Mitos y Leyendas de la Región Piura 1. Provincia de Sullana 1.1. La leyenda del Cerro de Mambre y la Loma de Teodomiro Cuentan nuestros abuelos, lo que les contaron los abuelos de sus abuelos, que un altivo y apuesto cacique tallán, desató las iras del dios tallán Mec-Nom, creador del universo y protector de los hombres, osando robar una bella capullana dedicada a su servicio. En esa época esta zona era árida y no existía el valle del Chira. A pesar de esconderse en lo más profundo de la cerrería, fueron descubiertos por el ojo avizor de la divinidad y los conminó al arrepentimiento. Pero el amor de la hermosa capullana y del decidido tallán era tan inmenso que prefirieron el castigo y la muerte a vivir separados. Fue en ese momento que se inició una gran tormenta con grandes vientos, lluvias y la tierra se remeció apareciendo lo que hoy es el hermoso valle del Chira. Al término de este cambio al que habían sobrevivido los amantes, MecNom sentenció: -me han ofendido y deben recibir su castigo. Este paraíso era para ustedes pero sólo podrán mirarlo. Así será eternamente. Volverán a ser lo que fueron. Tú, refiriéndose a la mujer, serás convertida en una inmensa loma de arena (loma Mambré). Y tú, señalando al osado tallán, serás convertido en un cerro de arena (cerro “Teodomiro”) y estarás allá. Tendrán abundante agua a sus pies, pero no podrán tomarla. Habrá abundante vegetación, pero jamás podrán tenerla, ni con el agua que yo les envíe desde el cielo. Ambos estarán frente a frente, mirándose, pero jamás se tocaránAsí fue como Mec-Nom creó el valle del Turicarami, con estos dos enormes montículos de arena, míticos, tradicionales, que no encajan en la geografía. Su origen se pierde en el tiempo, como el amor que se profesaban. En su entorno se desarrolló una gran ciudad y muchas generaciones han pasado y ellos, la loma y el cerro siguen allí, vigilantes, como esperando que alguien termine con el encanto, recuperar su apariencia humana y volver a reunirse en algún recodo del tiempo para vivir eternamente su amor, en este paraíso que es el valle del Turicarami. Fuente: Ediciones “Cultura y Pueblo”, Sullana y sus atractivos, disponible en: http://sullanaturistica.pe.tripod.com/mambre.htm 1.2. Juana la Condenada Cuenta la leyenda, que Juana era una chica muy hermosa y de cuerpo esbelto, le gustaba la vida fácil y estar con muchos hombres al mismo tiempo, hasta que un novio, descubrió sus infidelidades y decidió asesinarla. Desde ese momento, se cuenta que aparece a media noche en las avenidas
de la ciudad de Sullana, en búsqueda de un muchacho apuesto que quiera estar con ella. Se escucharon testimonios de muchos muchachos que la han visto, pero el caso particular de Carlos es algo que amerita una breve historia. Carlos, después de terminar su turno normal en el trabajo salió con su motocicleta por las oscuras calles de Sullana a altas horas de la noche, cuando conducía, pensando en dolor de estómago que le causaba el hambre que tenía, se topó con una joven muchacha de apariencia dulce y angelical, que estaba con mucho frío. Luego de recogerla y prestarle su chaqueta de cuero se dispuso a dejarla en su casa. La joven le agradeció y dijo que llamara a su puerta a la mañana siguiente para recoger su prenda, y así lo hizo pero se quedó perplejo al ver al padre de la joven, quien le dijo que su hija Juana había fallecido hace ya 3 años. Carlos trató de calmarse pero la ansiedad se apodero de él, y se dispuso a pasar por el cementerio a ver si efectivamente la historia que le contaban era real, se asustó mucho al ver su casaca sobre una lápida en la cual estaba escrito el nombre "Juana". Carlos, muy asustado, se fue del lugar desesperadamente, pero no podía olvidar la belleza de Juana, así que decidió ir por esa misma avenida todas las noches, a la misma hora que la primera vez. Se dice que todas las noches se encontraba con Juana para charlar y vivir su locura de amor, hasta en día fue encontrado muerto al lado de la tumba de la difunta. Fuente: http://www.unaleyendacorta.com 1.3. La laguna encantada de la Chorrera En el distrito de Lancones- provincia de Sullana- departamento de Piura, se encuentra ubicado un pintoresco caserío de belleza natural incomparable llamado “La Chorrera”, este peculiar nombre proviene de la presencia de diferentes quebradas y quebradillas cuyos chorros de agua cristalina discurren al cauce de la quebrada principal. Es importante resaltar que en temporada de lluvias torrenciales se forma un enorme chorro de agua que al caer genera un fuerte estruendo, sonido que se escucha a varios kilómetros de distancia. Este caudal de agua con el correr del tiempo ha ido labrando la roca formando enormes e impresionantes paredes de piedra. Lo espectacular de esta quebrada es que a lo largo de su recorrido se han creado pequeñas y medianas pozas de
agua cristalina: destacando la más grande de belleza indescriptible, que los lugareños la conocen como “laguna” por ser la más extensa y profunda. Este regalo de la naturaleza sirve de límite con la República del Ecuador. El área geográfica está colmada de una fecunda y variada flora sobresaliendo la belleza de flores color lila de la planta conocida como borrachera, que combinado por el jabonillo con sus frutos color amarilloanaranjado engalanan y hacen más atractivo al paisaje. Tenemos la presencia de frondosos y esbeltos árboles de las variedades : Hualtaco, Charán, Palo Santo, Faique, Oreja de León, Oberal, que sirven de guarida a las víboras. También existe una extraordinaria fauna formada por bandadas de palomas de la especie cuculí; las elegantes chirocas luciendo su hermoso plumaje amarillo y negro, iradas por su melodioso canto. La inquietas putíllas exhibiendo su pecho de plumaje rojo escarlata; los negros, chiscos, luisas, zorzales, chilalos que alegran el ambiente con la sinfonía de sus trinos. Una nota agradable son las parvadas de bullangueros loros que cruzan adornando el cielo en raudo vuelo. Entre las aves de rapiña sobresalen los cernícalos, halcones y gavilanes.
Un hecho singular es la llegada a este espejo de agua de aves migratorias especialmente gansos y patos americanos. Por otro lado, es el hábitat de pacazos, iguanas y lagartijas; así como de variedad de víboras entre las que figuran macanches, macanchillos, corales, coralillos y colambos. Después del período lluvioso y durante la noche las luciérnagas inician un deslumbrante espectáculo exhibiendo con su inquieto vuelo de luces intermitentes que al conjugarse con el centelleo de los luceros en el firmamento, forman un espléndido escenario que invita al romance y a la inspiración poética.
Sobre esta fuente de agua, se han tejido una serie de versiones fantásticas. Cuentan antiguos moradores que desde épocas pre hispánicas, esta zona estuvo poblada por gente laboriosa dedicada principalmente a tareas de pastoreo y agricultura, prueba de ello son los vestigios encontrados por huaqueros, quienes han desenterrado cerámicos de excelente calidad, hermosas chaquiras, utensilios domésticos y herramientas, etc. Otro hecho que ha permitido conocer estas reliquias han sido las lluvias torrenciales, especialmente en las temporadas del fenómeno El Niño. La llegada de los conquistadores a la ciudadela incaica de Poechos, una de las más importantes del lugar, sembró temor y preocupación en los habitantes, entre otras razones por la ferocidad en el trato hacia ellos y sobre todo por el saqueo indiscriminado de los tesoros de sus templos. Ante tal hecho el cacique de esta comarca ordenó que parte del tesoro sea ocultado en un lugar seguro y decidieron esconderlo en la laguna más grande, junto al cerro que se yergue como un coloso; desde entonces se convirtió en el guardián celoso de tan preciado tesoro. Comentan que la sombra que se proyecta en la laguna produce oscuridad y por consiguiente causa temor en la gente y nadie se atreve a bañarse en esta laguna por el miedo de quedar sumergido en sus profundidades. Sostienen que allí mora un gran pez de oro que guía por un laberinto de túneles hacia el corazón del cerro, a las personas que se atreven buscar el tesoro, lugar donde se encuentran extraordinarias y cuantiosas reliquias de oro, plata y piedras preciosas;; luego de quedar deslumbrados de tanta riqueza, permanecen retenidos por siempre en las entrañas de la laguna, según dicen, para que no revelen el misterioso secreto. Desde entonces se le conoce como “LA Laguna Encantada de la Chorrera”. El Cerro se levanta como coloso junto a la laguna, es de imponente majestuosidad y en tiempos pre hispánicos fue reconocido como APU, cerro con poderes sobrenaturales, protector del pueblo e idolatrado por los habitantes. Será por ello, que permanece todo el año con un verdor maravilloso; pero lo que llama realmente la atención es que los animales de la zona no se alimentan de su verde pasto, atribuyéndose tan raro fenómeno a la existencia de una fuerza malévola que los aleja del lugar como por arte de magia. Por otro lado, la memoria ancestral de los pobladores de este caserío afirma, que a media noche y con la luna llena, se escucha salir del cerro una música pavorosa que se expande por todo el caserío, cundiendo pánico y temor. Fuente: Leyenda recogida por el profesor Wilmer Alejos Madrid, publicado en 2010, “Leyendas de Sullana”, disponible en: http://wilmeralejosmadrid.blogspot.pe/2010/05/leyendas-de-sullana.html
1.4. El lagarto de Oro Hace mucho tiempo, cientos de años, según cuentan los antiguos; el río Chira era un personaje protagonista de leyendas, cuentos y mitos variados, que los chicos de hace poco, escuchamos de ciertas abuelas o vecinas del barrio ya sea en la puerta de casa o alrededor del fogón de la cocina. Contar esta clase de narraciones era casi una obligación de los mayores en la Sullana de antes, cuando la luz eléctrica era escasa y no había radio ni televisión. La tradición oral era aquel entonces un medio muy efectivo de conservar el pasado. Era como la voz de los tiempos, el grito telúrico del Tallan y la Capullana. Según dicen las viejas narradoras de ese, entonces, ellas cumplían un encargo ancestral y lo hacían con aire misterioso, lo que se notaba en su voz quebrantada y en el gesto. Si. Indudablemente había cierto miedo o tal vez reverencia por las historias mágicas que se han transmitido de generación en generación y que se guardan en e lmundo de los recuerdos. “Así me lo contaron. Así lo cuento yo”, solían decir, quienes desempeñaban el papel de abuelitas relatoras. La historia que vamos a narrar la contaba Ña Panchita y así la cuento yo. Ella, entre tantas, era la más conocida del Barrio Sur. Vivía en una vieja casa de paja y barro ubicada sobre una alta loma blanca y suave. La casa miraba con una puerta al río, los noventa y pico de años de edad de ella se podían ver en su cara cobriza, surcada por un laberinto de arrugas. Su mirada tenía la extensión del recuerdo Estas arrugas, decía entre orgullosa y triste son los golpes de la vida. Ustedes churres (niños), alguna vez también las tendrán. Sin embargo su mente era lúcida y ágil. En su cabeza guardaba como muestra de ello una mina de ayeres tan bien ordenados como páginas de un libro. Una noche de esas de Sullana antigua, rodeada de chicos y grandes, como de costumbre, sentada frente al río, para pasar la noche, con actitud solemne casi misteriosa y haciéndole una cruz en la frente, dijo como si fuera a cumplir un rito: Esto que voy a contar es de encantos y gentiles, ¡que Dios nos libre de ellos!. ¡Taita Dios me perdone porque hay cosas que no deben escuchar los churres!... bueno, bueno,...son cosas pasadas en esta tierra de ayer y en este río que quien sabe que cosas habrá visto. Por el aire se escucha el grito de alguna lechuza, el canto tétrico de alguna gallareta de mal agüero. Ustedes, continuó diciendo Ña Panchita. Habrán oído hablar a sus padres o a sus abuelos o a sus maestros quienes tienen escuela o quien sabe a quién, que aquí donde estamos nosotros, en estas tierras, vivieron unas gentes de las cuales dicen llevamos su carne, sus huesos y su sangre. Así será porque blancos no somos. Mírense no más el pellejo, indicaba a los
oyentes que no le apartaban la mirada. Luego, continuaba y llamaba la atención para ello. Escuchen bien, hace muchos años, no recuerdo cuando el río Chira, que desde aquí se divisa, era un gran señor del mundo de entonces. Era bueno con toda la gente y hasta con los animales que había. Por eso lo querían y respetaban mucho casi como si fuera un dios. Los hombres gentiles de entonces que no conocían a nuestro Dios, lo adoraban y le tenían miedo, especialmente, cuando crecía y bramaba como un toro suelto por todo el valle. Dicen, que la gente le ofrecía muchas cosas para calmarlo. En sus orillas sembraban como ahora lo hacen los chacareros, pues de juro saben ustedes que somos un pueblo que vivimos como antes, del fruto y las raíces del campo. ¡Bendito sea!. Cuentan, seguía Ña Panchita, que para tener más tierras y sembrar más, los gentiles hicieron canales de los cuales hay ahorita por allí algunas señas. Eran muy inteligentes y trabajadores los antiguos. Los animales del campo, afirmaba como si ella la hubiera visto, eran cuidados. Nacían y se reproducían sin que nadie los robará. El de aquel entonces era un mundo diferente. No se conocían los Mandamientos de la Ley de Dios, que ahora nos enseñan, pero había pensamientos sabios que daban los que mandaban en esta tierra. Por ejemplo, decían: no mientas, no seas ocioso y había que cumplir porque sino, ¡qué caracho!, te aventaban al río para que te conviertas en barro o te coman los lagartos del río que habían bastantísimos. Había un amor que nosotros no entendemos entre todos los seres y cosas la naturaleza. Oí de mis abuelos que el río Chira que entonces se llamaba, se llamaba, se llamaba...y se rascaba la cabeza Ña Panchita.. Era considerado como el marido de la luna, por eso cuando ella salía en las noches, - así como la ven ahora por ese cielo azul-, se alegraba todo y hasta los animales se alunaban. Y el río, en medio del rumor de sus aguas, la besaba y brillaba más y más. Miren, igual que ahora que parece un camino de oro culebreándose por aquí y por allá. ¡Que hermosos se ven la Luna y el Río, cómo se abrazan! Los gentiles creían que esto era amor, amor sin palabras, inmenso silencio vestido de luz... Bueno, bueno churres ya se quieren dormir. Entonces voy a contar lo del Lagarto de Oro, un lagarto que vivía en este río junto con otros lagartos. Estos vivían en el río, eran grandes como los cocodrilos de las figuritas, con una boca llena de muelas como cuchillos. Eran buenos nadadores y comían carne de toda clase, especialmente de gente cuando estaban con hambre. Dormían en las orillas y en las playas del río. Según cuentan, en la época de los gentiles cuando un hombre o una mujer se portaban mal y cometían un grave delito, el cacique o cacica que eran los jefes, ordenaban que esa
persona se le echara al río para que se la comieran los lagartos. ¡Así era la justicia de los antiguos! El tiempo pasaba y a ña Panchita se le secaba la boca y la garganta y llegado un momento, se detuvo y dijo: Malhaya, denme un poquito de chicha que las palabras ya no quieren salir... Y hubo que ir a traer un bien lleno donde la vecina para que continuara. Bebió y respiró hondo. Bueno, sigo y no se vayan a dormir. Cuentan que el río Chira, ¡quién lo ve!, tenía un Lagarto de Oro encantado que salía en las noches de luna para revolcarse en las arenas de las playas y jugar con la amada del río, que en medio de la noche se convertía en una hermosa joven de dorados cabellos y hermosa figura. El Lagarto de Oro era hermoso también. La joven y el Lagarto de Oro pasaban horas y horas jugando al amor, entrando y saliendo de las aguas, hasta que apuntaba el amanecer, entre cantos y chilalos, choquecos y zoñas y los mudos algarrobos. Las escenas de amor entre la Luna y el Lagarto de Oro, que era el mismo Chira convertido así, no podían ser vistas de cerca por algún humano, pues si ello ocurría, éste quedaba encantado para siempre. Si era hombre amanecía muerto en alguna orilla, despedazado por los lagartos Si era mujer, no aparecía por ningún lugar, pues era encantada por el lagarto de Oro que se la llevaba para hacerla su amante. ¡Taitita Dios, como sería!, exclamaba Ña Panchita. Se me escarapela el cuerpo de pensar en esto. Por eso yo siempre digo a las mujeres, especialmente a las maltonas, que tengan cuidado con el río, que se cuiden del Lagarto de oro. Tantas cosas se dicen de éste. Se afirmaba que durante el día y en las noches sin luna, estaba escondido en la Nariz del Diablo, en ese cerro que se ve desde aquí en Marcavelica. En ese cerro cuentan que se oyen gritos de mujeres, seguramente, de las amantes del Lagarto de Oro. Hace tiempo, años, de estas narraciones escuchadas de los labios de la viejita del barrio sur. Ella ya no existe. La Sullana de los tiempos idos, su río Chira, el cerro de la Nariz del Diablo, son personajes de estas historias mágicas. Los churres de ayer han pasado también, pero las tradiciones siempre vivirán. El Lagarto de Oro ya no sale en el río Chira ni de día ni de noche, el hombre y el tiempo lo han matado sin piedad. Ahora sólo quedan como decían algunas Panchitas modernas, los lagartos que se comen el tesoro público. Fuente: Leyendas recogidas por el profesor Wilmer Alejos Madrid, publicado en 2010, “Leyendas de Sullana”, disponible en: http://wilmeralejosmadrid.blogspot.pe/2010/05/leyendas-de-sullana.html
1.5. Cerro Nariz del Diablo Para los tallanes el lagarto, que abundaba en el río Chira, era considerado una divinidad, por lo que confeccionaron con oro su imagen. El culto al sagrado “lagarto de oro” se efectuaba en los alrededores del cerro de los marcahuillcas, conocido hoy como “la nariz del diablo”, nombrado así por su siniestra apariencia. Es probable que los marcaveles al tener conocimiento de la llegada de las hordas de Pizarro, codiciando oro y plata, enterraron el sagrado “lagarto de oro” en las entrañas de este misterioso y legendario cerro. Dicen que el lugar era un cementerio tallán, que en algunos días del año brotan “encantos” de las huacas de los gentiles. Años atrás en los días de viernes santo se “huaqueaba” en el lugar. Este cerro se encuentra ubicado entre Marcavelica y Salitral, en la margen derecha del río Chira, al costado de la laguna de Marcavelica. Geográficamente corresponde a un elevado y macizo cerro de naturaleza gredosa (arcilla), integrante de una cadena de estribaciones en la parte media del valle del Chira. Es fácil llegar en cualquier vehículo que transita hacia Querecotillo. Fuente: leyenda recogida por Rafael Alexandro Cohen Curay y Angel Joan Ramirez Ordinola, 2015, “ Historias, mitos y leyendas de mi Región”, disponible en: http://15027amauta.blogspot.pe/ 1.6. “El carbunclo de oro” El tiempo es un testigo que nos habla a través de muchas cosas; a través de la historia de los cuentos, de los mitos y leyendas. Unos años van y otros vienen y así los años van pasando pero, algo de la vida y del pensamiento; de lo insólito y profundo va quedando de este mundo, como una huella imborrable en el tiempo; en el tiempo que es el ayer, el presente y el mañana. He aquí una antigua leyenda que según dicen desde antes de los caciques Almotaxe, Maizavilca, Lachira, Tangarará y todos los demás, a nuestros antepasados les contaron. Cuentan de un pájaro enorme, cuadrúpedo, nocturno y errante al cual llamaron carbunclo. Antes de ser un pájaro, dicen que fue un príncipe legendario de los tallanes, hombre bueno, en este mundo incomprensible, quien cumplió con todos los honores y mandatos del dios WALAC y éste en gratitud y recompensa, lo convirtió en pájaro después de su muerte para darle vida eterna y lo envió a la tierra en busca de hombres buenos como había sido él, para darles los grandes y sagrados tesoros de cacicazgos y principados enterrados en huacas sagradas y de cerros encantados.
Desde hace muchos siglos cuenta mucha gente, haberlo visto salir de la Silla de Paita, con gran ráfaga de luz brillante debajo de sus alas, emprendiendo un grande vuelo llegó a los valles donde un día en el pasado se enamoró, valle ubérrimo de las princesas NOKA-ARAC Y PUCUS-ULAC; luego volando alto cruzaba el serpentuoso río que sus tierras irrigó, y en cada noche que pasaba su nombre recordaba, que en lengua tallán, TURICARA se llamó y recorría muchos lugares como: Guallipirá Gualliquiquirá, Cocañira, Tiopairá, Cucungará, Tillingará, Alcará, Bullirá, Bulliquiquirá, Huangalác y Chalacalác. Volando en gran suspiro siempre llegaba a la Loma de Teodomiro y después de haber recorrido mucho, llegó hasta la Huaca del Cucho, para de regreso descansar por largo rato, en las Huacas Sagradas del cacique Garabato. En busca de hombres buenos, seguía y seguía recorriendo más lugares y mucho visitaba los valles del cacique TANGA-ARAC, las Huacas Sagradas del Cerro de la Mita. La Coneja y la Loma Rica, donde dicen que hay grandes tesoros. Un día lo vieron venir del valle del cacique POECHOS correteando por las laderas asustaba a los venados, volando alto y volando bajo recorrió por largos trechos, los lugares de Tambara, Corcovados y Salados. A JAGUAY GRANDE cansado llegó, subiendo montañas y peñascos en el Cerro La Mesa descansó, el carbunclo siempre tuvo por rutina, recorrer y vigilar el mentado Cerro de la Mita. Muchos cuentan con espanto que una gran luz en este cerro aparecía, todos dicen que era un viernes santo, era el carbunclo que su gran luz resplandecía, el enviado de WALAC, que un día de allí bajó recorriendo el gran cañón de la franca, y en vuelos elegantes, recorrió el valle de los cardos gigantes y que por mandato de WALAC a todos los hizo sagrados, por eso hoy lo llamamos El Valle de los Cactus Sagrados, los cactus de visiones profundas y transportaciones en el tiempo del pasado. Cuenta la leyenda que antes que apareciera el carbunclo en este valle estos cactus no tenían espinas, sino, que, este bondadoso pájaro cautivado por su gran hermosura y queriendo proteger la naturaleza, de los hombres malos que la destruyen y no saben amarla, puso en todo su contorno muchísimas espinas, para que así nadie les haga daño, tocara ni cortara. Recorriendo el gran cañón, llegó hasta el Valle de los Fósiles, de las conchas y caracoles petrificados, donde hace millones de años hasta allí llegó el mar y en el Valle de las Huacas Sagradas de JAGUAY GRANDE. Otra vez, aquí, se puso a descansar, pues ya casi terminaba su triste y largo recorrido. Aquí en este valle sagrado recordó de su vida pasada como principado, vida de pompas y alegrías; de festines y comidas donde un día con mucho oro fue coronado y, ataviado con finas pieles de puma y de venado. Allí lloró recordando su vida pasada: lloró, lloró y lloró porque hasta allí no pudo encontrar un hombre bueno en todo su recorrido.
Ya cansado de tanto volar y volar, llegó hasta el final del gran cañón de La franca, de JAGUAY GRANDE y se baño en El Sitán y en las Lagunas Encantadas de AGUA DE LA LECHE; cómo quería ser humano para gritar fuerte y con su grito romper el silencio de la noche, y así pedir a su gran dios WALAC, el perdón por todos los hombres malos de la tierra, dicen que de pronto la noche se tornó como el Día y una gran voz se dejó escuchar, era la omnipotente voz de WALAC, el dios de la tierra, de las estrellas y del mar; el dios de las semillas y las cosechas de los felinos de los reptiles; de los vegetales; del rayo, del trueno y de la lluvia, que en ella le dijo “No encontraste hombre bueno a quien regalarle los tesoreros de caciques y principados, pues recógelos y en gran vuelo, todos llévalos al cielo, y estas aguas que a las seis de la mañana son blancas como la leche y frías como el granizo y que aplacaron la gran sed que tú traías, serán sagradas y benditas, hoy, siempre y por todos los días”, Después que los aires fueron tronados por truenos y rayos, vino una fuerte lluvia y luego un gran silencio se apoderó de la noche y el carbunclo muy dormido se quedó. Antes que despunte el alba del día sabatino, una gran luz desde allí al cielo resplandeció era de agua, el enviado de WALAC, que esparciendo de sus alas gotas de agua, como leche un alto y largo vuelo emprendió, y dicen que en las Cavernas del cacique PARI-ÑACS, este pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante desapareció, para siempre recordarlo y no verlo nunca, nunca jamás. Cuenta que un soldado que con Pizarro llegó, esta leyenda escuchó y ambicioso por el oro capturar o matar a aquel pájaro nocturno pensó. Pasaron muchas noches hasta que un día aparecer lo vio y junto con otros soldados en pos de su captura salió, con largos lazos, los mejores caballos y buen arcabuz, este tirador selecto tras el carbunclo corrió y su gran luz se encendía y se apagaba cuando ya parecía darle alcance, pensando tenerlo muy cerca, su arcabuz disparó, violando el silencio de la noche el gran estruendo de los fierros se escuchó, pensaron haberlo matado, pero grande fue su sorpresa cuando lo vieron volar a gran altura, con su luz refulgente y destellante, que resplandecía en sus cuerpos cubiertos de metales, retirándose hacia el mar. Después de unos días, durante siete días los atormentó y en sus sueños los encantó y devoró, hasta que un día por última vez se les apareció y con el gran poder de su luz, ciegos y locos los volvió. Un día a un pobre campesino, que dicen que la suerte le llegó, porque este de pies nació el carbunclo se le apareció y parte de un tesoro de la Loma Rica le dio, no sabiendo aprovechar esta riqueza, en las cosas mundanales malgastó y mísero y más pobre este campesino murió. ¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, tienes enormes alas y debajo de ellas mucho oro, guardián de los tesoros de mi
raza Tallán, raza que un día con el sudor de los tiempos, sobre el yunque de los metales, mi raza de acero nació. ¡OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante!, enviado de WALAC, amigo de MEC-NON; tú que viviste buscando hombres buenos para regalarles los tesoros de los cacicazgos y principados y en todo su recorrido a ninguno encontraste y aquel que intentó matarte, con tu luz y tu mirada lo encantaste y luego después tú mismo lo devoraste. En las noches de viernes santo aparecías, llevando en tu frente una piedra de rutilante rubí, que como carbón encendido en la oscuridad brilla, si algún día te me apareces, ¡Oh carbunclo!, regálamela a mí, que yo de ti tus tesoros, desde hace tiempo con paciencia, espero todavía. De los cerros por las laderas, correteas y correteas, irradiando luz o apagándote misteriosamente, cuando a tu alcance quiere matarte o herirte la mala gente, por eso vuelas y correteas por los bosques y las praderas. ¿OH CARBUNCLO, pájaro nocturno, cuadrúpedo y errante, razón tuvo la gente de llamarte CARBUNCLO DE ORO, porque un hermoso y rutilante rubí llevas en tu frente, eres pájaro sagrado y una leyenda que yo adoro. Ahora dicen que el CARBUNCLO DE ORO ya no sale, ni saldrá nunca más, porque se llevó al cielo sus tesoros, por mandato de WALAC o tal vez a otros lugares de la tierra a donde exista gente buena, que humilde y sabiamente sepa aprovechar, los tesoros y la suerte, que este pájaro sagrado, nos quiere y nos sabe dar. 1.7. “El cerro encantado” Cuentan antiguos moradores que, en el caserío "Monte Abierto" del distrito de Ignacio Escudero, existía un cerro al cual se le atribuye que en tiempos pasados operaban fuerzas sobrenaturales. En este cerro poco a poco las sombras se apoderaban del paisaje, el cerro se tornaba cada vez más pétreo y alucinante como una gran mancha negra, profunda e infernal y la luna como queriéndose refugiar se perdía detrás del vestido negro del cerro. Pero a raíz de un hecho que permitió liberarlo de dichas fuerzas demoníacas, actualmente se le conoce como el "Cerro Encantado". La vida de este pueblo por mucho tiempo se desarrolló en paz y armonía; porque todos trabajaban ;aunque el patrón nunca pagaba lo justo; hasta que la situación empeoró y no tuvieron más alternativa que emigrar a otros lugares en busca de un trabajo seguro, otros se trasladaron a la margen derecha de la Panamericana Norte con el mismo propósito; pero para trasladarse tenían que hacerlo muy de madrugada, a fin de pasar a una hora apropiada por las faldas de un cerro y así evitar que algo siniestro les ocurriera. Cuentan algunos caminantes que tuvieron la osadía de transitar por esta ruta en horas de la noche, sobre un hecho insólito y espeluznante, que a
partir de las 12 de la noche aparecía el "Carbunclo" (ser demoníaco) volando en forma de águila y que cuando agitaba sus largas alas resplandecían y cuando las cerraba se oscurecían, era como una luz cárdena que brillaba lejos y corría por los repliegues del cerro. Afirman que salía desde el "Cerro Ovejería" y llegaba volando hasta el cerro Monte Abierto y desaparecía. Cuando esto sucedía, de rato en rato un trueno estridente golpeaba las nubes y en los montes se alargaba su voz cual un alarido lejano y las montañas emitían otro muy similar al aullido de los perros cuando ven al "Diablo". También afirman que se escuchaba como si mucha gente estuviera interpretando con instrumentos temas musicales y que por momentos el ruido era tan fuerte que hacía estremecer en los alrededores. Estas versiones despertaron curiosidad en algunas personas que se vieron tentadas a subir al cerro para dar fe de lo que se comentaba y es aquí cuando sucede algo inesperado e inexplicable; la desaparición de personas, sin dejar rastro alguno, como si el cerro encantado se hubiera apoderado de ellos para siempre. Otros llegaron a subir y sólo dieron testimonio de haber visto a un hombre muy grande, negro y peludo que poseía una sonrisa diabólica; era el " Carbunclo" ; ya que luego de verlo caían privados y echando espuma. Algunos quedaban enfermos y luego morían; otros se volvían locos y otros nunca más tuvieron paz. Ante estos hechos y la impotencia de los pobladores de no poder hacer nada que evite que la gente siga desapareciendo en el cerro encantado. Decidieron acudir a la Iglesia para que intervenga con sus sacramentos y fueron dos sacerdotes que acudieron al lugar y realizaron con agua bendita el conjuro o exorcismo. Terminado el acto dispusieron que en la parte alta del cerro se coloque una CRUZ, con lo que se logró la desaparición de los fuertes ruidos y el encantamiento del cerro. 1.8. La pastora y el macanche” En la cálida y acogedora provincia de Sullana, existe hace muchos años el caserío de MONTE ABIERTO, situado en el distrito de Ignacio Escudero, en cuyos campos se encuentran cerros de aspecto peculiar y mágica belleza, en los cuales crecen altivos y pintorescos algarrobos, que sirven de refugio y descanso a pastores y sus rebaños. En estos lugares abundan toda clase de insectos, especialmente zancudos; así como variedad de aves y entre otro tipo de animales ardillas, zorros, pacazos. Pero lo que todos temen es la presencia de "Macanches", por ser una de las víboras venenosas y más grandes de la región. Esta zona se caracteriza porque en la falda de los cerros existen muchas cuevas cubiertas de peñascos y cuando el radiante y majestuoso "Astro Rey" se encuentra en el cenit, se dibujan en las pampas las sombras de gallinazos que luego de volar en círculos y a gran altura, presurosos orientan su vuelo
hacia alguna carroña que han detectado, dándose un suculento festín.. Cuentan antiguos moradores, que en estos campos en uno de esos días sombríos sucedió un hecho espeluznante, el romance de la "Pastora " y un "Macanche " y cuyo nido de amor era una de las cuevas que existen en esta zona. Este insólito romance se inicia cuando cierto día en que la Pastora conducía su rebaño de cabras por estos parajes, al pasar cerca de una de las cuevas, sintió de pronto curiosidad y un deseo irresistible que la impulsó a ingresar a una de ellas. Su asombro fue muy grande, cuando dentro de la cueva divisó a un enorme "Macanche", en su madriguera. Pasado el susto, la pastora experimentó una extraña sensación en todo su ser y así temblando por el espanto, se sintió atraída por el magnetismo del reptil que la miraba con la fuerza hipnótica de sus inmóviles ojos, cautivándola y seduciéndola como si fuera un enamorado. Así fueron pasando los días y en el corazón de la pastora iba creciendo con más fuerza un sentimiento febril, de tal manera que acudir a la cueva era como si se tratara de una ineludible cita de amor. Los padres de la Pastora ignoraban lo que le estaba sucediendo a su hija, hasta que una noche algo raro experimentaron, pues tuvieron la impresión de que alguien había ingresado a su dormitorio, preocupados por su seguridad e integridad física y temiendo que algo malo le pasara se decidieron ingresar en horas de la madrugada y grande fue la sorpresa, cuando en la cama de su hija encontraron algunos extraños y raros huevos, pero al no encontrar explicación de lo sucedido, llenos de asombro optaron por retirarse. La Pastora aprovechó el momento para cogerlos y con infinita ternura los colocó junto a su pecho y presurosa los trasladó a un lugar más seguro; pero como esta escena la repitió varias veces, sus padres sospecharon que algo raro le estaba sucediendo. Una mañana la siguieron y grande fue su sorpresa al constatar que los huevos que encontraron en la cama, ahora estaban en la madriguera del "Macanche", y al cuidado amoroso de ella, fue entonces tal la indignación que se apoderó de ellos que no tuvieron más remedio que armarse de palos y machetes dándole al instante cruel muerte al animal, sin pensar en las consecuencias que esta acción generaría. Este inesperado final causó tanta pena y dolor a la Pastora, tal como sucede cuando perdemos un ser amado. Poco a poco el sufrimiento la fue consumiendo e irremediablemente dejo de existir. Desde entonces cuentan que en los cerros del barrio San Miguel (Monte Abierto), especialmente en las noches de luna llena, se escucha a la distancia un sonido parecido a un gemido lastimero de una mujer, que cual eco misterioso resuena en toda la zona y todos coinciden que debe ser la Pastora que murió de amor evocando a su "Macanche"
1.9. "La niña Margarita" Cuando los hombres de Francisco Pizarro estuvieron de paso por Poechos, muchos de ellos quedaron maravillados de estas tierras. En aquellos tiempos era costumbre repartir grandes extensiones de terrenos a los hombres que habían contribuido de una forma u otra a que la empresa del conquistador fuera un éxito. Es así, como con el devenir del tiempo y en los albores de la Colonia, los lugares conocidos hoy como La Margarita, El Empreñadero y la "Horca", entraron a formar parte de las posesiones de un rico terrateniente. Este hombre tenía una hermosísima hija llamada Margarita, de escasos dieciocho años, criada y educada en un colegio de señoritas dirigido por religiosas en España. Margarita dueña de una belleza sin igual, solamente comparada con la hermosura de una "Capullana", había llegado a la tierra que la vio nacer , gracias al llamado que le hiciera su padre, debido a que este, presintiendo su muerte quería que antes que se produjera el fatal desenlace, casarla con su joven sobrino de rancia aristocracia y alta alcurnia ,asegurando así, que su futura descendencia sería de ilustre linaje y noble cuna. Más el hombre propone y Dios dispone, y escrito estaba que esto no sucedería, pues al llegar la niña Margarita -como le llamaba la servidumbre, se encuentra con su antiguo compañero de juegos, el hijo del capataz, Francisco, muchacho fuerte, dos años mayor que ella, de porte atlético, aspecto saludable , expresión bondadosa, tez morena curtida por el sol ardiente, ojos color ámbar y pelos lacios un poco desgreñados. Este encuentro tuvo como escenario el ancho ventanal de la casa donde juntos recordaron las travesuras infantiles, renaciendo en ellos el amor que germinó en sus primeros años. El lugar que hoy se conoce con el nombre de la "La Margarita", sirvió de marco a este amor sublime que llegó a concretarse en un nuevo ser. Hasta que llegó lo inevitable. El padre al enterarse de estos amoríos, encolerizado y herido en lo más profundo de su orgullo y linaje , decretó la horca para el muchacho. Margarita se enteró de sus siniestros planes y huye a avisar al dueño de su corazón, pero ya era demasiado tarde ¡ Todo se había consumado!. Ella llena de dolor sólo atina a correr al lugar que fue testigo mudo de su amor y deja caer su cuerpo exánime para no volver a levantarse jamás. El padre abrumado por la desgracia ocurrida, en pago a su soberbia abandona sus inmensas tierras y nunca más se vuelve a saber de él. Desde entonces, el lugar donde la niña Margarita conoció el amor y solía deleitarse con la belleza de sus paisajes ,se le conoce como “La Margarita”,donde concibió un nuevo ser al que llamaron” El Empreñadero “ y el sitio en que se ahorcó a Francisco se le denomina “La Horca”. Este es
el origen de los caseríos que llevan hoy tales nombres, en recuerdo a personajes y sucesos de otros tiempos. Fuente: Leyendas recogidas por el profesor Wilmer Alejos Madrid, publicado en 2010, “Leyendas de Sullana”, disponible en: http://wilmeralejosmadrid.blogspot.pe/2010/05/leyendas-de-sullana.html 2. Provincia de Piura 2.1. La chica de la curva Cuenta la leyenda, que en la ciudad de Piura, había una pareja que pasaba por unos malos momentos en su vida sentimental, un día, salieron a pasear y al poco momento comenzaron a discutir. El chico sin mediar muchas palabras le dió un certero golpe en la cabeza a su pareja, la cual cayó instantamente sobre el pavimento, sin respirar ni realizar movimiento alguno. El novio, asustado, arrojó el cuerpo de la victima en una curva para que los carros puedan atropellarlo borrando toda huella de asesinato. El novio, salió libre de toda culpa, pues al realizar la autopsia, determinaron que la causa de la muerte fue un golpe contundente en la cabeza producto de los multiples atropellos. Desde ese día, se cuenta que los taxistas que pasan por esa curva, ven que una joven hace la parada del taxi, y aunque estos no se detienen, al voltear y ver el asiento trasero, ven a una chica sentada que inmediatamente desaparece. Fuente: http://www.unaleyendacorta.com 2.2. María Dominga Como varios pobladores sechuranos refieren, el personaje de María Dominga es una mujer que suele aparecerse de la nada a los pobladores, en algunos casos para brindarles beneficios económicos o proponerles matrimonio; pero aseguran que quien rechaza esta última propuesta suele tener resultados poco alentadores. María Dominga era una niña que se perdió en la zona de Catacaos cuando iba a pastorear chivos y después de un tiempo empezó a aparecerse en la zona de Sechura. Jesús Pingo la reconoció cuando se acercaba pues a su paso sonaba como si arrastraran metales y dicen que era porque llevaba un vestido de oro y plata.
De acuerdo al relato narrado, la parcela donde cosechaba camotes este morador, que se llamaba El Overo y estaba ubicada en el desierto de Sechura, fue arrasado por las aguas del río; sin embargo, antes de este encuentro, el hombre de campo era exitoso en la producción de este tubérculo, situación que no volvió a suceder tras el pedido de matrimonio de dicha mujer. Existen algunos pescadores que creen en María Dominga, pues los ayuda a tener una buena pesca; sin embargo, hay otras personas como la moradora Alejandrina Bancayán Sánchez, quien se la topó y por miedo no salió de su casa en más de 5 años, refieren los pobladores. Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/ 3. Provincia de Talara 3.1. El niño: El dolor de pariñac's La apacible zona de las quebradas Honda y Siches, y su litoral constituían el paraíso de la Selva Tropical. Territorio pertenecienbte a los PARIÑAC'S. Constituía una zona de interesantes riquezas, como lo permitía su forma de inmenso manglar que ofrecía las condiciones ideales`para toda forma de vida, que imponía la armonía de la naturaleza y el espíritu. El gobierno de los Pariñac's era muy diferente al de una etnia de un valle próximo dominado por las Capullanas, donde imperaba el matriarcado. Sin embargo a un soberano Pariñac's le atrajo la belleza de una doncella de las Capullanas, lo cual no era del gobierno de éstos. La aceptación de la doncella al soberano Pariñac's propició incomodidad entre las Capullanas, quienes no aceptaban que una de su estirpe pusiera en riesgo el régimen de gobierno. Sin embargo el amor del soberano y la doncella pudo más. Esta no cedió a laspresiones de su etnia,decidiendo compartir su vida fuera de su territorio donde tenía más libetad y correspondencia a sus sentimientos. Sin embargo en la etnia de las Capullanas no se itía que alguien del grupo rompiera las tradiciones que las gobernaban, decidiendo invadir el pacífico reino de los Pariñac's para rescatar a la joven doncella. Los Pariñac's eran seres humanos muy laboriosos que diariamente se hacían a la mar para cumplir con una parte de sus faenas. Esto era conocido por las Capullanas que decidieron sacar ventaja y decidieron pretender rescatar a la doncella un día en que la mayoría de los Pariñac's se encontraban laborando. Las Capullanas eran reconocidas guerreras, siempre dispuestas a enfrentar cualquier situación que afectaba su reino, por ello arremetieron en territorio delos Pariñac's cercando a la dondella, quién antes de ser
caoturada prefirió demostrar a su etnia su valentía, enfrentando la agresión, debido a la desigualdad, la doncella cayó en batalla. Al retornar los Pariñac's se quedaron atónitos de la masacre ocurrida. El soberano Pariñac's al ver el cuerpo inerte de la doncella, estalló en dolor y lamentación, como un niño. Su pena y dolor empezaron a manifestarse en una incontenible tempestad en forma de rayos y torrenciales lluvias. En los meses de verano el soberano Pariñac`s sintiéndose herido en sus sentimientos sale a recordar aquellos momentos de amargura y dolor. Este es el conocido fenómeno de El Niño que algunas veces se manifiesta en forma moderada, en otras intenso y otras ocasiones muy intenso, dependiendo del estado de ánimo y nostalgia del soberano Pariñac`s, quien algunas veces se anima a castigar el territorio delas Capullanas, cuando su cólera se vuelve incontenible. Fuente: leyenda recogida por Rafael Alexandro Cohen Curay y Angel Joan Ramirez Ordinola, 2015, “ Historias, mitos y leyendas de mi Región”, disponible en: http://15027amauta.blogspot.pe/
4. Paita 4.1. La luz del cerro azul Esta leyenda tiene 3 versiones las cuales serán narradas a continuación.
Primera versión.
Pobladores asumen que se trata de la luz que emite el carblunclo que es un ave o pájaro enorme el cual lleva un diamante en la frente que de noche alumbra con sus ojos o el diamante en la frente.
Segunda versión.
Esta luz es el resplandor o luminosidad de la andalucita que es un mineral que al recibir los rayos del sol de día, y en la noche los expulsa.
Tercera versión
Pegados a lo extrasensorial creen que se trata de objetos voladores como ovnis y extraterrestres debido al poder magnético que posee el cerro. 4.2. El mito de kon El dios kon vino del septentrión. Era un ser de constitución física muy especial ya que no tenía huesos ni extremidades, lo cual no impedía que se desplazara ligero como el viento al solo impulso de su voluntad. Decía ser hijo del Sol y poseía el don creador de la palabra. Al conjuro de su verbo pobló la tierra de hombres y mujeres a quienes proveyó de todo lo necesario para una vida plena y feliz; por ello fructifico la tierra con abundantes frutos, tupidos bosques y variada fauna.
De esta manera, los hombres disfrutaban de una vida sosegada al o con una naturaleza prodiga y exuberante. Hasta que algunos hombres repararon en la extraña apariencia del sol y lo hicieron objeto de burlas y sátiras agudas e hirientes. Desencadeno la ira de kon quien lanzo un castigo terrible sobre todos los hombres. Asolo las fértiles y generosas tierras transformándolas en arenales desérticos y candentes, ausento las lluvias y seco los ríos para que anda fructificara en las arenas muertas y destruyo todo aquello que pudiera servir de sustento a los seres humanos. Aterrados y urgidos por el hambre y la sed, los hombres imploraron la piedad del Dios. Kon termino por apiadarse de ellos, pero ya no volvió a restituir lo que creara y destruyera. Solo permitió que de las alturas bajaran algunos hilos de agua a fin que los hombres pudieran regar y cultivar algunas tierras y así subsistir con arduo trabajo. 4.3. Los pescadores que tallaron a San pedro y San Pablo Desde épocas muy remotas el puerto de Paita había sufrido uno de Los más trágicos maretazos por efectos del fenómeno del niño y los antiguos pescadores ubicados en la playa cuñas (el primer agrupamiento de Paiteñas mucho más antiguo que el puerto nuevo del ferrocarril)fueron avisados por la viren que la población debía emigrar a otro lugar porque sufriría más desastres; asimismo la intersección divina de la viren señalo a dos pescadores para que tallaran las sagradas imágenes de SAN PERDO Y SAN PABLO. En efecto los carpinteros con apellido chunga comenzaron a tallar en sus casuchas las dos imágenes; ellos permanecieron encerrados trabajando, no salían para nada y las gentes los alimentaban con pescado y agua como alimento. Transcurrían los días, el mar se puso bravo, y los moradores supersticiosos creyendo en la fatalidad, comenzaron a empacar sus enseres; prepararon sus embarcaciones y fueron a ver a los dos talladores. Se acercaron a la casa, tocaron la puerta, nadie respondía, llamaron varias veces y como nadie contestaba, abrieron la puerta y al abrir, asombrados hallaron solo las dos imágenes talladas acabadas de hacer, los pescados estaban intactos y el agua no había sido probada. Los aldeanos procedieron a sacar las imágenes, el oleaje comenzó a agitarse, las olas golpeaban fuertemente los débiles muelles y rusticas casas, de inmediato los santos fueron embarcados en los botes, caía lento el atardecer y los “cuñuseños” con todas sus pertenencias iniciaron el éxodo por el mar, y navegando hacia el sur cuando entraba ya la noche, luego de unas horas, llegaron a la zona llamada “la punta”.
Los nuevos inmigrantes reubicados e instalados en la punta, toda la santa noche estuvieron orando y no bien amaneció, sacaron en procesión a San Pedro y San Pablo, levantaron una ermita en la orilla empedrada y un arco con cadenetas, cuadros y pescados como ofrenda. Los fieles través de sus cantos, oraciones y ruegos expresaban su fe y agradecimiento a las santas imágenes y alabaron la bondad de la virgen por su intersección, era 29 de junio día y hecho milagroso. Transcurrió muchísimo tiempo y las sagradas imágenes fueron a dar a casa de la familia Garrido, quien luego las dono al sindicato de pescadores artesanales, para luego hoy en día pertenecer a la parroquia y desde aquella fecha y suceso todos los 29 de Junio, los punteños celebran la festividad de san pedro y san pablo en el mismo lugar donde los “cuñuseños” recalaron a la “punta” su capilla. 4.4. La piedra del soldado Cuenta la leyenda que por las aguas que corren las orillas del pueblo el arenal (aguas del rio chira) existe en lo alto de un cerro, una piedra donde hay una enorme cueva y que en tiempos de leva y peligro esta cueva sirve como refugio. Cuentan las gentes que vieron esto, que hace muchos años atrás, se apareció en la cima del cerro un soldado con su caballo, subieron a la piedra y extrañamente se arrojaron al rio y se ahogaron en esa piedra; los lugareños como no lo pudieron rescatar celebraron una misa en esa pierda; dicen que el soldado estuvo enamorado de una chica por eso se arrojó al rio, decepcionado por amor. Desde entonces ha dicho lugar se le llama la piedra del soldado. 4.5. El cacique Colán Por este lugar que hoy se llama Colán, hace muchos siglos, existió un hombre de aspecto grave y austero, bondadoso y benevolente, y recto en su palabra. Este hombre fue el cacique o gobernador de esta aldea, amo de la comarca o cacicazgo, que por el hablar errado de las indígenas de aquella época, en vez de pronunciar colac, lo llamaban Colán. El cacique colan construyo una plaza frente al templo san Lucas, la que fue calcinada por incendios que sufrió este pueblo por aquellos tiempos, lugar donde según Bernardo del Carpio, corren y danzan ahora los moros y cristianos en sus caballos, y que aún una vetusta casucha se puede ver, que es la casa donde colan vivió. Los restos del cacique colan pueden estar en las tumbas de los muertos enterrados debajo de la antigua iglesia de colan.
4.6. El tesoro del indio Donde hoy se encuentra construida y ubicada la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús en el distrito de pueblo nuevo, existió una casa hace muchísimo tiempo atrás, y allí vivió la familia Cutieres Alburqueque y donde dicen que había un fantasma que “penaba”. El dueño de la casa, cansado de las versiones fantasmales que comentaba la gente, quiso comprobar él mismo tales “apariciones”. Y esta vez armado de valor, aguardo en la oscura habitación; la noche estaba fría y fúnebre, y al sonar las 12, de repente vio aparecer un hombre tipo Indio grueso y de larguísimo cabello. Asustado el hombre, al dia siguiente conto a sus familiares lo sucedido, a lo que acordaron traer a un curandero y hacer una “limpia” a la casa. El jefe de la familia viajo a las Huaringas trajo al curandero se hiso la limpia y saco como resultado que en la casa había enterrada una tinaja llena de oro y joyas preciosas; el brujo dijo hacer otro trabajito para sacar la tinaja. Acordaron eso y cuando la tinaja fue hallada y a punto de sacarla, soplo un viento fuerte, sonó una terrible explosión, el indio se fue en un denso humo y despareció la misteriosa tinaja, quedándose los hombres sami enterrados y muy asustados. Cuentan que el mal, desapareció de la casa, pero a los tres días murió el curandero allá en su tierra. Con el correr del tiempo el distrito de pueblo nuevo sufrió varios incendios, y la familia Gutiérrez Alburqueque dono el terreno al párroco de ese entonces el fraile Agustín María Godoy quien construyo luego una Iglesia, Iglesia que hasta hoy en día existe en este mismo lugar.(Sagrado Corazón de Jesús) 4.7. El Cerro de las Tres Cruces Se dice que en la cima de este cerro existieron clavadas tres cruces de madera, de tres soldados chilenos enterrados allí, y que los antiguos Paiteños los mataron por ofender y abusar de nuestro puerto allá por los años 1880, cuando el sanguinario capitán chileno Patricio Linch, saqueo y destruyo la ciudad de Paita. Sobre el asunto según otancha aclara y da la siguiente versión: cuentan los antiguos que en el siglo antepasado llegaron a Paita unos sacerdotes misioneros y fueron ellos los que clavaron las “tres cruces” de madera en la cumbre de este cerro. Vidal Rivas agrega, que los misioneros colocaron las tres cruces en recuerdo y testificación de la fe católica y misión evangelizadora y que después la gente del lugar lo llamaron el cerro de las tres cruces y con el correr del tiempo los antiguos Paiteños comenzaron venerar y celebrar en este cerro, la fiesta de las tres cruces. 4.8. Los Paseítos de la Virgen
Cuenta la leyenda que nuestra virgen de las mercedes le gusta salir a pasear por las playas de Paita y para ello aprovecha los túneles que existen para darse estos paseítos. Sabemos que existe un túnel de la Iglesia al mar, y otro del cerro de las tres cruces a la Iglesia; y desde el túnel del cerro de las tres cruces donde ahora está la Virgen “La Mamita Meche” sale y baja por su Iglesia y por allí llega al mar, camina por la orilla, se baña los pies y en su largo paseíto llega a cierto lugar de la playa a recordar el episodio donde 2 náufragos pescadores hallaron una enorme concha y se la obsequiaron a la Virgen. Así mismo nuestra Virgencita aprovecha su paseíto por el mar, para darse su “chapuzón” y esto se comprueba cuando la sullanera cada vez que le lavaba la ropa, al final en el fondo de la batea, quedaba abundante arena de la ropa de la sagrada imagen. Así también se comprueban sus salidas cuando los fieles en septiembre al acercarse a adorarla, ven que la virgen tiene arena de mar en los pies. Asimismo nuestra santísima Virgen de las Mercedes aprovecha su paseíto para lavar y curar con agua de mar, su herida en el cuello, echa por el pirata Anson en 1741 cuando una vez saqueado e incendiado el puerto, este sanguinario pirata inglés, con su sable le dio un corte en el cuello. 4.9. El Sol de Paita y la Luna de Colan La luna de Paita y el sol de colan es la frase que dijera el condotiero Carleti allá por el siglo XVII. De este dicho, y con esa cuestión del descubrimiento de los rayos cósmicos y los rayos católicos, la frase se hizo más famosa, y nació la leyenda que dio la vuelta al mundo y pervive hasta hoy en nuestras mentes y labios. Es así como desde aquellos tiempos, decimos “La Luna de Paita y el Sol De Colan” Las antiguas gentes cuentan que los bañistas y las persona pudientes, en los meses de verano, iban a la playa de Colan a contemplar la puesta del sol, era una atracción maravillosa; y aquí en Paita los propios y extraños se quedaban cautivados y encantados de la iración y embeleso de la luna que brilla en la noche llena de estrellas, y es que la luna es bella por el resplandor de su luz. Fuente: Registro de Mitos y Leyendas de la Municipalidad de Paita *Las leyendas de Paita mencionadas anteriormente son de la misma fuente. 4.10.
El Caballo del Diablo
En pueblo Nuevo de Colán, se dice que en plena conquista española, cuando los conquistadores reconocían el territorio colonés, un fuerte adulto de nombre “La Chira”, descendiente del insigne cacique de Sullana, solía realizar largas caminatas por el valle del bajo Piura en compañía de una bella doncella colonesa de nombre “Anela”, doncella de cabellera voladora muy apetecida por los jóvenes de su pueblo de Colán. Para conquistar el corazón de la hermosa doncella de cabellera voladora, La Chira tuvo que atacar de forma violenta, con su flecha de oro a un bravo español, a quien dio muerte dolorosa y sangrienta, y arrebató su veloz caballo blanco. Y huyó con él, alzándose sobre sus ancas a la bella muchacha de la cabellera voladora, que había corrido desesperadamente a su encuentro, porque lo amaba como jamás había amado. Sin embargo, frente al mar de Colán, la bella pareja colonesa fue descubierta por otro jinete español, que al reconocer a la pareja, incitó e inició la persecución. La pareja colonesa corrió velozmente por el inmenso arenal de Colán..Un feroz disparo de fusil hirió mortalmente al caballo blanco, que cayó pesadamente sobre el arenal, el cual se tiño de abundante sangre animal. La enamorada pareja indiana se hundió misteriosamente en el valle, donde se perdió para siempre. Desde entonces, el histórico caballo blanco hispano se perdió en la leyenda., pero cuando los coloneses se establecieron en ese lugar, el caballo resucitó de y empezó a trotar misteriosamente por el fecundo valle del bajo chira. Sus apariciones tenían cronograma invariable, los martes y viernes. Entonces era razón suficiente para que ellos se llenaran de espanto. Lo llamaban “El caballo del diablo”, porque creían que se trataba de un heraldo del demonio que se dejaba notar justo en esos días en que el diablo suele merodear por la faz de la tierra, y porque cuando trataron de capturarlo por la calle Bolognesi por donde pasaba a las doce de la noche, se escapaba velozmente o se perdía como por arte de magia por ese inmenso arenal del Pueblo Nuevo de Colán. A comienzos del siglo, se le vio por última vez en el arenal, movía la cabeza y la cola. Sus ojos brillantes como dos diamantes, enloquecían a la gentes que pretendían darle caza. El caballo del diablo empezó luego a moverse con trote solemne y los ojos relucientes como luces diabólicas, llenaron de terror a la gente que huyó desfavorecido. El caballo del diablo avanzó por la calle de Bolognesi. La chira y la bella Anela de cabellera voladora, iban. Sobre él, victoriosos amantes y felices también y se perdieron quizá para siempre en la profundidad del océano. Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/
5. Provincia de Sechura 5.1. Médano Blanco Las leyendas relatan que la gente en Viernes Santo suele encontrar algunas cosas en esta zona, que se ubica al Este de la ciudad de Sechura, y que difícilmente hallarían en otros días del año. Detallan también que a las 03:00 p.m. si usted se encuentra sobre la cima de la loma se escucha un fuerte estruendo y se debe salir rápidamente del lugar. Afirman que a esa hora se abre la tierra y se produce el encanto, que son apariciones que sin razón aparente atraen a las personas en contra de su voluntad para luego desaparecer o perder la noción de lo que se ha hecho. Recuerdan que en la época que estaban buscando petróleo, los norteamericanos llegaron con maquinaria pesada para afirmar el lugar; sin embargo, al retomar las labores al día siguiente nuevamente se hallaban las lomas de tierra como si no se hubieran realizado trabajos anteriores. 5.2. Zona de Reventazón
En este sector refieren que antiguamente los barcos se encallaban sin razón aparente a pesar que la tripulación tenía un rumbo marcado. Según los relatos de los mismos moradores, un señor conocido como Carmen Namuche Zapata era quien solía auxiliar a las personas que se quedaban varadas hasta que alguien llegara en su auxilio. Refieren que en la zona existe un encantó pues las grandes embarcaciones eran atraídas por una especie de imán y no se volvía a saber de la embarcación, sin explicarse el por qué de esto. Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/ 6. Provincia de Ayabaca 6.1. El Espíritu del Cerro Aypate Una vez llegó al cerro de Aypate una comitiva de gente. Así el cerro escogió en la comitiva a una jovencita de 18 años. Allí encontró una mano
de batán. De oro puro. La muchacha regresó sin decir nada. Pero pocos días después se volvió loca y se fue al cerro. Se fueron a buscarla los parientes, pero no dieron con ella. La encontraron, en fin, que estaba casi desnuda, como fiera. Y así debía de ser porque el Cerro la había escogido. Llamaron a un “maestro” para que hablara con Aypate y le hiciera devolver la razón a aquella pobrecita . Era un maestro muy conocido el que vino con Aypate, y el cerro le dijo que para devolver la sombre a la muchacha era preciso pagar con un cuy de siete colores. Con ese cuy que le pagaron al Cerro se pudo deshacer el encanto y devolver la razón a la joven. Para que el Cerro hable hay que hacer mesada con un maestro buenazo que sepa preparar San Pedro de siete hilos que es el mejor. Hay que extraer la mesa y que haya hombres machos que tomen San Pedro. Y es preciso que sean fuertes porque de repente se encuentran con el “Cholo Viejo” (El Inca o el poder personificado del Cerro) que ataca y entonces hay que agarrarlo. Si uno no está fuerte y lo atacan se vuelve loco y puede morirse pues el cholo le saca la sombra. Fuente: http://mitosyleyendaspiuranas.blogspot.pe/