Lógica Según Autores Podríamos decir que la lógica es la disciplina filosófica que tiene un carácter formal, ya que estudia la estructura o formas de pensamiento (tales como conceptos, proposiciones, razonamientos) con el objeto de establecer razonamientos o argumentos válidos o correctamente lógicos. Además de estudiar las estructuras que conforman el pensamiento, a la lógica le interesa descubrir las leyes y los principios que permiten conducirnos con rigor, precisión y verdad hacia el conocimiento. Una definición que nos puede ayudar a resumir los principales objetivos de la lógica es la que nos proporciona Gregorio Fingermann; para este autor la lógica es: "La ciencia de las leyes y de las formas del pensamiento, que nos da normas para la investigación científica y nos suministra un criterio de verdad". 1 En las siguientes páginas, nos dedicamos a la tarea de investigar cuáles son estas leyes o principios que norman nuestro pensamiento, en qué consisten estas formas o estructuras del pensamiento mismo, así como la naturaleza de estos criterios que nos orientan hacia la verdad; un tipo de verdad formal que es la que le interesa estudiar a la lógica. Ahora bien, esta definición, como otras muchas que encontramos en los textos, nos hace pensar que la lógica solamente incide en un pensamiento o en un conocimiento especializado, como el científico o el filosófico; sin embargo, esto no es así, pues además de que la lógica es un "instrumento" para la ciencia, lo es también para nuestra vida diaria, pues el ejercicio de razonar y de reflexionar no se reduce al ámbito científico, ya que es algo que a menudo llevamos a cabo a lo largo de pláticas, discusiones y decisiones que la vida misma nos plantea. Por ello, en la actualidad se habla, incluso, de una lógica informal que, a juicio del filósofo mexicano Alejandro Herrera, se propone examinar la estructura de los razonamientos sobre cuestiones de la vida diaria y tiene una doble vertiente analítica y evaluativa. Intenta superar el aspecto mecánico del estudio de la lógica, así como entender y evaluar los argumentos con sus ámbitos naturales, por ejemplo, el jurídico, el estético y el ético.2 Es preciso observar que la que te hemos proporcionado no es la única definición de lógica. De hecho, la historia de la lógica registra una serie de opiniones sobre lo que es en sí esta ciencia y sus temas y problemáticas. A manera de ejemplo, recordemos las siguientes: a) "La lógica es la ciencia de la demostración, pues sólo se preocupa de formular reglas para alcanzar verdades a través de la demostración" (Aristóteles). b) "La lógica o arte de razonar es la parte de la ciencia que enseña el método para alcanzar la verdad" (San Agustín). c) "La lógica es la ciencia de las leyes necesarias del entendimiento y de la razón" (Kant). d) "La lógica es la ciencia de la idea pura de la idea en el elemento abstracto del pensamiento" (Hegel). e) "La lógica es la ciencia de las aspiraciones intelectuales que sirven para estimación de la prueba" (J. S. Mill). Según las diferentes maneras de concebir o entender la lógica, ésta se ha venido caracterizando como: a) Una disciplina teórica. En cuanto que es considerada como una ciencia o un conocimiento "que investiga, desarrolla y establece los principios fundamentales proveyendo los métodos necesarios para distinguir el razonamiento correcto del incorrecto. A través de todos estos procesos, la lógica pretende encontrar la verdad".3 b) Una disciplina práctica o normativa. En la medida en que entraña una técnica, un arte o una destreza que nos permite interpretar el razonamiento correcto y a la vez criticar el razonamiento incorrecto, de la manera como lo hizo Aristóteles en sus refutaciones sofísticas. Así, muchas veces se dice que la utilidad de la lógica estriba en que nos enseña a pensar correctamente y que, por ello, más que una ciencia es un verdadero arte o entrenamiento de nuestras facultades cognoscitivas. Muchas veces se dice que la lógica es una "gimnasia" mental que nos entrena a usar correctamente nuestro intelecto.
La lógica es una ciencia formal destinada a estudiar los principios capaces de demostrar un punto determinado desde una perspectiva válida, cimentada en la razón, el intelectualismo, la dialéctica y la capacidad de argumentación. Lógica viene de logos, que en griego remite a la palabra, al pensamiento, a la idea y principalmente al racionalismo. Para efectuar una estructura lógica se considera excluyente remitirse al empirismo, aunque esto no quiere decir que la lógica sea una ciencia empírica, sino una ciencia formal, como la matemática. Tipos de lógica: -Lógica natural: Es aquella que toda persona asimila por la experiencia sensible. Es el empirismo más primitivo, nace de la razón innata del ser humano y se ejecuta a modo de prevención. De allí el dicho “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Se presume que si bien las personas son permeables de reincidir en sus errores, se considera que aprenden de sus actos y de las consecuencias de los mismos. Luego por lógica natural efectúan las prevenciones necesarias. -Lógica científica: Es la que se sirve de la experiencia emanada de la lógica natural, pero además le adhiere la razón, generando planteos de todo lo existente. Siguiendo el famoso dicho anónimo de la piedra, el hombre por lógica natural evitaría pasar por el camino en el que está la piedra para no tropezarse, pero a su vez establecerá por medio de la lógica científica porqué esa piedra le genera el traspié. -Lógica formal: Es el contrapunto de la lógica material. Aborda el estudio de la capacidad de razonamiento desde el aspecto más adecuado y desde las asociaciones, sin importar si es válido o no. Es una lógica pasiva, en cierto punto, ya que es reacia a los cuestionamientos. -Lógica material: Su estudio es abordado desde la epistemología, una de las ramas modernas de la filosofía. El objeto de la lógica material es basarse en la validez de un pensamiento determinado siguiendo la realidad. Es una lógica activa, ya que se cuestiona y va más allá, dejando lugar a la incertidumbre al no concluir sin dudar. En un ejemplo de lógica material, si el cielo está nublado puede ser que llueva, como puede que no. Por lo que el pensamiento de que tal vez llovizne es correcto, pero no tiene validez (si tendría para la lógica formal), ya que no es seguro que suceda. Otra clasificación de la lógica Algunos autores contemporáneos pueden clasificar la lógica de la siguiente forma resumida: A.- Lógica formal: es conocida también como la lógica clásica o aristotélica, Aristóteles fue su creador, aunque después se presentaron otros filósofos con otras definiciones, esta es la primordial; con la evolución de las matemáticas, se da inicio a la lógica moderna, matemática, simbólica o logística. De la lógica moderna se derivan las siguientes lógicas: Semiótica. Lógica de los símbolos. Se divide en: sintaxis (relaciones de símbolos entre sí), semántica (relaciones entre los símbolos y su significados) y pragmática (relaciones entre los símbolos y el que utiliza). Deóntica: Se relaciona con el deber, se utiliza en el derecho denominada lógica de las normas. Modal: Lo hace en los conceptos de necesidad y posibilidad.
De clases: Se aplican las propiedades del sujeto y del predicado, se representa gráficamente con círculos empleando la denominada "Algebra Booleana". Cuantificacional: Estudia los predicados a través del uso de cuantificadores que expresan cantidad (todos?, o algunos?). Proporcional: Razona proporciones y conectivos proporcionales (operadores lógicos). Simbólica: Emplea un lenguaje artificial que simboliza letras, utilizando operadores lógicos, llamados conectores, functores, juntores, para construir formulas operando sobre variables proporcionales y proporciones complejas. B.- Lógica dialéctica o normativa: Esta tiene un contenido ideológico, obtiene principios racionales, utilizando una normativa en el proceso, por lo menos para realizar una tesis, se realiza primero el estudio, luego la tesis, la antítesis y su respectiva conclusión llamada síntesis, en pocas palabras, es el estudio de algo, llevando un orden de reglas para llegar a conclusiones.
Sistema de lógica Existe un debate sobre si es correcto hablar de una lógica, o de varias lógicas, pero en el siglo XX se han desarrollado no uno, sino varios sistemas lógicos diferentes, que capturan y formalizan distintas partes del lenguaje natural. Se podría definir a un sistema lógico como un conjunto de cosas, que nos ayudan en la toma de decisiones que sean lo más convenientemente posible. Un sistema lógico está compuesto por: 1. Un conjunto de símbolos primitivos (el alfabeto, o vocabulario). 2. Un conjunto de reglas de formación (la gramática) que nos dice cómo construir fórmulas bien formadas a partir de los símbolos primitivos. 3. Un conjunto de axiomas o esquemas de axiomas. Cada axioma debe ser una fórmula bien formada. En algunos sistemas lógicos (de deducción natural) el conjunto de axiomas puede ser vacío. 4. Un conjunto de reglas de inferencia. Estas reglas determinan qué fórmulas se pueden inferir de qué fórmulas. Por ejemplo, una regla de inferencia clásica es el modus ponens, según el cual, dada una fórmula A, y otra fórmula A → B, la regla nos permite inferir que B. Estos cuatro elementos completan la parte sintáctica de los sistemas lógicos. Sin embargo, todavía no se ha dado ningún significado a los símbolos discutidos, y de hecho, un sistema lógico puede definirse sin tener que hacerlo. Tal tarea corresponde al campo llamado semántica formal, que se ocupa de introducir un quinto elemento: 1Una interpretación formal. En los lenguajes naturales, una misma palabra puede significar diversas cosas dependiendo de la interpretación que se le dé. Por ejemplo, en el idioma español, la palabra «banco» puede significar un edificio o un asiento, mientras que en otros idiomas puede significar algo completamente distinto o nada en absoluto. En consecuencia, dependiendo de la
interpretación, variará también el valor de verdad de la oración «el banco está cerca». Las interpretaciones formales asignan significados inequívocos a los símbolos, y valores de verdad a las fórmulas. Lógicas clásicas Los sistemas lógicos clásicos son los más estudiados y utilizados de todos. Se caracterizan por incorporar ciertos principios tradicionales que otras lógicas rechazan. Algunos de estos principios son: el principio del tercero excluido, el principio de no contradicción, el principio de explosión y la monoticidad de la implicación. Entre los sistemas lógicos clásicos se encuentran: Lógica proposicional Lógica de primer orden Lógica de segundo orden
Lógicas no clásicas Los sistemas lógicos no clásicos son aquellos que rechazan uno o varios de los principios de las lógicas clásicas. Algunos de estos sistemas son: Lógica difusa: Es una lógica plurivalente que rechaza el principio del tercero excluido y propone un número infinito de valores de verdad. Lógica relevante: Es una lógica paraconsistente que evita el principio de explosión al exigir que para que un argumento sea válido, las premisas y la conclusión deben compartir al menos una variable proposicional. Lógica cuántica: Desarrollada para lidiar con razonamientos en el campo de la mecánica cuántica; su característica más notable es el rechazo de la propiedad distributiva. Lógica no monotónica: Una lógica no monotónica es una lógica donde, al agregar una fórmula a una teoría cualquiera, es posible que el conjunto de consecuencias de esa teoría se reduzca. Lógica intuicionista: Enfatiza las pruebas, en vez de la verdad, a lo largo de las transformaciones de las fórmulas. Lógicas modales
Las lógicas modales están diseñadas para tratar con expresiones que califican la verdad de los juicios. Así por ejemplo, la expresión «siempre» califica a un juicio verdadero como verdadero en cualquier momento, es decir, siempre. No es lo mismo decir «está lloviendo» que decir «siempre está lloviendo». Lógica modal: Trata con las nociones de necesidad, posibilidad, imposibilidad y contingencia. Lógica deóntica: Se ocupa de las nociones morales de obligación y permisibilidad. Lógica temporal: Abarca operadores temporales como «siempre», «nunca», «antes»,
«después», etc. Lógica epistémica: Es la lógica que formaliza los razonamientos relacionados con el conocimiento. Lógica doxástica: Es la lógica que trata con los razonamientos acerca de las creencias.
Metalógica
Mientras la lógica se encarga, entre otras cosas, de construir sistemas lógicos, la metalógica se ocupa de estudiar las propiedades de dichos sistemas. Las propiedades más importantes que se pueden demostrar de los sistemas lógicos son:14 Consistencia Un sistema lógico tiene la propiedad de ser consistente cuando no es posible deducir una contradicción dentro del mismo. Es decir, dado un lenguaje formal con un conjunto de axiomas y un aparato deductivo (reglas de inferencia), no es posible demostrar una fórmula y su negación. Decidibilidad Se dice de un sistema que es decidible cuando, para cualquier fórmula dada en el lenguaje del sistema, existe un método efectivo para determinar si esa fórmula pertenece o no al conjunto de las verdades del sistema. Cuando una fórmula no puede ser probada verdadera ni falsa, se dice que la fórmula es independiente, y que por lo tanto el sistema es no decidible. La única manera de incorporar una fórmula independiente a las verdades del sistema es postulándola como axioma. Dos ejemplos muy importantes de fórmulas independientes son el axioma de elección en la teoría de conjuntos, y el quinto postulado de la geometría euclidiana. Completitud Se habla de completitud en varios sentidos, pero quizás los dos más importantes sean los de completitud semántica y completitud sintáctica. Un sistema S en un lenguaje L es semánticamente completo cuando todas las verdades lógicas de L son teoremas de S. En cambio, un sistema S es sintácticamente completo si, para toda fórmula A del lenguaje del sistema, A es un teorema de S o ¬A es un teorema de S. Esto es, existe una prueba para cada fórmula o para su negación. La lógica proposicional y la lógica de predicados de primer orden son ambas semánticamente completas, pero no sintácticamente completas. Por ejemplo, nótese que en la lógica proposicional, la fórmula p no es un teorema, y tampoco lo es su negación, pero como ninguna de las dos es una verdad lógica, no afectan a la completitud semántica del sistema. El segundo teorema de incompletitud de Gödel demuestra que ningún sistema (definido recursivamente) con cierto poder expresivo puede ser a la vez consistente y completo.
Juicio o proposición El juicio es un pensamiento en el que se afirma o se niega algo de algo. Según Aristóteles, el juicio es el "pensamiento compuesto de más de una idea, pero dotado, a la vez, de una unidad especial que se logra por medio de la cópula". El juicio: Es la operación del entendimiento según la cual compone y divide, afirmando o negando. La identificación de los elementos de la proposición se puede realizar desde dos puntos de vista: el tradicional y el moderno.
De
acuerdo
al
análisis
tradicional
la
proposición
presenta
los
siguientes
elementos.
1.- Dos conceptos objetivos, de los cuales uno se refiere a lo que se afirma, y otro se refiere a aquello de lo cual se afirma. A éste se le llama sujeto y al otro se le dice predicado. 2.- Un concepto funcional, que se llama cópula y cuya función consiste en relacionar al predicado con el sujeto. Este concepto funcional se expresa por el verbo “ser”. Análisis moderno: En la mayoría de las proposiciones se da una relación entre dos elementos sin que se haga énfasis en la extensión de ellos, sino que los estructura en un duplo. En una especie de par ordenado. El enunciado es la expresión lingüística de la proposición, revistiendo está mayor importancia entre el concepto y el razonamiento, una característica exclusiva de las proposiciones es la verdad o falsedad de su contenido, que no se da en las otras clases del pensamiento. Ambos análisis tienen bases racionales, el tradicional tiene una base lógica de las clases y la moderna se inclina por la lógica entre las relaciones. Conforme a la lógica tradicional, el verbo ser o la cópula, puede dar lugar a diversas interpretaciones que son: igualdad, pertenencia, inclusión, predicación y atribución existencial. Una proposición debe ser clara, para transmitir de manera precisa el razonamiento adquirido sobre determinados conceptos que culminan con una conclusión. Razonamiento según autores El razonamiento según Piaget (1959) surge primero como una búsqueda adaptativa con características desinteresadas en el niño y como razonamiento simbólico mediante imágenes de acuerdo a sus deseos posteriormente. Los primeros razonamientos pueden observarse ya desde el período sensorio-motor, donde el objetivo es alcanzar metas a través de los medios disponibles. Después, el razonamiento se realiza por medio de la evocación de imágenes y palabras sobre los objetos y posteriormente va más allá de la percepción real deformándola de acuerdo a sus deseos en el juego simbólico o de imaginación. Vigotsky por su parte, refiere que la resolución de problemas constituye uno de los modelos de proceso mental complejo. Un problema se conforma dentro de una estructura psicológica de la siguiente manera: 1. Se inicia a partir de datos. 2. Del análisis de datos. 3. Establecimiento de relaciones entre datos. 4. Depuración de información. 5. La elaboración de una estrategia particular acorde al problema. Bajo este marco, la elección y la toma de decisiones son determinantes, pues ellos facilitan la orientación del problema hacia posibles soluciones. El razonamiento en la solución de problemas posee la característica de realizarse dentro de un sistema lógico determinado por las condiciones propias del problema que alcanzan su máximo nivel en las operaciones lógico-verbales, siempre y cuando esto ocurra al interior de un sistema lógico-cerrado. Esto quiere decir que cualquier reflexión o asociación fuera del contexto no conduce a su solución y si en cambio la determinación de los datos formales. La base sobre la cual se rige la solución de problemas, se encuentra en el adecuado desarrollo de procesos psicológicos; tales como: la memoria, la atención, el lenguaje y el pensamiento.
Para Skinner (1979) la resolución de problemas ;se caracteriza por un cambio de otra parte de la conducta, la cual es fortalecida cuando se presenta;. Esto se da en dos etapas: 1. El enfrentamiento a un problema. 2. El requerimiento de un cambio. La conducta que produce el cambio se llama solución de problemas y la respuesta que promueve se llama solución. El hombre resuelve problemas a través de la autocreación de estímulos externos, (estímulos discriminativos) que facilitan las respuestas adecuadas, al mismo tiempo que sirven como reforzador de respuestas anteriores. La creación de estímulos es de suma importancia, en tanto no sólo sirve al sujeto que los utilizó, sino que estos sirven a otros en situaciones similares. Cabe mencionar que la construcción de estímulos externos (cambios privados), en tanto son manipulados por el hombre, lo preparan a responder automáticamente a ellos (autoregulación, mediante construcciones verbales convertida en propiedad pública). La conducta de resolver problemas dentro de una cultura puede ser transmitida a otros, preparando a un miembro a responder efectivamente y esto es manifiesto en el establecimiento de reglas dentro de un grupo social. La resolución a un problema, bien puede ser moldeada por contingencias o gobernados por reglas. La conducta moldeada por contingencias se entiende cuando un organismo se comporta de cierta forma con una posibilidad dada, debido a que la conducta ha sido seguida por un tipo de consecuencias en el pasado. Mientras que la conducta gobernada por reglas, consiste en normas establecidas socialmente que permiten orden en su ejecución y simplemente son llevadas a cabo. Silogismo según autores Se conoce como silogismo a un argumento compuesto por tres proposiciones; de ellas, la última es la que se deduce siempre de las anteriores. El vocablo deriva del concepto latino syllogĭsmus que, a su vez, halla su origen en una palabra griega. Aristóteles consideraba la lógica como un método de relación de términos. Los términos se unen o separan en los juicios. Los juicios aristotélicos son considerados desde la unión o separación de dos términos del juicio: un sujeto y un predicado. La relación entre los términos de un juicio, al ser comparados con un tercero que hace de "término medio", hace posible la aparición de posibles conclusiones. Así pues, el silogismo consta de dos juicios, premisa mayor y premisa menor, en los que se comparan tres términos, de cuya comparación se obtiene un nuevo juicio como conclusión. Por su parte, la lógica silogística trata de establecer las leyes que garantizan que, de la verdad de los juicios comparados, o premisas, se pueda obtener con garantía de verdad un nuevo juicio verdadero, o conclusión. Leibniz Hemos mencionado más arriba un autor que dedicó su obra a la silogística: Zabarella, quien escribió De quarta Syllogismorum Figura en el siglo XVI. El respeto de Leibniz por la lógica “tradicional” queda patente cuando él mismo declara haberle leído con placer a la edad de 12 años. Este entusiasmo por la silogística aristotélica subsiste todavía al escribir los Nouveaux Essais , donde describe la doctrina aristotélica como “uno de los más hermosos descubrimientos del espíritu humano”. Con todo, este autor estaba lejos de ser un purista aristotélico: introduce numerosos elementos nuevos, como la compleción del método combinatorio (inspirada por el Ars Magna de Ramon Llull), el llamado diagrama “euleriano” o su defensa de la existencia de una cuarta figura, que aquí comentaremos.
La tesis de la existencia de cuatro figuras silogísticas, cada una de ellas con seis modos, aparece ya en De arte combinatoria, escrita por Leibniz en 1666. Leibniz supo ver que la usual doctrina aristotélica de los catorce modos, distribuidos en tres figuras, descansaba en una arbitraria noción de lo que sea natural en el razonamiento más bien que en una teoría consistente de la forma silogística. Pasó entonces a aceptar la doctrina de los veinticuatro modos, comprometiéndose expresamente a conceder carácter existencial a todos los enunciados universales. Hemos de ver que, a pesar de los recelos despertados por semejante concesión, nunca logró zafarse por completo del embrollo, siendo probablemente éste es uno de los factores que le impedirían elaborar un cálculo lógico realmente satisfactorio. La Representación Diagramática: Euler y Venn Como hemos apuntado, ya Leibniz bosquejó representaciones de los silogismos en forma de diagrama. Sin embargo, por uno u otro motivo, tales ilustraciones geométricas acabarían asociándose al nombre de Euler. Las primeras ilustraciones de la mano de Euler se hallan en las Lettres à une princesse d’Allemagne (1768). Aquellas de las cartas que se dedican a la Lógica no aspiran a la elaboración de ningún cálculo, pero contribuyeron a popularizar el recurso de Leibniz a analogías geométricas en vista a la ilustración de relaciones lógicas. Todo lo cual tuvo, quisiéralo Euler o no, efecto sobre otros pensadores, que pusieron atención sobre la interpretación extensional –o en término de clases- de los enunciados generales. Euler ilustraba las cuatro formas aristotélicas del enunciado por medio de tres relaciones entre figuras cerradas de acuerdo con el siguiente esquema: Estructura La estructura (del latín structūra) es la disposición y orden de las partes dentro de un todo. También puede entenderse como un sistema de conceptos coherentes enlazados, cuyo objetivo es precisar la esencia del objeto de estudio. Falacia según autores Las falacias o falsas argumentaciones son errores que infringen las reglas del buen comportamiento del acto argumentativo; se trata de inferencias que no son válidas, pero que cuya forma recuerda a las de las argumentaciones válidas. Son argumentos que no tienen relación con las tesis puestas en discusión y se los utiliza en las argumentaciones cotidianas: insultar a alguien, amenazarlo, tratarlo de incompetente; pueden servir, además, para obligar al interlocutor a aceptar la validez de una tesis inconsistente. Algunas falacias afectan al aspecto lingüístico propiamente tal, como ambigüedad, incomprensibilidad de los enunciados, ausencia de significados tras enunciados aparentemente significativos; otras se basan en la manipulación de los hechos. Reglas para una argumentación ideal Según Lo Cascio, Van Eemeren y Grootendorst postulan una tipología de las falacias, presentándolas como infracciones a ciertas reglas en las que debe basarse toda buena argumentación. Según estos autores, es importante considerar estas prescripciones de comportamiento argumentativo correcto para así poder valorar la estructura y validez de los argumentos. Las diez reglas consideradas por estos autores son las siguientes: 1. Las partes involucradas en la disputa no deben crearse impedimentos recíprocamente. 2. Una persona que expresa una opinión debe estar dispuesta a defenderla si se lo piden. 3. Un ataque a una argumentación debe centrarse en la tesis que ha anunciado el protagonista, sin desviar el discurso, sin presentar la tesis de forma diferente y sin actuar de forma que se le atribuya al antagonista una tesis diferente de la que sostiene. 4. Una tesis debe defenderse solo con argumentos relacionados con ella y que no tengan imbricaciones con otra.
5. Una persona debe aceptar las consecuencias y la existencia de las premisas que deja implícitas y, en consecuencia, debe aceptar que se le ataque en terreno de éstas. 6. Una tesis puede considerarse defendida de forma adecuada si se basa en argumentos pertenecientes a un punto de partida común. 7. Una tesis puede considerarse defendida de forma adecuada si la defensa se desarrolla con el uso de argumentos que reflejan y respetan la praxis y el esquema argumentativo comúnmente aceptados. 8. Los argumentos usados en una discusión deben ser o haberse vuelto válidos, haciendo explícitas algunas de las premisas que quedaban implícitas. 9. Una defensa perdedora debe tener como consecuencia que el sujeto argumentante acepte cambiar su posición, mientras que una defensa vencedora debe tener por consecuencia que el antagonista cambie su posición y retire sus dudas sobre la tesis defendida por el sujeto argumentante. 10. La formulación de la tesis, de las posiciones recíprocas y de los argumentos debe ser lo más clara y comprensible posible. Otros criterios para evaluar la argumentación A. Blair y R. H. Johnson, dos teóricos de la argumentación, propusieron tres criterios para evaluar si una argumentación es o no defectuosa: aceptabilidad, relevancia y suficiencia. Estos serán definidos a continuación: - Aceptabilidad: los argumentos deben ser “creíbles”, es decir, tienen que ser fácilmente aceptados por la audiencia o estar basados en evidencia sólida. - Relevancia: los argumentos deben ser coherentes con el punto de vista, por ejemplo, no puedo decir “El amor es bello porque las esculturas del dios Eros son bellas”, en este caso ¿qué relación tiene la belleza de una escultura (aunque sea de Eros, dios del amor) con la caracterización de un sentimiento? En el ejemplo, el argumento “porque las esculturas del dios Eros son bellas” no es relevante para fundamentar el punto de vista “El amor es bello”. - Suficiencia: el número de argumentos debe ser suficiente para defender el punto de vista. Como la argumentación tiene carácter dialógico, el número de argumentos “suficientes” va a depender de la situación de enunciación: si con un argumento se convence al oponente, un argumento será suficiente, pero si el oponente lo refuta, es necesario dar más. (todos los que sean necesarios). El no cumplir con alguno de estos criterios lleva a cometer falacias.