El Valor De La Verdad 1q2632

EL VALOR DE LA VERDAD Significa honestidad, buena fe, sinceridad humana y está relacionada con el corazón humano y las actividades personales, sociales, políticas y económicas. La ventaja de la verdad es la integridad personal de quien la mantiene como hábito o costumbre en sus compromisos y obligaciones para la sociedad y el país. Lo contrario de la verdad es la mentira, el engaño y la hipocresía, que en la sociedad se da en todos los ámbitos y en las más altas instancias, y como dice el poeta Ralph Waldo Emerson: “Todo hombre es sincero a solas, en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía”, y Francisco de Quevedo nos dice: “La hipocresía exterior, siendo pecado en lo moral, es gran virtud política”. Dios es la suma y el fundamento de toda verdad, por eso Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”; por lo que la mayor recompensa de la verdad es ser libre de todo cargo de conciencia y de lo que la justicia lo condene, ya que la mentira condena y esclaviza a la persona sin conciencia; además, se coge más rápido a un mentiroso que a un ladrón, porque la mentira tiene patitas cortas. Gracias a la verdad se vive tranquilo y sin preocupación de lo que se diga y no de lo que se calle, porque se cree fielmente en la realidad de los hechos y en lo que siente y no en lo que se imaginan los demás. La verdad está vinculada con los principios éticos que rigen la vida del hombre en la sociedad, por cuanto refleja el color del cristal en que se miren sus actos personales, profesionales, económicos y políticos, los mismos que no pueden estar divorciados con la fe en Dios y el amor al prójimo y la búsqueda de su beneficio. La verdad y la justicia brillan con luz propia, y ocultarlo o negarlo es querer tapar el Sol con un dedo, ya que la mentira disfrazada o dicha muchas veces parece una verdad de los hechos y actos de una persona, pero no siempre se gana con la apariencia y el engaño; algunas veces es el riesgo que tienen que correr los que no actúan con la verdad, y pierden pan y pedazo, el que todo lo quiere todo lo pierde en cualquier momento. *Autor: Ángel Calderón Mayorga

CONOCIENDO Y

CULTIVANDO

Debemos hacer un esfuerzo por conocer la verdad, porque por causa de este conocimiento se ha generado demasiada confusión en los valores humanos. El valor de La verdad como valor universal es inquebrantable, incorruptible e insustituible, pero por no estar en la verdad y por no juzgar con la verdad, caemos fácilmente en la mentira y la corrupción, así propiciamos el desorden social, destruyendo fácilmente nuestra vida y la familia. Por esta razón la Doctrina Social del Bien Común que recoge todos los principios

y valores de vida, le da mucho énfasis a la Verdad, porque con este valor se puede impulsar el desarrollo de la Civilización del Amor. El objetivo es hacer que los valores de vida que son: La Verdad, La Justicia, La Unidad, La Libertad, _La Paz, La Armonía, La Vida, tomen la preeminencia en la educación y sea difundida en todo el ámbito de la nación, con la finalidad de abrir nuevos senderos para el desarrollo integral de nuestro país. El valor de la verdad es la fuente de los demás valores, y es el valor más importante, debemos cultivarlo y difundirlo, para triunfar en la vida.

INTRODUCCIÓN AL VALOR DE LA VERDAD En estos últimos tiempos, las autoridades de Gobierno de algunos países, se han encontrado en una gran encrucijada: “Decir la verdad o no decir la verdad”, esto sucede porque no están acostumbrados a decir la verdad en su entera dimensión y no saben cómo salir de este aprieto, creen que en ambos casos decir o no decir la verdad, esto les traerá perjuicio, y terminan cayendo en la mentira. “Si digo la verdad, esto traerá perjuicio a la vida institucional del País”, y si no digo la verdad el “problema continuará pero en menor escala”. Esta confusión puede resolverse así: PRIMERO, se tiene que saber que la verdad siempre es una puerta abierta, que se nos presenta, como una oportunidad para poder desarrollar la Gobernabilidad, sin ningún obstáculo. SEGUNDO, la verdad siempre amplía nuestra visión más allá de toda frontera, para alcanzar y percibir mejor la Gobernabilidad y la Democracia. TERCERO, tenemos que saber que la verdad es fuente que genera los Valores más elevados de Vida, que son: La verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía, la vida. Si siempre actuamos diciendo la verdad, automáticamente se restablece el orden y se fortalece la institución, persona o país. Mejorando la Gobernabilidad y la Democracia, estaríamos llegando hacia un verdadero desarrollo social del país. Por ejemplo: Cuando uno encuentra algo impuro y putrefacto en la sala, inmediatamente antes de que contamine el ambiente, se tiene que retirar esta impureza, mediante una limpieza esmerada, de lo contrario el olor nauseabundo sería insoportable, esto es una reacción natural, no necesitamos consultar, ni vacilar o dudar, para hacer una limpieza, de igual manera ¡La Verdad es Acción! porque sin la verdad quedamos anclados a la mentira y a una vida falsa que es necesario limpiar. Sin la verdad no hay lealtad, ni justicia, ni fidelidad. Sin la verdad el hombre actúa en la hipocresía y la mentira, fuera de todo orden natural. Ahora continuemos desarrollando este interesante tema de “Conociendo y Cultivando la Verdad”:

QUE ES EL VALOR DE LA VERDAD La Verdad es un elemento real de vida, no es algo imaginario ni filosófico, ni religioso, está localizada en la esencia misma de la vida interna del ser humano, como el valor universal que es incorruptible, insustituible, inmutable, permanente y es de cimiento sólido y estable, es esencia y fundamento de nuestra vida, es la causa original de la existencia de las facultades, cualidades, virtudes y atributos que tiene el hombre. En la Verdad descansan todos los Valores Universales, como la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonía, la vida, elementos que elevan la calidad de nuestra vida; porque son leyes de vida, son principios y preceptos morales. Con la verdad se logra alcanzar una elevada inteligencia y una sabiduría altamente racional, pero para los mentirosos y necios, la verdad está en sus propios juicios y cosas que complacen sus sentidos, pueden equivocarse. La Verdad trae tantas cosas excelentes, que embellecen y exaltan nuestras vidas, más que un premio Nobel. Muchos hombres que alcanzaron experimentar esta verdad en sus vidas, no escatimaron en poner en sacrificio sus propias vidas, con tal de hacer prevalecer la verdad. Entre ellos tenemos: Mahatma Gandhi, Martín Luther King, La Madre Teresa de Calcuta, el Peruano que dijo: “Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”. El mayor ejemplo universal lo tenemos en nuestro Señor Jesucristo, fue tanta la intensidad de su amor, que dio toda su vida, por hacer prevalecer La Verdad, y dijo:”Yo soy la Verdad, vengo de la Verdad, y les enviaré el Espíritu de la Verdad”; hoy nuestro país se ha llenado de mucha gente mentirosa que vive a espaldas de la verdad y se esconde tras la Ética, y normas débiles de conducta, cayendo fácilmente en la corrupción. Ejemplo.- La historia nos muestra que los grandes personajes que llegaron a tener poder y gran aceptación popular, en cuanto convirtieron la verdad en la mentira, y se dejaron arrastrar por este mal, se derrumbaron y quedaron en la orfandad popular, que la historia registra y seguirá registrando. Preocupa que mucha gente, de todo estrato social, no tiene información, acerca de los grandes beneficios que da la verdad auténtica, y como consecuencia andan tras la ilusión, se han acostumbrando a amar lo falso, lo vano, creyendo que están en la verdad, viven engañados por la complacencia de este mundo, cautivados por este sistema adicto a la mentira, que maquilla y disfraza la mentira haciéndola pasar como la verdad, cuando por dentro están totalmente engañados y desorientados. La verdad está en todo orden social, en toda vida humana grande o pequeña, y aún en el vientre de una madre, también en la armonía de la creación misma. A pesar de esto la gente cierra sus conciencias, al punto que se burlan de la verdad, y todo lo hacen, por querer estar tras una verdad relativa e ilusoria, (posesión, fama, dinero) y no saben que todo esto les traerá dolor, sufrimiento y muerte moral, esta forma de vida, siempre está anhelando tener más y más, sin poder saciar sus apetitos ambiciosos, egoístas y viven prácticamente dentro de un mundo de ansiedad y angustia, lo que significa que nuestra sociedad está en un grave problema.

El poeta hace un verso con la verdad, el filosofo estudia la verdad, el materialista hace de la verdad todo lo que sus sentidos pueden percibir, el religioso hace de la moral una verdad; pero las personas inteligentes, asocian su vida con la verdad, siempre la verdad, en lo profundo de su ser, aman a la verdad al punto que hacen de la verdad “ley para su vida”, este es el entendimiento más elevado del hombre, logra su plena libertad, de los enredos de este mundo material y desorientado. La Santa Biblia dice: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32), pero cuando hablamos de una verdad que se puede percibir por los sentidos, nos estamos refiriendo a una verdad relativa, temporal que identifica un hecho o algo material corruptible y desechable. Ejemplo.- Aquellos que no viven dentro de la Verdad y buscan aventuras que van contra las leyes de la naturaleza, esas personas terminan siendo derrotadas y rechazadas por la sociedad, así como le sucedió al Hijo Prodigo.

¿DE DONDE VIENE EL VALOR DE LA VERDAD? La Verdad ¡es un hecho real! No es una teoría, como esencia de la vida del hombre, viene de una fuente superior, que tiene gobierno y que controla todas las leyes que rigen el curso del universo, y también las leyes que rigen la vida de todo ser viviente. La Verdad Absoluta viene de “Dios”. Todos los principios y Valores de Vida, los preceptos, normas morales establecidas, vienen de esta fuente, ninguna norma manufacturada por el hombre, puede cambiar la conducta y el comportamiento del ser humano. Por eso es absurdo seguir insistiendo en querer cambiar al hombre sin antes tener un conocimiento de la verdad. La verdad que aplicamos es cuando nos damos cuenta que es una fuente de vida, es luz que extingue la oscuridad de la ignorancia, este Valor Universal fue dado por nuestro Creador, el autor de nuestra vida. Es imposible que haya luz, si el foco o el cuerpo, no está conectado al generador principal de la fuente eléctrica, que vendría a ser la verdad. Nadie puede dar frutos de la verdad, si antes no ha hecho germinar la semilla de la verdad, los insensatos que no pueden ver más allá de sus sentidos, confunden su necedad con la verdad, todo lo que puede llenar sus hambrientos estómagos llaman verdad, todo lo que satisface sus sentidos llaman la verdad. Ejemplo.- Aquellos que solo viven para comer y dormir sin querer cultivar la verdad, sin ninguna evolución intelectual y espiritual, estos caen fácil en la corrupción. Si la sociedad vive en estas circunstancias, prácticamente no conoce su verdadera identidad, ni el propósito de vida, que consiste en alcanzar la verdad. Las autoridades que ignoran la verdad se degradan, y se esclavizan a la complacencia de este mundo.

EL VALOR DE LA VERDAD EN NUESTRAS VIDAS Vivir en la VERDAD, es encontrar nuevos patrones culturales y una nueva forma de vivir, en un mundo de paz y armonía, con nuevas perspectivas, con una visión más allá de lo convencional, muy diferente a lo que teníamos antes de conocer la verdad, nos revestimos de autoridad y una dedicación a velar por los demás. Cuando vivimos en la verdad se restablece nuestra forma de pensar, se restauran nuestros pensamientos frustrados y enfermos, nos ubica dentro de un orden de vida superior. Nos crea formas de comportamiento más eficaces y más aceptables socialmente; nos da una sola identidad, librándonos de la doble personalidad. Si la esencia de nuestra vida está constituida por la verdad que no cambia, esta debe reflejarse en nuestra vida, sólo así evidenciaremos una alta calidad moral; pero si las autoridades mienten se identifican con una personalidad falsa, fuera de todo orden natural, con tendencias a engañar y ser engañados. Ejemplo.- Aquellos que aparentemente viven con una sola familia, pero que ocultamente tienen otros compromisos, al final terminan engañados y destruidos, que pena.

LA VERDAD FILOSÓFICA Filosofía significa analizar y poner las cosas en orden, un filósofo debe reconocer los elementos más importantes que generan un verdadero orden en la humanidad. Además la filosofía es la rama del saber humano, dedicado a la búsqueda de la verdad; sin embargo, algunos filósofos han especulado acerca de la verdad, no le dieron la definición real. Por ejemplo Sócrates en un dialogo con Protágoras decía: “Cuando las personas son virtuosas actúan de manera correcta, y por hacerlo así, son felices, son iluminados, meditativos, cognoscitivos y virtuosos”. Protágoras itió lo manifestado por Sócrates, la filosofía de Sócrates es principalmente de ética, por que señala el camino de acción en el mundo, más no la meta final de la acción, porque no aplicó la verdad en su verdadera dimensión para darle mayor solidez y perspicacia a la vida del hombre. En resumen algunos filósofos no utilizan la verdad, por eso no llegaron a conocer la verdad, como la sustancia misma de la vida humana, como fuente que alberga todos los elementos de vida que son las leyes de vida, que están normados y reglamentados (estas leyes se encuentran en la jerarquía de los valores). Ejemplo.- El hombre por querer actuar sin tomar en cuenta la verdad, se escuda en normas éticas, que al final termina engañándose a sí mismo y engañando a los demás.

LO OPUESTO A LA VERDAD

Todos los estudios materialistas de biomédica que han caído en la falta de Moral han distorsionado el concepto de la verdad y desde su punto de vista, ellos han estado guiando mal al mundo, y como consecuencia el sentido de la vida está mal orientada; esto significa que generalmente caminamos en medio de dos pensamientos, dos pensamientos opuestos que turban la vida y no hay solidez en sus palabras, por cuánto su vida misma está dividida, consciente o inconscientemente, hacen de la mentira una verdad, y de la verdad una mentira, rechazan todo lo bueno y aman todo lo materialista, y realizan las cosas más injustas en perjuicio de la humanidad. Ejemplo.- Aquellos que se enredan en mentiras y caen en la corrupción, creen que no va a pasar nada, al final se destruyen ellos y destruyen a su familia. En el mundo hay mucha mentira, intriga, envidia y egoísmo, por que se han encerrado en un concepto falso, de creer que la vida está guiada por los sentidos y creen que todo lo que tienen, es lo que se puede ver, y nada más, esto es falso. El cuerpo sólo es un vehículo, que está diseñado específicamente para que se manifieste nuestro espíritu, nuestra alma, dentro de nuestra vida interna hay grandes facultades, cualidades, talentos, atributos, que se expresan a través de los Valores de Vida, esto es muy importante en la vida; y no para complacer descontroladamente los sentidos. Debemos indagar sobre la verdad, su jerarquía, su ciencia y sus grandes beneficios para nuestra vida, pero si damos preferencia a los sentidos caminaremos en caos, en desorientación, en el vicio y la corrupción.

*Autor: Ing. Hernán Vásquez Cabrera

La Importancia de la Verdad La verdad es uno de los principales valores positivos de nuestra sociedad. Un valor positivo es algo que hemos convenido en considerar que está bien o es bueno. Hablamos de verdad en términos de honestidad, sinceridad y buena fe. Es decir, decir la verdad, hablar con la verdad o actuar en base a la verdad. La ausencia de la verdad, en este sentido, genera básicamente la falta de confianza entre las personas. El ser humano es un ente social que necesita de la relación con los otros y en esa relación es imprescindible creer en lo que el otro me dice o hace para sentirme seguro, confiado y hasta querido. Para los niños la principal fuente de verdad son sus padres. Los padres esperan siempre que sus hijos se comuniquen con ellos en base a la verdad. La manera básica en que se expresa la ausencia de verdad es la mentira, la cual es considerada entonces como un valor negativo. Pero también el secreto es una forma de omitir la verdad. Cuando se sospecha de mentira o secreto en el ambiente familiar suele surgir la tensión o el malestar que genera la desconfianza en los seres que más amamos

y deberían ser nuestra principal fuente de tranquilidad. Cuando este malestar se enfrenta y surge “la verdad”, aunque a veces puede ser dolorosa (como dice la frase popular) deviene un bienestar, un alivio, una tranquilidad. Ahora bien, ¿por qué mentimos las personas? Las causas pueden ser múltiples, pero en el fondo se encuentra el temor a ser castigado, rechazado o excluido por decir la verdad. La verdad entonces tiene muchas veces un “precio” emocional alto. Comencemos por pensar qué tan sinceros somos con nosotros mismos y con los demás. Qué difícil se nos hace a veces reconocer algunas de nuestras verdades. ¿Seremos capaces de vivir sin algunas “mentiras” que nos sirven como defensa para sobrevivir emocionalmente? ¿Es posible vivir en la absoluta verdad? De esta reflexión, podemos preguntarnos, ¿todas las mentiras deben calificarse de la misma manera? La respuesta es no. Comencemos con los niños. En los niños preescolares la mentira puede ir asociada a su incapacidad para diferenciar la realidad de la fantasía, a su tendencia lúdica de modificar la realidad según sus deseos y al principio de complacer a los padres (“Digo que no fui yo quien rompí el jarrón porque mamá se pondrá brava”). Entre los 7 y 9 años la noción de mentira o verdad va siendo conceptualizada de manera más clara en la medida que avanza el desarrollo mental o cognitivo y el desarrollo moral. Ya al inicio de la adolescencia, suele estar más definida la importancia de la verdad. En conclusión, al juzgar una mentira no podemos dejar de lado la etapa de desarrollo mental y moral de la persona. Los niños suelen mentir para presumir, para no ser castigados, para vengarse, por vergüenza, para proteger a alguien, para complacer a alguien, para sentirse con poder, para evitar la presión de unos padres exigentes, para probar límites. Cuando un niño o adolescente miente busquemos primero qué puede ser lo que le ha motivado a mentir, lo que lo ha llevado a omitir la verdad. Pero preguntémonos, ¿Les hemos transmitido a nuestros hijos el mensaje de que somos capaces de oír sus verdades? ¿Estamos dispuestos a escuchar la verdad sin alterarnos? ¿Cuándo dice la verdad siempre termina castigado? ¿Hemos sido un buen ejemplo de honestidad? Identificada la mentira, se precisa del diálogo y la orientación para ayudarle a modificar este comportamiento en un marco de afecto y comprensión. Aún en los casos, donde los padres han manejado un excelente nivel de comunicación y confianza con sus hijos, éstos se pueden ver a lo largo del desarrollo en situaciones que le lleven a mentir por miedo a decepcionar a sus padres. Lejos de culparlos debemos ayudarles a restaurar la confianza resquebrajada. Examinemos nuestra conducta y pensemos con qué frecuencia no cumplimos lo que prometemos, damos falsas excusas, rompemos las normas para obtener ventajas, somos excesivamente autoritarios o exigentes, o simplemente no corregimos a nuestros hijos cuando sabemos que están mintiendo. Todos estos son comportamientos que refuerzan la mentira.

Hay otro punto que nos gustaría abordar brevemente. También los padres con cierta frecuencia temen decir la verdad a sus hijos. Y la principal razón por la que lo hacen es para evitarles lo que ellos entienden que podría ser un sufrimiento o un dolor. En algunas ocasiones esto puede ser cierto, pero transmitir una irrealidad o fantasía, ocultar una verdad familiar, evitar afrontar temas difíciles, a la larga puede ser más dañino que beneficioso, ya que pone en riesgo la confianza del hijo hacia los seres que más quieren y que están supuestos a darle la mayor seguridad posible, y esto sí puede ocasionar un importante sufrimiento. Lamentablemente vivimos en una sociedad de doble moral, que muchas veces premia la mentira y demás valores negativos. Es complejo fomentar la verdad en este contexto. Sólo podemos hacerlo siendo ejemplo y mediante el diálogo abierto y sincero con nuestros hijos. También debemos estar dispuestos a escuchar y a tratar de comprender los retos morales a los que se enfrenta la nueva generación, marcados por la globalización y los avances tecnológicos. La realidad de nuestros hijos es muy diferente a la nuestra, pero no los culpemos de antemano, abramos los ojos y afinemos el oído. Entre algunas recomendaciones prácticas para evitar que sus hijos mientan podemos mencionar: Enseñar el valor de la verdad, la sinceridad y la honradez con nuestras palabras y nuestro ejemplo; en los pequeños, ayudarles a diferenciar entre sus deseos y la realidad; analizar con el niño o adolescente los motivos y las consecuencias de las mentiras, y ofrecerle alternativas a ese comportamiento, es decir, enseñarle una forma de actuar más adecuada; evitar ser muy autoritario o excesivamente exigente; cuando se descubre que el niño ha mentido se debe actuar no con represión, si no con firmeza y racionalidad; cuando el niño incurra en un mal comportamiento, explíquele que si dice la verdad la consecuencia será menos severa; separe el mal comportamiento del hecho de mentir sobre éste; evalúe si el niño o el joven tiene alguna dificultad que lo está llevando a mentir; como algún tipo de presión social, una excesiva carga académica, una dificultad emocional (se siente triste, ansioso, preocupado) y recompense la verdad con elogios y privilegios. Enseñar el valor de la verdad es imprescindible en nuestra labor de padres. Puede parecer arduo o complejo. Pero sólo debemos tener presente que por más complicado que sea es nuestro camino más seguro a la formación de seres humanos íntegros y emocionalmente saludables. Cuando la mentira se vuelve un comportamiento persistente no se debe vacilar en buscar ayuda profesional.

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