LA TEORÍA PURA DEL COMERCIO INTERNACIONAL En el período siguiente a los escritos de Ricardo, la teoría de las ventajas comparativas experimentó variaciones y generalizaciones de acuerdo con el desarrollo de la teoría económica como un todo. Se dio alternativamente mayor énfasis a la tecnología, las dotaciones relativas de factores y diferencias en las condiciones de la demanda. Por último tuvo lugar una fusión de todos estos factores en un modelo de equilibrio general del comercio internacional del que estuvo a cargo Alfred Marshall. La teoría pura del comercio internacional utiliza como pilar la ley de la ventaja comparativa y se basa en la premisa de que los países del mundo pueden beneficiarse de la especialización internacional y del libre comercio. Trata de los factores reales en contraposición con los monetarios como principales determinantes del comercio internacional observado a largo plazo y de la especialización y división internacional del trabajo como mecanismos destinados a lograr una mayor disponibilidad y calidad de recursos utilizando mejores técnicas de producción y satisfaciendo la diversidad de gustos, de forma tal que impliquen un aumento del bienestar global. Una explicación satisfactoria del comercio internacional exigiría la utilización de un enfoque basado en el equilibrio general, pues ninguno de los tres más importantes juegos de factores (la tecnología, las dotaciones de factores y las condiciones de la demanda) tomados por separado puede explicar completamente el intercambio internacional. Sin embargo, para estudiar el tema, los economistas han utilizado por separado cada uno de los parámetros explicativos, tratando individualmente cada uno, suponiendo que el impacto de los demás es nulo o neutral.
Resumen de los conceptos económicos introducidos por Alfred Marshall La obra de Marshall tiene la grandeza de haber proporcionado al economísta el cajón de herramientasnecesario para que pueda desarrollar su trabajo, es decir, los conceptos que aporta este pensadorpermiten al economista contestar a cualquier pregunta sin necesidad de tener ninguna formulación específica. El gran Keynes dijo: "cuando un economista, ante una determinada cuestión se sale por la tangente, haciendo una gran demostración de oficio, está actuando como heredero de algún economista difunto y, este difunto, en cualquier caso será siempre Alfred Marshall". Curva de demanda Curva de oferta Explicación de la formación de los precios. Elasticidad-precio de la demanda Elasticidad-precio de la oferta (no simétrica ya que la oferta también depende del plazo económico considerado) Excedente del consumidor Excedente del productor Coste real Coste monetario (variable y fijo)
Al día Corto plazo Largo plazo
Símil biológico (con fases de vigor y decadencia) para las empresas
Como ejemplo de economía externa se puede considerar el disponer de revistas especializadas, tener un más fácil al trabajo especializado, etc.
El sucesor de Marshall en su cátedra de Cambridge fue el también muy reconocido Arthur Pigou.
Alfred Marshall (1842-1924) es uno de los pioneros de la Economía Neoclásica. Para la economía clásica el equilibrio de los precios llegaba de forma natural (la famosa “mano invisible” de Adam Smith), e incluso Marx contemplaba un “determinismo económico”. Con la perspectiva Neoclásica se analiza el comportamiento de las unidades económicas que toman las decisiones (familias, empresas…), y este análisis llevó la Microeconomía a un primer plano. El ceteris paribus (del latín, todo lo demás constante) de Marshall establece que para analizar un problema económico se debe asumir que todo el resto de los factores económicos permanecen constantes.
Y analizaba cada situación, independiente, rigurosamente. Por ejemplo, unConsumidor puede estar dispuesto a pagar por una Coca Cola 5 euros por la primera lata que adquiere (cuando tiene más sed); estaría dispuesto a pagar sólo 4 por la segunda unidad de ese bien y…3 por la tercera (ya está saciado) debido a que la utilidad que va generando es cada vez menor. Pero dado que losPrecios se fijan en el Mercado de acuerdo a la Utilidad Marginal de esa lata de Coca Cola, dicho Consumidor podrá probablemente comprar las tres unidades de ese bien a un precio de 3 euros. Por lo que este señor se ahorraría en la compra de tres latas 3 euros…y tendríamos el famoso “Excedente del Consumidor”. Analizaba el comportamiento de los consumidores individuales bajo este prisma de la“utilidad marginal decreciente”, y agregaba esas tablas de datos para generar la curva de demanda (precio/cantidad) del mercado. Pero exigía que un determinado número de condiciones no cambiaran: los gustos y las rentas del consumidor y los precios de los otros bienes. Está claro que al consumidor le gusta la Coca Cola (más que la tónica por ejemplo), que tiene dinero suficiente para darse ese capricho y que el vendedor de refrescos no tiene una oferta de Pepsi a mitad de precio!...los precios del resto de bebidas alternativas no deben variar. Y así podremos realizar un análisis riguroso. Ese es el famoso “ceteris paribus” Muchos de los instrumentos que usamos los economistas en nuestro trabajo diario (la elasticidad de la demanda, el excedente del consumidor, las curvas de oferta y demanda en comercio...) fueron acuñados o popularizados por Alfred Marshall. Dentro de estas condiciones prevalecientes en el último tercio del siglo XIX surgen las corrientes de pensamiento subjetivas y marginalistas. De las variantes de este pensamiento predominó la teoría neoclásica, cuyo principal representante fue Alfred Marshall. En materia de comercio internacional, los neoclásicos después de repudiar la teoría del valor-trabajo se dedicaron a la tarea de acercar el modelo clásico a la realidad, eliminando los supuestos irreales más evidentes (v.gr.: que sólo había dos países y dos mercancías), pero aceptando otros supuestos que en realidad también eran falsos. Nos referimos a la ley de los mercados o Ley de Say, al supuesto de la ocupación plena, a la ausencia de crisis de sobreproducción y al pleno funcionamiento de la teoría cuantitativa del dinero. Alfred Marshall (1842 – 1924) Definió el precio de mercado con los elementos de demanda-oferta efectuándolo por la intersección de la oferta y la demanda. Suponía que los empresarios buscaban racionalmente el máximo beneficio, lo que implica minimizar los costos. Cualquier volumen de producción deseado podría obtenerse con varias combinaciones diferentes de factores productivos, por lo que el empresario seleccionaría la combinación de más bajo costo. Las economías de escala implicaban que un pequeño número de grandes productores podía funcionar a costos medios más bajos produciendo la misma cantidad que un gran número de pequeñas empresas, quedando en entredicho las premisas de un mercado competitivo.
Las ventas de cada empresa estaban limitadas al mercado particular, lenta y costosamente adquirido, y aunque la producción pudiese aumentarse muy rápidamente, no ocurriría lo mismo con las ventas. La expansión de la empresa mas allá de sus límites naturales la expondría también a la competencia de sus rivales, sosteniendo que era improbable que las economías de escala representaran un serio desafío para el mantenimiento del orden competitivo. El enfoque marginalista centra su análisis en las decisiones de los sujetos económicos individuales, y en las condiciones y precios del mercado. El análisis marginalista presenta un sistema económico basado en la más estricta competencia, con referencia ocasional al monopolio puro. Existen empresarios individuales e independientes, hay muchos compradores y muchos vendedores; los productos son homogéneos, los precios son uniformes y la publicidad no existe. La demanda pasó a ser la fuerza predominante en la determinación de los precios. Bajo el enfoque marginalista la economía se hizo subjetiva y psicológica. La demanda depende de la utilidad marginal (es decir, la utilidad que genera la última unidad consumida). Los costos de la producción incluyen no sólo los factores productivos, sino además incorpora el costo que supone crear y dirigir una empresa, y ahorrar el dinero para constituir el capital. Los marginalista creían que las fuerzas económicas tienden generalmente a hacia un equilibrio de fuerzas opuestas