El Positivismo fue un movimiento que se impuso en Europa entre 1830 y 1880. Su creador fue el francés Augusto Comte, quien entendió la historia como el paso por tres estados específicos, donde el último representa el estado del saber y la ciencia positiva en contraposición a lo religioso y metafísico. Se trata del enfoque empírico- inductivista de las ciencias naturales trasladado a las ciencias sociales. La característica fundamental es el orden y progreso. En Latinoamérica se entroniza hacia 1870 como doctrina oficial de muchos gobiernos entre los que se destacan el de Antonio Guzmán Blanco en Venezuela. Siguiendo a Tinoco (2006) el positivismo venezolano propone una visión de progreso y del atraso para descifrar los destinos del país y del continente. El positivismo venezolano ha sido visto tradicionalmente como un movimiento homogéneo, cuya denominación engloba de igual forma a todos los pensadores que se nutrieron de la teoría de Augusto Comte y Herbert Spencer, sin embargo, c/u de los autores que conforman este movimiento mantuvieron ideas distintas en relación al progreso, al atraso y a los factores que inciden sobre estos. La idea de progreso en muchos autores se concentró en lo que rige el proceso civilizatorio y, en casi todos, esta idea se concentraba en los avances políticos. La introducción del positivismo en Venezuela es casi inmediata luego de la publicación de la obra de Comte y Spencer. Plaza (1990) y Carmona (2000) coinciden en señalar que el Positivismo comienza a desarrollarse en la Universidad Central de Venezuela en 1863 con Adolfo Ernst y su cátedra de Historia Natural y en 1866 con Rafael Villavicencio y su cátedra de Historia Universal. En torno a ellos se formó un grupo de alumnos que integraron la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales establecida en 1867. En 1882 se creó la fundación del Instituto del Saber. Mediante estas instituciones se dan a conocer en el país las doctrinas evolucionistas y positivistas, publicadas en el diario La Opinión Nacional. La época de Guzmán Blanco (1870-1882) permite la entrada de ideas positivistas a través de innovaciones en la educación y la salud. Se funda el Hospital Vargas, el Instituto Pasteur de Caracas, la Academia de Medicina y La Gaceta Médica. La introducción del positivismo trajo consigo un espíritu antirreligioso y anticlerical, tal como lo promulgó Comte. Momentos: El primer momento Se caracteriza por una juventud que desarrolla su pensamiento en la época del
liberalismo guzmancista. Son liberales y democráticos, utilizan la teoría positivista como instrumento crítico contra los valores y creencias
tradicionales. Este primer momento de divulgación del positivismo se prolonga hasta el año 1908 y coincide con los gobiernos de Guzmán Blanco, Rojas Paúl, Andueza Palacios, Joaquín Crespo, Ignacio Andrade y Cipriano Castro. Sus exponentes son: Adolfo Ernst, Rafael Villavicencio como difusores y, Elías Toro, Luis Razetti, Ramón Briceño Vásquez, Delgado Palacio y Vicente Marcano como alumnos continuadores, por otro lado aparece López Méndez como el positivista autodidacta. A esta etapa también corresponde la obra juvenil de Gil Fortoul y Lisandro Alvarado. El segundo momento Se caracteriza por el o de exponentes positivistas con el positivismo europeo, debido a su permanencia en algunas ciudades por los puestos diplomáticos ocupados para diferentes gobiernos del llamado Liberalismo Amarillo venezolano. Vallenilla Lanz y López Méndez fueron a Francia. Gil Fortoul viajó A Italia, Inglaterra y Francia. El tercer momento Se caracteriza por la justificación que hace el positivismo de los regímenes dictatoriales. Gil Fortoul, Manuel Arcaya, Vallenilla Lanz y César Zumeta. Según estos autores en Venezuela no puede aplicarse teorías extrañas sobre la libertad y demás especulaciones de las doctrinas liberales y democráticas ya que el régimen de la fuerza constituye una necesidad sentida por el pueblo venezolano. Es Vallenilla Lanz quien expone la tesis del gendarme necesario. Positivismo y Gomecismo Así puede denominarse el tercer momento explicado en líneas anteriores y del cual Pino (2005) realizó las siguientes consideraciones: • Los intelectuales próximos a Gómez se sienten poseedores de un nuevo método científico. • La ideología positiva se coloca al servicio de la dictadura y la justifica. Si el gomecismo significa la privanza absoluta y arbitraria de un hombre, el positivismo es el ropaje erudito de esa realidad. • Los positivistas que justificaron el gomecismo estaban consciente de la necesidad de elaborar un nuevo conocimiento. Para ellos el estudio metódico iba a desenterrar al país de la imprevisión y la inestabilidad, ya que la cultura de antaño la juzgan de imprecisa superflua e impropia, a pesar de ser pieza inmediata de la evolución a la cual tanto decían considerar en sus escritos. • Poca preocupación de los positivistas por mostrar un pensamiento lógico y coherente. Predomina el factor político en el manejo de los conceptos. • Encuentran en el pasado venezolano una predisposición a la belicosidad y a la desintegración, resultado de la influencia del instinto, la raza, el clima. Sin embargo al proponer soluciones no hay otra salida contraria sino el espíritu de la dictadura. REFERENCIAS • Carmona, M. (2000). Espiritualismo y Materialismo en El Positivismo Venezolano. Mérida: Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la Universidad de Los Andes. • Pino, E. (2005). Positivismo y Gomecismo. Caracas: Academia Nacional de La Historia. • Plaza, E. (1990). Bases Filosóficas del Positivismo Social Venezolano. Boletín de La Academia Nacional de La Historia, 291, 89-102 • Tinoco, A. (2006). De la idea de progreso a la idea de atraso en el pensamiento positivista venezolano de los siglos XIX y XX. Tesis de Doctorado para la
obtención del título de Doctor en Historia, Dirección General de los Estudios de Postgrado, Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela
Positivismo En Venezuela El positivismo es una corriente filosófica, surgida a mediado del Siglo XIX, que pretende estar por encima del pensamiento idealista y del materialista, se concentra en datos científicos, obtenidos por la vía experimental, para explicar los fenómenos naturales. Cosiste en no itir como validos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto.
La situación social que presentaban los países de América Latina desde mediados del siglo XIX, contribuyó sin duda a favorecer la adaptación del positivismo, porque estas naciones se encontraban entonces en la necesidad de construir las bases efectivas para enfrentar una vida, muy diferente al impuesto por las colonias. Algunos pensadores pertenecientes a países como México, Brasil, Cuba, Argentina, Venezuela y otros países latinoamericanos, aspiraron los mismos niveles técnicos y productivos de países europeos, por lo que acogieron pensamientos positivistas de pensadores europeos de esa misma época.
El positivismo en Venezuela constituyó el soporte de toda una etapa cultural y sentó las bases para un cambio en las ciencias y, principalmente, en la educación, pues los intelectuales positivistas estimaron que ésta era la vía para formar a los pueblos en una nueva conciencia de sí y estimular el progreso, instruyendo a los hombres y desterrando en ellos la ignorancia, para hacerlos seres prácticos y positivos.
Rafael Villavicencio, Adolf Ernst y Vicente Marcano, fueron la primera generación de positivistas en Venezuela que surgió a mediado del Siglo XIX. Esta generación apoyó la obra de Guzmán Blanco; eran todos liberales en cuanto a libertad, pensamiento y culto de las formas republicanas y parlamentarias. Muchos de estos intelectuales no criticaron la centralización dictatorial del poder político ni manifestaron preocupación por la democracia: su preocupación se centró, más bien, en la educación y en...