su cita. Trató de pensar en algo distinto que no fuera Ethan, pero no sirvió de nada. Su mente siguió su camino de regreso a su pareja. Su lobo se paseaba inquieto dentro de él y la única vez que pareció calmarse algo fue cuando Corey sacó la camisa de Ethan. Hacer eso, sin embargo, pareció acelerar su libido en esta ocasión, por lo que Corey se había encontrado a sí mismo atrapado en un ciclo sin fin. Finalmente había caído en un profundo sueño en algún lugar alrededor de las cuatro de esa madrugada.
Los golpes en la puerta sonaban más fuertes ahora y Corey habría rodado sobre sí mismo, enterrado la cabeza bajo las almohadas e ignorado los golpes si su teléfono no hubiera empezado a sonar al mismo tiempo. Gimió y se acercó a ciegas por él. Finalmente sus dedos encontraron el frío cristal del teléfono, por lo que lo recogió y pasó su dedo por la pantalla, con la esperanza de que estuviera presionando en el lugar correcto. Debió haber tenido éxito ya que el ruido calló –eso o había perdido la llamada. Cuando Corey oyó la voz de su hermano gritando en la línea de teléfono, volvió a gemir y deseó no haber contestado. Necesitaba dormir más. —Corey, ¿dónde coño estás? Estoy solo en la ciudad durante dos días y teníamos planes para ir a correr. Corey presionó el teléfono a la oreja y dijo soñoliento—: desaparece. No vamos a correr hasta la hora del almuerzo. —Es la hora del almuerzo, idiota. ¿Estás todavía en la cama? —¿Qué qué? —preguntó Corey, mientras parpadeaba para abrir los ojos de mala gana. —Es la hora de comer. Y será mejor que saques tu culo aquí rápidamente. No voy a pasar por alto el correr con mi hermano porque estuvieras persiguiendo rabos hasta altas las horas de la madrugada. — Daniel definitivamente sonaba molesto con él. —No estaba persiguiendo rabos. —Corey trató de defenderse él mismo—. Dame un segundo e iré para dejarte entrar —Corey colgó el teléfono, sin molestarse en decir adiós. Después de todo, su hermano estaba justo afuera en la puerta principal. Corey apartó las sábanas bajo las que había estado cómodamente durmiendo y de mala gana arrastó el culo fuera de la cama. Se deslizó en
un par de pantalones cortos y se dirigió al baño. Daniel podía esperar un minuto más mientras que echaba una meada. Terminados sus asuntos, Corey fue y dejó que su hermano entrara. Daniel cruzó el umbral y se abrazaron, como lo hacían casi cada vez que se veían. Corey amaba a su hermano pequeño. —Vamos. Necesito un poco de café. Corey cerró la puerta y se dirigió a la cocina para empezar a preparar la bebida de cerveza. Esperaba que lo despertara, porque podría utilizar seriamente el estímulo. —Así que, ¿vas a decirme lo que está pasando para que te parezcas a la muerte andante pero sin estar persiguiendo culos como de costumbre? —Si hubieras venido a casa la semana pasada, es más que probable que lo supieras ya —dijo Corey, queriendo culpar a su hermano un poco. —Ni siquiera intentes conmigo esa mierda; sabes que no funcionará —dijo Daniel de esa forma tan molesta que su hermano pequeño tenía. Estaba en lo cierto. Conocía demasiado bien a Corey para conseguir culparlo de cualquier cosa—. Estaba ocupado trabajando y eso es todo lo que hay. ¿Hubiera preferido estar aquí en vez de estar pegado en Cairns trabajando todo el fin de semana? Puedes apostar tu culo que sí. ¿Tengo que sentirme mal por no estar aquí? Nop. Ahora deja de buscar evasivas y dime qué diablos pasa contigo. Corey terminó de hacer el café y le sirvió a su hermano una taza, junto con otra para si mismo. Daniel había ya tomado asiento en la mesa y Corey se acercó, colocado la taza sobre la mesa frente a él y luego tomó su propio asiento. No dijo nada durante varios minutos, mientras lentamente bebía su café caliente y pensaba en lo que iba a decir a su hermano. Antes de darse cuenta de lo que estaba sucediendo, Corey abrió la boca y sólo comenzó a escupir los detalles de todo lo que había tenido lugar en las últimas dos semanas.
Daniel fue bueno y no lo interrumpió ni nuna vez, solo se sentó en silencio sorbiendo su propio café y escuchando todo lo que dijo Corey. Cuando Corey finalmente terminó de hablar, miró a su hermano. La expresión en el rostro de Daniel era difícil de leer. Se volvió de nuevo a beber lo último de su taza de la mañana cuando Daniel se acercó y agudamente lo golpeó en la cabeza. —Oww... ¿Qué demonios? —Corey juró y miró a su hermano menor. —Eres el mayor idiota del mundo —dijo Daniel, sin un rastro de arrepentimiento por haberle golpeado. —Maldita sea, no soy así. —Corey ni siquiera iba a tocar el hecho de que sonaba como un petulante de cinco años de edad. —Lo eres, y sabes que lo eres. El hombre es tu jodido compañero, Corey. Sólo tienes uno en la vida. Sé que te hirieron cuando fuiste más joven, pero, por el amor de Dios, supéralo ya antes de perder lo mejor que probablemente nunca vaya a pasarte. Daniel se puso de pie y se dirigió al fregadero para poner su ahora taza vacía en su interior. —Te veré en frente de la casa. Mueve tu culo. Quiero correr. Corey se perdió en sus pensamientos y no se dio cuenta de que su hermano había caminado detrás de él hasta que sintió otro duro golpe en la cabeza. —Daniel, por el amor de Dios. —Gruñó, su lobo estaba cabreándose—. Ahora, ¿Por qué diablos fue eso? —Porque pude, y te mereces más de uno por la mierda que hiciste con tu pareja. —Daniel se encogió de hombros con indiferencia y luego dio media vuelta y salió de la habitación. Corey oyó la puerta cerrarse no mucho tiempo después.
Sabía que Daniel probablemente tenía razón, pero no estaba del todo seguro de si estaba dispuesto a tomar otra oportunidad en el amor. Corey decidió sacarlo de su cabeza, al menos por ahora, y agarró sus cosas mientras seguía a Daniel fuera de la casa. Daniel se inclinó casualmente contra el lateral del Camaro de Corey, los brazos cruzados sobre el pecho, como si no le importara el mundo. —¿Qué te llevó tanto tiempo? —Daniel se quejó a él. —Para el maldito carro, compañero, —Corey maldijo a su hermano, pero no pudo evitar sonreír como un loco. Pasó por alto a su hermano mientras miraba hacia otro lado. Realmente le entusiasmaban las carreras que tenían juntos. Corey los llevó a las tierras de la manada. Su hermano mantuvo una diatriba durante todo el camino de lo gran idiota que Corey era por alejar a Ethan. Corey hizo todo lo posible por justificarse ante Daniel, pero sus palabras parecieron caer en oídos sordos. Suspiró aliviado cuando por fin detuvo el coche para una parada y ambos salieron del Camaro. Corey no podía cambiar lo suficientemente rápido. Al menos, en forma de lobo, no tendría que escuchar a su hermano menor reprenderle cada pocos segundos. Si lo intentara, Corey solo lo mordería. Ahora que lo pienso, sólo podría morderlo de todos modos. Corey miró a su alrededor y se dio cuenta de varios otros coches en el estacionamiento privado, pero no podía ver ni oír nada de sus compañeros de manada cerca. Se desnudó y escondió su ropa en el asiento delantero de su coche. Esta era propiedad privada y habían tenido suerte hasta ahora de no haber tenido ningún caso de robo de vehículos. Una vez que Corey se quedó desnudo, se concentró y llamó al animal dentro de él. Su lobo estaba demasiado contento de estar libre y
Corey se movía a la perfección en su segunda forma. Se sacudió de pies a cabeza, acomodándose él mismo. Habría ladrado por la alegría que sentía al ser una vez más un lobo, pero era Beta de su manada y él no actuaba así. Daniel caminó hacia él y se sentó sobre sus cuartos traseros frente a Corey durante un momento antes de acostarse y darse la vuelta, dejando al descubierto su vientre. Corey se inclinó y lamió el lado de la cara de Daniel. Su hermano era un hermoso lobo, el pelaje de un tono ligeramente más claro de marrón que el de Corey. Corey dio un paso atrás y permitió a Daniel espacio para levantarse una vez más de nuevo. Se fueron a la orilla de los bosques uno al lado del otro y Corey tenía un extraño pensamiento acerca de lo que sería correr con Ethan así. Daniel mordisqueaba juguetonamente en sus talones mientras corrían. Atraparon los aromas de un par de conejos y debido a que Corey había dormido durante el desayuno y había dejado pasar el almuerzo para salir a correr, se lanzó en su persecución, Daniel junto a él todo el camino. Atraparon a sus presas con facilidad y festejaron hasta que sus bestias estaban saciadas y repletas con los estómagos llenos. Corey lamió su morro, tratando de limpiar y quitar la sangre que pudiera todavía haber permanecido en su pelaje. Descansaron durante un corto tiempo antes de que ambos se levantaran y corrieran de nuevo. Corey a veces pensaba que estaba volando por la forma en que saltaba a través de los árboles, sus pies apenas tocando el suelo antes de que estuvieran en el aire una vez más. Finalmente agotados de sus actividades, Corey poco a poco comenzó a dirigirse de regreso al aparcamiento. Cambió y se vistió mientras esperaba que Daniel hiciera lo mismo. Muchos de los coches que había antes, ahora se habían ido, con otras nuevas parejas tomando sus lugares.
Cuando Daniel hubo terminado de vestirse, ambos llegaron al coche y Corey los condujo de vuelta a la ciudad. Daniel estaba sorprendentemente tranquilo durante el viaje; sin embargo su molesto hermano ni una sola vez apartó los ojos de Corey. Se sentó allí en el asiento del pasajero, con los brazos cruzados y simplemente miró a Corey hasta que sintió cómo se retorcía bajo un intenso escrutinio. —Está bien. Lo llamaré. —Corey suspiró con frustración cuando entraron en Atherton de nuevo. Le llevó todo un mundo no alcanzarle y borrar la expresión satisfecha de suficiencia del rostro de su hermano menor. —Bueno. Invítale a cenar esta noche. Corey miró su reloj y se dio cuenta de que la hora se acercaba a las cinco de la tarde. Habían estado corriendo durante varias horas. —¿Estás loco? Es demasiado tarde para hacer eso. —No, no lo es. Estás tratando de conseguir una excusa para salir de ésto. El hombre es tu compañero y preferiría estar contigo que con nadie más, no importa lo más tarde de la cuenta que sea, —le aseguró Daniel. —¿Cómo demonios lo sabes? —preguntó Corey. —Porque realmente presté atención cuando otras personas hablan, y si tengo la suerte de encontrar a mi compañero, puedes apostar tu culo que me aferraría a él con las dos manos y no lo soltaría. Corey se acercó y puso su mano en el brazo de su hermano, que ofrecía comodidad. —Él está ahí fuera, Daniel. Ten fe. Si pude encontrar el mío cuando no estaba buscando o incluso deseándolo, entonces tú encontrarás el tuyo. Lo sé. —Será mejor que tengas razón, de lo contrario voy a estar cabreado. —Daniel se rió ligeramente, pero Corey veía que era un poco
forzado. —Lo llamaré cuando lleguemos a casa. —Suspiró con resignación. Lo gracioso fue, sin embargo, que Corey en realidad tenía muchas ganas de ver a su compañero de nuevo. —Bien. Me quedaré aquí el tiempo suficiente para asegurarme de que no das marcha atrás y luego me largaré. Corey no sabía si sentirse ofendido o tocado de que su hermano estuviera haciendo todo en su poder para asegurarse de que Corey hiciera que las cosas funcionaran con Ethan. —No tienes que cuidarme, ya sabes, —Corey intentó—. Soy más que capaz de hacer una llamada telefónica sin supervisión. Su hermano sólo resopló, sin decir nada. Corey se rindió, sabiendo que Daniel haría lo que Daniel quisiera hacer. Corey se detuvo en el camino de entrada de su casa cinco minutos más tarde y detuvo el coche en el garaje. Salieron y se dirigieron al interior en relativo silencio. Corey respiró hondo para recomponer sus nervios antes de sacar el teléfono del bolsillo y marcar el número de Ethan antes de perder los nervios. No quería que su hermano pequeño supiera lo nervioso que realmente estaba. —Bueno, esto es una sorpresa. —El tono sensual de Ethan llegó a través de la línea y tuvo un efecto inmediato en el cuerpo de Corey. —Una buena, espero. —preguntó Corey. —Sin duda una buena sorpresa. Tras el desastre de la última noche, realmente no esperaba oír de ti otra vez. El corazón de Corey le dolía un poco en la tristeza y la verdad que pudo escuchar en las palabras de Ethan. Sí, la noche anterior había sido un desastre en las cosas que les rodeaban y que seguían sucediendo, pero sinceramente, Corey lo había pasado muy bien, y creía que todo fue
debido al hecho de que él estaba allí con Ethan. —La pasada noche fue perfecta —dijo, antes de que pudiera detenerse. —Si te gusta que te estornuden en la cara, ¿verdad? —Ethan se echó a reír. —Bueno, no puedo decir que fuera la más agradable experiencia de mi vida, pero fue contigo y eso es lo que hizo que fuera perfecto. —Corey cerró los ojos y se dejó caer hacia atrás en el sofá debajo de él. ¿Quién demonios se había hecho con el control de su boca? Sí, Corey podría sentir esas cosas inconscientemente, pero nunca hubiera pensado que en realidad las dijera en voz alta. El silencio en la línea se extendió durante mucho tiempo, suficiente para que Corey realmente tuviera que mirar su teléfono y confirmar que no había perdido la conexión. —¿Ethan? —le preguntó con preocupación. —Sí... estoy aquí. —Corey oyó el chasquido de la voz de Ethan y odiaba que pudiera haber alterado a su compañero. —Lo siento, —se disculpó apresuradamente. —¿Por qué? ¿Por decir la cosa más maravillosa que nadie me ha dicho nunca antes a mí? —Umm... ¿Sí? —preguntó Corey inseguro ahora. Ethan se rió y Corey se relajó en los suaves cojines del sofá. —Así que... Umm... —Dios, realmente no creía que fuera tan difícil. Un codazo en la rodilla le tenía mirando hacia arriba con sorpresa para encontrar a Daniel de pie sobre él, incitándole. Corey había olvidado por completo que su hermano todavía estaba allí.
—Vete a la mierda —dijo Corey. —Está bien, lo siento. Adiós, —dijo Ethan tímidamente. —¿Qué? ¡NO! Ethan, tú no... no estaba diciéndotelo a ti... ¿Hola? — Mierda, qué lío había hecho con esta llamada de teléfono. Daniel se echó a reír a su izquierda y Corey se balanceó sobre su hermano, pero lo perdió cuando Daniel saltó hacia atrás, fuera del camino. —Sí, todavía estoy aquí. ¿Estás seguro de que no estabas hablándome a mí? Corey realmente odiaba las dudas que escuchó en la voz de su compañero. —Sí, estoy seguro. Estaba hablando con mi hermano menor doloren-el-culo, a quien estoy a diez segundos de matar. —Daniel se limitó a sonreír maliciosamente y movió las cejas hacia él. —Si estás seguro... Puedo irme si estoy interrumpiendo cualquier cosa. —Te he llamado, ¿recuerdas? ¿Te habría llamado si estuviera en medio de algo? —¿Por qué llamaste? —Ethan le preguntó claramente. Corey volvió a suspirar y se lanzó. Realmente no tenía nada que perder en este punto. —Llamé para preguntar si te gustaría venir y cenar conmigo esta noche. —¿En serio? —Ethan parecía tan sorprendido. —Sí, de verdad —dijo Corey. Se dio cuenta de su hermano moviéndose por el rabillo del ojo y vio cómo Daniel decía adiós y salió por la puerta. Realmente quería al idiota.
—¿Qué hay para cenar? —preguntó Ethan en broma. —Mierda, no tengo ni idea. —Corey ni siquiera había pensado en nada que cocinar para la cena, mentalmente hizo un balance de lo que había en su nevera y se dio cuenta de que tenía que ir a Woolies y hacer sus compras, lo cual era un poco tarde en el día para eso, sin embargo. — Uh, ¿cómo te parece la pizza? —La pizza me parece perfecta, estaré allí pronto —dijo Ethan y colgó el teléfono sin decir nada más. Corey inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Realmente no podía creer que fuera a hacer esto otra vez. Su lobo estaba acurrucado en su interior, feliz como una lombriz en ese momento, sabiendo que su compañero estaba de camino hacia aquí. Corey todavía estaba un poco indeciso sobre abrir su corazón a otra persona, pero sabiendo que Ethan era su compañero, la persona elegida para él por el destino, ayudó a aliviar algunas de sus preocupaciones. Además. Corey sabía que si no tomaba la oportunidad, su hermano estaría decepcionado con él, y Corey no quería decepcionar a su hermano si podía evitarlo. Caminó alrededor poniendo en orden la casa, con ganas de dar una buena impresión a Ethan. Corey lavó el par de platos sucios que había en el fregadero y estaba sólo secándose las manos cuando un golpe en la puerta sonó. Corey pudo oler a su pareja a través de la puerta y su cuerpo reaccionó en consecuencia por tener al otro hombre tan cerca. Su pene comenzó a endurecerse y su frecuencia cardiaca aumentó ligeramente. Corey tomó aire para ayudar a calmar su cuerpo, entonces, agarró la manija y abrió la puerta. Ethan estaba en el otro lado, pareciendo nervioso y excitado, todo al mismo tiempo y Corey actuó antes de que su cerebro pudiera pasarle factura.
Extendió la mano, empuñó su mano en la parte delantera de la camisa de Ethan y acercó al hombre rudamente contra él. Su otra mano se levantó y pasó los dedos por la sedosa melena rubia rojiza. Inclinó la cabeza hacia atrás y Ethan estrelló sus labios abajo en los de Ethan y segundos después oyó un entrecortado “Oh” de su compañero...
Capítulo 7 Ethan se quedó atónito durante un momento cuando fue atraído rudamente hacia Corey y luego fue besado como si la vida le fuera en ello. Se quedó quieto durante un momento hasta que su cerebro finalmente quedó atrapado con él y luego Ethan se fundió en el abrazo de Corey y separó sus labios, a petición de su compañero. Ethan envolvió sus brazos alrededor del cuello de Corey y trató de acercarse al otro hombre, pero simplemente no funcionaba. Gimió con la molestia. Las manos de Corey se desenredaron del pelo y Ethan las sintió mientras se deslizaban por sus costados y ahuecaban su culo. Ethan gruñó mientras Corey apretó las mejillas y lo levantó. Ethan no tenía más remedio que hacer lo que el hombre más fuerte quisiera. Envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Corey y aguantó cuando Corey dio un par de pasos y luego presionó a Ethan contra una pared. Ethan rompió el beso y contuvo algo del muy necesario aire. Miró fijamente a su compañero cuando Corey también pareció tomar oxígeno. Los ojos de Corey nunca dejaron los de Ethan y este se sorprendió por el deseo que vio claro como el día, brillando en sus intensas, oscuras profundidades. Corey se movió como si estuviera a punto de besar a Ethan de nuevo, pero Ethan le tendió la mano para detener al otro hombre. Tanto como quería esto, y el chico lo quería, Ethan quería saber lo que estaba pasando. Realmente no pensaba que oiría a Corey de nuevo después del desastre que había sido su cita la noche anterior. —¿Qué está pasando, Corey? No pensé que quisieras nada conmigo y ahora me has clavado contra la pared en tu sala de estar. Corey le apretó el culo de nuevo causando que Ethan siseara cuando la necesidad se disparó atravesándole. Corey le sonrió
maliciosamente. —Algo de sentido se me clavó, literalmente. —Ethan se preguntó qué significaba eso exactamente—. Pero después de la noche anterior, realmente era sólo una cuestión de tiempo. Mi lobo te quiere como si tú fueras nuestra propia droga personal. No puedo tener suficiente de ti y sabía que no habría sido capaz de mantenerme alejado de ti durante mucho tiempo, no importa lo mucho que quiera proteger mi corazón de romperse de nuevo. —Corey, nunca te romperé el corazón, porque si lo hiciera, también destrozaría el mío. Eres mi compañero, mío. La única persona con la que estoy destinado a pasar el resto de mi vida. No tomo ese compromiso a la ligera. Ethan extendió la mano y acarició suavemente hacia abajo la suave piel afeitada de la mejilla de Corey. —Por favor, nunca me hagas daño —pidió Corey. Ethan casi podía ver la última de la resolución de Corey derrumbarse justo delante de él. —Te doy mi palabra. Ahora creo que alguien me prometió una pizza. —Ethan cambió de tema con la esperanza de aligerar el ambiente. Por mucho que le encantara ser arrastrado al dormitorio de Corey y ser follado como si la vida le fuera en ello, sabía que su compañero necesitaba solo un poco más de tiempo. Corey se rió y Ethan le sonrió. Corey gruñó y extendió la mano para tocar uno de los hoyuelos de Ethan. —¿Tienes alguna idea de lo que estos me hacen? Ethan sacudió la cabeza. —Cada vez que los veo, sólo quiero caer sobre mis rodillas y violarte. Eres tan jodidamente sexy. —Ethan no podía evitar pavonearse un poco ante la idea de que Corey le encontrara sexy. —Bueno, no dudes en violarme en cualquier momento que desees.
—Hizo una pausa por un momento—. Después de que me alimentes, por supuesto —dijo con picardía. —Por supuesto, —Corey estuvo de acuerdo, mientras sonreía. —Tengo que mantener mi energía. Corey se inclinó hacia delante y le dio un beso ligero en los labios de Ethan antes de que se moviera de nuevo y dejara que Ethan pusiera los pies en el suelo, una vez más. Corey dio un paso atrás y le indicó a Ethan que entrara a la sala de estar y se pusiera cómodo. —¿Puedo traerte una cerveza? —preguntó Corey, mientras giraba en dirección a la cocina. —Gracias, —dijo Ethan y luego tomó asiento en el sofá. Se sentó en el medio, con ganas de que Corey tuviera la oportunidad de sentarse con él si quería hacerlo. Corey volvió a entrar en la habitación un par de minutos más tarde, llevando cervezas y con el teléfono pegado entre la oreja y el hombro. Le entregó una cerveza a Ethan. —¿Qué te gusta en la pizza? —preguntó. —Carne a la barbacoa con setas, por favor. La boca de Ethan comenzó a babear con la sola idea de su pizza favorita. Escuchó cómo Corey hizo el pedido, junto con una pizza a la barbacoa de pollo y bacon, que sonaba tan buena para él como la suya propia. Corey también ordenó un pan de ajo con sabor a queso, dos porciones de alas, y unos brownies de chocolate caliente para el postre. Corey finalizó la llamada después de darles el número de su tarjeta de crédito y colgó el teléfono. —La cena estará en unos cuarenta minutos. ¿Quieres ver una película? —Claro, ¿qué tienes? —Ethan tomó un trago de su cerveza. —¿Qué te parece el nuevo Duro de Matar? Lo encontré en Blu-ray,
el otro día, pero no he tenido la oportunidad de verla todavía. —Me parece bien —aprobó Ethan. Habría accedido a ver cualquier cosa, con tal de estar con Corey. Ethan se recostó en el sofá y esperó cuando Corey se puso a organizar su sistema casero para reproducir la película. Cuándo el disco comenzó, Corey cogió el mando a distancia y la cerveza y se sentó al lado de Ethan. Ethan sonrió mientras se dio cuenta de que Corey ni siquiera miró a cualquiera de las otras sillas disponibles. Había venido directamente al sofá. Corey se recostó contra el brazo del sofá y se maniobró a él mismo y a Ethan hasta que este yacía de nuevo contra el pecho de Corey. Se quedaron en silencio bebiendo cervezas, y vieron la película hasta que fueron interrumpidos por un fuerte golpe en la puerta. Ethan había perdido por completo la noción del tiempo, estaba tan cómodo en los brazos de Corey. Corey le palmeó el vientre ligeramente y Ethan a regañadientes se movió. Realmente no quería, pero su estómago gruñó en ese momento, dándose a conocer. Corey le dio un beso en la mejilla antes de detener la película, se desenredó desde detrás de Ethan, y luego se dirigió hacia la puerta. El rico aroma de la pizza y pan de ajo flotó por la casa en cuestión de momentos. Como no quería simplemente sentarse y esperar, Ethan se hizo útil y y se levantó para dirigirse a la cocina. Cogió por un par de platos después de buscar por los armarios. Ethan después recuperó dos cervezas más de la nevera para su cena. Podía oír a Corey conversar tranquilamente con el hombre de la entrega un par de minutos y luego oyó la puerta cerrarse. Ambos regresaron a la sala y colocaron sus productos en la mesa de café. Se sentaron de nuevo en el sofá y empezaron a servir la cena. Ethan no podía evitarlo. Cogió un trozo de su pizza y tomó un gran bocado. Gimió ante el rico sabor de la barbacoa y luego colocó la rebanada en el plato y continuó sirviendo hasta que ningún espacio
quedó. Siempre podría ir por más cuando hubiera terminado. Corey presionó el botón play y ambos se sentaron y comieron mientras veían la película. No se tumbaron de nuevo en el momento. Ethan pensó que podría ser un poco incómodo con ambos tratando de comer. Una vez que la cena había sido devorada, reanudaron sus posiciones anteriores sobre el sofá sin ninguna discusión. Luego, cuando la película terminó, Corey se levantó y puso otra antes de volver a sentarse de nuevo. Los brownies de chocolate caliente habían perdido su calor por el tiempo que había pasado hasta comerlos, pero a Ethan no le importaba en lo más mínimo cuando Corey le dio de comer el delicioso capricho. Gimió de placer en el sabor del grueso, postre masticable. Ethan vio el calor surgir una vez más en los ojos de Corey y sólo protestó débilmente cuando Corey aplastó el brownie en la mejilla y abajo en su cuello. —Lo siento, equivocación mía —Corey se disculpó con una malvado brillo en sus ojos. Ethan gimió cuando Corey se inclinó y comenzó a lamerlo para limpiarlo. Todos los pensamientos sobre la película que había estado observando volaron de su mente mientras su cerebro se volvió papilla debajo de la experta lengua de su compañero. Corey les movió alrededor en el sofá hasta que Ethan estuvo en la parte inferior y Corey estaba apoyado sobre la parte superior de él. Las manos de Corey se dirigieron bajo la camisa de Ethan. Las de Ethan de nuevo se inclinaron en el toque exquisito, su respiración viniendo en cortos jadeos. Ethan alzó los brazos hacia arriba mientras Corey levantaba la camisa, y, con una ligera cantidad de movimiento, lo tuvieron libre. Corey la tiró en el suelo antes de volver su atención directamente de nuevo a Ethan. Ethan quería ver a su compañero por lo que extendió la mano y se apoderó del dobladillo de la camisa de Corey antes de levantarla sobre la cabeza de su compañero.
La piel de Corey era la perfección dorada cuando Ethan pasó las manos sobre los planos musculosos. Podía ver el indicio de un tesoro asomarse en la parte superior de los pantalones vaqueros de Corey y quería seguir ese camino con su lengua desesperadamente para ver a dónde le llevaba. —Joder, eres hermoso —Corey le dijo con voz áspera desde arriba, luego se inclinó y tomó su boca en otro beso que tenía la cabeza de Ethan dándo vueltas por la intensidad. Corey comenzó a besar su camino hacia abajo en el cuerpo de Ethan y cuando se detuvo sobre la ingle, Ethan gimió. Corey miró hacia arriba y sonrió antes de hacer el breve trabajo del botón de la bragueta en sus pantalones. Su compañero abrió la tela y la polla dura de Ethan saltó a la atención. Corey gimió ante la visión. —Mierda, ¿siempre vas por ahí de comando? —preguntó, mientras se inclinaba y lamió a Ethan desde la base de su polla hasta la punta. —¡Joder! —juró Ethan, cuando su polla se retorció balanceándose en busca de atención. —Así que, es cierto ¿verdad? —¿De qué estás hablando? —preguntó Ethan, confundido. — Chúpame ya. Corey se rió y luego lo lamió de nuevo antes de soplar aire frío sobre su piel recién mojada. —¿Siempre vas de comando? —preguntó Corey, mientras miraba la polla de Ethan como si fuera una comida de cinco platos y Corey estuviera muerto de hambre. El sonido de un timbre del teléfono los interrumpió y Ethan gruñó con disgusto. Corey negó con la cabeza, ignorando la llamada y comenzando a torturar a Ethan de nuevo. —No lo sé. ¿Tal vez? —dijo Ethan, mientras saltaba y se retorcía en el sofá. Las manos de Corey continuaron moviéndose sobre su cuerpo,
deteniéndose para retorcer los pezones de vez en cuando. Su cerebro cortocircuitó cuando un calor húmedo rodeó su pene. Ethan miró a su compañero con asombro mientras la boca de Corey se hundió hasta la base de su pene y luego lentamente trabajó de nuevo arriba otra vez. —Oh. —Suspiró Ethan. Sus dedos se dirigieron a los cortos y sedosos mechones de pelo de Corey; aumentó la presión cuando la succión alrededor de su pene aumentó. Corey levantó la vista y le guiñó un ojo. Ethan intentó reír, pero se convirtió en otro gemido cuando Corey aceleró el ritmo. —Joder. Tan bueno, Corey, no voy a durar —jadeó Ethan. Podía sentir su orgasmo acercarse. Justo en ese momento, el sonido de un teléfono sonando otra vez rompió su camino en sus nebulosos pensamientos llenos de lujuria, y Ethan gimió cuando Corey se alejó y se arrodilló en el sofá. —Lo siento, Ethan, pero ese es el tono para Ben. Una llamada que puedo ignorar y esperar que sólo quiera charlar, pero dos seguidas... tengo que comprobar si es algo grave, entonces podemos volver a lo que estábamos haciendo. —Corey se acercó para envolver su mano alrededor de la polla de Ethan y tiró ligeramente. Corey contestó el teléfono. —Este realmente no es muy buen momento, Ben. —Me importa una mierda si es el momento más inconveniente conocido por el hombre. Mueve el culo aquí en estos momentos. —El chillido de Tommy llegó a través de la línea, en voz alta y clara. Ethan podía oírlo desde donde todavía yacía en el sofá. Corey se puso rígido y se sentó con la espalda recta, antes de que rápidamente pusiera la llamada en el altavoz. —Tommy, ¿qué pasa? ¿Dónde está Ben? —preguntó Corey y luego
se puso de pie. —Está alucinando. —Tommy hizo una pausa, mientras resopló fuertemente durante unos segundos y luego se quejó. —Necesito un poco de ayuda aquí, por favor. —Tommy, ¿estás de parto? —Preguntó Corey, la sorpresa claramente evidente en su rostro y en su voz. Ethan saltó y se escondió él mismo antes de buscar su camisa y ponérsela. —¿Qué me delató, Einstein? —Tommy hizo una pausa otra vez y entonces gritó. —Mierda. Estamos de camino. ¿Has llamado a Declan y a Liam? ¿Y qué hay del doctor? —preguntó Corey, mientras corría por la casa reuniendo lo que necesitaba y ambos se dirigieron al coche. Corey cerró la puerta detrás de él, todavía hablando con Tommy cuando se subió al auto y le pasó el teléfono a Ethan para que lo sostuviera. —Liam está fuera de la ciudad ¿recuerdas? —Ethan miró a Corey mientras el hombre maldijo. —Sí, tuvo que ir a la manada de Barossa en el sur de Australia para ayudar a mediar en un nuevo desafío para el Alfa o alguna mierda —dijo Corey. —No necesito una maldita... jugada a jugada. Solo traed vuestros culos... aquí y tratad con el bulto... del hombre inútil que es mi compañero. Declan está de camino, pero... él no será capaz de hacer nada ah… Un grito rasgó la línea mientras Corey conducía como un loco en dirección de la casa del Alfa. —¡Joder! Declan no puede hacer frente... a Ben. Necesito a uno de... sus Betas y como Liam... no está aquí, tú estás para batear. —Estamos de camino, Tommy. Sólo trata de calmarte y respira.
Llamaré al doctor y le haré saber que nos espere. —Tú jodidamente respira... esto apesta jodidamente. La próxima vez, Ben puede llevar al cachorro... No va a llegar a ninguna parte cerca de mi culo otra vez. —La línea murió justo cuando Ethan oyó otro grito surgir de de Tommy. Corey se rió desde el lado del conductor y Ethan lo miró como si hubiera perdido la cabeza. —¿Encuentras esto divertido? —preguntó. —No, pero la imagen de mi Alfa en avanzado estado de gestación lo es. Ethan lamentablemente tuvo que estar de acuerdo con Corey. Simplemente no podía ver a Ben en ese estado alguna vez, no importa lo que Tommy dijera en ese momento. —¿Puedes buscar a través de mis os, y encontrar a Philip Carter, y llamarle por mi, por favor? —No hay problema. —Ethan buscó el teléfono y pulsó la llamada, una vez que hubo encontrado el número correcto. Colocó el teléfono en el altavoz una vez más y lo sostuvo en alto cerca de Corey. La llamada se conectó. —Mejor que sea para algo malditamento bueno, Corey. Acabo de conseguir dormir. —Sugiero que despiertes tu culo de nuevo. Tommy está de parto y nuestro Alfa no se lo está tomando muy bien, por lo visto. —Mierda —el médico juró y Ethan podía oír la conmoción por el teléfono mientras se levantaba de la cama. —Estoy de camino allí ahora para arreglar las cosas y estaremos contigo poco después. —Voy a estar listo y esperando —dijo el doctor, pareciendo
distraído ahora. —Nos veremos dentro de poco, Phil. —Corey asintió y Ethan tomó eso como su señal para colgar el teléfono. Condujeron el resto de la corta distancia en silencio. Los pensamientos de Ethan se arremolinaban alrededor, preguntándose si alguna vez serían ellos en el futuro. Nunca había pensado en la posibilidad de los niños, pero ahora con Tommy de parto, era casi todo en lo que pudo pensar.
Capítulo 8 Corey se detuvo en la parte frontal de la casa del Alfa, sólo teniendo tiempo para apagar el motor antes de salir del coche, sin molestarse en cerrar la puerta. Estaban lo suficientemente lejos de la ciudad para no tener que preocuparse de si alguien trataba de robar el vehículo. Corrió por la ruta corta y abrió la puerta, sin molestarse en llamar; Tommy sabía que iban a venir. Encontró a Tommy sentado en el sofá, agarrando con fuerza la mano de su hermano, mientras trataba de respirar a través de la última contracción. —Oh, gracias joder —dijo Declan cuando vio a Corey entrar en la habitación. —Lleva a Tommy a la SUV de Ben y yo me ocuparé del tipo grande. Tenemos que llevar a Tommy al Doc Carter. —Asintió Declan con la mirada. Corey se volvió y se dio cuenta de Ethan en el marco de la puerta. —¿Puedes ayudar a Declan a llevar Tommy al coche de Ben? —Claro. Ve a buscar a Ben. —Gracias —dijo Corey y rápidamente besó a Ethan antes de salir fuera de la habitación en busca de su Alfa. Corey finalmente lo localizó en la habitación infantil donde Ben estaba fregando las paredes. Dio un paso al interior y solo miró al hombre durante un minuto. Ben parecía casi maníaco. Corey nunca había visto a su Alfa así en su vida. —¡Ben! —dijo bruscamente, con ganas de tratar de asustar al hombre de sus movimientos frenéticos. —Estoy... el bebé, que viene —Ben anunció a la pared mientras
seguía fregando. —¿Qué demonios estás haciendo? —preguntó Corey. —Tiene que estar limpio, necesito limpiarlo, asegurarme de que el bebé está bien —dijo Ben cuando mojó su esponja y comenzó a frotar de nuevo. Corey tuvo el fugaz pensamiento de que le habría encantado haber grabado esto en una cámara. Nadie iba a creerle. Corey suspiró pesadamente y se armó de valor para lo que tenía que hacer. Sabía que podía terminar con su culo apaleado, pero Tommy necesitaba a su compañero en estos momentos y Corey era probablemente la única persona que podía hacer esto y tal vez salirse con la suya. Caminó hasta su Alfa, agarró su hombro, y le dio la vuelta. Corey pudo decir de inmediato que Ben no era él mismo, ya que no había una condenada manera de que nadie hubiera sido capaz de hacer eso a Ben bajo circunstancias normales. —¿Qué? —preguntó Ben, la confusión en su rostro—. Yo limpio — repitió. Corey apretó los dientes y luego abofeteó a Ben tan fuerte en la cara como pudo. Su palma picaba con el impacto, por lo que sabía que debía haber herido a Ben también. Vio cómo su Alfa se tambaleó hacia atrás y se sacudió la cabeza antes de que gruñera bajo en su garganta y se abalanzara sobre Corey. Oh, mierda. Corey sabía que esto podría llegar. Gruñó mientras su espalda impactó contra el suelo y fueron chocando contra la estantería de los libros, que se había establecido contra la pared del fondo. Libros, peluches, figuras, y el monitor del bebé llovieron a su alrededor. Corey no quería luchar contra su Alfa así que Ben consiguió la mano superior y la sujetó al suelo. Las uñas de Ben se habían alargado en
malvadas garras afiladas y sus dientes se habían alargado también. Ben lo inmovilizó en el suelo con una mano envuelta alrededor de su garganta. Corey trató de inclinar la cabeza en señal de sumisión y mantuvo la mirada baja. —Me atacas en mi propia casa. ¿Qué demonios? —Le gruñó Ben. —Tenías que dejar de mirarte el ombligo, Ben. Tommy te necesita ahora. —Tommy. —La forma en que Ben susurró el nombre de su compañero, tan lleno de amor, hizo que Corey se diera cuenta de lo que quería con su propio compañero. —Sí, tu compañero está de parto de tu cachorro. Tiene miedo, Ben, y te necesita ahora. Así que saca tu culo de mí y llevemos a Tommy al Doctor Carter, para que todos podamos cumplir con la más reciente incorporación a tu familia. —Joder, —Ben maldijo y Corey se habría caído con el cambio rápido de las posiciones si no estuviera ya en el suelo. Un minuto Ben estaba encima de él y al siguiente estaba sobre sus pies y ofreciendo a Corey una mano. —¿Dónde está? —preguntó Ben, mientras miraba alrededor de la habitación, esperando poner los ojos en Tommy. —Esperemos que ahora estén esperándonos en tu coche. ¿Dónde están las llaves? —preguntó Corey. No había condenada manera en que fuera a confiar que Ben condujera justo en el momento. Ben sacó las llaves del bolsillo y el par corrió por la casa, apenas recordando cerrar la puerta detrás de ellos. Vio cómo Ben llegó primero a la SUV de gran tamaño y abrió la puerta de atrás y se metió adentro, Tommy y Declan ya sentados y con el cinturón abrochado. Corey se puso en el asiento del conductor y encontró
a Ethan en el asiento del pasajero. Puso en marcha el coche y salió a la calzada, mientras trataba de no escuchar cómo Ben se disculpaba con Tommy y le ayudaba con las contracciones. No les tomó más de cinco minutos antes de que Corey se detuviera delante de la casa del doctor Carter. Estaba agradecido al Doc por haber elegido una casa en las afueras de la ciudad y por tanto no tuviera ningún vecino cercano tampoco. La puerta principal se abrió y el doctor Carter, un hombre a principios de los sesenta años, estaba allí, rodeado por la luz desde el interior. Ben salió del coche y luego levantó a su compañero en avanzado estado de gestación, como si no pesara nada, y lo llevó adentro. Ben siguió al médico mientras se dirigían por el pasillo hasta una habitación al final. Declan, Ethan, y Corey vagaban por la sala de estar y se sentaron en el sofá. Corey no tenía ni idea de cuánto tiempo iba a pasar, ya que era la primera vez que había tenido algo que ver con un nacimiento, sin tener en cuenta el sexo de la persona de parto. Se sentaron en silencio, sin que ninguno de ellos realmente hablara. Ethan se sentó junto a Corey y sostuvo su mano mientras Declan se sentó en una de las sillas reclinables. De vez en cuando, hablaba por teléfono con alguien. Corey suponía que era Liam. Los siguientes cuarenta y cinco minutos después de su llegada, Ben entró en el salón sosteniendo un precioso paquete envuelto en mantas en sus grandes brazos. —Todo el mundo, quiero que conozcáis a mi hijo, Joseph Morgan Taylor. —Corey pudo ver claramente el temor en los ojos del Alfa mientras miraba al niño en sus brazos. Todos se pusieron de pie y fueron a comprobar al bebé y ofrecer sus felicitaciones a Ben. —¿Cómo está Tommy? —preguntó Declan, claramente preocupado. —Está bien. Está descansando ahora. Dijo el Doc que todo fue sin contratiempos y Tommy debería poder ir a casa esta tarde, pero tendrá
que descansar y tomárselo con calma durante un día más o menos. Declan asintió y luego miró a Ben. —¿Te importa si tengo a mi sobrino? —Corey notó la vacilación de su Alfa. Era casi como si Ben quisiera negarse y mantener a Joseph todo para él. Corey no podía culpar al hombre en realidad, pero al final, Ben sonrió amablemente y le entregó a su hijo. Tan pronto como Ben estuvo libre del niño, Corey le dio una palmada en la espalda. —Felicidades, hombre. Es hermoso. Vas a tener un duro trabajo cuando se convierta en un adolescente. —Corey se rió al ver la expresión en el rostro de Ben. Ben lo miró y luego se volvió serio por un minuto. —Gracias por lo de antes. Sé que estaba un poco fuera de mí. Espero que no te hiciera daño cuando te ataqué. —¿Él te atacó? —Ethan se quedó sin aliento, mientras daba un paso hacia arriba junto a Corey. —Estoy bien —trató de tranquilizar a su pareja—. Me lo merecía después de que te diera una bofetada. Y, sí hombre, estabas más que sólo un poco fuera de tí. Me gustaría haberlo grabado en una cámara, —Corey dio un salto atrás cuando Ben gruñó y le dio un golpe juguetón. —Deja de intentar hacer daño a mi compañero, —se quejó Ethan. Corey bostezó mientras miraba su reloj para ver que se acercaban las dos de la mañana. No se había dado cuenta de que era tan tarde. Ben tomó posesión de Joseph, otra vez, de las manos de Declan y luego dijo—: Todos debéis ir a casa. No hay razón por las que debáis perder ninguna hora de sueño más a causa de nosotros. Corey, lleva mi coche. Yo no voy a ninguna parte por el momento mientras Tommy esté todavía aquí. Puedes dejarlo de nuevo a última hora de esta tarde. Corey vio cómo Ben pasó suavemente su dedo sobre la mejilla
suave y redondeada de Joseph. Nunca había visto a su gran y fuerte Alfa ser tan gentil y tierno con nadie, excepto tal vez con Tommy. —Parece buena idea. Te llamaré una vez que estemos al tanto y descubramos lo que quieres hacer a continuación. Ben asintió, pero nunca alejó la mirada de su hijo recién nacido. —Felicidades de nuevo, hombre —dijo Corey. Como él, Ethan y Declan. Se despidieron y se dirigieron de camino a casa. Condujo de vuelta a la casa del Alfa y Declan dio las buenas noches antes de irse a casa en su propio coche. Ethan salió de la camioneta y siguió a Corey de regreso a su casa en el coche de Corey. Tan cansado como estaba por la hora tardía, la anticipación se abrió paso a través de su cuerpo en el pensamiento de terminar lo que él y Ethan habían empezado antes. Cinco minutos más tarde, Corey detuvo la camioneta y estacionó junto a la acera fuera de la puerta de su casa. Se levantó y se ajustó su polla, que se había engrosado considerablemente de camino a casa. Corey observó mientras Ethan estacionaba el coche de Corey en el garaje junto al suyo. Llevó un momento apreciar lo bueno que los dos coches parecían al lado el uno del otro y luego movió la cabeza en sus pensamientos y vagó hasta reunirse con Ethan y desbloquear la casa. Corey abrió la puerta e indicó a Ethan que entrara y luego lo siguió adentro. Ethan miró por encima del hombro mientras Corey cerró la puerta y le hizo un guiño. Corey casi se tragó la maldita lengua con la mirada caliente que Ethan le disparó. Ethan, obviamente, no tenía problemas con que lo retomaran donde lo habían dejado cuando sacó la camisa por encima de su cabeza, se quitó los zapatos, y poco a poco se abrió camino por el pasillo hacia la habitación de Corey. Tuvo un segundo para preguntarse cómo Ethan sabía dónde estaba su habitación y entonces recordó el juego de póquer y la camiseta que Ethan amablemente le había dado. No era alguien que se quedara atrás, Corey arrancó la camisa por la cabeza y la tiró al suelo donde había estado
de pie delante antes de seguir a su pareja. El rastro de la ropa por el pasillo tenía a Corey salivando ante lo que iba a encontrar en su dormitorio. Zapatos, calcetines y pantalones vaqueros estaban esparcidos sobre el suelo. Corey hizo una pausa durante un momento para sacar sus propios zapatos dando un golpe seco, ya que cuando cada uno cayó al suelo se hizo eco en el silencio de la casa. Corey abrió la puerta de su dormitorio y se detuvo en seco. Su lobo se sentó sobre sus patas traseras con él, jadeando, y, si Corey no tenía cuidado, empezaría a babear al ver lo que lo saludó. Un muy desnudo Ethan se arrastraba a cuatro patas en el centro de la cama de Corey. Corey no pensó que jamás hubiera visto una más perfecta visión en su vida. La piel suave y cremosa de Ethan sólo suplicaba que lo tocaran y marcaran. Corey quería hundir sus dientes y su polla en el descarado y redondeado culo de Ethan. Su polla palpitaba de acuerdo. Debía haber estado entretenido demasiado tiempo por Ethan –mientras el hombre– movía el culo a Corey. Corey gruñó por la invitación, de forma rápida tiró el resto de su ropa, y se metió en la cama detrás de Ethan. Al segundo que sus cuerpos se tocaron, Corey se sintió como si hubiera sido electrocutado. La chispa entre ellos era tan viva que era casi visible. Ni siquiera con William se había alguna vez así. Ethan meneó su culo de nuevo y Corey lo golpeó. Observó con fascinación cómo la piel pálida estaba primero más blanca y luego se volvió de un impresionante tono rosado. —Joder. Eso es sexy como el pecado, —ronroneó Corey. —¿Sí? —Oh, sí —dijo Corey y entonces azotó el otro lado, para tener el conjunto combinado. Ethan gimió y se apretó de nuevo contra sus manos.
Corey se apoderó de los globos gemelos del culo de Ethan y aumentó la presión, antes de separar las mejillas para ofrecer una visión sin obstáculos de la entrada de Ethan. —Corey... —Ethan gimió su nombre, y Corey honestamente pensó que nunca había sonado más sexy—. Por favor... Corey vio cómo las manos de Ethan se apretaron en la ropa de cama debajo de él. —Lo sé, —susurró Corey y luego se inclinó hacia abajo y lamió las bolas de Ethan todo el camino hasta la cima de su hendidura. Ethan se volvió loco debajo de él y Corey se zambulló de nuevo dentro. Esta vez se concentró en ese pequeño lugar que le ganaría la entrada al cuerpo de Ethan. Corey movió la lengua hacia atrás y hacia adelante sobre los músculos tensos. Enterró la cara en el culo de Ethan y lamió y aspiró su agujero fruncido hasta que Ethan le rogó que parara. Su compañero estaba volviéndose loco, sus caderas presionando de nuevo contra la cara de Corey, tratando de conseguir que la lengua de Corey fuera más profundo. La siguiente vez que Ethan gimió, Corey soltó una de sus mejillas y hundió su dedo índice en el interior de Ethan, mientras continuaba lamiendo la entrada. Ethan gritó debajo de él. Los músculos de su culo se apretaron alrededor del dedo de Corey y el fuerte olor de semen golpeó el aire. —Oh mierda, oh mierda, oh mierda —recitó Ethan mientras seguía jadeando. Corey gruñó mientras su lobo olía la liberación de su compañero. Introdujo rápidamente un segundo dedo, y un tercero poco después de eso. Ethan continuó retorciéndose y moviéndose debajo de él, diciéndole a Corey todo lo que necesitaba saber. Cuando estuvo satisfecho de que al fin podía tomar a su compañero sin causarle daño, Corey se acercó a la botella medio vacía de lubricante que estaba colocada en la parte superior
de la mesilla de noche desde el momento en que la había usado esa mañana y no la había guardado. Roció el frío gel en la hendidura de Ethan y lo extendió con los dedos, asegurándose de cubrir por dentro a fondo. Corey vertió una pequeña cantidad en la palma de su mano y luego empuñó su eje, completamente recubriéndose él mismo. —Corey... —Ethan volvió a gemir—. Date prisa. Tengo que sentirte dentro de mí. Por favor. —Ethan presionó de nuevo mientras Corey alineaba la cabeza de su pene contra el agujero de Ethan. —¡Oh, mierda! —juró Corey cuando el cuerpo de Ethan le succionó justo adentro. Se hundió hasta las bolas profundamente con un largo empuje dentro de su pareja. El grito de placer fue todo lo que escuchó de Ethan antes de que su compañero tirara hacia delante y luego se empujara a sí mismo de nuevo en la polla de Corey. —Eso es, cariño. Jódete a ti mismo en mi polla. ¿Se siente bien? ¿Yo extendiéndote tan amplio? —Oh, sí —gimió Ethan, mientras seguía montado en su placer. Con ganas de más, Corey se agarró de las caderas de Ethan y lo abrazó con fuerza, aquietando el movimiento de su compañero. Cuando Ethan gimió y volvió a intentarlo, sin éxito, para moverse, Corey se inclinó y gruñó en su oído. —No te muevas. Corey tiró de sus caderas hacia atrás hasta que sólo la punta de su pene todavía estaba dentro de Ethan y luego empujó hacia adelante. Ethan gritó obscenidades por debajo de él y Corey pensó que sus vecinos podrían oírlos si no eran cuidadosos, pero entonces decidió que le importaba una mierda y le encantaba lo ruidoso que era Ethan. Corey siguió golpeando dentro de Ethan. El sonido de su carne golpeando juntas intensificó su excitación aún más. Alcanzó debajo de Ethan con una mano y envolvió sus dedos
alrededor de la imposiblemente dura polla de Ethan. Corey se exprimió y eso fue todo lo que llevó para enviar a Ethan al borde del límite y a un completo orgasmo alucinante. Ethan gritó su liberación. Golpeaba cada vez más contra Corey, obviamente sin querer que el placer se disipara. Corey se inclinó sobre la espalda de Ethan y trató de sobrellevar la euforia de la adormecida mente que sentía en el cuerpo de Ethan apretándolo con fuerza, pero sabía que estaba luchando una batalla perdida. Con esta cercanía al límite, Corey no pudo detener a su lobo de hacerse cargo parcialmente. No lo haría, incluso si pudiera hacerlo. Los caninos de Corey se alargaron y gruñó un profundo estruendo que reverberó a través de su cuerpo entero. Ethan se estremeció debajo de él e inclinó la cabeza a un lado automáticamente. Empujó dos veces más, luego mordió con fuerza la coyuntura del cuello de Ethan. Corey saboreó el dulce y cobrizo sabor de la sangre de su compañero y al segundo, el enlace de acoplamiento hizo clic en su lugar y fue arrojado de cabeza al orgasmo que atravesó su cuerpo. Ethan se derrumbó debajo de él y –sin poder moverse– Corey lo siguió hacia abajo. Ethan gimió débilmente cuando Corey sintió que su nudo se extendía desde su polla y se adhirió a la próstata de Ethan. Quitó suavemente los dientes de su cuello y lamió las heridas hasta que sanaron suficientemente. El sonido de un ronquido de su compañero tenía a Corey sonriendo por un trabajo bien hecho. Corey sabía que debía levantarse cuando pudiera y limpiarles, pero estaba tan agotado como su compañero. En cambio, los hizo rodar hasta que estuvieron de costado, Corey en cuchara alrededor de Ethan mientras sostenía a su compañero cerca. Corey se acercó a ciegas y logró, sin demasiado drama, tirar de las sábanas sobre ellos. Ethan se apretó contra él en su sueño y Corey comenzó a preguntarse si esto era realmente una buena idea. Antes de que pudiera pensar mucho en ello, su cansancio lo alcanzó y Corey cedió al sueño –contento con el conocimiento de que su compañero estuviera
con él.
Capítulo 9 Corey se sentó en su computadora en la oficina de su casa, muy temprano a la mañana siguiente. Bueno, temprano... No habían conseguido dormir hasta bien pasadas las tres de la mañana. Corey había estado tentado a simplemente quedarse allí y abrazar a Ethan hasta que su compañero se despertara, pero su deber para con su Alfa le había echado de la cama. Corey sabía que todavía tenía algo de tiempo, pero quería hackear la base de datos nacional de nacimientos, defunciones y matrimonios y registrar a Joseph mientras no hubiera una gran cantidad de actividad en el servidor. Podía ocultar más fácilmente sus pistas cuando no había una gran cantidad de tráfico con la que tratar. Por no decir que Corey no tenía necesidad de concentrarse en lo que estaba haciendo, porque lo hacía. Sabía que estaba rompiendo todo tipo de leyes cada vez que hacía esto, pero ahorraba una gran cantidad de tiempo y explicaciones que no podían dar. Corey estaba tan absorto en lo que estaba haciendo que pasó por alto cuando Ethan entró en la habitación. Saltó ligeramente cuando la mano de Ethan se envolvió alrededor de su cintura y comenzó a jugar con el cordón que llevaba en el albornoz. —Sea lo que sea que estés haciendo, no puede ser tan importante para salir de la cama tan temprano. —Ethan —gimió Corey. El pensamiento de su compañero en la cama le tenía duro en cuestión de segundos. —Vuelve a la cama, Corey. Quiero ser violado otra vez por mi compañero.
Corey gimió. No había una maldita manera de que pudiera negar a su compañero una petición como esa. Lamentablemente, tenía que terminar lo que había empezado, y no podía levantarse y alejarse. Corey miró sobre su hombro y besó a Ethan cuando su compañero se agachó a su lado. —Dame dos minutos y soy todo tuyo —prometió. —Tienes uno —dijo Ethan y salió de detrás de Corey para mostrar su desnudez en toda su gloria. Ethan salió de la habitación con un balanceo muy marcado en sus caderas. Corey se sentó embelesado por su compañero hasta que la ligera risa le separó de su ensueño. —Cuarenta segundos —gritó Ethan mientras rodeaba la esquina y desapareció de la vista. Corey se volvió hacia los tres monitores de ordenador que tenía frente a él, sus dedos volando sobre las teclas mientras trabajaba para terminar lo que había empezado. Se puso de pie cuando pulsó la última tecla y prácticamente salió corriendo de la oficina para su dormitorio. Ethan estaba en medio de la cama, acariciando lentamente su miembro ya duro. La boca de Corey se regó por la vista ante él. —¿Qué te llevó tanto tiempo? —preguntó Ethan, mientras Corey estaba en la puerta fascinado por la visión de la mano de Ethan trabajando de arriba a abajo. Corey gruñó en respuesta a Ethan y se abrió camino hacia la cama, donde golpeó la mano de Ethan fuera del camino y la reemplazó con la suya. —¿Es esto lo que estabas deseando? —ronroneó Corey, cuando se inclinó hacia delante y lamió un camino a lo largo de la vena hasta el lado de la polla de Ethan. —Ah huh, —Ethan gruñó y empujó sus caderas. —¿Por qué no vienes aquí y me dejas familiarizarme contigo? —Corey no tenía ningún problema con esa idea y rápidamente arrastró los pies alrededor de la
cama hasta que sus piernas se abrieron en la cabeza de Ethan. Se instaló y bombeó a Ethan una vez antes de envolver sus labios alrededor de la cabeza de la polla de Ethan y lo tragó. Gruñó cuando la caliente boca de Ethan rodeó su propia polla goteando. Ethan gimió, lo que provocó que las reverberaciones se dispararan a través de su polla y hacia abajo en su cuerpo. Corey aumentó la presión y succión y asintió con la cabeza hacia arriba y hacia abajo. Las piernas de Ethan cayeron abiertas cuando las manos de Corey suavemente acariciaron el interior de los muslos de Ethan. Corey trabajó sus dedos en la hendida grieta de Ethan y acarició los músculos tensos de su apertura. Ethan empujó sus caderas, empujando su polla más abajo de la garganta de Corey. Corey se retiró para detenerse de atragantarse hasta que sólo le quedaba la cabeza en la boca. Movió su lengua en la ranura, reuniendo las gotas de líquido pre-seminal, al mismo tiempo que presionaba su dedo en la apertura fuertemente musculada de Ethan. Ethan gritó y una vez más nuevamente Corey lo sintió abajo por su longitud. Como el dedo de Corey se movía dentro y fuera del cuerpo de Ethan, sus caderas comenzaron a dar saltos rápidos y más rápidos. La cabeza de Ethan cayó atrás cuando la polla de Corey se deslizó por el calor acogedor de la boca de Ethan. Su compañero estaba demasiado atrapado en el placer que estaba recibiendo para concentrarse en la continuación de la mamada. Corey aceleró sus movimientos e incrementó la presión, ya que su dedo encontró el único punto en el interior de su verdadero compañero para enviarle al límite. Ethan gritó—: ¡Oh, mierda. Oh, mierda! No puedo pararlo. Las caderas de Ethan empujaron una vez más antes de que su cuerpo se quedara inmóvil y la boca de Corey se llenara de la semilla de su compañero.
Corey tragó todo lo que Ethan tenía para dar y siguió golpeando contra su próstata hasta que Ethan se arqueó y gimió bajo él. Salió y se volvió alrededor hasta que se arrodilló en la cama junto a la cabeza de Ethan mientras empuñaba su polla y tiraba rápidamente. Corey sabía que no iba a llevar tiempo tan encendido como se sentía. Ethan le miró fijamente, con los labios hinchados por chupar la polla de Corey, se calentó simplemente por ver su mirada mientras observaba a Corey. —Sí, vamos. Dámelo —dijo Ethan, mientras extendía la mano y acariciaba las bolas peludas de Corey. Corey echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos cuando su orgasmo se escapó de su cuerpo. El gemido de Ethan tenía a Corey mirando hacia abajo para ver su semen salpicar en la cara de su compañero y en el cuello. —Joder. Eso es condenadamente sexy, —gruñó Corey. —¿Sí? —preguntó Ethan, cuando pasó un dedo por su mejilla y recogió algo de la liberación de Corey antes de que llevara el dedo a la boca y lo chupara. La polla de Corey tembló con la visión. —¿Tal vez debería caminar así todos los días? —bromeó Ethan. —No me tientes —dijo Corey, mientras lentamente dejó la cama. Le tendió la mano y Ethan la cogió. Corey ayudó a su compañero y se dirigieron hacia el cuarto de baño. Con el lío que había hecho por todo Ethan, su compañero necesitaba una ducha y además, si Corey estaba deseando tener al hombre todo mojado y resbaladizo, ¿qué pasaba?
Una semana después, Ethan se sentó con Tommy, mientras arrullaba a Joseph en la sala de estar de la casa del Alfa. Ethan estaba esperando a que Corey lo recogiera porque su coche había ido para su
inspección regular. —Es tan impresionantemente mono. Sólo quiero comérmelo, — Ethan dijo esto, cuando los diminutos deditos de Joseph se envolvieron alrededor de los mucho más grandes de Ethan. —Puede que sea lindo ahora,—dijo Tommy, cuando suavemente recuperó a su hijo mientras estaba en la parte interior de sus piernas. — Pero no es tan lindo a las tres de la mañana cuando se despierta para una alimentación y luego otra vez a las cuatro para un cambio de pañales y de nuevo a las cinco treinta porque decidió comenzar su día antes de que el sol incluso saliera. —Tan cansado como su amigo sonaba, Ethan podía ver el amor que Tommy tenía para su hijo. Ben entró en la habitación y le dio un beso al lado de la cabeza de Tommy. —¿Cómo están mis dos chicos favoritos? —preguntó, mientras se sentó en el otro lado de Tommy. —Estamos bien. Un poco cansados, pero bueno. —Tommy besó a Ben correctamente y entonces volvió su atención a su hijo. —¿Quieres visitar a Papá durante un rato? —preguntó, mientras cogió suavemente a Joseph, asegurándose apoyar su cabeza, y lo trasladó a los brazos de Ben. Joseph se arrullaba contento y comenzó a tocar y chupar los dedos de Ben. Un golpe en la puerta fue seguido por Corey entrando con un hombre que Ethan nunca había visto antes. —Alfa, tienes una visita, —anunció Corey, cuando entró en la habitación. Ben se puso de pie para saludar al desconocido. A regañadientes le entregó a Tommy de nuevo a Joseph antes de caminar frente a ellos, colocando su cuerpo entre ellos y el hombre desconocido. —¿Quién eres y cómo puedo ayudarte?—le preguntó Ben con voz firme. Era obvio para Ethan que al hombre no le gustaban las visitas inesperadas en su casa y tan cerca de su compañero y su hijo recién
nacido. Estaba seguro de que Ben estaba siendo un poco más protector en el momento, y Ethan sabía que Corey no habría dejado que el hombre entrara en cualquier lugar cerca de la casa si no tuviera una muy buena razón para estar aquí. —Perdona la intrusión, Panneath Alfa Taylor. Mi viaje aquí fue un poco apresurada y fui incapaz de llamar con antelación. Mi nombre es Damon Kelly y soy teniente en el departamento de policía de Brisbane. — Damon sacó su identificación para mostrar a Ben y luego se quedó inmóvil, con las manos extendidas por los costados y la cabeza inclinada en sumisión a Ben. Ethan estaba sorprendido por esta noticia, como al parecer estaban todos los demás. —¿Qué hace un agente de policía de Brisbane en mis parajes? — preguntó Ben, mientras daba un paso hacia delante y tocó a Damon en el lado de su cuello, reconociendo su oferta. —Hace unos días, un archivo llegó a mi escritorio de la oficina de Queensland de nacimientos, defunciones y matrimonios. Corey se puso rígido a un lado inmediatamente. Ethan tenía un mal presentimiento sobre esto. —Continúa, —dijo Ben. —Parece que su sistema recogió alguna inusual actividad, e informaron tan pronto como encontraron la intrusión. —Damon miró a su alrededor y pudo decir por sus palabras que obviamente significaba algo para ellos—. Ahora, quienquiera que fuera, era muy inteligente y si no fuera por un pequeño desliz, se hubiera salido con lo que fuera que estaba haciendo. Por lo que mi informe me dice, no son capaces de determinar lo que el hacker buscaba en la base de datos. Le di el proyecto a uno de mis chicos de investigación y le pedí que lo mirara. Corey resopló, y Ethan tuvo que preguntarse qué estaba pasando
por la cabeza de su compañero en ese preciso momento. —Mi chico es bueno, pero el que irrumpió es mejor. Lo único que fue capaz de determinar era que la original conexión vino de esta ciudad. No podía especificar cualquier cosa más allá. —Joder —juró Corey. —Greg es un lobo como yo y sabía lo que significaba para Atherton aparecer en el radar. Está listo para enterrar la información que encontró y modificarla para que apunte a una mayor área generalizada, es decir, Cairns, si yo lo requiero. Necesito saber si esto está relacionado con el asunto de la manada o si tengo que investigar y ver quién en esta ciudad está pirateando las bases de datos del gobierno. Ben se volvió a Corey y levantó una ceja. —¿Cómo diablos hiciste para que te pillaran? —le preguntó Ben pareciendo un poco molesto. Corey hizo una mueca. —Con todo lo que pasó la noche anterior y esa mañana, mi mente no estaba completamente en el trabajo. Estaba recién acoplado, Ben. Recuerdas cómo fue eso, además de la falta de sueño de esa noche. Debo haber pasado por alto algo. No volverá a ocurrir. —Corey sonaba enojado, pero Ethan tenía una sensación de que su compañero estaba más enfadado consigo mismo. —Bueno, supongo que eso responde a esa pregunta entonces, — dijo Damon, cuando les sonrió—. No necesito decirte lo diferente que todo esto podría haber resultado si ese archivo se hubiera dirigido a alguien que no fuera yo. —Sí, confía en mí. Entiendo las implicaciones, no sólo para mí y mi manada, sino para los cambia-formas en general. Seré mucho más cuidadoso en el futuro. No hay una maldita manera de que quiera ser responsable de anunciar nuestra presencia a la nación a lo grande, todo porque cometí un pequeño error.
Ben asintió a Corey y luego se volvió hacia Damon. —Aprecio que te hayas tomado el tiempo para venir aquí. Sé que esta no puede ser una posición fácil, en la que te hemos puesto, pero agradecería si pudieras enterrar la evidencia. ¿Hasta cuándo vas a estar en la ciudad? —preguntó Ben. —No estaba seguro de lo que encontraría cuando llegué, así que reservé un vuelo de vuelta para dentro de una semana. —Damon les sonrió y se pasó los dedos por el corto pelo negro. No tenía un montón. Era casi un corte militar. —Imaginé que me daría tiempo suficiente para hacer un poco de investigación si fuera necesario o si no se requería, haría uso del tiempo para un breve descanso. No he tenido un día de fiesta en dos años y nunca he estado en esta parte del estado. Siempre puedo cambiar mis vuelos y volver a casa antes de tiempo si es necesario. Joseph comenzó a quejarse en los brazos de Tommy y se excusó para ir a cuidar al bebé que ahora estaba llorando. —Eres bienvenido a quedarte todo el tiempo que desees y, también te invitamos a utilizar nuestras tierras de la manada si te gusta ir a correr. Sólo házmelo saber primero, y haré que alguien vaya contigo para que no haya ningún problema. —Gracias, Panneath Alfa Taylor. Eso es muy generoso —dijo Damon, mientras inclinaba la cabeza. Ben metió la mano en el bolsillo, sacó una tarjeta de visita, y se la entregó al policía. Damon la miró y a continuación, se la metió en el bolsillo de sus pantalones de vestir. —Gracias, otra vez. Estaré en o durante todo la semana. Si necesita ponerse en o conmigo por alguna razón, puedo ser localizado en el móvil anotado. —Luego entregó a Ben una tarjeta de visita y el teniente Kelly se despidió y salió de la casa. Corey le acompañó hasta la puerta.
Su compañero parecía preocupado y enojado consigo mismo cuando regresó a la habitación. Ben había vuelto a sentarse en el sofá mientras Corey se había ido y su compañero se dejó caer en una de las sillas. Ethan, con ganas de ofrecer a Corey un poco de consuelo, se levantó y caminó hacia él antes de sentarse en el brazo de la silla y tomar la mano de Corey en la suya. —No te culpes por esto, Corey. Era obligado que pasara con el tiempo. Y, como has dicho, no puedes culparte por tener una mente dispersa por la mañana después de que trataste conmigo y con mi problema, Tommy teniendo a Joseph, y finalmente dejándote de mirar el ombligo y reclamando a tu pareja. Es comprensible. —Ben le miró y entonces entrecerró los ojos un poco. —Sólo por favor, sé más cuidadoso en el futuro. No necesitamos una repetición de esto. —Lo tienes, —dijo Corey. Ethan aún podía decir que su compañero no estaba contento consigo mismo, sin embargo, no importaba lo que Ben le dijera. —Volvamos de nuevo a tu casa —dijo Ethan, y apretó la mano de Corey con suavidad. Corey le miró y sonrió. —¿Qué tal si lo hacemos nuestra casa? —En ese caso, voy a ir a buscar a mi compañero y a mi hijo, —Ben anunció, mientras se levantaba y salía de la habitación. —¿Eh? —Quiero que te mudes conmigo, Ethan. Por favor. Pasa todas las noches en la casa tal como es. Me encanta despertar contigo por la mañana e ir a dormir teniéndote en mis brazos todas las noches. Quiero ver tus cosas al lado de las mías, llenar los espacios que nos pertenecen juntos. Corey tiró y Ethan cayó en su regazo. —Entonces, ¿qué dices? —preguntó.
—Sí. Me encantaría vivir contigo. —Ethan llegó arriba y ahuecó el lado de la cara de Corey mientras arrastraba a Corey ante él. Sus labios se encontraron y Ethan sintió su cuerpo ligero con el toque de su compañero. Sus lenguas se batieron en duelo y Ethan sintió su polla empezar a responder. También podía sentir el inicio de la de Corey endurecerse bajo su culo. —Vamos a casa —le susurró Corey, mientras presionaba otro ligero beso en los labios de Ethan. Sin embargo, no llevó esto más lejos. Casa. Ethan nunca había tenido una casa antes. Era algo que había anhelado toda su vida después de que sus padres habían fallecido. Ahora su sueño finalmente se estaba haciendo realidad y todo porque este hombre había elegido darle una oportunidad y apostar su corazón a que Ethan no le haría daño. —Te amo —susurró Ethan—. Gracias por darme todo lo que siempre he querido. —Ah, cariño, yo también te amo. Pude haber combatido con uñas y dientes, pero simplemente no te detendría. —Corey se inclinó y le besó de nuevo, esta vez con calor y pasión, sus lenguas enredándose, sus manos recorriendo cada cuerpo del otro. Ethan se olvidó de dónde estaban y se echó hacia atrás, sólo para encontrar aire. Cayó al suelo, Corey siguiéndolo abajo, sus labios nunca se separaron. Ethan se rió mientras el aliento salió de él. Ethan sabía que su vida había cambiado de una manera que nunca había creído posible cuando había solicitado por primera vez el cargo de asistente de Ben. Nunca pensó que alguna vez tendría un verdadera casa. Ahora, Ethan no sólo tenía amigos que podía ver que iban a estar en su vida durante mucho tiempo por venir, sino que también tenía un compañero que amaba más de lo que las palabras podían expresar. Quién sabía qué podía deparar el futuro. Un día, Corey y él podrían ampliar su pequeña familia de dos.
SOBRE LA AUTORA Bueno, ¿qué puedo decir sobre mí? Crecí en el norte de Australia. Tengo 30 años, recientemente soltera y una madre de uno. Trabajo a tiempo completo y cuando no estoy pasando tiempo con mi familia y amigos, me podéis encontrar ya sea leyendo en mi Kindle o escribiendo. Me encantaría escuchar cualquier comentario que tengas, así que por favor, mándame una línea a:
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