Un corazón sencillo EL OBJETIVO El autor expone así, en una carta a una amiga, el proyecto del cuento que se propone escribir: Un corazón sencillo es el relato de una vida oscura, la de una pobre chica del campo, devota pero mística, sacrificada sin exaltación y tierna como el pan fresco. Ama sucesivamente a un hombre, a los hijos de su ama, a un sobrino, a un viejo al que cuida, finalmente a un loro; cuando muere el animal, lo manda disecar, y cuando ella misma va a morir, confunde el loro con el Espíritu Santo. No es en modo alguno irónico, como supone, sino al contrario muy serio y muy triste. Quiero compadecerme, hacer llorar a las almas sensibles, pues yo mismo soy una de ellas" EL TEMA. EL ESTILO El tema del cuento responde a una vieja idea que Flaubert comunicó a un amigo en una carta de 1950: "su personaje será una joven flamenca que muere virgen y mística en un pueblecito de provincia en el fondo de una huerta plantada de coles y de frutales en forma de huso, a orillas de un río grande" La crítica considera que el tema dominante en los tres cuentos, más que el mensaje como tal, es la palabra en sí misma, el estilo. No en balde el escritor se sirve del loro (en Un corazón…, de los animales mágicos y de los profetas en los otros dos cuentos) como protagonista. Flaubert utiliza la palabra como una variante del ruido, del estrépito, y hasta del silencio, con valor litúrgico (en el caso de Un corazón…). De ahí la variedad de su léxico, que se repite muy poco, la abundancia de sinónimos e incluso la variedad fonética, pues el escritor normando sometía sus frases a la prueba del sonido como criterio supremo de estilo. La primera frase del cuento, «Durante medio siglo, las burguesas de Pont-l'Évêque tuvieron envidia a la Sra. Aubain de su criada Felicité», muy irada y comentada, nos muestra desde el principio la maestría estilística de Flaubert. El punto de la oración se sitúa tras Felicité, y es un nombre suficientemente significativo como para que el lector se pregunte si será feliz. También nos proporciona información acerca de la ambientación espacial del cuento, Normandía, y de la clase social que aparecerá, la burguesía. La elección de "medio siglo" y no de "cincuenta años" muestra agudamente el sentido de la temporalidad de Flaubert: "medio siglo", psicológicamente, es mucho más largo. Flaubert escoge la palabra más adecuada. Felicitas es la envidia de las burguesas del lugar no como una persona, sino como una valiosa posesión de Mme. Aubain; como se dice en las últimas frases de este capítulo, "parecía una mujer de madera, funcionando como una autómata". Es vista como un objeto y nadie parece pensar que tenga sentimientos. Flaubert se abstiene de usar su técnica favorita, el indirecto libre; permanece siempre fuera de la mente de su heroína: cualquier asociación momentánea entre el flujo de pensamientos del personaje y la voz del narrador hubiera dado al relato un tono radicalmente diferente del que tiene, y hubiera impedido que Felicitas fuera retratada con simpatía y ternura. En Madame Bovary, demasiada información sobre la mente de la heroína la expone al ridículo a ojos del lector. Felicitas escapa a la ignominia de semejante exposición, quizá porque nunca experimenta procesos mentales tan complejos, y en ella todo es más sencillo e inocente. REALISMO Flaubert fue uno de los principales autores del movimiento en Francia, movimiento que buscaba reflejar la vida de manera realista especialmente a través del uso de un punto de vista
objetivo y la acumulación de detalles exactos. Sostenía firmemente que el escritor no debía expresar sus opiniones acerca del arte, sino sencillomente contar historias. Así, en Un corazón sencillo, el narrador no hace comentarios ni reflexiones sobre los hechos que narra. El lector, por tanto, es obligado a sacar sus propias conclusiones, como ocurre en la vida real. Un corazón sencillo es esencialmente realista, sin bien la categoría de realismo debe matizarse con arreglo al ideal flaubertiano de escribir "un libro sobre nada"; una narración que se sostiene a sí misma "por la fuerza interna del estilo". El asunto, en verdad, ha llegado a ser delgado e invisible, tanto que casi no posee materia: tal es la levedad de esta intrascendente anécdota, la vida de una pobre criada, su servicio amable y silencioso hasta la santidad. Los personajes y las atmósferas se abordan con las armas de un realismo tan leve e impalpable, tan puro y libre, que en cierto modo se anula a sí mismo y trasciende toda categoría estilística. Flaubert describe a esta primitiva mujer con una ternura misericordiosa, por una vez olvidado de toda crítica social y de todo sarcasmo antiburgués. El cuento está construido sobre el principio de discontinuidad, y por eso evita deliberadamente establecer relaciones de causa y efecto. Por eso no sabemos, sólo podemos suponer; por ejemplo podemos interpretar que la intensidad del dolor emocional de Felicitas y su silencio tienen relación con su primera experiencia de amor y abandono. Luego, en su nueva vida con la Sra Aubain, se dice que se comporta como una mujer de madera, que funciona de manera automática. Loulou le vuelve a dar a la palabra. Para la redacción de este cuento Flaubert utilizó un loro disecado, que, según dice, mantuvo en su mesa de trabajo todo el tiempo que duró su redacción. Quería "llenarse el alma de loro, para pintar al natural". En suma, para la creación de este cuento, más que de la documentación libresca, Flaubert se nutre de sus recuerdos personales, reavivados con visitas a los escenarios de los hechos para precisar los detalles que luego describirá con la exactitud y objetividad que caracterizan toda su obra. Los recuerdos personales no son, sin embargo, sino el pretexto para hacer volar su imaginación en busca de la belleza, objetivo final del escritor. PERSONAJES En este relato, Flaubert crea a sus personajes a partir de una realidad cercana y los enmarca en un ambiente que le es familiar. Así, Felicitas es el nombre de la segunda criada de Emma Bovary, y las características del personaje se hallan prefiguradas ya en otra criada que aparece en la misma novela, Catherine Leroux, que pudo haberse inspirado en la vieja sirviente de la familia Flaubert. Pont`l-Évêque, la finca de Gerfosses, Trouville con los paseos a la orilla del mar y los recuerdos de su adolescencia tienen para el escritor normando un gran fuerza evocadora, que se aviva al o con estímulos y motivos recientes; los problemas financieros de la Sra. Aubain y del Sr. de Commanville, que vive en "la última parcela de tierra que le quedaba", son los problemas reales de Flaubert cuando escribía los cuentos. Además de semejanzas con Madame Bovary, hay en este cuento descripciones que parecen transcritas de La educación sentimental; así, la escena del embarque de Víctor. Algunos detalles sobre algunos personajes LOULOU Es el último amor de Felicitas. La sordera sume a Felicitas en una especie de estado de trance silencioso que sólo rompe la voz de Loulou (aquí hay un quiebro en la realidad del texto, no se explica cómo es posible que ella sólo lo oiga a él) Ella comienza a establecer una relación entre el loro y el Espíritu Santo en la iglesia. Luego empieza a pensar que "el Padre, para manifestarse,
no había podido elegir una paloma, puesto que estos animales no tienen voz, sino más bien a uno de los antepasados de Loulou"(52); para ella, palabra y pensamiento son lo mismo. La confusión entre el Espíritu Santo y el loro viene preparada por un pasaje del capítulo 3 en el que Felicitas escucha historias de la Biblia y relaciona lo que se refiere en ellas con los elementos de su propia vida (Las siembras, las cosechas, todas esas cosas familiares de que habla el Evangelio se encontraban en su vida, el paso de Dios las había santificado, 35). Hay una supresión de la diferencia entre lo cotidiano y lo sagrado. Un loro también encarna el mundo de lo exótico y lo aventurero; es la encarnación de los lugares a los que viajó Víctor y de las láminas de la geografía ilustrada de Pablo y Virginia. 3 Loulou era el nombre que daban familiarmente a una sobrina de Flaubert (se dirige así a ella en sus cartas). Y así, con la confusión final del loro y el espíritu santo, una de las mejores expresiones de la sublimidad existente en lo grotesco. FELICITAS Su vida se reduce al trabajo y los intensos vínculos emocionales que forma. Aunque la devoción de Felicitas hacia aquellos a los que ama no es casi nunca recíproca ni agradecida, su necesidad de amor no se da por vencida. A pesar de una vida de duro trabajo, de los desengaños y la pérdida gradual de todos los seres a los que quiere, no flaquea. Se relaciona con el mundo a través de un lenguaje de imágenes, objetos y acciones más que a través de la comunicación verbal; cuando habla, pronuncia palabras sueltas. Hay cierta ironía en el nombre de Felicitas para alguien que no parece precisamente la encarnación de la felicidad. La criada Felicitas, trabajadora hasta el holocausto, religiosa como un niño, heroica sin saberlo, fiel hasta la muerte, tonta en su propia opinión, bordea los límites de una "vida de santo", sólo que no posee el menor dejo hagiográfico ni edificante, justo porque el personaje se ignora a sí mismo, y su autor, más que reflexionar, se limita a desgranar esa vida hecha de pequeñeces: el servicio doméstico cotidiano, la alegría inefable del catecismo en la iglesia del pueblo, el éxtasis vicario de las emociones de los niños que cuida... El episodio de Felicitas ante un mapa, creyendo que de un momento a otro aparecerá hasta el retrato de la casa de su sobrino en La Habana, es de un humor tierno y delicado. El candor de la mujer es tal, que parece conmover al propio Sartre en su monumental obra sobre Flaubert; el filósofo, nada sospechoso de efusiones sentimentales, observa agudamente que la simplicidad de la criada está lejos de ser inferioridad mental o falta de inteligencia. Al contrario, es una forma superior de sabiduría, un sentido casi innato de lo sobrenatural, que termina en una muerte conmovedora. Flaubert presenta a Felicitas como tan ignorante e inocente como un animal (y la compara con un animal cuando dice que los niños montan en ella, por ejemplo). Aprende la sexualidad de los animales, es tan fiel como un perro, sabe comunicarse con los animales y dominarlos (escena del toro y los bueyes) y se puede comunicar mejor con un loro que con ningún ser humano. Ella está más cerca de los animales que de los humanos; esto jamás se hace explícito en el texto, pero el frecuente uso de imágenes relacionadas con los animales hace que aflore a la superficie esta línea de significado sumergida. El progresivo derrumbe del mundo de Felicitas, provocado por la muerte de los seres a los que ha amado, la pérdida de algunas cosas de Mme. Aubain y la pérdida del oído y la vista sumen a Felicitas en un aislamiento prácticamente absoluto. Y sin embargo, se produce un efecto paradójico: gracias al aislamiento puede dar rienda suelta a su mundo imaginario sin las constricciones de la realidad, y con la tranquilidad y la seguridad que necesita. A la par que crece
su soledad, lo hace su imaginación. MADAME AUBAIN Aunque no muestra casi nunca aprecio ni afecto a Felicitas, ésta la reverencia y la protege en muchas formas: es quien regatea, quien invita a irse a los invitados molestos, quien salva a la familia del toro. Cuando muere Virginia, es quien vela el cadaver, porque la Sra. Aubain está demasiado conmocionada. La mayoría de las posesiones de Felicitas son cosas que la Sra. Aubain ya no quiere, incluido Loulou. Cuando muere, pocos la lloran debido a su carácter distante, pero Felicitas se siente devastada. SIMBOLISMO Loulou es el símbolo más obvio del cuento, aunque hay muchos más. Puesto que es un loro, sólo repite frases vacías y que resultan sacadas de contexto, lo que hace que sea un símbolo especialmente irónico de la comunicación de Felicitas con la divinidad. La sordera de Felicitas simboliza su incapacidad para comprender o interpretar el mundo que hay en torno suyo. Muchos de los nombres también parecen tener significación simbólica, a menudo irónica, empezando por la propia Felicitas, y siguiendo por Víctor que no es victorioso, Virginia que es virgen porque muere sin haber vivido... "aubaine", en francés, significa "ganga"... El agua: cuando no es un elemento del paisaje, se vincula a la muerte (en los ejemplos en cursiva), alcanzando así el valor de símbolo. La casa está entre un pasaje y una callejuela que llega al río. Desde Geffosses se ve el marVolviendo de Geffosses, se ven las ondulaciones del Toucques, ocurre lo de los bueyes y el toro (31) Es en los baños de mar cuando aparecen su hermana y su sobrino (34) Cuando va a despedir a Víctor, y reza, "caía agua sin cesar por los agujeros de la esclusa, con un ruido de torrente. Dieron las dos" 39 Cuando le llevan la noticia de la muerte de Víctor, se va a lavar (y antes "pasan unas mujeres con ropa goteando agua de unas grandes parihuelas")41.Agua bendita sobre las sábanas de Virginia, 43Justo antes de que Felicitas encuentre muerto a Loulou, justo en el párrafo anterior, se nos ha descrito cómo Loulou se vuelve loco cuando hay tormenta (49)Los recuerdos como olas de una marea cuando va a llevar a Loulou al embalsamador 51. Cuando muere, primero el río brilla y está el sudor en su frente (55), y luego "el golpear de las pisadas [de la gente de la procesión] hacía el ruido de un rebaño" 56 Los caballos, los bueyes, los rebaños: Los caballos y los bueyes parecen aparecer asociados a la pasión: Aparte del episodio de los bueyes y el toro, aparecen las carretas tres veces: primero, cuando Teodoro la encuentra (momento positivo, como de esperanza en el amor); después, es en una carreta cuando Liébert menciona a la señora con la que se casa Teodoro (32), parecen simbolizar el dolor de Felicitas; por último, cuando lleva a Loulou a embalsamar, casi la atropellan y le dan un latigazo... la vida la ha dejado definitivamente a un lado Y cuando Loulou es su amor y sólo oye su voz, se dice que "el carillón de las campanas y el mugido de los bueyes no existían ya para ella"(49) Los caballos, en el cortejo de Teodoro (28);Los bueyes y el toro (31);32: camino de los baños de mar, cuando mencionan a la señora con la que se había casado Teodoro, "Felicitas no oyó el resto; los caballos trotaban, el asno galopaba...";Cuando va a Honfleur a llevar a Loulou muerto, un cochero le da un latigazo en la mejilla 50 . Cuando muere, primero el río brilla y está el sudor en su frente (55), y luego "el golpear de las pisadas [de la gente de la procesión] hacía el ruido de un rebaño" 56
INTERPRETACIONES Desde su publicación, esta obra ha sido interpretada de modo diverso; hay quienes ven en ella un testimonio de la futilidad de la fe y los dogmas (viendo la vida de explotación y pérdida que sufre Felicitas a pesar de su capacidad de amar); otros la toman como una declaración de fe en el ser humano y su inagotable capacidad de amar. Ambas lecturas son posibles, de la misma forma que se puede interpretar que en el momento de su muerte es feliz al fin, y obtiene la recompensa por todos los sinsabores sufridos, o que la alucinación del loro durante sus últimos momentos sugiere el final absurdo de una vida inútil. Además de lo anterior, Un corazón sencillo es, en un nivel fundamental, la historia de una mujer en una sociedad particular, y encarna una actitud tradicionalmente femenina; todo lo que encarna Felicitas -bondad, pureza, abnegación, caridad, y un corazón sencillo- no son sino arquetipos femeninos. El gran logro de Flaubert en Un corazón sencillo es hacer que el lector vea el mundo a través de los ojos de Felicitas. Vemos el personaje de Felicitas desde dentro y desde fuera: desde fuera, a través de la relación impasible de los hechos y de las actitudes de otros personajes hacia ella en la voz del narrador omnisciente; desde dentro, por sus pensamientos y actos. El contraste que se produce entre la bondad y generosidad de los actos y pensamientos de Felicitas y las egocéntricas reacciones de quienes están a su alrededor despiertan la simpatía hacia ella y conducen al lector a mirar con ojos críticos a quienes son superiores a ella en la escala social, aunque el narrador no oriente la interpretación en ningún sentido ni pierda jamás la objetividad. Una de los principios estéticos más firmes de Flaubert era la convicción de que el novelista debía mantener la neutralidad y quedar al margen de la novela (esta es una de las principales diferencias con sus predecesores Balzac y Sthendal). Lo formula así en una carta: "El autor debe ser como Dios en el universo: presente en todas partes y visible en ninguna" Esta neutralidad hace difícil interpretar la historia: ¿debemos despreciar a Felicitas o irarla? ¿Su vida es patética o sencillomente triste? La visión que tiene al morir, ¿es ridícula o divina? Respecto al párrafo final, cuando Felicitas sonríe al exhalar su último suspiro, ¿viene el Espíritu Santo a buscarla, siendo así recompensada por su sencillo fe y su existencia entregada? ¿O al final de su vida está experimentando un amor ilusorio más, y el delirio del loro es el símbolo burlesco de su amargo destino? Puesto que la personalidad de Felicitas es tan sencilla, parece lógico pensar si hay ironía en la historia, y a pesar de que Flaubert lo negó vehementemente, muchos críticos recientes ven Un corazón sencillo como un reflejo irónico de la estupidez humana y de la miseria burguesa. Pero no hay ningún tipo de sátira ni hacia la religión organizada ni hacia la estrechez de mente de la burguesía provinciana. La voz narrativa de Un corazón sencillo puede ser vista como irónica (la ironía es un uso lingüístico en el que el significado intencional no coincide con lo que se dice), puesto que aunque no hace comentarios directos acerca de la historia, es evidente que cuenta las cosas de un modo que despierta la simpatía hacia Felicitas y pone de relieve la vacuidad y el egoísmo de quienes la explotan. Quizá el tono del relato pueda ser descrito como de triste serenidad o resignación irónica. Flaubert contempla a su protagonista principal y su peculiar deidad con cierta ironía, pero al mismo tiempo le gusta lo suficiente como para incluir en el cuento escenas concebidas desde la ternura. Así, Felicitas es vista a la vez con realismo objetivo, ironía amable, y compasión intelectual; esta riqueza de la mirada es lo que hace impresionante esta obra. También conviene
recordar que Flaubert escribió este cuento para George Sand, que lo acusaba de cubrir con una máscara de impasibilidad sus sentimientos cuando escribía. La energía artística de Flaubert está dirigida no a reflejar la realidad superficial, sino a la meta más importante de mostrar el verdadero espíritu de Felicitas y de la burguesía a la que sirve, para comprender y revelar las razones de que sea imposible un o humano significativo entre ambos: Un corazón sencillo es un doloroso estudio de las limitaciones humanas y el aislamiento espiritual que pueden causar.