INSTITUTO DE FOMENTO INDUSTRIAL -IFI Antecedentes El IFI es una sociedad de economía mixta del orden nacional, vinculada al Ministerio de Desarrollo Económico y sometida al régimen de las empresas industriales y comerciales del Estado. Sus accionistas son la Caja de previsión Social, el Banco de la República, el Banco Central Hipotecario, Bancoldex y el gobierno nacional. Para el ejercicio de sus funciones no cuenta en la actualidad con partidas del presupuesto nacional o partidas especiales, razón por la cual debe acudir al mercado financiero nacional e internacional para proveerse de recursos. Esta institución fue creada mediante el decreto 1157 de 1940, con el fin de apoyar el desarrollo industrial colombiano. En particular, el IFI ha sido el instrumento financiero estatal encargado de promover la fundación, el ensanche o la fusión de empresas de producción básica y de primera transformación y de responder a las disposiciones sobre democratización del crédito contenidas en los planes de desarrollo de los diferentes gobiernos. Su instauración estuvo justificada por la falta de iniciativa del sector privado en actividades financieras y reflejó la necesidad de generarle un esquema financiero al sector industrial en un modelo de sustitución de importaciones. Así, la actividad empresarial contaría con un respaldo financiero y de fomento con créditos a mediano y largo plazo. Entre las décadas del cuarenta y cincuenta, gran parte de la actividad desarrollada por el IFI estuvo concentrada en la fundación de empresas dedicadas a la producción industrial de acero, llantas, soda cáustica, cloro y cemento (26), las cuales sirvieron como medio para a lanzar el incipiente desarrollo industrial. En las décadas del sesenta y setenta, continuó siendo uno de los sostenes del desarrollo industrial y de otras actividades. En particular, apoyó la creación de empresas dedicadas a la producción petroquímica y automotriz -ensamble y autopartes- y colaboró en el fortalecimiento de la industria metal mecánica. En 1963 el gobierno nacional le confirió al IFI funciones propias de las recién creadas CF, con lo que se le permitió realizar las operaciones y adquirir los beneficios establecidos en el decreto-Ley 2369. En la década del ochenta, el papel del IFI fue el de apoyar las empresas con problemas de liquidez en medio de la relativa recesión y la difícil situación de estabilidad fiscal, cambiaria y monetaria de la economía colombiana. Los sectores que recibieron mayor atención fueron: textil, confecciones, automotor y autopartes, papel, soda cáustica y llantas. Durante los noventa, como consecuencia del nuevo modelo de desarrollo de internacionalización de la economía y de la necesidad de afianzar al sector empresarial, el IFI inició un proceso de cambio institucional orientado por las exigencias del mercado. Este proceso ha estado caracterizado por la reorientación de las políticas crediticias y de
inversión, las cuales se han enmarcado dentro del contexto del cambio institucional realizado en el sistema financiero (27). En cuanto a las políticas crediticias, se estableció un programa de financiación para la microempresa Finurbano- y se fortaleció el programa de crédito a la pequeña y mediana empresa -Propyme-. En este contexto se determinó, mediante la ley 188 de 1995, que el IFI empezara a revertir sus operaciones como banco de primer piso a banco de segundo piso, con el fin de garantizar la colocación masiva de recursos de crédito para las micro, pequeña y mediana empresas. De esta forma, la institución podría ejercer un papel de liderazgo en la democratización del crédito y dinamizar la oferta de crédito por parte del sector financiero formal e informal. En lo relacionado con las políticas de inversión, en el Plan de Desarrollo 1994-1998, El Salto Social, se dio prioridad a los proyectos con contenido tecnológico ya los relacionados con el aprovechamiento de las ventajas comparativas de las regiones. A partir de 1992 el Banco de la República cedió al IFI la istración de los fondos financieros y el IFI asumió los pasivos que había contraído el Banco como de los mismos. Evolución de los desembolsos El crédito desembolsado por el IFI tradicionalmente ha estado concentrado en el sector industrial manufacturero. En 1988 el monto de desembolsos presentó un crecimiento real de 40% , revirtiéndose drásticamente en 1989 y 1990 cuando se registró una tasa negativa de -10%. El crecimiento de los desembolsos al sector manufacturero observó la misma tendencia que los desembolsos totales. A partir de 1991 y hasta 1995 el crédito total presentó un crecimiento anual promedio del 25% en términos reales, aunque registró una fuerte disminución en 1996 llegando al -12% (Gráfico 3.18). En cuanto al crédito desembolsado al sector industrial, para el período 1986-1989 su participación promedio dentro del total de desembolsos del IFI fue del 95%; durante esos años se presentó una tendencia creciente en la concentración del crédito en este sector. Entre 1990 y 1996, la anterior tendencia se revirtió, al punto que la participación del crédito industrial perdió sesenta puntos porcentuales, ubicándose en 35% durante 1996 (Gráfico 3.19). La disminución en la concentración de los desembolsos al sector industrial se explica por el proceso de democratización del crédito que ha venido llevando a cabo el IFI durante esta década. Por ejemplo, para el período 1990-1993 se presentó una mayor participación de los desembolsos a los sectores de explotación de minas, comercio de vehículos, hoteles y restaurantes. Entre 1994 y 1996 repuntaron las actividades de construcción, comercio de vehículos, transporte y comunicaciones. Adicionalmente, se aumentó el crédito a los establecimiento financieros, en buena medida debido ala introducción de la modalidad de redescuento que se ini ció con la reforma del Instituto.
Ahora bien, se observa que tres sectores concentraron el 45.19% del total de los desembolsos del IFI durante el período 1992-1996 (Cuadro 3.2). En los períodos 19701976,1976-1986 y 1992-1996, los subsectores de sustancias químicas, textiles y confecciones y agroindustria recibieron la mayor parte de los créditos de la entidad (CIIU a dos dígitos). Para el caso desustancias químicas, en el primer período concentró el 40.5% de los desembolsos, en el segundo el 21.5% y durante el tercero el 31.5%; el subsector de textiles y confecciones recibió el 17.8% de los desembolsos del IFI en el período 19761986 y el 20% entre 1992 y 1996; y la agroindustria entre 1966y 1970 recibió el 22.6%, entre 1970 y 1976 el 16.6%, entre 1976 y 1986 el 12.4% y entre 1992 y 1996 el 19.8% (Gráfico 3.20). Entre 1992 y 1996 a los bienes intermedios -BI- se les otorgó el 56.14% de los créditos desembolsados a la industria, siendo que esta participación tendió a crecer a partir de 1994, al pasar de 48.3% durante ese año, a 57% en 1995 y a 58.7% en 1996. Por otra parte, al conjunto de los bienes de consumo no durable se les otorgó el 20.57% de los créditos en el período 1992-1996, siendo que su participación ha ido disminuyendo desde 1994, pasando de 28.5% en ese año a 23.62% en 1995, hasta caer a 13.55% en 1996. El de bienes de consumo durable recibió e114% de los desembolsos del período y el de bienes de capital participó tan sólo con el 4.94%, siendo que a partir de 1994 esta participación a sido cada vez menor (Cuadro 3.2). NUEVA POLÍTICA CREDITICIA DEL IFI Hasta 1993, el IFI destinó la totalidad de sus recursos crediticios ala atención directa de la industria manufacturera (Cuadro 3.3). Los créditos estaban orientados ala financiación de capital de trabajo, activos fijos y proyectos industriales, entre otros rubros. Con plazos más amplios que los ofrecidos por el resto de entidades crediticias, el IFI se había caracterizado por apoyar la iniciativa empresarial en condiciones más favorables que el resto del sector financiero. Con la puesta en marcha en 1994 de los programas de crédito a la micro, pequeña y mediana empresa a través del sistema de redescuento, el IFI se ha visto obligado a recomponer la distribución de las colocaciones totales entre primer y segundo piso, siendo que para 1996 la participación de las primeras cayó al 66.5% del total de desembolsos de la institución, situándose la de las segundas en el 33.5% (Gráfico 3.21). Banca de primer piso Con el propósito de transformar al IFI en una entidad bancaria de segundo piso, en el Plan de Desarrollo 1994-1998 se previó realizar el desmonte gradual de la banca de primer piso, aunque el Instituto ha desarrollado diversos mecanismos para continuar otorgando créditos directos hasta completar su eliminación (Tabla 3.2). Es así como el IFI ofrece recursos a través de crédito directo a las empresas con activos superiores a $1.800 millones, gran empresa, tanto en moneda legal como en moneda extranjera. Se espera que el organismo fortalezca su línea de crédito con plazos y años de gracia superiores a los del resto de las entidades crediticias.
Banca de segundo piso Mediante el Plan nacional para la microempresa se decidió transformar al IFI buscando fomentar la generación de empleo y el mejoramiento de la productividad de las unidades económicas. En tal sentido, en 1994 se decidió dar prioridad a los créditos orientados a la microempresa -Finurbano- y a pequeñas y medianas empresas Propyme-, con el objetivo de ampliar la cobertura y la descentralización del crédito, fundamentalmente a través del mecanismo de redescuento -banca de segundo piso-. Como se observa en el Gráfico 3.21, los créditos desembolsados por sector económico mediante la modalidad de segundo piso incrementaron sustancialmente su participación en el período de transformación de la entidad. Para el año 1994 la participación de la banca de segundo piso era de 10%, siendo el sector manufacturero el que más la utilizaba, con una participación del 49.7%. En 1996 ya octubre de 1997, la participación de la banca de segundo piso se incrementó a 33.5% y 67%, respectivamente, siendo las actividades de comercio y servicios prestados por empresas las de mayor participación con el 20% y 36%, respectivamente y la industria con el 29% (Cuadro 3.4). En la actualidad los programas cuentan con las líneas de crédito descritas en la Tabla 3.3 Finurbano Entre 1994 y octubre de 1997 los sectores de servicios, comercio y transporte alcanzaron una participación cercana al 70% del total de los desembolsos realizados por Finurbano. A pesar de que el sector industrial no alcanzó una alta participación, este mecanismo amplió las posibilidades de crédito aun buen número de empresas consecuente con la diversificación sectorial del crédito del IFI que se pretendía en este período. En efecto, sectores como madera (12.5%), metalmecánica (12.5%) y plásticos (5%) han recibido un buen porcentaje de los créditos, aunque se ha mantenido la participación mayoritaria de sectores tradicionalmente favorecidos como textiles (35%) y alimentos (19%) (Cuadros 3.5 y 3.6). A fin de dinamizar este programa y ampliar su cobertura nacional, se continuará haciendo la firma de convenios entre el IFI, los entes territoriales -departamentos y municipios- y los intermediarios financieros, para, orientar recursos a microempresarios a través de entes territoriales, quienes asumirán el costo del margen de intermediación cobrado por las entidades financieras. Propyme Dentro del programa Propyme se destaca la participación de los créditos desembolsados a los sectores de servicios, comercio e industria. A nivel industrial, se resalta la diversificación del crédito, ya que se ha irrigado de manera relativamente proporcional entre sectores como madera, textiles, alimentos y plásticos (Cuadros 3.7 y 3.8).
POLITICA DE INVERSIONES Y DESINVERSIONES
Con el objetivo de concretar la política de inversiones y desinversiones del IFI, fue necesario definir un conjunto de empresas y actividades rentables caracterizadas por generar dividendos y ser autosostenibles. De igual manera, la Institución debió asumir una posición activa en la identificación de proyectos y búsqueda de socios para los mismos, como elemento de la nueva política de industrialización y descentralización de las inversiones hacia regiones de menor desarrollo relativo. Esto le permitió retomar un cierto liderazgo en la creación de industrias y apoyar el desarrollo del mercado nacional de capitales. Con respecto a las inversiones de capital de riesgo, el IFI, como instrumento de política industrial, debe participar tanto en empresas que contemplan la incorporación de nuevas tecnologías, especialmente en el sector de bienes de capital, como en aquellas que contribuyen a consolidar las cadenas productivas existentes, a generar externalidades en favor de la competitividad de las empresas en operación ya empresas en crisis pertenecientes a sectores prioritarios. En este sentido, la orientación del IFI debe fortalecer la estructura productiva y competitiva del país, por ejemplo, mediante inversiones en empresas de base tecnológica con rentabilidad comprobada. Pese a que el IFI ha realizado durante los últimos años un esfuerzo importante de desinversión, aún hoy mantiene una considerable participación en algunas empresas. A diciembre 31 de 1995, el Instituto tenía participación accionaria en 34 empresas, de las cuales veinte se encontraban en operación, seis en preoperación, Cinco en liquidación y tres en concordato. De éstas, dos estaban dedicadas a la actividad pesquera, dos a la minería, 12 a la manufactura, cinco a la financiera, dos a transportes y comunicaciones, tres a servicios, cuatro promotoras y cuatro a otras actividades diferentes a las mencionadas.