Método artístico Modo específico, históricamente condicionado, del reflejo del ser, de la realidad, y de la expresión de las relaciones estéticas del hombre con el mundo; modo de concebir y reelaborar la realidad en imágenes mediante el hacer creador del artista. El método artístico constituye un procedimiento para plasmar y afirmar un determinado ideal estético. Todo método artístico está relacionado con la selección, la generalización y la valoración de los hechos y fenómenos de la vida. El carácter y la orientación de un método, la medida de su capacidad y posibilidad de captar en las imágenes artísticas la vida de los hombres, la relación entre el individuo y la sociedad, &c., dependen de las condiciones político-sociales y espirituales del desarrollo de la humanidad en cada momento histórico dado, del papel objetivo de una u otra clase en la vida de la sociedad, de la relación entre la sociedad y el arte. Todo método artístico se encuentra íntimamente vinculado a una concepción del mundo, la cual, según sea progresiva o negativa, ejerce una acción positiva o negativa sobre la creación artística. Ahora bien, ésta es una relación compleja, dialécticamente contradictoria, de modo que (como mostró Engels en el ejemplo de Balzac) el artista, gracias a la fuerza de su método realista, puede superar algunas limitaciones de sus concepciones subjetivas. Tenemos un método artístico cualitativamente nuevo, engendrado por la época de la lucha por el socialismo y el comunismo, en el realismo socialista, que se diferencia de los métodos que le han precedido en el arte (clasicismo, romanticismo, realismo crítico, &c.) por el hecho de que representa la vida a la luz de la lucha por la victoria del ideal del comunismo.
Método artístico Modo específico históricamente determinado del reflejo del ser, de la realidad y expresión de las relaciones estéticas del hombre con el mundo, modo de asimilación y transformación de la realidad en imágenes del arte. El método artístico sirve para plasmar y afianzar un ideal estético determinado. El carácter y la orientación de uno u otro método artístico y la capacidad y posibilidad de reflejar –con su ayuda– la vida de los hombres en las imágenes artísticas, las relaciones entre el individuo y la sociedad, &c., dependen de las condiciones sociopolíticas y espirituales de desarrollo de la humanidad en cada momento histórico dado y del papel objetivo que desempeña una u otra clase en la vida de la sociedad. Todo método artístico está estrechamente vinculado con la concepción del mundo, que ejerce un influjo positivo o negativo sobre la creación artística. Pero esta ligazón es una relación compleja y dialécticamente contradictoria que permite al artista superar en cierta medida, gracias a la fuerza del método realista, la estrechez de su visión. El realismo socialista es un método artístico cualitativamente nuevo.
METODO ARTISTICO: La obra de arte es racionalizable pero no surge de la razón. No se puede sistematizar, aunque haya sistemas y técnicas que la hacen más posible. Si el artista no es capaz de enumerar la secuencia de pasos que le ha conducido hasta el resultado final, posiblemente sea porque esta secuencia no existe, porque el proceso creativo no ha sido lineal sino transversal, entretejido y con bucles en el tiempo. Cuando los paleontólogos intentan dilucidar sobre lo que se considera humano y lo que no, las expresiones artísticas se iten como una de las evidencias más claras de la presencia y de la acción de los humanos de otro tiempo. Las pinturas rupestres, las figuras talladas, la disposición de abalorios y utensilios en una tumba son creaciones intencionadas que no pueden vincularse directamente con la supervivencia. Cierto es que las manifestaciones artísticas, lo mismo que las manifestaciones religiosas, pueden explicarse en términos de cohesión de grupo, de biología social, de ventaja evolutiva adquirida mediante el empleo de símbolos; pero esta explicación no parece suficiente para justificar la capacidad que tienen estas obras de conmover, de despertar las emociones miles de años después. Ignorar esto es empeñarse en elaborar una visión simplista, por muy complicada que esta sea, del hecho humano. Lamentablemente, esta es la visión sobre la que se construyen los sistemas educativos actuales; todos ellos fundamentados en el uso de la razón y tratando de encontrar una forma científica de educar; es decir, buscando un método racional que garantice el aprendizaje. Aunque, como ya apuntan las neurociencias, no hay aprendizaje sin emoción y el Arte está más cercano a ella que la razón. No basta con el manejo racional de las emociones, eso que se conoce como inteligencia emocional, que solo palia pero no resuelve la gran ineficacia de nuestra forma de educar. El Arte y la Ciencia son dos formas diferentes de buscar, de obtener conocimientos. Una se apoya en la emoción y la otra en la razón. Pero hay razonamiento en lo artístico y emoción en lo científico. El gran problema de nuestras escuelas es ignorar que esta interrelación existe, actuar como si no existiera. Lo que llamamos pensar consiste en la traducción de nuestras sensaciones y emociones en palabras y en el uso de estas palabras siguiendo las reglas del lenguaje con el que hayamos aprendido a hablar y de la lógica en la que se nos haya educado. Convertimos nuestras vivencias en un relato para darles forma, para adquirir la falsa ilusión de que podemos manejarlas. Interpretamos el mundo hablando y creemos que así lo podemos controlar. El Arte interpreta y traduce la realidad de otra manera. Es una forma de comprender y hacer más manejable aquello para lo que no son suficientes las palabras; y por eso emplea el trazo, los colores, las formas, los sonidos, el movimiento y el ritmo, entre los múltiples recursos expresivos que tenemos a nuestro alcance. Desde este punto de vista, el proceder artístico es
más globalizador y, posiblemente, impacta más en nuestra biología y produce aprendizajes más duraderos. En las escasas ocasiones que se habla de incorporar el Arte en la escuela, inmediatamente se piensa en incluir más dibujo, música o danza, por ejemplo, en lo que allí se hace; se piensa en la creación y los resultados y se da por supuesto el proceso. Pero la esencia del hecho artístico no son sus obras sino la forma en que se llega a ellas. Y eso es lo que debería enseñarse: la actitud, el proceder y los requisitos necesarios para colocarse en disposición de que las musas lleguen.