Analisis Poema El Sembrador 6i34

Universidad Tecnológica De Puebla. División de Mecatrónica Área Automatización Expresión Oral Y Escrita I

Profesor: Martha Magdalena Esparragoza Pedraza

Poema El Sembrador.

Alumno: Irving German Vivanco Romero

Fecha de entrega: 10/oct/2016

Poema "El Sembrador" de Marcos Rafael Blanco Belmonte. El poeta recuerda su niñez, cuando recorría los campos, la naturaleza de la localidad en que vivía y, sobre todo, la de una persona en especial, un sembrador que trabajaba ahí en el monte. Era una persona respetada pero el desconocía por qué y por eso le llamaba mucho la atención. No se sabia si este hombre era sabio, loco o prudente, solo resaltaba la humildad que de el salia. Pero esto era porque era diferente, algo que le hacía que fuera más respetado. El poeta recuerda cuando, aun niño, buscó a este sembrador para saber a qué se dedicaba. Lo encontró y éste le dijo que plantaba árboles. Realmente, el sembrador busca que el pueblo despierte, plantar la semilla que hace que el pueblo no se conforme. Quiere dejar esta para qué tenga raíces cuando el ya no esté, dejando así un legado, sin querer o pedir nada a cambio. El trabaja, siembra para quienes no tienen nada, para los que no saben qué hacer, para los que lo necesitan, para él. Su labor es la misma que hizo Cristo, pero de otro modo. El problema es más importante es el individualismo y el egoísmo. No pensamos en los demás y buscamos sólo nuestro propio provecho. Buscamos la riqueza personal con la excusa de darlo a nuestros hijos, pero realmente lo hacemos por nosotros. La familia ha dejado de ser importante. Las guerras que solo tienen sed de robo y los hombres que son el peor enemigo. El sembrador busca que todo esto cambie y hacer, de este, un mundo mejor, haciendo mejor al ser humano. El ser humano debe volver a ser lo que fue, a sentir con el corazón, a llorar, a creer, a luchar cuando creemos que no se puede. Para ello hay construirlo poco a poco, con trabajo. Sobre todo, haciendo que todos puedan conseguir lo que busca, esa agua fresca que beber. Para el sembrador esto hay que llevarlo a todo el mundo, como el agua que va serena, como el viento que siembra flores. Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar a otras personas. Llegados al final del poema el sembrador se marcha y le recuerda al niño la importancia de sembrar, de hacer que ser humano sea mejor cada día y que siempre hay que vivir sembrando.