Manual De Min. Adventista De La Familia 1e655j

I. Ministerios Adventista de la Familia • Declaraciones de Misión • Objetivos Generales • Objetivos Específicos

II.





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Fundamentos bíblicos del Ministerio de la Familia • • • • •

III.

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La Biblia como libro de texto en las relaciones familiares Desarrollo de una teología bíblica de la familia La importancia espiritual de las relaciones El mensaje de Elías La comisión evangélica de hacer discípulos

El plan original de Dios para el matrimonio

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• El matrimonio y la transgresión humana • El matrimonio y el evangelio • El papel de la Iglesia

IV.

Cómo tener un ministerio familiar efectivo en la iglesia local

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V.

Eventos y actividades importantes en el año

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VI.

Formatos

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VII.

Constitución sugerente para el club de matrimonios

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VIII. Directrices para el club de matrimonios

IX.



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• Tipos de programa • Responsabilidades de la directiva

Principios éticos • Usando los dones espirituales de los de la familia en forma individual • Un proyecto misionero de familia

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De la pluma de E. G. White “Mientras los hombres desconocen los artificios de tan vigilante enemigo, éste les sigue a cada momento las pisadas. Se introduce en todos los hogares, en todas las calles de nuestras ciudades, en las iglesias, en los consejos de la nación, en los tribunales, confundiendo, engañando, seduciendo, arruinando por todas partes las almas y los cuerpos de hombres, mujeres y niños, destruyendo la unión de las familias, sembrando odios, rivalidades, sediciones y muertes. Y el mundo cristiano parece mirar estas cosas como si Dios mismo las hubiese dispuesto y como si debiesen existir. Satanás está tratando continuamente de vencer al pueblo de Dios, rompiendo las barreras que los separan del mundo.” El Conflicto de los siglos, p. 562. “Satanás está trabajando en el seno de las familias. Su bandera flota hasta en los hogares de los que profesan ser cristianos. En ellos se ve la envidia, las sospechas, la hipocresía, la frialdad, la rivalidad, las disputas, las traiciones y el desenfreno de los apetitos. Todo el sistema de doctrinas y principios religiosos que deberían formar el fundamento y marco de la vida social, parece una ola tambaleante a punto de desmoronarse en ruinas.” El Conflicto de los Siglos, pp. 642, 643.

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I. Ministerio de la familia El Ministerio Adventista de la Familia se esfuerza por formar familias más sólidas y mejores dentro del pueblo de Dios.

DECLARACIÓN DE MISIÓN El objetivo del Ministerio Adventista de la Familia es traer el cielo dentro de la familia y conducir a la familia al cielo. Nuestro propósito es mostrar que la rotura de tantos hogares modernos puede ser sanada al experimentar el amor de Cristo y seguir su prescripción divina. Exaltaremos a Jesucristo como el Redentor de las familias y la única esperanza del mundo.

OBJETIVOS GENERALES El Departamento de Ministerio de la Familia guiará y animará a los dirigentes a participar de lo siguiente: 1. Contribuir a la edificación de familias más fuertes y felices tanto en la iglesia como en la comunidad. “Dios quisiera que nuestras familias fuesen símbolos de la familia del cielo” (Hogar adventista, p. 13). “Jesús quiere ver matrimonios y hogares felices” (Ibíd, p. 85). “Hasta donde ello sea posible, la familia debe ser aquí un modelo de la celestial.” (Ibíd, p. 130). 2. Proveer una base espiritual centrada en Cristo, para las familias e individuos para comenzar y continuar el crecimiento de la familia y cumplir el propósito para ellos. 3. Enriquecer la vida de los de la familia al atender las necesidades de los diferentes grupos en forma positiva y elevadora, a través de una variedad de programas. 4. Proveer educación en el arte y las dinámicas de la vida familiar, para esposos, esposas, padres, niños, personas solteras y otros. 5. Enseñar a los que no son casados los principios bíblicos de la elección de pareja, noviazgo y preparación para el matrimonio, de manera que tengan más oportunidades de gozar de un matrimonio bendecido y largo. 6. Alentar tanto a los jóvenes como a los adultos a sostener los principios de castidad y moralidad antes del matrimonio, y la monogamia y fidelidad en el matrimonio. 7. Promover la testificación familiar mutua en el hogar, así como en la comunidad. 8. Mostrar que la sanidad y la reconciliación son todavía opciones dentro de las familias con mayores problemas. 9. Preparar familias para que estén de pie como familias completas sobre el mar de vidrio. 10. Promover la evangelización de la familia y por la familia.

OBJETIVOS ESPECIFICOS: 1. Animar a cada iglesia a elegir un director de Ministerio de la Familia y continuar dándole la prioridad que merece a la educación sobre vida familiar. 2. Llevar a cabo encuestas para evaluar las necesidades, a fin de determinar las necesidades más urgentes que deben atenderse. 3. Preparar y proveer manuales, sílabos y recursos sobre varios temas para ser usados por los directores de Ministerio Familiar y los pastores. 4. Celebrar una conferencia anual y programa de entrenamiento de educación sobre Ministerio de la Familia para todos los directores de las iglesias, a fin de equiparlos mejor para ministrar en esta área y para el intercambio de ideas. 5. Formar una biblioteca de recursos sobre Ministerio Familiar (CD, DVD, Folletos, Libros, Revistas etc.), y hacerla disponible a los líderes del Ministerio de la Familia. 8

6. Alentar el énfasis continuo de evangelismo de Ministerio Familiar y hacer disponibles los recursos para este propósito. 7. Promover la participación de toda la iglesia en dos programas de fortalecimiento en vida familiar cada año (mayo y septiembre) para la iglesia y el público. 8. Formar equipo con otros ministerios en beneficio de las familias. 9. Alentar la formación de ministerios en favor de solteros y ministerio de varones en las iglesias. 10. Alentar la formación de grupos de apoyo para varias necesidades, tales como paternidad, recuperación después del divorcio, recuperación después de perder un ser querido, padres sufrientes, etc. 11. Establecer una reserva de educadores y especialistas en ministerio familiar bien calificados, y publicar una lista de los mismos a fin de que las iglesias que lo deseen puedan utilizar esos talentos 12. Colaborar con otros ministerios de la iglesia al presentar programas de entrenamiento en las iglesias, distritos y en el territorio de los campos.

II. Fundamentos Bíblicos de Ministerio de la Familia

Karen y Ron Flowers

Introducción El Ministerio de la Familia es un ministerio de gracia que reconoce como normativas las enseñanzas bíblicas con respecto a la familia y pone en alto los ideales de Dios para la vida familiar. Así mismo, hace posible una mejor comprensión del quebranto experimentado por individuos y familias en un mundo caído. De esta manera, el Ministerio de la Familia trata de capacitar a las familias para que se esfuercen en pos de los ideales divinos, mientras que dan a conocer las buenas nuevas de la gracia salvadora de Dios y la promesa de crecimiento que es posible mediante el Espíritu Santo. (Manual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Revisión, 2000).

1. La Biblia como libro de texto en las relaciones familiares El Ministerio de la Familia ayuda a la iglesia a dar una nueva mirada a las Escrituras, a ponerse lo que podríamos llamar “lentes de la familia” y ver en la Palabra de Dios sus profundas enseñanzas acerca de relaciones familiares. Esta nueva mirada no restringirá o distorsionará nuestra visión teológica, sino le dará un tinte relacional a pasajes familiares que no habíamos percibido en ese sentido. A. Directrices relacionales. Las Escrituras presentan su perspectiva de las relaciones humanas en diferentes formas. El primer ejemplo de enseñanza bíblica sobre la familia, lo encontramos en lo que se ha llamado directrices relacionales. Las directrices relacionales son mandatos cuyo propósito es crear un marco básico dentro del cual vivir en relación con otros seres humanos. Estas directrices están esparcidas a través de las Escrituras y pueden agruparse en varias categorías. Algunas son muy generales y se aplican en forma general a todas las relaciones. Otras están dirigidas más directamente hacia personas en relaciones específicas: parejas matrimoniales, padres, hijos, vecinos, amigos. Un buen ejemplo de una relación genérica es la regla de oro: “Así que, todas las cosas que quisieráis que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas” (Mateo 7:12). “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22:40). “Amad a vuestros enemigos”; (Lucas 6:27), “Antes bien, con humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros” (Filipenses 2:3); “Estad en paz con todos los hombres” (Rom. 12: 18); “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Efesios 5:21), son solamente unos cuantos ejemplos de muchos versículos más.

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Existen directrices relacionales específicas para familias. Considere las siguientes referencias al matrimonio: “Y alégrate con la mujer de tu juventud” (Prov. 5:18), “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor...Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a su iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:22-25); “Maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida” (1 Pedo 3:7). Hay otras directrices en relación con los padres, por ejemplo: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas...” (Deut. 6: 6,7); “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4). También les son dirigidas directrices a los hijos: “Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, estad atentos, para que conozcáis cordura” (Prov. 4: 1); “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor” (Col. 3:20). Por lo menos tres de las directivas del Decálogo o Diez Mandamientos, tratan de proteger, preservar y enriquecer la vida dentro de la familia: “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:1O); “No cometerás adulterio” (Éxodo 20: 14); “No codiciarás la mujer de tu prójimo” (Deut. 5:21). Todas las directrices bíblicas con respecto a nuestras relaciones dan por sentado que las buenas nuevas del amor y la gracia de Dios han sido recibidas en nuestro corazón. Las directivas divinas se han establecido dentro del contexto de la vida en la comunidad redimida de su pueblo. Su propósito es ser una respuesta a la salvación que es nuestra en Cristo Jesús. (Éx. 20:2). “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). B. Leyes y probabilidades relacionales. Una muy diferente categoría de instrucción bíblica acerca de relaciones, incluyendo las familiares, se encuentra en la presentación bíblica de leyes y probabilidades relacionales. El libro de Proverbios es la mejor colección de este material. En él se encuentran principios sicológicos universales, percepciones con respecto a leyes implantadas en el ser humano por el Creador, las cuales gobiernan las respuestas emocionales y sociales. Elena G. de White ha hecho notar que todas las partes del organismo humano, incluyendo “los sentidos, las facultades del espíritu...todo quedó sometido a una ley” (Ministerio de Curación, p. 323). Los siguientes son algunos ejemplos de este tipo de enseñanza bíblica: • “La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra” (Prov. 12:25). • “La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor” (Prov.15:10). • “El chismoso aparta los mejores amigos” (Prov.16:28). • “Instruye al niño en su carrera, y aun cuando fuere viejo no se apartará de ella” (Prov.22:6). Muchas de estas declaraciones no son tanto promesas o respuestas garantizadas, sino probabilidades. Es como si se nos dijera: “Dada la complejidad de la mente y las emociones humanas, esto es lo más probable que pase cuando ocurra esto o esto otro”. Comprender y aplicar las percepciones que podemos captar de esas leyes y probabilidades relacionales, es descubrir las claves divinamente reveladas para mejorar las relaciones familiares. C. Narraciones. Las narraciones o historias bíblicas son una de las formas primarias como pueden transmitirse las verdades con respecto a las relaciones familiares. Las historias y parábolas son apreciadas universalmente como medios de transmitir lecciones a personas de todas las edades. Las narraciones históricas de individuos y familias tienen como propósito instruirnos e inspirarnos, (Rom. 15:4) además de reprendernos, corregirnos e instruirnos en el buen camino (2 Tim. 3:16). Nos vemos retratados en esas historias y parábolas; nos consolamos con la idea de que nuestra propia experiencia no es del todo única. De alguna manera, al enterarnos en forma tan franca acerca de las debilidades y errores de otros, nuestra mente se vuelve receptiva y aprendemos la forma cómo podemos evitar esas caídas. De esa manera crecemos a partir de los errores y fracasos ilustrados en la vida familiar de los personajes bíblicos. Y no sólo eso, sino que también reconocemos sus 10

buenas cualidades y tratamos de seguir ese modelo en nuestra vida. Nos maravillamos acerca de la longanimidad de Dios con respecto a ellos y nos animamos pensando que Dios hará lo mismo con nosotros. El libro de Rut es un ejemplo de historia bíblica que revela muchos detalles en cuanto a la vida familiar y las necesidades de los individuos dentro de una familia. Podemos también aprender de ella con respecto al ministerio en favor de la familia. Un resumen de los temas que surgen del estudio del libro de Rut, podría incluir: • Las realidades de cambio y ajuste que sigue a la emigración de una familia • El impacto de los reveses financieros en la familia • Crisis familiares, incluyendo recuperación después del dolor y la pérdida por la muerte de sus seres queridos • Asuntos espirituales, crisis de fe como resultado de pérdidas importantes. • Desafíos de la viudez • Padres solteros • Adopción de valores culturales locales por parte de la descendencia • Relaciones con los familiares políticos • La experiencia personal de baja estima propia y cómo puede alentarse la estima propia • Efectos de las diferencias de temperamento y personalidad en las habilidades de manejo de situaciones en la familia • Influencias culturales sobre los patrones de matrimonio y familia • El impacto evangelizador y pastoral de un ministerio de aceptación y servicio • Los efectos transformadores del evangelio en el bienestar de la familia D. Conceptos sobre la familia en las relaciones de Dios con su pueblo. Las relaciones de Dios con su pueblo proveen un modelo de vida familiar cristiana. Su pueblo es llamado una familia (Efesios 3:15), o de la familia de Dios (Efesios 2:19) La relación de Dios con sus hijos se basa en un pacto (Gén. 17:1; Isa. 55:3; Jer. 32:40; Heb. 10:16) y se describe frecuentemente usando términos en relación con la familia: • La relación entre Dios y su pueblo es un matrimonio (Jer. 3:14). • Su pueblo es su esposa (Isa. 49: 18; 62: 5; Ap. 21:2,9). • Él es el Esposo (novio) (Isa. 62:5; Mat. 25: 1-10; Mar. 2:19, 20). • Dios es llamado Esposo (Isa. 54:5; Jer. 31:32; 1 Cor. 11.2). • Se le llama adulterio a la infidelidad a Dios (Jer 3:8,9) o bien, prostitución (Os. 2:5-13;Ap. 17:1). • Dios es como un Padre (2 Sam. 7:14; Jer. 31:9; Mat. 6:9; Luc. 23:34; Efe. 3:14; Ap. 1:6). • Varios versículos describen a Dios como una madre (Deut. 32:11; Isa. 49:15; 66:12). • Los creyentes son hijos de Dios (Mat. 5:9; Rom. 8: 14-16). • Los infieles son llamados hijos desobedientes (Efe. 2:2; 5:6). • Dios usa el lenguaje de disciplina paternal para referirse a la corrección espiritual de su pueblo (Deut. 8:5; Heb. 12:6,7). Se pueden trazar analogías en dos direcciones a partir de las imágenes en relación con la familia, usadas para describir la relación de Dios con su pueblo: Dios es mejor comprendido cuando la persona piensa en él en términos de familia. Al considerar la forma como Dios funciona a manera de esposo y padre, aprendemos acerca de nuestras responsabilidades y relaciones como cónyuges, padres y de la familia. (Anderson and Guernsey, 1985; Balswick, 1991; Kovacs, 1986; Strauss, 1975).

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Al examinar su palabra y aprender la forma como Dios funciona en calidad de padre, podemos aprender qué clase de padres debemos ser. Y cuando le entregamos a él completamente nuestra vida y le permitimos que la controle, puede entonces expresar libremente a través de nosotros su sabiduría y fuerza como Padre Modelo. Nos provee tanto el ejemplo como el ánimo; tanto la dirección como la dinámica para que podamos ser padres de éxito (Strauss, 1975, p. 23). E. La iglesia como modelo de vida familiar. La vida de la iglesia en el Nuevo Testamento es parecida frecuentemente a la de una familia (Efe. 3:15), nos enseña acerca del hogar y la vida familiar. Términos relacionados con la familia, tales como domésticos (Efe. 2: 19), padre (1 Cor. 4:14, 15), madre, hermana (1 Tim. 5:2), hermano (Rom. 14:10), ayudan a describir a la comunidad de la fe. Nuevamente, el propósito evidentemente es que la instrucción vaya en dos direcciones. Se espera que la persona traiga a la iglesia su experiencia dentro de su familia para que sea más capaz de relacionarse con la familia de la fe. De la misma manera, la participación en la comunidad de la iglesia marca toda una diferencia en la vida que se vive en el propio hogar. (Yarbrough, 1995). Elena G. White nos ayuda a entender la vida familiar comparándola con la iglesia: “Cada familia es una iglesia donde presiden los padres. La primera consideración de los padres debiera ser trabajar por la salvación de sus hijos” (Conducción del Niño, pág. 521). Los conceptos sobre relaciones en la iglesia proveen instrucción en cuanto a la vida familiar. Por ejemplo, el apóstol Pablo enseñó que cada creyente debe ser evaluado como individuo; y sin embargo, todos están conectados y pueden funcionar bajo la bendición de Dios en la forma integrada cómo funcionan las partes del cuerpo humano (1 Cor. 12: 14-26). Esta metáfora acerca del cuerpo, usada por el apóstol Pablo, se aplica muy bien a las familias individualmente, en donde se entiende mucho más acerca de actitudes y comportamientos en relación a la familia como un sistema. “El funcionamiento de cada parte separada afecta a la totalidad del cuerpo; y el cuerpo, como un todo, tiene su impacto en la forma cómo funcionan las partes separadas” (Blevins, 1993, pág. 13). En otras instancias, las instrucciones a la iglesia acerca de su unión como un todo (Heb. 10:25) y las características que deben estar presentes en su fraternidad, son aplicables también a las familias. Se podría asumir tal vez que el pasaje de Romanos 12:9-21 fue llevado a la iglesia a partir del afecto o amor fraternal (verso 10) practicado en las familias. Sin embargo, la experiencia indicaría, que varias de las cualidades mencionadas aquí, si bien prevalecían en tiempos de Pablo, se vuelven cada vez más raras en los hogares actuales. El evangelio pide relaciones que son afectuosas (verso 10), que honran a cada miembro (verso 10), que muestran empatía (verso 15) y que son pacíficas en vez de violentas (versos 18-21) y eso es tan válido para la vida familiar, como para la iglesia. F. El Cantar de los Cantares. Se ha dedicado todo un libro de la Biblia para revelar los misterios de la unión humana y los deleites del amor conyugal en el matrimonio. Algunas de las mejores percepciones bíblicas en cuanto a la manera de formar y mantener relaciones estrechas, especialmente en el matrimonio, se encuentran en esta divinamente inspirada pieza poética hebrea. En el Cantar de los Cantares descubrimos que el Dios que creó la sexualidad humana al principio y la declaró como buena en gran manera (Gén. 1:31), no ha cambiado su intención con respecto al propósito unitivo de la relación conyugal. 1. Los deleites del amor en el matrimonio. Aún cuando este libro (El Cantar de los Cantares) ha sido interpretado alegóricamente como símbolo de la relación de Dios con su pueblo, o de Cristo y su iglesia, es ante todo una colección de reflexiones poéticas sobre el amor encontrado en la muy humana relación real entre un hombre y una mujer: el rey Salomón y una mujer a la que llama “Sulamita” (6:13), la cual podría ser tal vez la reina principal. Hay símbolos que representan a ambos: Él es un gamo o cervatillo (2:9) y a ella se le describe como un frondoso huerto lleno de plantas fragantes, exóticas flores, frutos y fuentes refrescantes (4: 12-5:1). 12

Él “apacienta entre los lirios” (2:16) y retoza entre los montes perfumados (2:17, Moffat). Salomón corteja a la Sulamita (2:8-14), se casan (3:6-11), consuman su matrimonio (4:12-5:1) y continúan disfrutando de sus encantos mutuos (5:10-16; 7: 1-9). En el Cantar se describen diferencias masculinas y femeninas en la respuesta emocional y sexual. Se encuentran también ejemplos de comunicación que facilita la intimidad. Se presentan también algunas de las ansiedades que acompañan a las dificultades y conflictos maritales (1:7; 3:2,3; 5:6,7). 2. Evidencia convincente en favor de la castidad premarital. Parte de la evidencia bíblica más convincente en favor del plan de Dios de castidad sexual hasta el matrimonio, se encuentra en el Cantar de los Cantares. Encontramos referencias a la infancia de la Sulamita cuando sus hermanos se preguntan si va a ser un “muro” o una “puerta” (8: 8,9); es decir, se preguntan si va a permanecer casta hasta el matrimonio o será promiscua. Como mujer adulta, afirma que ha mantenido su castidad y se presenta pura ante su esposo: “ Yo soy muro” (8:1O). Su esposo afirma en su noche de bodas que ella es un “huerto cerrado...fuente cerrada, fuente sellada” (4:12); es decir, una virgen. En tres ocasiones dentro del Cantar, cuando la pareja ha tenido relaciones íntimas, se utiliza un artificio poético por medio del cual la Sulamita se dirige a un grupo de mujeres llamadas “hijas de Jerusalén”. Allí las aconseja a no despertar la intensa pasión del amor hasta el tiempo apropiado (2:7; 3:5; 8:4) hasta que se encuentren seguras dentro del íntimo pacto del matrimonio, como ella lo está.

2. Desarrollo de una Teología Bíblica de la Familia A. Hacia una teología de la familia. Varias asunciones importantes, derivadas del estudio de la Biblia y la reflexión teológica, forman la base de las relaciones familiares cristianas. 1. Dios es un ser relacional que ha creado a los seres humanos para vivir en forma relacional. (Gén. 1:26-28; 2:18; Efe. 1:4-6; Ap. 4:11). Dios frecuentemente se revela a nosotros en términos de familia. De él aprendemos acerca del matrimonio (Isa. 54:5) y de las relaciones filiales (Deut. 1:31; Juan 20:17). 2. El Creador instituyó a la familia como su primer plataforma para la crianza y desarrollo humano (Gén. 2:18-25; Sal. 68: 5,6). Siendo que la familia es el principal lugar donde se desarrolla la capacidad de amar y de relación estrecha con Dios y otros seres humanos y donde los valores espirituales se propagan de generación en generación, es de importancia capital para el proceso de hacer discípulos. (Mat. 28: 19, Juan 8:31; 13:35). 3. La imagen de Dios se expresa en los seres humanos en la forma masculina y femenina. El acto del Creador de unir a ambos como iguales en una unión monógama, heterosexual, establece el patrón del matrimonio. Esta unión provee compañerismo, satisfacción y perpetuación de la familia humana. (Gén. 1:26-28; 2:18, 21-25). La relación de los sexos en el matrimonio ha sido distorsionada por el pecado (Gén. 3:16), pero redimida por Cristo. (Mat. 20: 26,27; Gál. 3:28; Efe. 5:21-31). Cristo representa toda una diferencia en el matrimonio de los cristianos. Prevalece una mutualidad que restaura el ideal edénico. Los esposos y esposas son “coherederos de la gracia de la vida” (1 Pedro3:7). 4. El convenio matrimonial se apoya sobre principios de amor, lealtad, exclusividad, confianza y apoyo sostenidos por ambos cónyuges (Gén 2:24; 1 Cor. 13; Efe. 5:21-29; 1 Tes. 4:1-7). Cuando estos principios son violados a través del abuso, el abandono u otras situaciones de infidelidad al voto matrimonial, se daña la esencia misma del convenio matrimonial. A pesar de los altos ideales bíblicos del matrimonio y el poder divino disponible para hacer que perdure el convenio matrimonial, algunas personas no pueden sobrevivir dentro del 13

matrimonio. En ocasiones ocurre un rompimiento irrecuperable del matrimonio. Las Escrituras reconocen que circunstancias trágicas pueden destruir el convenio matrimonial. Jesús enseñó que el convenio matrimonial podría romperse irreparablemente por causa de inmoralidad sexual. (Mat. 5:32; 19:9). El apóstol Pablo indicó que la muerte finaliza el convenio matrimonial. (Rom. 7:2,3) como también la deserción de un cónyuge no creyente, no dispuesto a permanecer casado (1 Cor. 7:15). Lo anterior es sólo una muestra de los factores destructivos que pueden llevar al rompimiento y al divorcio. A pesar del quebrantamiento del corazón, la pérdida, disociación y las consecuencias a largo plazo del divorcio, dentro del contexto de la redención, el divorcio y el posible consiguiente matrimonio con otra persona no se ven como pecados imperdonables más allá de los cuales no pueda existir vida espiritual y compañerismo. A través del arrepentimiento, la confesión y la apropiada carga de responsabilidades, la gracia puede traer la seguridad del perdón, sanidad y un nuevo comienzo. (1 Juan 1:9; 2:1). 5. Mientras que el matrimonio queda dentro del plan general de Dios, también la soltería queda dentro del propósito divino. Podría ser para el mayor beneficio de ciertos individuos cristianos el que permanecieran solteros (1 Cor. 7:7). La aceptación y protección especiales de Dios descansan sobre aquello que por elección propia o por las circunstancias enfrentan la vida solos. (Sal. 68:5,6; Santiago 1:27). La amistad es una fuente de intimidad y una forma de experimentar el calor de la familia. El compañerismo de la iglesia, la familia de Dios, está disponible para todos, independientemente de su estado civil. (1 Juan 1:3). 6. Nuestra sexualidad está en el centro mismo de nuestra esencia humana. (Gén. 1:27). Las características de nuestro género encuentran expresión en muchas áreas de nuestra existencia. Sin embargo, la intimidad sexual está reservada para el matrimonio (1 Cor.7:2-6). Fuera del matrimonio, una relación sexual es contraria al propósito divino. (Gén 2:24; Prov. 5:1-18; 1 Cor. 6.15, 16). La sexualidad cumple una función unitiva en el matrimonio, aparte de la función procreadora. El propósito de Dios para la sexualidad matrimonial es de gozo, placer y deleite. (Ecl. 9:9; Prov. 5: 18, 19; Cnt. 4: 16-5:1).La intención de Dios es que las parejas mantengan una permanente comunión sexual aparte del propósito procreador. (1 Cor. 7:3, 5). Esto fortalece y protege al matrimonio de unión inapropiada con otra persona aparte del cónyuge. (Prov. 5:15-20; Cnt. 8: 6,7). 7. El traer hijos al mundo es una opción a través de la cual las parejas que así lo desean y pueden hacerlo, pueden participar de la bendición que los hijos representan (Sal. 127: 3-5). Aun cuando los matrimonios generalmente tienen descendencia (Gén. 1:28), no se considera la procreación como una obligación que incumbe a toda pareja con el fin de agradar a Dios. Dios valora a los hijos (Mat. 19:14). Los hijos ayudan a los padres a comprender más acerca del amor y confianza en Dios (Sal. 103: 13). Alientan el desarrollo de la simpatía, el servicio, la humildad y la abnegación en la familia (Sal. 127:3-5; Luc. 11:13). Los padres deben proveer para sus hijos, enseñarlos y corregirlos de manera que lleguen a conocer a Dios, elijan los valores bíblicos y estén preparados para una interdependencia responsable con los demás. (Deut. 6:6-25, Prov. 22:6). 8. El pacto de amor de Dios con su pueblo es el principio básico que constituye la base y sirve de ilustración para la vida cristiana familiar. En el pacto de Dios experimentamos amor, perdón, compromiso, aceptación, intimidad y aun sacrificio a fin de que puedan ser suplidas nuestras necesidades más profundas. Al experimentar el evangelio e intentar reflejarlo en nuestra familia, nuestras relaciones con los demás siguen el modelo de las relaciones divinas con la humanidad (Mat. 22:37-40; Juan 13: 35; 15: 12). Su iglesia es una extensión de su obra de mantener relaciones sólidas y de restaurar aquellas que han sido dañadas. (Juan 14

20:21). Como parte de su misión, la iglesia trata de ser un agente dinámico en la formación y mantenimiento de relaciones de amor ágape y en sanar y restaurar relaciones que se han roto (Juan 10: 10; 20:21; Gál. 6:2; Santiago 5.15).

3. La Importancia Espiritual de las Relaciones Un rabí le preguntó cierta vez a sus alumnos: -¿Cómo pueden identificar el momento del amanecer; cuando la noche termina y comienza el día? - Sus alumnos reflexionaron un tanto y uno de ellos contestó: - ¿Es tal vez cuando se puede ver la diferencia entre una vid y una higuera? - No, -dijo el maestro. Otro dijo: -¿Es cuando se puede diferenciar entre un perro y una oveja?- -No, - contestó el maestro. -Entonces no lo sabemos, -dijeron sus alumnos. -Dinos por favor. - El rabí respondió: -Es cuando eres capaz de mirar de frente a otro ser humano y reconocerlo como tu hermano. Hasta entonces, la oscuridad estará todavía con nosotros. No sabemos si este perspicaz rabí había leído 1 Juan 2:10, 11, pero ciertamente estaba repitiendo su profunda verdad: “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, el tal aún está en tinieblas. El que ama a su hermano está en la luz” (1 Juan 2:9,10). Se ha dicho que la Biblia es el guardia de la teología relacional de la iglesia. El ministerio en favor de la familia enfoca su atención en la formación de relaciones familiares cercanas, especialmente en el hogar, pero también en la familia de la iglesia. A. Jesús elevó las relaciones humanas a un alto nivel moral. Jesús elevó las relaciones humanas a un plano moral paralelo a nuestra relación con Dios (Mat. 22:37-40). De la misma manera que en los tiempos de Cristo, las convicciones y costumbres religiosas de hoy pueden a veces obstaculizar el camino del servicio y la compasión humana básicos (Mar. 3:1-5; 7:10-13; Lucas 13:10-17). En algunos sistemas religiosos, la conexión humana con lo divino se vuelve de la mayor importancia, con la consiguiente minimización o exclusión de las relaciones entre los humanos. Jesús enseñó que la forma como nos relacionamos unos con otros tiene un profundo significado moral ante los ojos de Dios (Mat. 5:23,24; 25: 34-40). Como lo hicieron los profetas de antaño y más tarde los apóstoles, le dio importancia a las relaciones humanas como parte integral de la vida espiritual. Al hacerlo, ratificó lo que Dios les había revelado a los profetas de antaño (Isa. 1:17; Miqueas 6:8; Zac. 7:10) y les revelaría nuevamente a los escritores del Nuevo Testamento. (Rom. 12:10; Efe. 4:32; 1 Juan 3:23; 4:21). En cierto momento, el apóstol Pablo resumió toda la ley como siendo cumplida en amor hacia nuestros prójimos. (Gál. 5:14). Él comprendió que esta es la verdadera evidencia de que amamos a Dios. El amor por los demás presupone una relación amante con Dios en la cual él derrama su amor en nuestro corazón capacitándonos para amar a los demás (Rom. 5:5; 1 Juan 4:7-11). “Debemos ser corteses hacia todos, tiernos de corazón y compasivos; este carácter manifestó Dios en la tierra. Cuanto más estrechamente nos unamos con Cristo, más tierno y afectuoso será nuestro comportamiento mutuo” (Testimonios para los ministros, pág. 377). B. Jesús reafirmó el concepto de familia como institución. El matrimonio y la familia son las estructuras básicas de las relaciones humanas que fueron instituidas en el Edén para beneficio de la humanidad. A través de sus referencias a las familias y a sus , Jesús reafirmó la institución de la familia. • Matrimonio. Al comentar sobre el matrimonio, Jesús ratificó el plan de Dios al dirigir a sus oyentes hacia la creación de esta institución y los mandamientos de Dios al respecto (Mat. 5: 27-32; 19:4,5; Mar. 10: 11, 12, Luc. 16: 18; 18:20. Gén. 1: 27; 2: 24). En Caná, Jesús anunció que su ministerio iba a endosar y elevar la institución del matrimonio como había sido 15

el propósito que fuera (Juan 2:1, 12). “El que creó a Eva para que fuera compañera de Adán, realizó su primer milagro en una boda...Con su presencia sancionó el matrimonio, reconociéndolo como institución que él mismo había fundado” (Ministerio de Curación, p. 275). “Como todas las demás excelentes dádivas que Dios confió a la custodia de la humanidad, el matrimonio fue pervertido por el pecado; pero el propósito del evangelio es restablecer su pureza y hermosura” (El Discurso Maestro de Jesucristo, p. 57). • Niños. Jesús ama a los niños. Mientras estuvo en esta tierra se identificó con ellos, los invitó a venir a él, señaló su fe como la norma de entrada a su reino y lanzó una severa advertencia a cualquiera que hiciera tambalear sus pasos. Sus declaraciones indican que la familia es extremadamente importante para ellos. Deben ser tratados en ella con dignidad, respeto y amor (Mat. 18:3; Mar. 9:37, 42; 10:14, 15). “Los hijos son herencia del Señor y somos responsables ante él por el manejo de su propiedad” (El Hogar Adventista, p. 141). “Cristo asignaba a los niños un valor tan elevado, que dio su vida por ellos. Tratadlos como a quienes fueron comprados por su sangre. Con paciencia y firmeza educadlos para él. Disciplinadlos con amor y paciencia” (El Hogar Cristiano, p. 252). • Vida familiar. Jesús ratificó la responsabilidad de los hijos adultos hacia sus padres, citando el quinto mandamiento al reprochar a los fariseos por la práctica del corbán, una ofrenda que le permitía a los hijos adultos evadir sus correspondientes deberes financieros hacia sus padres (Mar. 7:9-13). Impresionado por la muerte del hijo de la viuda y reconociendo que iba a estar sola en este mundo sin ningún miembro masculino de la familia que la cuidara en su vejez, Jesús le mostró compasión resucitando a su hijo de entre los muertos (Luc. 7:11-17). Más tarde, hizo arreglos para el cuidado de su propia madre al tiempo de su crucifixión, encargándola al cuidado de Juan y encargándolo a él al cuidado de ella (Juan 19:26, 27). C. “Expresiones difíciles”. Debe tomarse en cuenta que hay varias referencias de Jesús con respecto a las relaciones familiares, que han sido llamadas “declaraciones difíciles” (Garland y Pancoast, 1999). Algunos versículos parecerían implicar que Jesús “se preocupaba poco por sus propios familiares (Mar. 3:33-35; Luc. 11:27, 28; Juan 2:4) o por los familiares de los demás (Mat. 10:3538; Lucas 9:59-62; 14:26; 18:29, 30; 20:34-36). David Garland comenta sobre cada una de estas declaraciones de Jesús difíciles de entender con respecto a la familia y concluye que Jesús no tenía un concepto subversivo acerca de la familia, ni tampoco veía a la familia como algo sin importancia, o como impedimento para comprometerse con Dios. Lejos de menospreciar la valiosa formación y el apoyo y fortaleza que se obtiene al pertenecer a una familia, Jesús se dirigió más bien a las actitudes exclusivistas de aquellos que confiaban implícitamente en el parentesco biológico. Ratificó las lealtades familiares, poniéndolas en perspectiva en relación con la más elevada lealtad a Dios. Abrió el camino de servicio a Dios para realizarse no sólo dentro de la estructura de la familia biológica, sino también en el círculo más amplio de la iglesia, la familia de Dios.

“Unos a otros” del Nuevo Testamento 1. Amarse unos a otros - 1 Tesalonisenses 3:12 2. Aceptarse unos a otros, como Cristo nos aceptó – Romanos 15:7 3. Saludarse unos a otros - 2 Corintios 13:12 4. Cuidarse unos a otros -1 Corintios 11:22 5. Someterse unos a otros – Efesios 5:21 6. Soportarse unos a otros en amor – Efesios 4:2 7. Confesarse sus pecados unos a otros – Santiago 5:1 16

8. Perdonarse unos a otros – Efesios 4:32 9. Edificarse unos a otros – Efesios 4:29 10. Enseñarse y aconsejarse unos a otros – Colosenses 3:16 11. Exhortarse unos a otros – Hebreos 10:25 12. Instruirse unos a otros - Romanos 15:14 13. Hablarse unos a otros con salmos e himnos – Efesios 5:19 14. Consolarse unos a otros – 1 Tesalonisenses 4:18 15. Servirse unos a otros en amor – Gálatas 5:13 16. Llevar unos las cargas de los otros – Colosenses 3:13 17. Ser hospitalarios los unos con los otros – 1 Pedro 4:9 18. Ser amables unos con otros – 1 Tesalonisenses 5:15 19. Orar unos por otros - Santiago 5:16 20. No juzgarse unos a otros – Romanos 14:11 21. No hablar mal unos de otros – Santiago 4:11 22. No murmurar en contra de otros – Santiago 5:9 23. No “morderse” y “comerse” unos a otros - Gálatas 5:15 24. No provocarse ni envidiarse unos a otros – Gálatas 5:26 25. No mentirse unos a otros – Colosenses 3:9

4. El Mensaje de Elías A. Un mensaje de “conversión de corazón” para el tiempo del fin. Justamente al final del Antiguo Testamento se encuentra la predicción de que “antes que venga el día de Jehová grande y terrible”, el cual creemos que es la segunda venida de Cristo, el Señor enviará a su pueblo un mensaje que “convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres”, es decir, habrá un mensaje de reavivamiento y reconciliación que acercará y unirá a las diversas generación dentro de la familia (Mal. 4:5-6). Aquí tenemos un mensaje profético que sirve de apoyo al ministerio familiar. B. El mensaje original de Elías. Un estudio de la primera parte de la vida y ministerio de Elías puede ayudamos a comprender a qué se refiere su mensaje final. Comenzando con su propio nombre, que significa en hebreo “Jehová es mi Dios”, todo lo concerniente a Elías y su obra era fundamentalmente un ataque contra la adoración pagana de Baal. La adoración pagana de Baal, el dios cananeo de la lluvia, torció el enfoque religioso del pueblo hacia los mitos relacionados con los fenómenos naturales, incluyendo el de la fertilidad. Ejercía una fascinación sensual sobre sus seguidores. Se practicaba como parte de sus ritos toda clase de pecados sexuales, incluyendo el incesto, la prostitución, la sodomía y la homosexualidad. Se percibía como moderno, a tono con los tiempos, en contraste con los rituales arcaicos de la adoración de Jehová. Se percibía como abierto y liberador, en tanto que el culto de adoración a Jehová se percibía como proscriptor y restrictivo. Entre los adoradores de Baal, se habían perdido los valores de la religión de Jehová, incluyendo los relacionados con matrimonio, familia y sexualidad. 1. La retención de la lluvia (1 Reyes 17:1) era un asalto visible y tangible contra la falsa religión de Baal, dios de la lluvia. Por lo tanto, su religión perdió su estabilidad y entereza y se hizo evidente lo infundado de la fe del pueblo en ese dios pagano. Durante la sequía resultante, dos experiencias de Elías subrayan el enfoque especial de su ministerio y nos ayudan a comprender su mensaje. 2. Resurrección en Sarepta. La primera experiencia se narra en 1 Reyes 17:17-24, mientras Elías está alojado en la casa de la viuda de Sarepta. Podemos imaginamos que Elías instruyó a 17

la viuda acerca del verdadero Dios. Sin embargo, cuando murió su hijo, la mujer estaba aturdida. Su clamor en el verso 18, refleja la creencia muy difundida entre los paganos, que el pecado de los padres requiere un sacrificio. De vez en cuando, los hijos eran tomados de entre sus padres para ser ofrecidos en sacrificio vivo (Jer. 19:5; Miqueas 6:7). Aun si los hijos morían prematuramente, se creía que Baal los había tomado como propiciación para sí mismo. 3. Los versículos 21-23 exaltan a Jehová como el verdadero Dador y Restaurador de la vida. Aquel que puede nuevamente reunir a la familia. En el versículo 24, la respuesta de la madre revela el efecto del mensaje de Elías. Nace en su corazón la fe en Dios y en su Palabra cuando por su poder el hijo vuelve a la vida y se reúne nuevamente la familia. Mientras que el culto a Baal separa violentamente a las familias, la resurrección de este niño y su reincorporación a su familia ilustra el poder del verdadero Dios. Este episodio es anticipo del poder de la resurrección de Cristo y de su significado en la vida de los creyentes (culto familiar. Efe. 1:19-2:9). 4. Conversión de los corazones al Padre celestial. Hay una notoria similitud entre el episodio descrito en 1 Reyes 18:20-45 y la parábola del hijo pródigo que contó Jesús (Lucas 15:11-32). Los israelitas se habían apartado de la adoración y los valores del verdadero Dios. Habían experimentado lo que es el resultado inevitable de ir en pos de valores materialistas falsos y egoístas. Pero esta historia, como la del hijo pródigo, no se refiere tanto a un hijo o a un pueblo descarriado, sino a un Padre que los espera. La gran preocupación en el corazón de Elías es que Jehová sea nuevamente puesto en alto para que Israel pueda ser atraído a él. Desea vivamente la conversión de su pueblo, una reforma, una renovación de su relación con Jehová, un retorno a la fe de sus padres, lo cual les traerá salud a sus hogares y a su tierra. 5. No es accidental que Elías se dirija al pueblo a la hora del sacrificio vespertino (verso 29). El hacerlo dirige la atención hacia el plan de redentor de Dios. La invitación “Acercaos a mí” (verso 30), viene directamente del corazón de Dios. Es la súplica de Aquel que ansía el compañerismo y la compañía de sus hijos. Es un Dios que abre sus brazos para abrazarnos a nosotros, sus hijos descarriados. Nos ama, nos acepta y nos salva incondicionalmente. Se preocupa por nuestros hijos descarriados. Cuando lleguemos al extremo máximo con ellos, podemos dejarlos en sus manos sabiendo que él obra incesantemente para atraerlos a sí. 6. Debe dársele nuevamente su lugar central al altar de Jehová. Es el lugar que Dios mismo ha elegido donde Israel puede conocer y comprender su salvación. La restauración del altar es el equivalente israelita a poner nosotros el evangelio de Jesucristo en su sitio central -dirigirnos a él en oración, hablar frecuentemente de él en nuestros hogares y a nuestros hijos, adorarlo y permitir que nuestra vida sea transformada por la salvación que nos ofrece libremente. Elías les ayudó a recordar su historia de salvación. “No tenemos nada que temer del futuro, a menos que nos olvidemos de lo que Dios ha hecho por nosotros en el pasado” - E.G. White. 7. Elías nombra a los padres de la nación a quienes Dios había dado a conocer su pacto. Ora porque el pueblo sepa que Dios le ha vuelto su corazón a él y que reconozcan que el poderoso acto de salvación de Dios es también para ellos. Entonces desciende el fuego. No consume a los culpables pecadores, sino consume el sacrificio. Se nos recuerda que la ira de Dios cayó sobre Cristo, al cual Dios “hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Cor. 5:21). Habría sido adecuado encender el 18

fuego debajo del sacrificio de la ofrenda para demostrar que Jehová era Dios; pero no, es mucho más que adecuada la manifestación de Dios. Todo se conjuga en un grandioso y glorioso momento. Entonces el pueblo hace confesión de fe, da la espalda a sus dirigentes religiosos y pronto cae nuevamente la lluvia. C. El Ministerio de la Familia y el mensaje de Elías. El ministerio de la familia se erige sobre la base del mensaje de Elías y transmite este mensaje a las familias. Ese mensaje es primeramente las buenas nuevas de la reconciliación de Dios con la humanidad a través de Cristo (compare 2 Cor. 5:19), seguido por la conversión de corazón en nuestros hogares que trae la aceptación del evangelio. La causa de la división y discordia en las familias y en la iglesia es su separación de Cristo. Acercarse a Cristo es acercarse unos a otros. El secreto de la verdadera unidad en la iglesia y la familia no es la diplomacia, la buena istración, o un esfuerzo sobrehumano para vencer las dificultades - aunque se requiera mucho de ello- sino la unión con Cristo. Imagine un gran círculo de cuya circunferencia parten muchas líneas que llegan hasta el centro. Entre más cerca del centro están estas líneas, más cerca están unas de otras. Sucede lo mismo en la vida cristiana. Entre más cerca estemos de Cristo, más cerca estaremos unos de otros. (El Hogar Adventista, p. 158).

“En las más íntimas relaciones de la vida, en nuestros vínculos consanguíneos con padre y madre, hermanos y hermanas, en el amor marital y en nuestros deberes hacia la comunidad, son imposibles las relaciones directas. Desde la venida de Jesús, sus seguidores no poseen más realidades inmediatas propias, ni tampoco en sus relaciones familiares...ni en las relaciones formadas en el proceso de la vida. Entre padre y madre, esposo y esposa está Cristo el Mediador, ya sea que lo reconozcan o no. No podemos establecer o directo fuera de nosotros, sino a través de él, a través de su palabra y al seguirlo a él. “El mismo mediador que nos hace individuos es también el fundador de una nueva confraternidad. Se eleva en el centro, entre mi prójimo y yo. Divide, pero también unifica. De esta manera, aunque el camino directo hacia nuestro vecino esté obstruido, podemos encontrar ahora el nuevo y único camino real hacia él -el camino que pasa a través del Mediador”. (Dietrich Bonhoeffer, The Cost of Discipleship [El costo del discipulado], citado en Andresen and Guernsey, On Being Familiy: A Social Theology ofthe Familiy [Acerca de ser una familia: Una teología social de la familia]

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5. La Comisión Evangélica de hacer discípulos A. Otra perspectiva de la comisión evangélica. El ministerio en favor de la familia ocupa un lugar central en la misión de la iglesia. En su gran y última comisión dada a sus seguidores, les dijo Jesús: “Por tanto, id y doctrinad a todos... (en otras versiones, ‘haced discípulos’)” (Mateo 28:19). Dios deseaba que la familia fuera el escenario natural en donde se practicara esta directriz. “Como obreros para Dios, nuestra obra ha de comenzar con los que están más cerca. Debe principiar en nuestro propio hogar. No hay un campo misionero más importante que éste” (Conducción del Niño, pág. 449). 1. Los discípulos se adhieren a las enseñanzas de Jesús. En por lo menos dos ocasiones, nuestro Señor fue específico acerca de lo que quería decir con el término discípulos. En primer lugar, un discípulo es alguien que adopta como propios, los valores y estilo de vida de su maestro. Jesús explicó: “Si vosotros permanecieréis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31). La familia es el lugar donde se aprenden los valores. Las familias necesitan el apoyo de la iglesia y de la escuela cristiana, pero el factor más importante en la transmisión de valores y el desarrollo de la fe continúa siendo la calidad de las relaciones familiares. Es en la familia donde se colocan los fundamentos del sistema de valores de una persona. Es en la familia donde se prueban, practican y moldean esos valores a través de los desafíos de la vida. Es la familia la que está mejor equipada para transmitir esos valores de una generación a otra. Dios desea que los de la familia se instruyan unos a otros y sean modelo de los valores y principios dentro de la misma (Deut. 6:4-25). El ministerio de la familia ayuda a las familias a cumplir el mandato bíblico de hacer discípulos de sus . 2. Los discípulos saben cómo amar. En otro lugar, se presenta a los discípulos como aquellos que aman a Dios y a los demás. Jesús cultivó una relación amante con sus seguidores. La suya era una camaradería estrecha e íntima, de la clase experimentada solamente por los amigos más queridos. Era una relación que llegaba hasta los niveles más profundos de la confianza y la apertura. “Os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:15). Los discípulos podían arriesgarse a que se les conociera completamente, porque con Jesús había una aceptación dispuesta y la completa seguridad de que eran amados con todo y sus fortalezas y debilidades. Fue de esta intimidad que nació el anhelo de dejarlo todo y seguirlo a él en la fundación de su iglesia, la familia de Dios en grande escala. (Mat. 19:27; Juan 6:68). Lo que ocurrió en la vida de estos primeros seguidores de Jesús nos da una completa definición de discipulado, pues un discípulo, en todo el sentido de la palabra, es alguien que sabe cómo tener una relación íntima con Jesucristo. 3. El amor por los demás es la expresión terrenal de su amor por Dios y su intimidad con Jesucristo. “Que os améis los unos a los otros como yo os he amado” (Juan 15:12). Dijo Jesús:” En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos hacia los otros” (Juan 13:35). La familia ocupa nuevamente el lugar clave y primario desde donde, para bien o para mal, se desarrolla la capacidad para una relación cálida, amante y estrecha con Dios y los semejantes. La familia es clave... porque es el lugar donde se aprenden bien o en forma deficiente las habilidades [relacionales]... Si la familia es la organización en la cual tales habilidades se aprenden primero y por lo tanto en forma más esencial, entonces la familia ocupa un 20

lugar central en el proceso del discipulado. Es un lugar donde se aprenden las habilidades relacionales similares al discipulado y es un grupo primario en donde se forman los discípulos. (Guernsey, 1982, p. 11). B. La crianza recibida afecta la experiencia religiosa. Idealmente, cada persona debería ser invitada a ser un discípulo de Cristo y se le debería animar a crecer en su discipulado dentro de su propia familia. El Ministerio de la Familia se esfuerza por incrementar el número de familias en donde se realiza esta función de discipulado, donde los hijos crecen para convertirse en adultos responsables que gozan de una cálida y amante relación con Dios y sus semejantes y que hacen propias las creencias cristianas. A partir de una relación gozosa y vibrante con los padres o con el cónyuge, puede desarrollarse naturalmente en niños y adultos esa misma clase de cristianismo. Los de la familia que reciben ratificación, ánimo, un toque de ternura, atención intencional, disciplina cariñosa y relaciones satisfactorias en el hogar, es muy probable que continúen ellos mismos en su discipulado. Es posible que tengan éxito al hacer discípulos de sus propios hijos y compañeros y que sean capaces de formar esas amistades muy cercanas en la comunidad que les rodea, las cuales conducen naturalmente a una testificación fructífera. Sin embargo, muchas veces y a pesar de grandes esfuerzos, esto no funciona así. Para algunas personas, la experiencia familiar conduce cómodamente a la fe. Para otros, crea una enorme piedra de tropiezo que puede ser superada solamente por un milagro de la gracia. La imagen que de Dios tiene una persona es con frecuencia la imagen que ésta tiene de sus propios padres, especialmente de su padre. Si sus padres fueron personas alegres, amantes, perdonadoras, si la persona fue aceptada por ellos, es fácil para ella experimentar una relación positiva y satisfactoria con Dios. Pero si sus padres eran fríos e indiferentes, tal vez pueda sentir que Dios está demasiado distante y que no se interesa en ella en forma personal. Si sus padres estaban llenos de ira, hostilidad y rechazo, frecuentemente la persona siente que Dios no puede aceptarla nunca. Si sus padres eran difíciles de complacer, la persona generalmente tiene la sensación de que tampoco Dios está muy complacido con ella. (Strauss, 1975, págs. 23, 24). Nuestras experiencias relacionales en el hogar ejercen una profunda influencia sobre nuestras relaciones con Dios. Elena G. White lo resume en una sola frase medular: “Toda su experiencia religiosa queda afectada por la crianza que han recibido en su niñez” (Conducción del Niño, pág. 445). C. Las familias no están solas. ¿Qué puede decirse de los padres cuyo corazón se duele por sus hijos descarriados y que se preguntan: “Qué hice mal?” ¿Y qué puede decirse de los esposos o esposas que han orado durante mucho tiempo por sus cónyuges, sin lograr ninguna respuesta? La buena nueva es que las familias no están solas en su tarea de hacer discípulos de sus , ni se les ha dado una sola oportunidad, una en la cual tienen éxito o fracasan para el tiempo en que se alcanza la edad adulta. La buena nueva es que aunque las relaciones diarias puedan ser dolorosas, porque el rechazo de los valores de la persona puede verse aparentemente como rechazo de la persona en sí, la esperanza de una oportunidad permanente para hacer discípulos puede aligerar la carga y hacer que valga la pena ese dolor. La buena nueva es que mientras haya vida, hay esperanza, pues sólo la muerte da por terminado el proceso de hacer discípulos. Y las relaciones cercanas y cálidas van a ofrecer siempre la mejor esperanza de que un ser querido llegue un día a ser discípulo de Jesucristo. Ministerio de la Familia atiende este asunto de hacer discípulos en el hogar e intenta ayudar a los padres a crecer en su fe personal y su relación con Jesús, y a que aprendan a través de sus relaciones familiares a extender a sus hijos la invitación para seguirlo ellos también.

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Conclusión Hay mucho material en la literatura psicológica y sociológica que puede y debe ayudarnos en nuestro ministerio en la familia. Sin embargo, es el asirnos a las Escrituras y nuestra conexión con la autoridad bíblica lo que provee nuestra identidad peculiar. Las Escrituras son el canon de nuestra fe y práctica en la vida familiar y en nuestro ministerio en favor de las familias. Una tarea continua de los dirigentes de Ministerio de la Familia es basarse firmemente sobre la Biblia y dirigirse en forma clara y relevante a cada generación de familias.

III. El plan original de Dios para el matrimonio El origen del matrimonio. De acuerdo con las Escrituras, el matrimonio fue instituído y divinamente

bendecido como la relación humana más cercana. En el sexto día de la semana de la creación, Dios celebró la primera boda, uniendo al primer hombre y a la primera mujer como iguales (Gén. 2:18-25). La intención divina para la primera pareja era que fuese un modelo para todas las futuras relaciones matrimoniales: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse a su mujer, y serán una sola carne” (Gén. 2:24). Durante su ministerio terrenal, Cristo reafirmó el plan de la creación con respecto al matrimonio. (Mat. 19:3-6; Mar. 10:6-9).

Los elementos que definen el matrimonio. En el recuento del Génesis, el matrimonio es una

unión exclusiva y de toda la vida entre un hombre y una mujer. Incluye tres elementos esenciales: 1) dejar al padre y a la madre; 2) unirse uno al otro; y 3) ser una carne. “Dejar” implica la creación de una unidad familiar distinta, públicamente reconocida por las familias de la pareja, la comunidad de la fe y la sociedad en general. “Unirse” se refiere al compromiso mutuo de la pareja expresado en un convenio formal de matrimonio. “Ser una carne” describe tanto la unión sexual como el proceso de llegar a mayor intimidad y a la realización que Dios desea que una pareja experimente en todos los aspectos de su vida.

El propósito del matrimonio. El matrimonio fue instituido por Dios para atender la necesidad básica

humana de amor, compañerismo y comunidad (Gén. 2:18). Es el marco ordenado divinamente para la intimidad sexual y su propósito es salvaguardar las virtudes de pureza y fidelidad (Gén. 2:24, 25). Dios diseñó esta relación complementaria entre los géneros para enriquecer el desarrollo de la plenitud humana y una completa comprensión mutua y de Dios y su amor. Se le dio a la primera pareja la tarea compartida de cuidar de la tierra y sus recursos (Gén. 1:26). Tenían también el privilegio de cooperar con Dios — reflejando su creatividad, compartiendo el gozo de establecer una familia, proveyendo para el cuidado y formación de sus hijos y perpetuando la raza humana (Gén. 1:28). Mientras que la revelación divina les da un alto valor a los hijos y expresa el gozo que se encuentra en la paternidad, las Escrituras nunca presentan la procreación como una obligación de cada pareja a fin de agradar a Dios (Mat. 19:14; Sal. 127:3). Las historias de las Escrituras ilustran cómo las tareas y prioridades en relación con esos propósitos varían según el tiempo y las circunstancias para cada matrimonio.

La preeminencia del matrimonio. En las Escrituras, se reconoce al matrimonio como la relación

fundamental en la familia y toma precedencia sobre cualquier otra relación humana. El mandato bíblico de “dejar al padre y la madre” implica que la pareja es lo suficientemente madura como para establecer y mantener una nueva unidad familiar. Deben como prioridad proteger los límites de su relación, aun cuando reciban apoyo, cuidados y consejos de parte de de la familia y otros que puedan ayudarlos (Gén. 2:24; Cantares, Mat. 19:6; Efe. 5:21-33).

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El pacto del matrimonio. El pasaje básico sobre matrimonio en Gén 2:23,24, describe al matrimonio

en lenguaje de convenio. En el plan divino para el matrimonio, el esposo y la esposa -como iguales-, hacen un pacto mutuo delante de Dios. En el sentido bíblico, este pacto es un pacto obligatorio que incluye promesas, privilegios y obligaciones. A través de votos solemnes y sagrados, la pareja sella su pacto, prometiendo amor, lealtad y dedicación uno al otro mientras vivan (Prov. 2:17; Mal. 2:14). El pacto matrimonial, que en muchos sentidos hace recordar el pacto de Dios con su pueblo, se basa en la gracia divina (Eze. 16:3-8; Efe. 1:6). El matrimonio como pacto implica amor constante, buena voluntad, fidelidad y permanencia mutuos. (Sal 89:28-34; Cant. 8:6, 7; Isa. 54:5, 10; Jer. 32:40, 41; Ose. 2:19-23; 3:1-3; Apoc. 21:2,3).

Intimidad sexual en el matrimonio. La intimidad sexual entre un hombre y una mujer en el

matrimonio es un don exquisito y sagrado concedido por Dios a la familia humana en la creación. Es una parte integral del matrimonio, reservada sólo para el matrimonio (Gén. 1:31; 2:24; Éxo. 20:14; Prov. 5: 15-17; Cant. 4:1-5:1; 8:10: 1 Cor. 7:1-4; Heb. 13:4). La relación sexual ha sido diseñada por Dios como una experiencia de amor, placer, celebración y unión entre esposo y esposa, una bendición para ser gozada sin experimentar vergüenza y recibida con gratitud. El acto sexual y las caricias amorosas se presentan en las Escrituras como una expresión plena y agradable de compañerismo y unidad que promueven una cercanía, felicidad y seguridad cada vez mayor entre el esposo y la esposa (Gén. 2:23-25; Prov. 5:18-20; Cantares). Una relación matrimonial amante es el marco elegido por Dios para proveer un ambiente seguro para la procreación, el cuidado y la formación de los hijos (Gén. 1:28; 4:1; Efe. 6:4).

El matrimonio como consorcio. En el relato de la creación, Dios le proveyó a Adán “una ayuda

idónea” (hebreo ezer kenegdo), una compañera igual a él. Este consorcio era uno de igualdad, reciprocidad, compañerismo e interdependencia. En esta relación se preservó su individualidad (Gén. 2: 18, 21, 22). Como socios compañeros, el esposo y la esposa tienen igual responsabilidad en el matrimonio (Gén. 1:26-28). Su compañerismo es uno integral y completo en el que la compatibilidad espiritual es vital (Amós 3:3; 2 Cor. 6:14).

El matrimonio como ministerio. Cuando Génesis habla de la creación del hombre y la mujer a

imagen de Dios, les concede valor y dignidad tanto al esposo como a la esposa y establece el lugar de ambos como representantes de Dios en medio de su creación. La pareja es testigo de la naturaleza de relación y unidad de la divinidad en su respuesta mutua, en su capacidad para amar, su intimidad, unidad, creatividad y capacidad procreadora, además de su corregencia y mayordomía en relación con todo lo que Dios había hecho. Con la bendición de Dios, la pareja recibe habilitación para traer orden y armonía a su mundo y a través de una istración cuidadosa ser responsable por el cuidado y sostenimiento de su familia y su ambiente. Al responder a este llamado, ministran el amor y la gracia de Dios el uno al otro y a su comunidad más amplia. De esta manera exaltan su nombre y testifican de su poder (Gén. 1:26-28; 2:15, 18-25; 1 Crón. 16:813; Sal. 34:1-3; cf Juan 13:35; 1 Tim. 5:8; 1 Juan 3:14; 4:20).

El matrimonio y el sábado. El matrimonio y el sábado son las dos instituciones divinas que tiene

la humanidad desde la Creación. Estas dos instituciones gemelas son paralelas en Génesis 1-2: El sábado es el clímax del primer recuento de la creación (Gén. 1:1-3), mientras que el matrimonio constituye la cima del segundo recuento complementario (Gén. 2:4-25). Cada uno de ellos ilumina nuestra comprensión del otro. El sábado provee un tiempo especial para que la pareja casada renueve y celebre su compromiso mutuo, goce del compañerismo mutuo y con la familia y experimente las muchas facetas del descanso sabático (Gén. 2:2, 3; Éxo. 20:11; 31:16-17; Isa. 58:13; Heb. 4).

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1. El matrimonio y la transgresión humana Responsabilidad por la transgresión. Las Escrituras hacen tanto a Adán como a Eva responsables

por la entrada del pecado al mundo (Gén. 3:6; Rom. 5:12-21; 1 Cor. 15:21, 22). Ambos negaron su responsabilidad por su conducta. Su fracaso en seguir el plan de Dios los llevó a la separación de Dios y entre ambos. (Gén. 3:8-13).

Efectos de la caída en la naturaleza del matrimonio. El pecado de Adán y Eva trajo como

resultado la pérdida de la intimidad, mutualidad, armonía y unión. La relación quedó marcada con la culpa, el temor, la vergüenza y el reproche (Gén. 3:7-12). Como resultado de la caída, se perdió el delicado balance en su matrimonio. Bajo la maldición del pecado, la mujer lucharía ahora con un inmoderado deseo de relación mientras que el hombre asumiría supremacía sobre ella. (Gén. 3:16). La maldición sobre la tierra y el dolor que ahora experimentaría al dar a luz, arman el escenario para los conflictos sobre el trabajo, el deseo sexual y la procreación (Gén. 3:14-19). Muchas mujeres llegaron a ser consideradas y tratadas como propiedad y aun como esclavas, y las diferencias de poder hicieron que los papeles a desempeñar fueran rígidamente prescritos y se idealizara el dominio y el control masculino (Exo. 21:7-11; Ester 1:17-22). Los tristes efectos del pecado sobre el matrimonio se manifiestan frecuentemente en forma de incomprensiones, negligencia, conflictos, alienación y fracaso en amar, aceptar y perdonarse mutuamente. El comportamiento violento y abusivo en las relaciones humanas es una de las más destructivas manifestaciones del efecto del pecado (Gén: 4:8, 19, 23, 34; 6:11, 13; 2 Sam. 13:11, 20; Sal. 11:5; Isa. 58:4,5; Rom. 13:10; Gál. 5:19-21).

Efectos de la caída en la permanencia del matrimonio. El plan original de Dios para el pacto del

matrimonio se basa en principios de amor, lealtad, exclusividad, confianza y apoyo sostenidos por ambos socios en obediencia a Dios (Gén. 2:24; Mat. 19:6; 1 Cor. 13; Efe. 5:21-29; 1 Tes. 4:1-7). Cuando se violan estos principios, las Escrituras reconocen que el pacto del matrimonio se socava y puede ser aun destruido (Deut. 24:1-4; Prov. 5:1-23; 6:20-35; Mal. 2:14; cf. Ose. 2:2-13). Además de la muerte de un cónyuge, otros factores pueden llevar a la destrucción de un matrimonio. La inmoralidad sexual, incluyendo toda una gama de comportamientos sexuales impropios y la deserción de un cónyuge incrédulo, son reconocidos en las Escrituras como circunstancias que destruyen el pacto del matrimonio (Deut. 24; Mat. 5:32; 19:9; Rom. 7:2,3; 1 Cor. 7:15). Otros factores, tales como el abuso y la violencia en la familia también amenazan severamente y pueden romper el pacto matrimonial (Mal. 2:14-16; 1 Tim. 5:8).

Disolución del matrimonio. El pecado ha devastado las relaciones humanas y ha llevado al

rompimiento y disolución de muchos matrimonios. La anulación, el repudio, la separación y el divorcio se han vuelto costumbre en muchas sociedades. A pesar del apoyo social y legal de estas prácticas, no son parte del plan original de Dios para el matrimonio (Mat. 19:8; Mar. 10:5). Las Escrituras expresan la gran preocupación de Dios por las familias que experimentan el trauma asociado con toda forma de disolución del matrimonio. En el Antiguo Testamento se dieron leyes para limitar el dolor y el daño causado por tales prácticas (Deut. 24:1-4: Ose. 2,3; Mal. 2:13-16).

Distorsiones culturales del ideal del matrimonio. Desde la entrada del pecado han surgido diferentes

formas de relaciones familiares y sexuales que no están de acuerdo con el patrón establecido en Génesis 1-2. Algunas de estas relaciones, tales como el concubinato y la poligamia, aun cuando se toleraron en tiempos del Antiguo Testamento, estaban no obstante en desacuerdo con el diseño divino. Aunque el levirato cumplió propósitos específicos en la antigüedad, no se convirtió en una práctica cristiana. Tanto la cohabitación, como la unión por consanguinidad, el incesto y las uniones del mismo sexo están claramente condenadas (cf. Éxo. 22:16, Deut. 22:23-29; 27:20-23; Lev. 18:7-18; 20:11-21; 2 Sam. 13:11-13). 24

2. El matrimonio y el evangelio Restauración de la intención de Dios al crear el matrimonio. Desde el comienzo de la entrada

del pecado Dios ha estado trabajando activamente para restaurar todo lo que se perdió en el Edén. (Gén. 3:15; Ose. 11:8, 9; Efe. 1:3-10). La Biblia sostiene consistentemente en alto la honorabilidad del matrimonio (Heb. 13:4). Fueron dadas muchas leyes para proteger el convenio del matrimonio (Éxo. 20:14, 17; Lev. 18; Deut. 5:18, 21; 22:13-30; 24:1-4). Dios usa símbolos del matrimonio para iluminar la íntima relación especial entre él y su pueblo (Isa. 54:5; 62:5; Jer. 3:1; Ose. 2:19-21). Los escritores de la Biblia celebran el amor marital (Prov. 5:18-20). Todo un libro de las Escrituras refleja los temas edénicos del gozo, deleite, mutualidad, seguridad y unicidad experimentados en la relación matrimonial (Cantares).

Obra redentora de Cristo a favor del matrimonio. En Jesucristo fue revelada la plenitud del plan

redentor de Dios (Juan 1:16; Gál. 4:4; Efe. 1:10; Heb. 1:1-4). En él, el reino de Dios ha llegado a nosotros para rescatarnos de esta presente era de pecado y capacitarnos para ser llenos de toda la plenitud de Dios (Mat. 12:28; Luc. 11:20; 17:21; Gál. 1:4; Efe. 3:17-19; Heb. 6:5). Siendo que Cristo ha hecho nuevas todas las cosas, la institución del matrimonio es ahora parte de la nueva creación (2 Cor. 5:17). Con su milagro inaugural en Caná, Cristo honró y bendijo el matrimonio y de esa manera señaló su voluntad de efectuar una transformación radical de la experiencia matrimonial entre los creyentes (Juan 2:1-11). Afirmó la perspectiva de la creación con respecto al matrimonio como un pacto o convenio para toda la vida, ante Dios, entre un hombre y una mujer (Mat. 19:4,6; Mar. 10:6-9). Exaltó el matrimonio, como lo hicieron los profetas, refiriéndose frecuentemente a sí mismo como el Esposo (Mat. 9:15; 25: 1-13; Mar. 2:19, 20; Juan 3:29; 2 Cor. 11:2; Efe. 5:32; Apoc. 19:6,7).

Efectos del evangelio en la relación matrimonial. El evangelio abre los ojos de ambos cónyuge para verse uno al otro como personas de valor y mérito, redimidas por Cristo, cada una de ellas merecedoras de dignidad y respeto. Esto se manifiesta en la forma gentil como se aman, aceptan y perdonan mutuamente, su disposición a escucharse, comprenderse y conectarse uno al otro. Puede verse también en la forma como reconcilian sus diferencias y resuelven sus conflictos. El evangelio tiene el poder de transformar las prácticas tanto naturales como culturales, liberando a cada pareja para explorar sus dones y desarrollar un compañerismo compatible con el diseño original de Dios para el matrimonio.

Jesús enseñó e ilustró con su vida el camino del liderazgo espiritual, demostrando los apropiados límites de poder y autoridad en las relaciones. Les advirtió a sus seguidores que no codiciaran el poder ni le permitieran a otros ejercer sobre ellos poder indebido, siendo que esto está fuera de los principios de su reino. Con Jesús llegó un nuevo paradigma que invitó a hombres y mujeres a alcanzar su propio potencial y a responder a las necesidades de los demás. Sus seguidores se caracterizan por el servicio mutuo, la humildad y el respeto (Mat. 18:1-4); 20:25-28; 23:1-12; Mar. 9:35; 10:42-45; Luc. 22:24-27; Juan 13:2-17; Fil. 2:1-8). El matrimonio y las relaciones familiares de los cristianos están moldeados por esos principios evangélicos (Efe. 5:21-6:9; 1 Ped. 3:1-7; 1 Juan 2:9,10). A los pies de la cruz de Cristo, la humanidad queda unida y rotas las barreras que han creado las desigualdades entre judíos y gentiles, libres y esclavos, hombres y mujeres (Rom. 2:11; 3:23; 1 Cor. 11:11; Gál. 3:28; Efe. 2:14-18). La unidad en el matrimonio se logra a través de amor y respeto mutuos. Ninguno es superior (Efe. 5:21-28). La comprensión de parte de Pablo de que los esposos y esposas tienen iguales derechos y responsabilidades en su relación sexual, ejemplifica la mutualidad mayor a la cual las parejas cristianas son llamadas en el matrimonio (1 Cor. 7:3, 4). La entrada del pecado llevó a la sujeción de la esposa al esposo; sin embargo, el evangelio enfatiza el amor y la sumisión de todos los creyentes unos a otros, incluyendo los esposos y esposas, 25

por reverencia a Cristo (Efe. 5:21). Las Escrituras le prestan atención especial al cumplimiento en el matrimonio de esta sumisión mutua de los creyentes. El esposo y la esposa deben someterse uno al otro; las esposas a través de amor, respeto y honor por sus esposos (Efe. 5:33; Col. 2:18; Tito 2:4; 1 Ped 3:1, 2) y los esposos a través de su amor abnegado por sus esposas (1 Cor. 7:3,4; Efe. 5:21, 24, 25). Los esposos son llamados a honrar a sus esposas como compañeras herederas de la salvación en un matrimonio lleno de gracia (1 Ped. 3:7). Los principios del evangelio se oponen a que el esposo o esposa asuman el señorío dentro del matrimonio.

La soltería es una opción. El evangelio permite tanto la soltería como el matrimonio como opciones válidas en la vida adulta, incluyendo el ministerio pastoral. (1 Cor 7:7, 8). Mientras que algunos, por elección o circunstancias son solteros, pueden sentirse completos como individuos, conectados con otros a través de familia y amigos y traer gloria a Dios como hombres o mujeres solteros (Mat. 19:12; Mar. 3:33-35; 1 Cor. 7:7, 8). Sin embargo, la intimidad sexual se reserva para el matrimonio (Prov. 5:1519; Cantares 2:6, 7; 3:5; 8:3, 4; 4:12; 8:8-10; Ose. 3:3).

3. El papel de la Iglesia Como cuerpo de Cristo, la Iglesia es llamada a una comunidad de fe que es inclusiva con respecto a todos sus , sean solteros o casados. Al formar un sentido de comunidad, la iglesia se preocupa por fortalecer todas las relaciones, que armonicen con las Santas Escrituras especialmente las relaciones matrimoniales que son el fundamento de la familia, la iglesia y la sociedad. Siguiendo el ejemplo de dirigentes bíblicos, aquellos que guían hoy al pueblo de Dios son responsables por mantener en alto el ideal de Dios y proclamar la divina voluntad con respecto al matrimonio. Tal ministerio busca preparar a niños y adultos en la familia, iglesia y escuela para la vida adulta de soltería o matrimonio. Alienta a las parejas a hacer decisiones sabias con respecto al matrimonio, fortalece las habilidades de relación y facilita el compromiso y crecimiento marital, proporciona también: • Seminarios a Parejas. • Aconsejamiento Pastoral. • Círculos de Amistad. Siempre que ocurra aflicción o rompimiento marital, la iglesia, como familia de Dios, se esfuerza por escuchar, comprender y ministrar a todos los involucrados. La iglesia respeta la responsabilidad de la pareja de tomar decisiones con respecto al futuro de su relación. Provee también ánimo y apoyo para ellos y la familia en su tristeza y dolor, conectándolos con recursos al experimentar la reconciliación o llorar la pérdida de relaciones significativas. Si el matrimonio falla, la iglesia acepta la responsabilidad de ministrar la gracia y el perdón de Dios y manifestar comprensión y compasión como comunidad sanadora. También proporciona entre otras cosas: • • • •

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Sanidad Emocional. Satidad Espiritual. Orientación a los hijos. Terapia ocupacional - Conducta.

• Diplomado en consejería de Intervención en Crisis.

IV. Cómo tener un Ministerio de la Familia Efectivo en la Iglesia Local Características esenciales del ministerio Familiar • El Ministerio de la Familia ve a las personas en el contexto de las relaciones. Es un ministerio hacia el Padre y Madre: Esposo y Esposa; Hijos y Padres; Miembro de iglesia; Vecino, etc. • El Ministerio de la Familia trata las necesidades de la familia en las diferentes etapas de desarrollo. Toma en consideración las transiciones y reconoce las necesidades cambiantes que crean las diferentes etapas del ciclo familiar. • El Ministerio de la Familia fortalece las relaciones existentes y desarrolla nuevas. • El Ministerio de la Familia promueve comprensión. Ayuda a los de la iglesia a aprender aceptación y amor hacia las personas de diferentes etapas de vida y configuraciones familiares. • El Ministerio de la Familia reconoce que las familias fuertes edifican el Reino de Dios. • El Ministerio de la Familia ofrece sanidad a quienes han sido víctimas de abuso y heridos por familias disfuncionales y relaciones perdidas. Ofrece regeneración y restauración completa a aquellos cuyas identidades han sido quebrantadas y distorsionadas por el abuso. • El Ministerio de la Familia enseña competencia en una variedad de habilidades interpersonales y toma de decisiones, que van desde cómo manejar la sexualidad hasta cómo manejar el dinero. • El Ministerio de la Familia incluye tres fases: educación, enriquecimiento, consejería. “Estas fases pueden incluir (pero no están limitadas a) enseñar a las personas nuevas habilidades interpersonales; ofrecer oportunidades para el enriquecimiento de relaciones existentes; y ofrecer la oportunidad para crecimiento personal y relacional bajo la guía de un consejero competente” (Seven step to successful Family Ministry, p. 5) (Siete Pasos Para un Ministerio Familiar exitoso, Pág. 5).

El Concilio del Ministerio Adventista de la Familia Para un programa efectivo de Vida Familiar, se requiere un equipo de liderazgo que esté comprometido a este esfuerzo por un período de tiempo prolongado (de varios años si es necesario). El aspecto más importante de este equipo es el director. Este individuo necesita ser un buen comunicador, con un profundo interés en las relaciones humanas, así como con habilidades de organización.

El Concilio del Ministerio Adventista de la Familia debe incluir las siguientes personas: • Director de Ministerio de la Familia • Directora de Ministerio de la Mujer • Una persona soltera • Un matrimonio • Uno o dos padres • Pareja presidente del club de matrimonios • Anciano asesor • Pastor de distrito (miembro exoficio) • Una persona que represente a los diversos grupos por edades de la iglesia, • Directores de departamentos que tengan relación con el ministerio de la familia. Esta comisión tiene la responsabilidad de organizar el proceso de ministerio para el año. 27

Perfil del Director de Ministerio Familiar • Adulto • Casado • Profundo interés por el ministerio de la familia • Equipo esposo-esposa • Disponibilidad de tiempo • Aptitudes de liderazgo • Verdadero cristiano

Planificación adecuada • Misión • Visión • Análisis “DOFA” • Metas – objetivos a largo alcance • Métodos estrategias. Qué, cómo, cuándo, dónde, quién, cuánto. • Calendarización • Presupuesto

Cómo Definir las Necesidades en su Congregación y Comunidad ¿Qué tipo de familias conforman su iglesia? Usted puede tener una impresión general basada en lo que nota superficialmente en la iglesia los sábados de mañana. Sin embargo, esta impresión general necesita ser afinada por una investigación más precisa. Una buena manera de comenzar puede ser distribuyendo un perfil familiar para que los de la congregación lo llenen. Debe ser distribuido en la iglesia, ser llenado y devuelto en el momento. Este le debe dar un cuadro bastante preciso de la composición de las familias de los activos. Al final de este módulo hemos incluido un ejemplo de una encuesta del perfil de la familia. Además de desarrollar un perfil del Ministerio de Vida Familiar en su congregación, también puede utilizar retroalimentación directa de expertos, familias de la iglesia y la Comisión de Vida Familiar para señalar necesidades. Mantenga en mente que el Ministerio de Vida Familiar no es solamente para los de su iglesia. También puede ser evangelístico, ministrado a las necesidades de sus vecinos y amigos que no son de iglesia. Posiblemente sea buena idea hacer una encuesta en su comunidad para determinar los intereses y necesidades de las familias. Al final de este módulo hemos incluido un ejemplo de una encuesta de intereses y necesidades para la comunidad que rodea la iglesia.

Cómo Planear el Ministerio de la Familia en su Iglesia Local El proceso de planeación comienza después que ha identificado algunas necesidades definidas potenciales de audiencias definidas. Escoja cinco o seis audiencias con grandes necesidades que usted tenga el potencial de alcanzar. Va a lograr los planes del Ministerio de Vida Familiar de la manera siguiente: • Desarrollar objetivos basados en: uAudiencia definida uNaturaleza del programa uMarco del tiempo para el programa uHabilidades especiales, experiencias e información que van a comunicar 28

• Encontrar líderes y ayudantes. • Localizar o generar recursos materiales (audio-visuales, paquetes de programas, materiales para los participantes, etc.). • Decidir lugar, tiempo, cuota y otros detalles del evento

Cómo Anunciar los Eventos del Ministerio de la Familia No importa que un buen programa llene las necesidades de la audiencia específica, ¡no va a lograr nada si nadie asiste! Las personas no van a venir si no saben del programa. Veamos algunas ideas para anunciar sus eventos del Ministerio de Vida Familiar. • • • • • •

Invitaciones de persona a persona, amigos invitando a amigos. Correo directo o correo electrónico Letreros, carteles, volantes, folletos. Noticias para imprimir o difundir (publicidad gratis). Anuncios pagados. El anuncio de promoción debe responder a estas preguntas básicas sobre su evento: u¿Qué está ofreciendo? u¿Quién está invitando? u¿Cuándo será el evento? u¿Dónde se llevará a cabo el evento? u¿Cómo se van a beneficiar las personas al tomar parte en el evento? u¿Cuánto será el costo de inscripción al evento? u¿Quiénes darán lo seminarios?

Cómo Evaluar y dar seguimiento a su Evento Cuestionario de evaluación. Cada seminario de Vida Familiar debe ofrecer a las personas la oportunidad de llenar un cuestionario al final. Esto provee la oportunidad de evaluar la efectividad del programa y también le da a las personas la oportunidad de indicar su interés en seminarios futuros. Al final de este módulo se provee una simple hoja de evaluación. Seguimiento. Mire la calidad relacional de sus programas. ¿Son “enlatados” o tienen un toque personal? Desarrolle una lista de correo organizada para seguimientos. Asegúrese de informar a las personas sobre eventos y servicios futuros. Desarrolle algún programa de seguimiento centrado en el servicio de adoración. Las personas que responden a eventos de Vida Familiar pueden responder muy bien a grupos pequeños enfocados al estudio de la Biblia y compañerismo. Un evento de Vida Familiar puede darle la oportunidad de invitar personas a una serie evangelística futura.

Cómo dar un énfasis de fortalecimiento de las Familias a los Programas Existentes en las Iglesias La mayoría de las iglesias ya tienen un calendario de iglesia lleno. Se puede dar un énfasis de fortalecimiento para las familias dentro de los servicios, actividades y programas que ya existen en la iglesia. Tales como: Escuela Sabática, servicio de adoración, servicio de oración, sociedad de jóvenes, reuniones evangelísticas, sociales y excursiones, servicios de dedicación de niños, bodas, funerales, escuela bíblica de vacaciones, noticieros, ministerio personal, visitación pastoral, etc. 29

V. Eventos y actividades importantes en el año Para el Ministerio Adventista de la Familia NOTA: Revisar el Calendario de Misión / Asociación antes de realizar su calendario de actividades anual.

Febrero: • Cena de matrimonios en el día del amor • Seminario a solteros • Reunión del Club de Matrimonios Marzo: • Día de campo familiar • Seminario a matrimonios jóvenes • Reunión del Club de matrimonios Abril: • “Un día con mis papás” (Seminario de paternidad) • Reunión del Club de matrimonios Mayo: • Semana del hogar cristiano • Programa, actividad de celebración a las mamás • Encuentro matrimonial, (local, a nivel Asociación/ Misión) Junio: • Programa, actividad de celebración a los padres • Reunión del Club de matrimonios Julio y Agosto: • Diplomado en Vida Familiar Septiembre: • Día de la Unidad Familiar • Reunión del Club de matrimonios Octubre: • Primera reunión de la comisión de vida familiar Noviembre: • Celebrando a los de la Tercera Edad • Reunión de Matrimonios Diciembre: • Proyectos de Evangelismo Familiar

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VII. Constitución Sugerente Para Clubes de matrimonios CAPÍTULO I Nombre Artículo 1

Esta asociación de matrimonios cristianos será conocida como Club de Matrimonios _________________________de la Iglesia Adventista del séptimo Día de ________________________, (Nombre del club) (Nombre de la iglesia) ________________________________. (Distrito)

CAPÍTULO II Objetivos Artículo 1

Los objetivos del Club de Matrimonios serán los siguientes: A. Conocer y practicar los principios de vida familiar, tal y como los enseña la Biblia, el Espíritu de Profecía y el Ministerio de Vida Familiar de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. B. Orientar la vida familiar en las diferentes áreas. C. Lograr una mayor integración de las parejas. D. Fomentar un espíritu de compañerismo y sociabilidad entre los matrimonios. E. Capacitar y equipar parejas que se conviertan en instructores en el área de vida familiar. F. Inspirar a otros matrimonios para que procuren alcanzar la felicidad que es posible dentro del estilo de vida adventista.

ARTICULO III Actividades Artículo 1

Las siguientes actividades deberán organizarse e impulsarse para lograr los objetivos del club: a. Encuentros matrimoniales, para fortalecer las relaciones conyugales y enriquecer el matrimonio. b. Renovación de Votos Matrimoniales c. Retiros espirituales de matrimonios, y Santa Cena. d. Día de Recreación de las parejas.

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e. Reunión mensual del club, para: 1) Exposición de un tema o seminario de interés general 2) Tiempo para discusión y preguntas 3) Celebrar o festejar fechas especiales de las parejas 4) Tener un tiempo de compañerismo y refrigerio 7. Celebración de seminarios de entrenamiento para capacitar a algunas parejas para que se conviertan en orientadores de la vida familiar. 8. Cualquier otro tipo de programa o actividades que ayudan a alcanzar los objetivos del club y del Ministerio de la Familia de la iglesia.

CAPÍTULO IV Artículo 1

Podrán ser del Club de Matrimonios los siguientes: 1. Todos los matrimonios de la Iglesia Adventista del Séptimo día que deseen pertenecer al club. 2. Todos los matrimonios que, aunque no sean de la Iglesia Adventista, deseen pertenecer al club y apoyen y disfruten la compañía y actividades de los matrimonios adventistas y se comprometan a respetar los principios y normas de la iglesia. 3. Responsabilidades: a) Asistir a las reuniones regulares del club, las cuales serán una sesión al mes. b) Asistir a las reuniones extraordinarias que cite la directiva del club. c) Participar en los proyectos que impulse el club. d) Observar una conducta moral cristiana. e) Cubrir la cuota mensual o anual que acuerde el club.

CAPÍTULO V Junta Directiva del Club Artículo 1

La Junta Directiva estará formada por las siguientes áreas: a. Presidencia b. Secretaría c. Tesorería d. Vocales (1 ó 2 parejas) e. Consejeros (El pastor de distrito y su esposa, el director de Ministerio de la Familia de la iglesia y su esposa, si estos últimos no son nombrados para la presidencia).

Artículo 2

Cada área estará en mano de una pareja, la cual será elegida de acuerdo a las directrices provistas en esta constitución. 38

Artículo 3

La Directiva será elegida por un año y funcionará en cooperación y coordinación del Ministerio de la Familia de la iglesia.

CAPÍTULO VI Elecciones Artículo 1

Los dirigentes del club serán elegidos de la siguiente manera: 1. Comisión de nombramiento: a) Estará formada por 3 ó 5 parejas. b) Serán elegidas en forma directa por el pleno de los matrimonios. c) Será presidida por el pastor de distrito y su esposa o el primer anciano de la iglesia. 2. La comisión de nombramiento deberá rendir un informe al pleno de las parejas para su aprobación.

CAPÍTULO VII Finanzas Artículo 1

Para cumplir los objetivos del club se requerirá de finanzas; éstas podrán recabarse de las siguientes fuentes: 1. Cuota mensual de cada pareja miembro del club (una cuota mínima al alcance de cada pareja es recomendable, dejando que las parejas con mayor solvencia económica aporten más, si así lo desean). 2. Aportación de la iglesia. 3. Donativos Especiales. 4. Ganancia en proyectos especiales 5. Algún otro medio que acuerde la directiva de común acuerdo con el pleno de las parejas.

Artículo 2

Los fondos del club serán puestos en custodia en la tesorería de la iglesia, debiendo llevar, por supuesto, un control el tesorero del club.

CAPÍTULO VIII Disolución del Club Artículo 1

En caso de disolverse el club, los fondos en custodia en la tesorería de la iglesia, serán asignados al departamento de Ministerios de la Familia.

Artículo 2

Todo equipo adquirido por el club, parará a ser propiedad de la Iglesia local. 39

VIII. Directrices para el club de matrimonios Pasos para la organización del club A. Hacer un listado de todos los matrimonios que existen en la iglesia. Hacer una convocatoria de todos los matrimonios del distrito. B. Visitar a través del Concilio a todos los matrimonios existentes para invitarlos de parte de la iglesia a la formación del club. C. Si es posible, llevar por escrito en esta visitación los objetivos y actividades del club. Presentar los objetivos y beneficios del Club de Matrimonios. D. Llevar el formato de solicitud de isión para que cada pareja lo llene y se inscriba. E. Se realizan los nombramientos de la directiva. F. En esta reunión se hace el nombramiento de acuerdo a como lo dice la Constitución. 1. Se acuerda el horario, y el calendario de actividades del año. 2. Se inician las reuniones normales 3. Se hacen planes para el nombre y los estandartes. 4. Se hace un canto tema del club 5. Se hacen los preparativos para el programa inaugural G. Se certifica ante la Asociación/Misión la organización del club H. En caso de que el club de matrimonios necesite ser organizado a nivel distrito, se hace una convocatoria de los matrimonios del distrito. 1) El pastor hace la convocatoria 2) Elige un lugar de reunión 3) El pastor preside la comisión de nombramientos

Estandartes del Club Como toda Asociación, el Club de Matrimonio necesita sus insignias o banderas que lo identifiquen como tal. A continuación usted encontrará la descripción de los estandartes que todo club de matrimonios debe tener como parte de su equipo para realizar todas sus actividades y de esa manera portarlos en sus reuniones especiales y regulares.

1. Generales

En cada estandarte debe ir el voto y la ley de los cónyuges. Son hechos en tela paño, fieltro, etc., color púrpura (morado), con letras doradas para los títulos y encabezados y letras blancas para el contenido, y fleco dorado; todos los clubes en forma uniforme. Los logotipos de iglesia y Ministerio Adventista de la Familia también deberán ir en los estandartes.

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Las medidas para el estandarte son igual para ambos. Ejemplo:

2. Distintivo Este tipo de estandarte es para identificar el club de los otros clubes, por esta razón contiene el logotipo y el nombre del club, que ustedes deseen ponerle. Es hecho en tela paño, color blanco. Ejemplo:

3. Cónyuges Estos banderines que cada pareja manda a hacer colocando el nombre de la familia, datos de la misma, logotipo, etc., de acuerdo al gusto y a la creatividad de cada uno de los del club, se usan mayormente en los campamentos anuales de cada Asociación/Misión y en los programas especiales en la iglesia. 41

Ejemplo:

Uniforme.

El uniforme que se portará en cada reunión oficial del club de matrimonios será pantalón/falda azul marino, camisa/blusa blanca.

Tipos de programas 1. Programa mensual o quincenal Esta reunión se realiza durante el año en forma regular, cada vez que se elige la nueva directiva, elabora su plan de trabajo e incluye estas reuniones normales del club, que contiene los aspectos social, mental y espiritual. Se puede realizar en la iglesia, escuela, casa de familia, bajo los árboles o donde la directiva lo disponga. A estas reuniones deben asistir todos los del club, llevando sus cuotas para realizar sus programas y planear sus proyectos en los días y hora que el club acuerde. A continuación, algunos programas sugerentes que se pueden realizar a través de la directiva: a) Reunión normal sugerente:

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2. Programa Trimestral A. En el templo. Este tipo de programa lo realiza el club ante la iglesia presente, que puede ser al final de cada trimestre. Los del club son los que participan mayormente en el programa, dando un tema, o clase prematrimonial o de la familia. Se solicita la iglesia previamente y se anuncia la hora ya sea el sábado en la tarde o un día de culto.

B. Fuera del templo. Esta reunión es de tipo familiar, donde están presentes todos los

y sus hijos. Pueden salir de paseo, celebrar un programa social, compartir alimentos; es una ocasión donde participa toda la familia, también puede ser espiritual a través de un retiro o seminario.

3. Programas especiales

Estos programas se realizan en la iglesia con el propósito de que todos los conozcan el club y su razón de existir. Además para consagrar los matrimonios que son la base de la iglesia, de la sociedad y del mundo.

A. Programa inaugural. Inaugura las actividades del club, que se realizarán en la iglesia durante los años de su existencia.

Objetivos:

a) Organizar oficialmente el club ante la iglesia b) Registrar el club ante la Asociación perteneciente

Indicaciones:

a) En este programa debe estar presente el director del departamento de vida familiar de la Asociación. b) Es indispensable la presencia del pastor del distrito con su esposa. c) Esta ceremonia se realiza una sola vez en la historia del club.

Elementos y orden:

a) Entrada de la valla (conquistadores, guías mayores, jóvenes, etc.) b) Entrada de los oficiantes (pastores y esposas) c) Entrada de las parejas ( del club) d) Bienvenida e) Canto congregacional f) Lectura bíblica g) Oración de rodillas h) Repetición del voto i) Explicación del voto j) Repetición de la ley k) Explicación de la ley l) Música especial m) Mensaje espiritual n) Encendiendo el candelero o) Certificación y organización p) Canto del club q) Presentación de la directiva r) Canto final s) Oración final t) Salida

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Desarrollo del programa:

1) Se sugiere que sea un sábado o domingo de tarde, en el cual toda la iglesia esté invitada y tenga una asistencia singular incluyendo a las visitas. 2) Para hacer de este programa una fiesta espiritual se invita a los conquistadores o a un grupo de jóvenes a formar una valla para que todos los matrimonios desfilen por el centro del templo marchando hasta ocupar los primeros lugares en las bancas. 3) Los oficiantes pueden entrar por el centro del templo marchando o bien por la sala pastoral. 4) La repetición del voto puede estar a cargo de una pareja y la explicación a cargo de otra o bien una sola pareja (una persona repite con la congregación y la otra explica el significado). 5) En cuanto a la ley se puede aplicar la misma indicación del inciso d. 6) El mensaje es dirigido por el director de Vida Familiar de la Asociación, o bien por el representante. 7) El candelero contiene tres velas una más grande que va en el centro y las otras dos más pequeñas de igual tamaño. La que va en el centro del candelero representa a todos los clubes de matrimonios de la Asociación y la de los lados a los matrimonios del club local. Después del mensaje el director de la Sección enciende la vela central y luego la pareja director del club a organizarse enciende las otras dos.

Ceremonia “Como director de todos los clubes de matrimonios enciendo esta luz que representa la asistencia continua de Jesús en todo matrimonio de todos los clubes que existen en esta sección”. La esposa del director del club local puede mencionar “a nombre de todas las esposas que pertenecemos al club _____________________________ de esta iglesia enciendo esta luz que significa la presencia de Cristo en nuestros matrimonios”. De igual manera el esposo enciende la otra vela en representación de todos los esposos del club. Diciendo: “Esta luz que está apareciendo en este momento indica que nuestros matrimonios serán conducidos primeramente por la luz de Cristo Jesús al mundo” (cuando se enciende la primera vela todo el club dice amén y cuando la segunda se encienda se ponen de pie las damas y dicen amén y luego los hombres). Una vez que las tres velas que están sobre el candelero están encendidas, entonces el director de todos los clubes de la sección pregunta ¿Quién certifica que se han dados los pasos necesarios para la organización del club_______________________ de esta iglesia? Entonces la pareja consejero del club responde: “nosotros a través de esta solicitud (y se lo entrega al director) manifestamos con certeza que el club está listo para ser organizado con su nombre, sus estandartes y sus estatutos. Solamente resta que el director de Vida Familiar de la sección declare el día y la hora en que el club queda organizado y afiliado a todos los clubes de la Sección o Misión. (Se sugiere que el consejero sea la pareja director del departamento de Vida Familiar local). 8) El pastor de la iglesia con su esposa presentan a la directiva mencionando sus responsabilidades. 9) En la salida salen primero los oficiales y luego la directiva, los y al final la iglesia. 44

10) Los oficiantes pueden ser el departamental con su esposa, y el pastor del distrito con su esposa, participando ellos en la programación. 11) El programa social se realiza en algún lugar acondicionado para ese fin.

B. Programa de Apertura Objetivos:

a) Consagrar el club en forma solemne a través de una ceremonia en la iglesia al inicio de sus actividades. b) Motivar la integración familiar en la iglesia. c) Patentizar el compromiso de liderazgo del club con la iglesia.

Indicaciones:

a) En las presentaciones se describe a cada miembro de la familia en forma interesante, con sus preferencias recreativas, sociales y espirituales. b) El compromiso de liderazgo lo solicita el pastor al director del club. c) Esta reunión puede ser presidida por el pastor del distrito o en su ausencia por el consejero del club. d) Se realiza el primer mes de cada año eclesiástico.

Elementos:

a) Entrada de la valla (se sugiere sean los hijos de los matrimonios del club) b) Entrada de los oficiantes c) Entrada de los inscritos d) Bienvenida e) Canto congregacional f) Lectura bíblica g) Oración de rodillas h) Presentación de los i) Música especial j) Mensaje espiritual k) Presentación de la directiva l) Compromiso de liderazgo m) Aceptación del voto n) Aceptación de la ley o) Canto del club p) Explicación de los estandartes q) Canto final r) Oración por el club s) Salida

Desarrollo del programa

a) De igual manera se puede hacer un sábado de tarde, normalmente el 4º sábado del mes de octubre o el último domingo de ese mismo mes. b) Este programa se realiza cada año para alcanzar los tres propósitos ya mencionados (dar, motivar y patentizar) con la nueva directiva y nuevos que se afilien.

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c) La valla puede estar formada por todos los hijos de los del club. d) La entrada de los oficiantes y se realiza como en el programa inaugural. e) El mensaje espiritual lo presenta el pastor o anciano asesor del departamento de Vida familiar. f) La presentación puede ser por la directiva o por ellos mismos en forma general. g) Ceremonia de compromiso: -Pastor: Estando ante la presencia de Dios y de la iglesia pregunto: ¿Quién se compromete a llevar adelante en este año eclesiástico las actividades del club de matrimonios de esta iglesia? -Director: Como director nombrado para este año, me comprometo ante estos testigos tomar el liderazgo de este club y con la ayuda de Dios dirigir exitosamente en este año. -: Nosotros nos unimos con el director (de la directiva) para asociamos y trabajar en forma armoniosa. -Pareja 1: En representación de los del club nos comprometemos en aceptar y cumplir este voto que dice así (todos lo repiten). -Pareja 2: En representación de los del club nos comprometemos en aceptar y cumplir esta ley que dice así: (Todos lo repiten) (el pastor los invita a sentarse después de colocarlos en las manos del Señor) h) El canto del club es dirigido por el director de música. i) El consejero del club explica los tipos de estandartes que tiene el club. j) El canto final puede ser el 496 “Jerusalén mi Amado Hogar” y se finaliza como el programa inaugural.

C. Programa de renovación Objetivos:

a) Renovar los votos matrimoniales. b) Celebrar los años de unión matrimonial de los . c) Celebrar los años de existencia y actividad del club.

Indicaciones

a) Este programa debe ser presidido por un pastor ordenado. b) La descripción debe ser del día de boda de cada pareja. c) Se realiza al inicio del segundo semestre del año eclesiástico.

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Orden y elementos a) Entrada de la valla (pueden participar los J.A. de la iglesia) b) Entrada de los oficiantes c) Entrada de los inscritos d) Bienvenida e) Canto congregacional f) Lectura bíblica g) Oración de rodillas h) Descripción de cada pareja i) Experiencia matrimonial j) Música especial k) Mensaje espiritual l) Renovación del voto matrimonial m) Bendición matrimonial n) Canto final o) Oración final p) Salida

Desarrollo del programa

a) Se realiza normalmente al terminar la semana del Hogar Cristiano, donde participan, formando la valla, los JA de la iglesia. b) Esta actividad es más solemne porque se renuevan los votos matrimoniales. c) Se recomienda que se vistan de blanco por el objetivo del programa. d) La descripción de la pareja en forma detallada puede hacerse al inicio cuando entran o como aparece en el programa modelo. e) La renovación de los votos matrimoniales se puede hacer de la siguiente forma: Se invitan a las parejas que pasen al frente: -

Estando de frente los esposos, se les pregunta ¿Cuántos de ustedes renuevan sus votos matrimoniales de amar a sus esposas en todos los momentos hasta que den el último suspiro?

-

Estando de frente las esposas se les pregunta ¿Renuevan sus votos matrimoniales de lealtad, fidelidad e integridad hacia sus esposos en esta hora? (también se pueden leer en su momento los votos matrimoniales)

f) Mientras se toman de las manos, se prepara la música para la oración matrimonial. g) En ese momento se pueden entregar ramos de flores o de alguna otra cosa que el club haya determinado. h) El programa finaliza con el canto y la oración.

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4. Sugerencias para Comisiones A. Nombre diversas comisiones para la preparación y elaboración de los programas especiales:

1) Ornato. Esta comisión se encarga de idear, conseguir, colocar y preparar todos los adornos, letras y materiales que le den color, brillo, forma y matiz nupcial al templo.

2) Música. Esta comisión hace provisión para que algún grupo musical realice un concierto antes del programa, misma que se encarga para que en el programa social haya música.

3) Propaganda. Su función es hacer invitaciones a los para que marchen y participen en el programa, a la vez anunciar a la iglesia en forma especial al evento y de igual manera con invitaciones personales a las visitas.

4) Sociales. Este grupo de parejas se encarga de preparar el programa social al finalizar el programa en la iglesia.

5) Estandartes. Su misión es tener listos todos los estandartes colocados en frente del interior del templo para ser repetidos por el club y luego quitarlos y guardarlos.

6) Plataforma. Prepara el escenario, consiguiendo el candelero, velas, encendedores para colocarlos en su debido lugar para el programa.

7) Otras que usted agregue secundariamente. B. Se espera que para estos eventos todas las parejas estén uniformadas con un vestido de gala o bien pueden usar los trajes de sus bodas. C. Para que el programa salga más organizado y de manera eficiente deben de practicar varias veces todos los participantes unos días y horas antes. D. Se espera que toda la iglesia esté involucrada para estos eventos especiales. E. Las marchas para las entradas y salidas en los diversos programas especiales se pueden usar como en las bodas normales que se hacen en la iglesia. F. Si existen las posibilidades y lo amerita el tiempo, las damas al marchar pueden llevar un ramo de flores o bien para el programa inaugural una velita para encenderla en el momento de la organización. G. La entrada puede ser: a) Directiva y luego las demás parejas. b) Primero los matrimonios de más edad y luego los demás. c) Primero los de menor edad en adelante. d) Como usted lo organice en forma uniforme

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Responsabilidades de la Directiva Pareja Presidente

a) Presidirá todas las reuniones de la directiva que sean necesarias para elaborar los proyectos y realizar los programas que tenga el club. b) Ambos, tanto el esposo como la esposa dirigirán las reuniones normales y estarán al frente de los programas trimestrales y especiales. c) Son los primeros responsables de la buena marcha del club para alcanzar los objetivos y realizar las actividades. d) Verbalmente y con su testimonio infundir ánimo y entusiasmo a todos los del club en forma constante.

Pareja Secretario

a) Ayudar a la pareja director en todo momento, tanto en las reuniones de la directiva como en las actividades propias del club. b) Es el segundo responsable de que el club contantemente esté marchando bien en todos los aspectos. c) Llevará un registro fiel de todos los votos que se levanten, tanto en la directiva como en el pleno, de tal manera que todo sea transparente en la marcha del club. d) Mantendrá al día los datos de cada pareja y también su asistencia a cada reunión, para todo lo que sea necesario. e) Tendrá los archivos de las inscripciones y reinscripciones de todos los , así como los datos necesarios de la organización oficial del club y de las actividades (para su informe posterior).

Pareja tesorero

a) A falta del director y secretario, asumir la responsabilidad de llevar adelante las reuniones y actividades programadas. b) Son responsables de promover las finanzas, de buscar, con la directiva, estrategias para lograr tener mayores ingresos al club, a fin de que en todo momento logren sus proyectos. c) Llevar un registro fiel de todos los ingresos y egresos necesarios para mantener informados a los de todos los recursos, en forma constante. d) Estar dispuestos a facilitar los fondos para lo que sea necesario, siempre y cuando la junta directiva del club lo apruebe. e) Custodiar y vigilar el uso sabio de las finanzas del club en su período de responsabilidad.

Pareja consejero

a) Asistir a todas las reuniones de la directiva para aportar sus sugerencias y observaciones para la buena marcha del club. b) Cooperar con la directiva, a fin de que ésta logre sus objetivos en todo momento. c) Facilitador entre la directiva del club y sus .

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IX. Principios éticos

Para pastores y dirigentes de la iglesia en El Ministerio Adventista de la Familia 1. Llevar a cabo nuestro ministerio a partir del reconocimiento del poder que tenemos para ejercer un impacto en las relaciones familiares, para bien o para mal, en virtud de nuestra posición de liderazgo en la iglesia. 2. Ejercer nuestro ministerio partiendo del concepto de las familias como sistemas interactivos y complejos. 3. Comunicarnos en forma respetuosa y clara con los de la familia, mostrando sensibilidad hacia sus necesidades individuales y de desarrollo. 4. Ser respetuosos hacia la diversidad entre los de la familia y en la iglesia, sosteniendo las creencias y prácticas personales o culturales hasta donde se mantengan de acuerdo a los principios bíblicos. 5. Respetar a los padres como los primeros formadores, maestros y establecedores de límites para sus hijos. 6. Hacer todo lo que esté en nuestro poder para que la iglesia sea un ambiente seguro y de formación positiva para todos los de la familia. 7. Esforzarnos por proveer educación sobre vida familiar a todos los de la familia y animarlos a participar. 8. Guardar los secretos para mostrar respeto a los de la familia y protegerlos, a menos que al hacerlo pongamos en riesgo la seguridad de un niño, en cuyo caso informaremos en forma prudente a las autoridades designadas. 9. Ejercer nuestro ministerio dentro del nivel de nuestra competencia. 10. Comunicar en forma veraz nuestras calificaciones profesionales y la naturaleza y amplitud de los servicios que podemos proveer. 11. Mantener límites apropiados y no hacer mal uso de ninguna relación con nadie a quien sirvamos, buscando gratificación personal. 12. Esforzarnos por estar bien informados con respecto a recursos en la comunidad y ayudar a conectar a las familias con personas y recursos que puedan satisfacer sus necesidades. 13. Comprometernos a recibir entrenamiento y desarrollo profesional permanentes a fin de mejorar nuestro conocimiento y habilidades como pastores o dirigentes de la iglesia a favor del ministerio de las familias. 14. Conducir nuestro ministerio de acuerdo con las mejores prácticas en educación, mejoramiento y aconsejamiento en vida familiar. 15. Llevar a cabo nuestro ministerio de acuerdo con los reglamentos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y las leyes del país. 50

Usando los dones espirituales de los de la familia en forma individual “Se asigna una obra particular a cada cristiano. Cada uno tiene una misión de maravillosa importancia.... Hay una variedad de trabajo adaptado a diferentes mentes y a distintas capacidades” (Servicio Cristiano, pp. 13, 15, 17). 1. * Tome tiempo durante los cultos familiares para leer y estudiar textos de la Biblia que se refieran a los dones espirituales, Rom. 12; 1 Cor. 12, 13; Efe. 4. Note que los dones, aunque diferentes, combinan armoniosamente para edificación de la obra de Dios. 2. Pregunte a los dirigentes de la iglesia en cuanto a la posibilidad de tomar un inventario de dones espirituales o de temperamentos, para así estudiar los potenciales y habilidades particulares que poseen, tanto usted como los de su familia. 3. Estudie las vidas de hombres y mujeres en el Antiguo y Nuevo Testamento como la de Abraham, Sara, Moisés, Miriam, José, Débora, Gedeón, Sansón, Hulda, David, María, la madre de Jesús, María Magdalena, Pedro, Juan, Pablo, Barrabás, Lucas, Priscila y Aquila, para encontrar sus dones espirituales y capacidades, y saber cómo los usaron éstos para glorificar a Dios, y edificar su causa. 4. Pregunte a los dirigentes de su iglesia, o al bibliotecario de su iglesia o escuela de iglesia, si tiene biografías de pioneros de la Iglesia Adventista, o de otros destacados líderes cristianos cuyo espíritu de servicio, y dones espirituales, pueden servir para inspirar y animar a su familia. 5. Oren y hagan planes juntos y descubran los talentos y habilidades de cada miembro de la familia, y cómo Dios los puede usar en el hogar, en la iglesia, y en obra misionera a favor de la comunidad. 6. Tome tiempo para expresar aprecio en una manera especial por los talentos, dones y habilidades particulares en cada miembro de su familia, afirmando la contribución que cada uno hace para lograr que el funcionamiento de la familia sea tranquilo y placentero. 7. Los dones que Dios le ha dado a sus hijos pueden ser diferentes a los suyos como padres. Invite a otros parientes cristianos, adventistas, o de iglesia, poseedores de dones espirituales y habilidades semejantes a los de sus hijos para que compartan sus historias y experiencias con sus jóvenes, para que le sirvan de ayuda en proveerles modelos y ejemplos. 8. Basados en talentos y habilidades reconocidos individualmente, permita que cada miembro de la familia prepare una lista de varias cosas específicas que él, o ella pueden hacer para testificar por el Señor. Pida ayuda a otros de la familia si usted tiene dificultad en preparar la lista. Los niños pequeños pueden hacer dibujos mostrando las contribuciones que han hecho. 9. Pida a de la familia que compartan regularmente la manera en que Dios los ha inspirado para usar sus talentos y habilidades en sus actividades diarias.

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UN PROYECTO MISIONERO DE FAMILIA 1. Estudie la manera como los diferentes talentos de la familia puedan acomodarse de manera que puedan ser usados cooperativamente en un proyecto misionero especial y específico. 2. Consulte con los dirigentes de su iglesia en busca de sugerencias sobre proyectos misioneros especiales que posiblemente puedan ser beneficiados con la participación de su familia. 3. Invite a cada miembro de la familia a que ofrezca una sugerencia para un proyecto especial de familia. Piense en la siguiente variedad de actividades que están cerca de su casa. Añada sus sugerencias a esta lista: • Leer la Biblia, o literatura que contenga el evangelio, a una persona mayor, o que sufra de un impedimento visual. • Hacer compras para un enfermo. • Escribir una carta de ánimo a una familia doliente, triste o desanimada. • Visitar a los enfermos. • Hacer un préstamo sin intereses a una familia con problemas económicos. • Hacer pan para los hambrientos. • Regalar una canasta de víveres a una familia necesitada. • Ofrecer cuidar un niño una vez por semana a padres solteros. • Distribuir literatura conteniendo el mensaje. • Dirigir un estudio bíblico para los compañeros de trabajo durante la hora del almuerzo. • Ofrecer horas de servicio gratuito tanto como sea posible, a familias que necesitan ayuda con el cuidado de sus niños, con la remodelación de sus hogares, o con la istración de sus finanzas. • Proveer cuidado como hijo adoptivo, a alguna persona joven que esté en necesidad.

4. Orar y escoger juntos un proyecto misionero en el que participe toda la familia. 5. Conceda a cada uno de la familia la oportunidad de participar en el proyecto en alguna forma, haciendo uso de sus talentos y habilidades particulares. 6. Solicite la ayuda de los más cercanos de la familia. 7. Si algunas de las cosas del proyecto misionero puede hacerse durante el culto familiar, como escribir invitaciones, preparar correspondencia, presentar estudios bíblicos, entonces haga planes para incorporarlos en un culto especial, dando oportunidad a los de la familia para exponer sus sentimientos con respecto a la actividad misionera. 8. Adapte la participación de la familia para acomodar las diferentes edades de los de la misma, manteniendo el equilibrio adecuado entre las necesidades personales de la familia y la necesidad de compartir con otros. Procure lograr una experiencia que produzca resultados que causen sensación de éxito y un sentido de realización. 9. Mantenga un registro o un diario con comentarios y reflexiones sobre las actividades misioneras de la familia. Tome nota de las áreas en donde hay necesidades y la manera cómo Dios ha derramado sus bendiciones tanto sobre los participantes como los beneficiados en estas actividades. 10. Transmita a otros la felicidad que produce este proyecto misionero, compartiendo lo que Dios está haciendo a través de usted en un informe en las reuniones de oración, en reuniones de jóvenes, en la escuela sabática, en el culto divino o en cualquier oportunidad que se presente para hacerlo. 52