Ley 811 de 2003 El congreso de Colombia decreto el 2 de julio del 2003 una ley que establece como serán las organizaciones de cadenas productivas en el sector agropecuario. En esta ley se da una manera óptima de cómo serán organizadas dichas cadenas productivas, quienes la conformarán, si serán creadas a partir de la zona o región, por producto o a nivel nacional, estará conformada por todos aquellos empresarios, gremios u organizaciones que deciden coordinarse o aliarse. Solamente requiere que lleguen a determinados acuerdos en lo referente a la productividad, competitividad, disminución de costos de transacción, alianzas estratégicas, vinculación de los pequeños productores, empresarios a la cadena, manejo de los recursos naturales, medio ambiente, investigación y desarrollo tecnológico. Una vez llegado a los acuerdos finales se determina la cadena productiva como el conjunto de actividades que se articulan desde el inicio de la producción y elaboración de un producto hasta su comercialización final. En esta cadena participan la producción, transformación, comercialización y distribución de un producto agropecuario. En esta cadena productiva trabajan coordinadamente en fin de obtener un mejor desempeño económico a su vez colectivo e individual. Cada organización debe llevar a cabo un registro que será presentado al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural en forma de un informe anual con las siguientes actividades: actas de reuniones, ingresos y gastos, balance de realizaciones y de ejecución de acuerdos; además se deberá suministrar a las autoridades istrativas toda la información que soliciten por escrito para el cumplimiento de las funciones de control. En el caso específico de la industria acuícola las sociedades pueden acceder a estímulos financieros entregados por Finagro para estimular la creación y fortalecimiento de empresas productoras, comercializadoras y de transformación primaria de productos agropecuarios y pesqueros. Donde la participación de Finagro cesara una vez dichas organizaciones logren, a juicio de esa entidad, niveles de competitividad y solidez patrimonial. Esto es de mayor interés por cuanto este tipo de actividades tiene un gran potencial debido a la hidrografía presente en el territorio colombiano que sin embargo no se ha sabido aprovechar. Según la FAO (2016) los distintos diagnósticos sobre la acuicultura en Colombia se sostienen que en general los pequeños productores carecen de tecnologías adecuadas y realizan un manejo deficiente del cultivo en tierra, con altas tasas de mortalidad, deficientes sistemas de alimentación, un manejo sanitario inadecuado, limitaciones en el manejo de aguas y alta variación de tallas en el crecimiento y la cosecha del cultivo. Además de la precariedad y aislamiento de muchos de los acuicultores de recursos limitados, muchos de ellos no forman parte de los registros nacionales, por lo que la información de los pequeños productores es muy limitada. FAO, 2016. Una Mirada al Extensionismo Acuícola en América Latina y el Caribe, por Flores-Nava, A.; A. Mena; D. Mendoza y A. Fuenzalida. Santiago de Chile, Chile.