Resumen De La Ilíada - Cantos I A Xviii 5494b

La Ilíada Canto I – Peste. Cólera - Agamenón: Rey de Argos a cargo del ejercito aqueo en el asedio a Troya. Casado por la fuerza con Clitemnestra luego de asesinar a su marido Tántalo y a su hijo recién nacido. Cuando Paris, con la ayuda de Afrodita, raptó a Helena, esposa de Menelao, este pidió ayuda a su hno. Agamenón. Agamenón y Aquiles en diversos actos de piratería en las ciudades alrededores de Troya se apoderan de un cuantioso botín. En el reparto Aquiles se queda con la cautiva Briseida y Agamenón con Criseida hija del sacerdote de Apolo, Crises. Al negarse Agamenón a devolverla ante los ruegos de Crises, desata la cólera de Apolo que se manifiesta por medio de una peste que asola al ejército griego. Reunidos los jefes de Asamblea, deciden que Agamenón devuelva a su cautiva, a la que el hijo de Atreo (Agamenón) accede a condición de que Aquiles le ceda la suya. Esto motiva el enojo de Aquiles quien se retira del campamento negándose a combatir, momento en que comienza el relato de Homero – (Diccionario d e Mitología greco romana) Apolo dispara flechas durante 9 días, al décimo día Aquiles convoca una asamblea. Calcante Testórida, el mejor de los augures (arte adivinatorio concedido por Apolo) dice que Apolo está enojado porque Agamenón ha raptado a la hija del sacerdote. Apolo, el que hiere de lejos, no librará a los dánaos de la odiosa peste hasta que Criseida sea restituida a su padre. Agamenón resuelve enviar al mar una embarcación con víctimas para una hecatombe (sacrificio de 100 reses vacunas u otras víctimas, que hacían los antiguos a sus dioses) y a la misma Criseida. Aquiles le dice que es un imprudente y un codicioso, Agamenón le responde que, puesto que Apolo le quita a Criseida, él le quitará a Briseida. Aquiles, pronto a desenvainar, es interpelado por Atenea a quien solamente él puede ver. Ella le dice que es enviada por Hera, promete que si no desenvaina su espada, será recompensado por el ultraje que Agamenón le ha ocasionado. Aquiles obedece. Agamenón y Aquiles discuten y el consejo se disuelve. Agamenón manda a Taltibio y Euríbates, sus heraldos y dirigentes servidores, a buscar a Briseida y traerla. Luego de ello, Aquiles llora sobre el mar clamando por su madre. Tetis emerge y se entera de lo ocurrido, promete hablar con Zeus para que este intervenga. Odiseo cumple con lo acordado en el consejo, lleva a Criseida ante su padre y ofrece víctimas para una hecatombe. Tetis pide ayuda a Zeus, este promete hacerlo a espaldas de Hera quien sospecha. Hefesto aconsejó a Hera que no dispute con Zeus acerca de la suerte de los hombres. Canto II - Sueños. Beocia o catálogo de las naves. Agamenón es engañado por Zeus en un sueño, en donde este lo incita a conquistar Troya. Atacan la ciudad durante nueve años pero no consiguen nada. Cuando están por darse por vencidos, Atenea le dice a Odiseo que deben seguir luchando y lo tienta con obtener a Helena como botín de guerra. Odiseo convence a todos de quedarse a luchar puesto que creen que el décimo año será el año en el que conquistarán. Se detalla el inventario de las tropas.

Canto III – Juramentos. Atalayando desde la muralla. Combate singular de Alejandro y Menelao. Menelao: Hijo de Atreo y Aérope, casado con Helena, hno. de Agamenón. Con Helena engendró a Hermíone, pero la bella mujer fue pronto raptada por Paris, lo que dio origen a la guerra de Troya. Mató a Paris y a Deífobo, además de luchar contra Héctor y eneas, también defendió el cuerpo de Patroclo y fue uno de los guerreros que entraron a la ciudad escondidos en el caballo de madera. Tras el final de la guerra volvió con su esposa. Helena: Hija de Leda o de Nemesis y de Zeus, criada por Leda. Nació de un huevo. Hna. De Clitemnestra y los Dioscuros. Raptada por Teseo cuando se encontraba haciendo un sacrificio a Artemis en Laconia. Una vez de regreso en Lacedemonia, su padre humano Tindáreo piensa que es momento de casarla. Muchos hombres se presentan por lo que Tindáreo teme una posible guerra al ser elegido uno solo de ellos. Odiseo aconseja a Tindáreo comprometer por juramento a todos los pretendientes a atacar la decisión de Helena y acudir en auxilio del elegido en caso de que su esposa fuese disputada. Como premio a tan astuto consejo, Tindáreo le da la mano de su sobrina Penelope. Helena eligió a Menelao con quien engendró a Hermíone. Luego, fue raptada. Afrodita la había prometido a Paris. Gracias a un arreglo entre Tetis y Afrodita, Aquiles pudo conocer a Helena y unirse a ella, siendo entonces su cuarto marido.

El quinto, a la muerte de Paris, sería Deifobo. –

Diccionario de Mitología Greco Romana Héctor, hno. de Paris lo injuria por haber nacido y ser el responsable de la guerra entre los troyanos y los griegos. Menelao se enfrenta a Paris. Afrodita ayuda a Paris y este no muere en la pelea. Afrodita busca a Helena y le ordena acompañar a Paris mientras este reposa por las heridas sufridas. Agamenón exige que Helena y una indemnización les seas entregadas puesto que Menelao ha resultado vencedor. Canto IV – Violación de los juramentos. Agamenón revista las tropas. Los dioses debaten acerca del futuro de los hombres. ¿La guerra debe continuar o es menester que Troya siga en pie y Menelao se lleve a Helena? Zeus aconseja terminar la guerra. Hera quiere destruir a los teucros por lo que quiere continuar la batalla. Zeus jura destruir una de las ciudades preferidas de Hera (Argos, Esparta y Micenas). Atenea desciende disfrazada de hombre y busca a Pándaro, hijo de Licaón, a quien persuade de dispararle una flecha a Menelao para llevarse así la victoria violando el juramento. Atenea desvía la flecha y esta solo hiere a Menelao pero no lo mata. La batalla vuelve a comenzar Canto V – Principalía de Diomedes Atenea infundio en Diomedes valor y audacia y lo llevó al centro de la batalla. Fegeo e Ideo, hijos de Dares, sacerdote de Hefesto, iban juntos en un mismo carro, separándose de los suyos cerraron con Diomedes. Fegeo tiró primero su lanza pero erró. Diomedes lanzó la suya y se la clavó en el pecho. Ideo saltó al suelo para defender el cadáver

de su hermano pero Hefesto lo envolvió en una nube y lo sacó de la batalla a fin de que su padre no se apenara demasiado. Atenea quita el velo de los ojos de Diomedes para que este pueda reconocer mortales de inmortales. Atenea le pide que hiera a Afrodita pero que no combata con ningún otro dios. Diomedes mata a Pándaro con una flecha guiada por Atenea que se clava junto a su ojo, atravesando sus dientes y saliendo por debajo de la barba. Eneas quiso defender el cuerpo, fue herido, pero su madre Afrodita lo salvó de una muerte segura. Diomedes la hiere en la mano. Afrodita pide ayuda a su hermano Ares para volver al Olimpo. Allí se refugia en los brazos de su madre Dione. Zeus aconseja a Afrodita retirarse puesto que el arte de la guerra no es un don que ella haya recibido. Diomedes intenta matar a eneas pero Apolo intercede salvándolo tres veces, finalmente le dice a Diomedes que se retire y que no quiera enfrentarse a los dioses. Diomedes se aparta para no ganarse en odio de Apolo. Leto y Artemis cuidaron a eneas y le aumentaron el vigor y la belleza del cuerpo. Apolo pide a Ares que quite de la guerra a Diomedes puesto que se ha enfrentado con dos dioses. Ares habla a los troyanos, los persuade para pelear diciéndoles que eneas ha muerto y su cadáver yace en la tierra. El valor aumenta en las filas. Eneas es puesto nuevamente en la batalla y todos se alegran de verlo vivo. Diomedes ve a Ares combatiendo al lado y a favor de Héctor así que aconseja a sus compañeros alejarse y no combatir contra un dios. Hera pide permiso a Zeus para herir a Ares y ahuyentarlo de la batalla, este recomienda mandar a Atenea quien podrá causarle graves heridas. Atenea habla con Diomedes y ahora le pide que luche contra los dioses pues ella le ayudará. Ares se enfrenta

a Diomedes y dispara pero Atenea desvía la flecha. Diomedes

devuelve el golpe y con ayuda de Atenea hiere gravemente a Ares quien regresa al olimpo para curarse. Hera y Atenea dejan la batalla una vez que Ares se abstuviera de seguir matando hombres. Canto VI – Coloquio de Héctor y Andrómaca Héctor va en busca de Paris por quien todos pelean y lo insta a luchar también. Helena habla con Héctor y le dice que preferiría haber muerto a causar tantos males. Héctor pide que persuada a Paris para luchar. Andrómaca, esposa de Héctor, pide que no vaya a la guerra puesto que ya toda su familia ha muerto antes y no soportaría perderlo a él también. Héctor parte a la guerra igual, junto con su hermano Paris. Canto VII – Combate singular de Héctor y Ayante. Levantamiento de los cadáveres Paris y Héctor mataron a muchos aqueos. Al ver esto Atenea, descendió para interceder, pero Apolo (quien quería la victoria de los teucros) la siguió y le propuso que ninguno intervenga y que Héctor desafíe al más valiente de los aqueos a luchar contra él.

Atenea aceptó. Heleno, hijo de Príamo, escuchó esta conversación y se la transmitió a Héctor quien propuso a los aqueos en enfrentamiento. Todos temían la fuerza de Héctor y nadie se atrevía a luchar contra el hasta que Menelao se ofrece. Agamenón lo incita a no luchar y Néstor se lamenta su vejez puesto que sino lucharía. Ayante Telamonio se ofrece para luchar. Héctor propone que sea quien sea e vencedor, entregue el cadáver enemigo a su pueblo para que pueda ser enterrado como corresponde. Ambos luchan de igual a igual hasta que la pelea es interrumpida por dos mensajeros de Zeus, Taltibio e Ideo, quienes instan a que la pelea termine puesto que Zeus ama a los dos bandos por igual y la noche ya comienza. Ambos deciden suspender la pelea y luchar al otro día hasta que un dios los interrumpa. Antenor propone devolver a Helena y terminar así la guerra. Alejandro se opone a devolver a la mujer pero si entregará riquezas a los aqueos si esto hace que terminen de pelear. Diomedes rechaza tanto a la mujer como a las riquezas, quiere conquistar Troya y todos están de acuerdo. Aqueos y teucros queman sus cadáveres, afligidos y sin llorar. Los aqueos construyeron una muralla para resguardar a las naves. Poseidón indignado por no haber recibido los sacrificios correspondientes habla con Zeus y deciden destruir la muralla. Canto VIII – Batalla interrumpida Zeus intercederá en la batalla a favor de unos y otros. El dios que ose interferir en sus planes será destruido y expulsado del Olimpo. Zeus tomó la balanza de oro, puso dos destinos de la muerte (el de los teucros y el de los aqueos) y tuvo más peso el día fatal de los aqueos. Zeus entonces atacó a los aqueos. Todos los aqueos huyen menos Néstor que queda enganchado a sus caballos. Héctor se aproxima a él y lo hubiese matado de no ser por Diomedes quien lo ayuda a escapar. Agamenón llora y pide clemencia a Zeus, este conmovido por sus lágrimas, se la otorga Teucro dispara hábilmente sus flechas contra Hector pero nunca puede herirlo dado que Apolo desvía las flechas, no obstante mata a muchos teucros. Hera y Atenea planean interferir a favor de los aqueos puesto que estos están muriendo por la cólera de Zeus. Mientras escapan Zeus las ve y manda a buscarlas a través de su mensajera Iris a quien le dice que si Atenea no regresa la herirá de tal manera que ni en diez años sanarán sus heridas. Con Hera no se enoja porque ella siempre se opone a lo que dice. Atenea y Hera regresan al Olimpo al oír el mensaje. Zeus le dice a Hera que Héctor no dejará de pelear hasta enfrentarse con Aquiles el día en que combatan por el cadáver de Patroclo. Así lo decretó el hado. Canto IX – Embajada a Aquileo. Súplicas. Agamenón se lamenta por la falsa promesa de Zeus, quien le prometió que destruiría Ilión. Propone volver a sus tierras puesto que no tomarán Troya. Diomedes le dice que es un imprudente y que si quiere volver será su elección pero él seguirá combatiendo a pesar de su decisión. Néstor piensa que los males comenzaron desde que Agamenón se llevó, contra su

parecer, a la esposa de Aquiles, Briseida. Agamenón reconoce el error y promete devolver a la mujer, a quien jura no haber tocado, junto con muchas ganancias, mujeres y tierras a Aquiles, si es que este se decide a luchar. Odiseo lleva el mensaje a Aquiles quien se niega a aceptar las disculpas de Agamenón. Fénix descansa a su lado mientras este decide si debe volver a su patria y vivir muchos años o quedarse a luchar, morir y alcanzar la fama. Canto X – Dolonia Ni Agamenón ni Menelao pueden dormir porque saben serán derrotados así que deciden enviar un espía al campamento troyano. Diomedes se ofrece y se lleva a Odiseo con él. Son guiados por un ave que les envía Atenea. En el campo troyano, Héctor tampoco puede dormir y tiene el mismo plan que Agamenón. Así que envía a Dolón para espiar a los aqueos. Diomedes y Odiseo capturan a Dolón y lo interrogan. Odiseo dice que no lo van a matar y Dolón habla. Les dice que van a llegar refuerzos desde Tracia (una ciudad en Grecia.) Los tracianos son dirigidos por el rey Reso y él tiene unos caballos blancos impresionantes. Diomedes le corta la cabeza. Diomedes y Odiseo sorprenden a los Tracianos, matan a su rey y roban sus caballos. Canto XI – Principalia de Agamenón Sobresale Agamenón. Paris hiere a Diomedes quien se retira salvado por Odiseo. Este también es herido y salvado por Menelao. Aquiles observa la batalla desde la nave y envía a Patroclo para que le informe de los heridos. Este habla con Néstor quien le pide que haga entrar en razón a Aquiles y que este baje a pelear. Y si no lo logra, le pide que se ponga sus ropas así los troyanos lo confunden con Aquiles y temen. Cuando Patroclo se dirige a darle el mensaje a Aquiles, se encuentra con Eurípilo quien había recibido un flechazo en el muslo y le pide ayuda. Patroclo lo lleva a las tiendas y lo cura. Canto XII – Combate en la muralla Los troyanos tienen a los griegos acorralados contra la muralla de su campamento, en la playa. Los griegos Polipetes y Leonteo se destacan en la defensa de una de las puertas pero, en otra parte de la muralla, el licio Sarpedón abre una brecha. Héctor consigue vencer en otra de las entradas e irrumpe en el campamento con sus hombres. Canto XIII – Batalla junto a las naves Como Zeus ha dado la victoria a los teucros decide volver sus ojos a otro lado pensando que ningún dios se atrevería a dar ayuda a los aqueos después de las órdenes que ha dado. Poseidón sin embargo compadecía a los griegos y se sentía irritado con Zeus. Poseidón toma la figura de Calcante y habla a los aqueos para incentivarlos a seguir luchando. Un ayante nota que fueron palabras de un dios y no de Calcante porque mira las huellas que este ha dejado. Poseidón habla a los argivos y se avergüenza por su cobardía. Dice que aunque

Agamenón sea el culpable de todo esto por tomar a la mujer de Aquileo, deben seguir luchando. Por otro lado, Héctor habla a los suyos para que sigan luchando pues pronto vencerán. Imbrio es muerto por Teucro y Anfímaco, nieto de Poseidón, por Héctor. Por ello Poseidón va a la tienda de los aqueos para re animar a los guerreros. Se encuentra con Idomeneo. Idomeneo y Meriones hablan sobre las armas que han capturado del enemigo. Muere Asio en manos de Idomeneo. Deífobo pretende vengarlo y mata a Hipsenor Hipásida. Idomeneo mata entonces a tres más. Los argivos avanzan por sobre los teucros. Héctor todavía no se había enterado. Polimadante aconseja a Héctor reunir a los más valientes caudillos puesto que arriba de la nave hay un héroe que todavía no ha luchado y puede destruirlos (Aquiles). Canto XIV – Engaño de Zeus. Agamenón habla con Néstor y le dice que huyan por la noche para no perecer. Odiseo escucha y se enoja con él por su cobardía. Diomedes tiene un plan para seguir luchando, todos lo obedecen. Poseidón disfrazad de anciano se acerca al grupo y le dice al Átrida que los dioses no están del todo enojados con él, dicho esto se fue corriendo gritando como si fueran diez mil guerreros infundiendo así valor en todos los hombres. Mientras tanto Hera engaña a Zeus. Persuado al Sueño para que lo distraiga mientras Zeus se entrega con ella a los goces del amor, Sueño deberá dormirlo para que ella pueda ayudar a los aqueos. Sueño no quiere hacerlo recordando la ira de Zeus la última vez que lo engañó persuadido por Hera quien quería deshacerse de Hércules. Hera promete otorgarle a Patisea. Sueño accede. Zeus es seducido gracias a la labor bordada que esconde Hera en su cuello, otorgada por Afrodita, que esconde todos los encantos. Mientras Hera lo distrae, Sueño habla con Poseidón para que socorra pronto a los aqueos puesto que Zeus no puede verlo. Ayante Telamonio hiere gravemente a Héctor con una piedra. Polidamante, eneas, Glauco y Agenor lo sacan del campo de batalla evitando que los aqueos se lo lleven. Canto XV – Nueva ofensa desde las naves Zeus despierta y descubre el engaño de Hera a quien recuerda cómo castigó el día que lo engañó para deshacerse de Hércules. Hera le replica que no es por su consejo que Poseidón se ha puesto del lado de los aqueos. Zeus le pide que mande a buscar a Iris y a Apolo, deberán hablar con Poseidón para que se retire. Apolo infundirá valor en Héctor quien volverá a pelear, cuando los teucros entren a la nave y lleguen a la cámara de Aquileo este último enviará a Patroclo a luchar y este será muerto por Hector. Por ello luchará Aquileo quien matará a Héctor. Desde ese instante los teucros serán perseguidos por los aqueos y así Aquiles tendrá la gloria que Tetis le pidió a Zeus. Iris habla con Poseidón para que deje el campo de batalla por órdenes de Zeus. Este le responde que el mar le pertenece así como a Zeus le pertenecen los cielos y a Hades el reino

de las sombras. La tierra en cambio es de nadie y de todos y por eso Zeus no puede ordenarle. Iris lo hace entrar en razón y logra que Poseidón se retire. Apolo infunde valor en Héctor quien se recompone y vuelve a luchar. Canto XVI – Patroclea Cuando los teucros entran a las naves, Aquiles manda a Patroclo a pelear mientras el reúne al resto de la gente. Zeus se lamenta porque su hijo Sarpedón será muerto por Patroclo, así lo disponen las parcas, se pregunta si debe salvarlo o dejarlo morir como decide el destino. Hera le aconseje que lo deje morir sino todos los dioses se enojarán porque también han muerto seres queridos de ellos. Cuando Sarpedón muere, Zeus pide a Apolo que limpie la sangre de Sarpedón y le coloque finas ropas y se los de al Sueño y a la Muerte, quienes lo transportaran a Licia en donde sus hermanos le darán sepultura y honraran. Los aqueos habrían tomado Troya gracias a Patroclo si no hubiese sido que Apolo intercedió en su contra. A Patroclo se le rompió en la mano la pica, su escudo y correa cayeron al suelo y Zeus hizo que Apolo. Entonces, Euforbo Pantoida le clavó su lanza pero no lo mató. Héctor vio que Patroclo estaba herido y le clavó su lanza atravesándole el vientre. Antes de morir Patroclo le dice a Héctor que ha muerto por designios divinos y que no cante victoria puesto que los dioses podrían decidir matarlo a él también, rápidamente. Canto XVII – Principalia de Menelao Menelao advierte que Patroclo ha muerto por lo que intenta recuperar su cuerpo. Disputa entre Euferbo y Menelao por el cuerpo de Patroclo hasta que el segundo mata al primero. Héctor roba las armas de Patroclo y retrocede ante la llegada de Ayante. Glauco llama cobarde a Héctor por no haberse enfrentado a Ayante. Héctor se pone la armadura de Aquiles que sacó a Patroclo. Zeus se lamenta. Los teucros temen la ira de Aquiles hasta que Apolo habló con eneas y le dijo que Zeus estaba aún del lado de los teucros. Los caballos de Aquiles lloran la muerte de Patroclo y Zeus conmovido se lamenta haberlos dado a un mortal. Les da valor para que Héctor no suba al carro de ellos y lleguen a resguardarse a las naves. Menelao manda a Antíloco a dar la noticia a Aquiles. Canto XVIII - Fabricación de las armas Antíloco da la noticia a Aquiles quien se lamenta y llora. Tetis le dice que no vaya a pelear hasta que Hefesto le haga una armadura (puesto que la suya la tiene Héctor). Iris habla con Aquiles y le aconseja salir como está. Los teucros temarán su mera presencia y retrocederán, y el podrá tomar el cuerpo de Patroclo. Efectivamente, cuando Aquiles sale de la nave y los teucros escuchan su voz, se paralizan y los aqueos pueden sacar el cuerpo de Patroclo. Polidamante aconseja la retirada puesto que augura un futuro oscuro para los teucros su Aquiles lucha. Héctor se niega y acampan a las puertas de las naves. Aquiles, ya con el

cuerpo de Patroclo, lamenta su muerte, manda a lavarle las heridas y la sangre. No lo enterrará hasta que no tenga la cabeza de Héctor en sus manos como símbolo de venganza. Descripción del tallado que Hefesto hace a la nueva armadura de Aquiles.