COMPARACIÓN ENTRE LOS AUSTRIAS Y LOS BORBONES (SIGLOS XVI - XVIII)
Marcos García Cid 2º Bachiller Historia
1- Política interior: Los Austrias van a continuar con la política iniciada por los Reyes Católicos. El sistema de gobierno es una monarquía autoritaria, que se creía de origen divino, pero no absolutista al estilo francés de Luis XIV ya que, al menos en principio mantiene su carácter federal. El sistema de gobierno durante la época de los Borbones (siglo XVIII) cambió a una monarquía centralizada, los Borbones pretenden la centralización para modernizar el país. La monarquía centralizada tiene estas características: -Todo el poder (legislativo, ejecutivo y judicial) recae en el monarca -Los secretarios de Estado reunidos en la Junta Suprema del Estado, son elegidos por el monarca. -Los consejos territoriales son suprimidos excepto el de Castilla, que unifica a todos (istración y justicia). -Las cortes generales del reino son las representantes de las ciudades. -En esta línea de centralización se encuentran los Decretos de Nueva Planta, decretos que anulan los privilegios de los reinos. -Otras reformas que hacen los Borbones son: • La istración central • La istración territorial • La reforma de la hacienda • La reforma del ejército y de la armada • La reacción contra la modernización (opositores a las
reformas)
España durante los siglos XVI Y XVII las Cortes, o parlamentos, van perdiendo importancia aunque sigan reuniéndose. El rey gobierna con la ayuda de los Consejos, especializados en diferentes áreas: El Consejo de Estado, el de las Indias, el de Castilla, el de Aragón, el de Hacienda, etc. Mientras que Carlos I y Felipe II se tomaron muy en serio su papel de gobernantes (Felipe II tenía una capacidad de trabajo extraordinaria y atendía personalmente todos los asuntos), sus descendientes, los llamados "austrias menores" delegaron sus responsabilidades en manos de validos u hombres de confianza del rey que en realidad gobernaban en su nombre. Entre ellos destaca el conde-duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, no sólo por sus dotes de dirigente sino sobre todo por haber sido un gran impulsor de las artes y las letras. Este periodo sin embargo se va a caracterizar por una serie de revueltas internas, de diferentes características y orígenes, siendo las más importantes: • • •
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La revuelta de las Comunidades, protagonizada por las ciudades más industriales de Castilla (Toledo, Segovia, Valladolid). Los comuneros defendían los intereses de la burguesía urbana. La revuelta de las Germanías, protagonizada por los campesinos levantinos contra los abusos de la nobleza, también en la época de Carlos I. La rebelión de los moriscos en el reinado de Felipe II, provocado por la promulgación de un edicto por el cual se les prohibía hablar su lengua y practicar sus costumbres. Esta situación terminará con la expulsión de los moriscos a principios del siglo XVII. España perderá así una parte importante de su mano de obra agrícola y artesana. La sublevación de Cataluña, que se proclamó República independiente, durante el reinado de Felipe IV.
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La sublevación de Portugal, que conseguirá su independencia en 1668.
2- Política exterior: La política exterior de los Austrias se caracterizará, por un lado, por la conquista y colonización de América durante las primeras décadas, y por otro, por las guerras contra Francia, Inglaterra y el imperio turco. A esto hay que añadir más tarde las luchas que los reyes españoles llevarán a cabo para intentar conservar sus territorios europeos. Tras la pérdida de las posesiones en Europa la política internacional de los Borbones hispánicos se centró en dos objetivos: -Recuperar lo perdido en los Tratados de Utrecht -Defender las posesiones de ultramar. La corona española está en guerra casi constante en diferentes frentes a la vez.
América La mayor parte de la conquista y colonización de América se lleva a cabo durante el reinado de Carlos I. Hernán Cortés conquista México y Francisco Pizarro el Perú. También se se ponen las bases para la colonización de Chile, de las regiones del Río de la Plata y de las Islas Filipinas (bautizadas con ese nombre en honor de Felipe II). Se explora el sur de los actuales Estados Unidos desde Florida hasta California (zonas que tendrán el español como lengua cuando pasan a formar parte de lo que hoy es los EEUU.)
Francia En la época de los Austrias, se basó en la lucha por la hegemonía política en Europa en general y la lucha por afianzar sus derechos en territorio italiano en particular, llevarán a Francia y a España a enfrentarse en guerras continuas. Si bien al principio la corona española consigue ciertas victorias - el triunfo de la batalla de San Quintín por ejemplo, en conmemoración de la cual Felipe II mandará construir el Monasterio del Escorial - al final acabará perdiendo gran parte de sus territorios europeos. Los lazos familiares entre los Borbones y el poderío francés llevaron a la Monarquía Hispánica a buscar una alianza con Francia a través de los llamados pactos de familia, como los que se firmaron en 1733 y 1743.A diferencia de la época En 1733 Felipe V concedió su apoyo a Francia contra Austria y Rusia en el inminente conflicto sobre la sucesión polaca y le ofreció el estatus de nación más favorecida. A cambio, Francia garantizó a la monarquía hispánica determinadas posesiones en Italia y su apoyo en caso de ser atacada por Gran Bretaña. Como consecuencia de este tratado el futuro Carlos III fue proclamado rey de las Dos Sicilias. El segundo pacto de familia se firmó en 1743. Estuvo relacionado con la guerra de sucesión austriaca, que enfrentó a Austria y Gran Bretaña con Francia y Baviera. A cambio del apoyo de Felipe V en la contienda de la Guerra de Sucesión de Austria, Luis XV de Francia se comprometió a obtener para la monarquía hispánica los territorios de Milán, Parma y Piacenza, garantizar el reino de las Dos Sicilias, apoyar la reconquista de Gibraltar y Menorca y liberar a Felipe V de las cláusulas del Tratado de Utrecht. A pesar de los pactos de familia (el tercero se realizó en 1761),la alianza con Francia conllevaba ciertos riesgos. Por eso, la monarquía hispánica tuvo que aliarse en determinados momentos con Gran Bretaña.
El imperio turco Desde la caída de Constantinopla en manos de los turcos, el poder de éstos no había dejado de crecer, hasta llegar no sólo a controlar el Mediterráneo sino también a avanzar por la Europa oriental. Finalmente el Papado, la República de Venecia y España firman una alianza para hacer frente a la amenaza turca. La batalla de Lepanto en la que los turcos sufrirán una gran derrota supondrá el fin de su predominio en el Mediterráneo. El célebre escritor Cervantes perdió el uso de su brazo izquierdo en esta batalla en la que combatió como soldado. De aquí el apodo que recibó Cervantes de "El Manco de Lepanto".
Inglaterra Dos factores empujaron a Felipe II a declarar la guerra a Inglaterra: La política de persecución contra los católicos llevada a cabo por la reina Isabel I en su afán de afianzar la reforma anglicana La ayuda prestada por la reina inglesa a los protestantes de los Países Bajos Los ataques de piratas ingleses (Drake, Hawkins) a la flota española que amenazaban con poner en peligro el tráfico con las colonias americanas. La flota española, la famosa Armada Invencible de Felipe II sufrió una derrota decisiva que marca el final de la hegemonía marítima española que va a pasar a manos de los ingleses. Esta supremacía marítima inglesa es la que le permitirá el establecimiento de sus colonias americanas. En cambio las relaciones entre España y Gran Bretaña fueron tensas durante todo el siglo XVIII por causa de dos puntos de fricción: -Gibraltar y Menorca. -Las colonias americanas, cuyo monopolio comercial quería mantener la corona española. Los enfrentamientos con Gran Bretaña se repitieron a lo largo del siglo y se libraron, generalmente, en Gibraltar y en el Caribe. Las tensiones con Gran Bretaña impulsaron la intervención española a favor de la independencia de Estados Unidos (1775-1783).
Los Países Bajos La situación política y religiosa de esta región provoca la sublevación del norte de esta región. Se puede clasificar su situación en política y religiosa: -Situación política: La población se resiente de no tener ninguna influencia en el gobierno de su país que está totalmente en manos de funcionarios y aristócratas españoles. -Situación religiosa: La población está dividida. Mientras el sur (la actual Bélgica) es predominantemente católico, entre la rica burguesía del norte (la actual Holanda) abundan los calvinistas. La corona española intenta reprimir la sublevación pero finalmente los estados protestantes de los Países Bajos se liberan de España en 1579. A parte de estos conflictos hubo uno durante la época de los borbones que no se dio durante los Austrias, este es con Austria: en la primera mitad del siglo XVIII, la revisión del Tratado de Utrecht se mezcló con las ambiciones en Italia de la esposa de Felipe V, Isabel Farnesio.
La pretensión de colocar en el trono de Nápoles, Toscana y Parma al futuro Carlos III, hijo de Felipe V, condujo a conflictos militares con Austria, que obligaron a intervenir a otras potencias: Inglaterra y Francia.
A) La política en América Durante los siglos XVI y XVII (reinado de los Austrias) sólo existieron dos virreinatos: -Virreinato de la Nueva España (1535) desde México a Panamá. Tras la conquista de México y transcurridos los primeros años del gobierno de Hernán Cortés, el emperador Carlos V nombró a Antonio de Mendoza virrey de Nueva España y presidente de la Real Audiencia de México. Sus sucesores tendrían además el título de capitán general, que en aquella época todavía pertenecía a Cortés. La jurisdicción del virreinato novo hispano llegó a incluir desde La Florida y California hasta Panamá, y desde las Antillas y parte de Venezuela hasta las islas Filipinas. -Virreinato del Perú (1542) resto del continente, excepto la costa venezolana y las Antillas, que pertenecían a la antigua Audiencia de Santo Domingo (1512).En 1542 se fundó el virreinato del Perú, cuyo primer virrey, Blasco Núñez Vela, fue nombrado el 28 de febrero de 1543, y su jurisdicción se extendió desde Panamá hasta los actuales territorios de Chile y Argentina. En cambio durante los siglos XVIII (reinado de los Borbones), hubo 2 virreinatos diferentes: -Virreinato de Nueva Granada (1719-1724, 1740) con Venezuela, Colombia y Ecuador.En 1717 se creó el virreinato de Nueva Granada, que fue disuelto en 1723 y vuelto a crear, ya definitivamente, en 1739. -Virreinato del Río de la Plata (1776) Argentina, Uruguay, Paraguay y parte de Bolivia. En 1776, finalmente, se creó el virreinato del Río de la Plata. Estos dos últimos virreinatos se formaron a partir de una subdivisión del virreinato del Perú.
3- Economía y sociedad: El siglo XVI se caracterizó por la expansión económica, que continúo en el siglo XVII con una época de estancamiento y de crisis. Y siguió en el siglo XVIII con un gran crecimiento económico, especialmente en la agricultura. Esta expansión fue posible por un incremento en la demanda de bienes, debido a dos hechos:
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El crecimiento demográfico. La población alcanzó los 8.000.000 de personas a finales de siglo XVI. A esta población había que abastecer de alimentos principalmente. Durante el siglo XVII la población experimentó un descenso, provocado por la influencia del hambre, las epidemias y la guerra. La expansión económica del siglo XVIII estuvo ligada al crecimiento de la población.
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El mercado americano necesitaba manufacturas y determinados alimentos, sobre todo aceite y vino.
Sin embargo, esta expansión se vio afectada por la subida de precios vinculada a la llegada del oro y la plata americanas.
La producción agrícola creció pero no gracias a mejoras técnicas sino por el cultivo de tierras hasta ahora improductivas. Además, la agricultura se vio limitada por los privilegios de la Mesta, que tuvo una época dorada y frenaba la ampliación de cultivos a costa de los pastos y zonas de paso de sus ganados. Durante el siglo XVII en cambio la agricultura se vio perjudicada por el acaparamiento de tierras por la nobleza y el clero, que llegaban a usurpar tierras comunales de las que antes se aprovechaban los campesinos. Esto, unido a los impuestos crecientes, provocó el abandono de tierras por muchos campesinos incapaces de subsistir y el descenso de la producción, pues los poderosos tampoco invierten en mejorar sus explotaciones. La expulsión de los moriscos ocasionó además la quiebra de las huertas del Levante y el valle del Ebro. En el siglo XVIII Como consecuencia del crecimiento de la población aumentó la superficie de tierra cultivada. Sólo en algunas regiones hubo iniciativas de intensificación y diversificación de los cultivos. En Cataluña y Valencia la extensión del regadío y la especialización en productos vinculados a una demanda externa, como la vid y la morera, potenciaron una agricultura comercializada. En Galicia y en toda la cornisa cantábrica el desarrollo del cultivo del maíz de la patata permitió superar la producción de trigo y centeno en esas zonas. El crecimiento agrario no vino acompañado de innovaciones en el utillaje y en las técnicas de cultivo. Continuó predominando el secano y le barbecho, así como la producción de cereales para la auto subsistencia. Las estructuras agrarias estaban muy atrasadas y obstaculizaban la mejora de la productividad. Durante el siglo XVI Y XVII hubo también un desarrollo de las manufacturas, especialmente del sector textil castellano. Pero también estuvo limitado por la falta de lana, pues tanto los ganaderos de la Mesta como los mercaderes preferían exportarla a Flandes. Por otro lado, la creación de una flota mercante y de guerra estimuló la industria naval vizcaína. El comercio tenía dificultades por las malas comunicaciones y las múltiples aduanas entre reinos. Aún así tuvo un importante desarrollo del que nos hablan las ferias de Medina del Campo. La balanza comercial con Europa era deficitaria, pues se exportaban materias primas y se importaban manufacturas. Pero este déficit se compensaba con el comercio americano. El comercio con las Indias acabó cada vez más controlado por extranjeros, que recurrían al contrabando o se registraban a través de intermediarios. Además, la escasa producción de manufacturas castellanas favoreció fue fueran los productos europeos los que inundaran el mercado americano. Desde el punto de vista social, destaca la pérdida de protagonismo político por la nobleza pero, a cambio, vio consolidado su poder económico y social. La nobleza se benefició de la subida de precios agrícolas y el incremento de las rentas. En el siglo XVII la nobleza crece, ya que el rey, para obtener dinero, vende títulos nobiliarios. El clero también se benefició por la subida de precios y de rentas pero, además, vio incrementado su prestigio como guardián de la ortodoxia católica frente a los herejes. El clero en el siglo XVII se nutre de personas sin vocación que buscan en la carrera eclesiástica una salida a la crisis. Dentro del Tercer Estado la burguesía buscó el ennoblecimiento y utilizó el comercio como vía de enriquecimiento para vivir de las rentas, adquiriendo tierras o prestando dinero a la Corona. En el siglo XVII comienza a manifestarse el abandono de sus actividades tradicionales para buscar el ennoblecimiento, comprando un título y adquiriendo tierras. Finalmente, entre las clases populares habría que distinguir dos grupos: los productores (pequeños propietarios agrícolas, maestros artesanos), se vieron beneficiados por la subida de los precios de los bienes que producían. Pero aquellos que dependían de salarios o pagaban rentas, que también subían, la subida de precios provocó un empeoramiento en su nivel de vida. Para muchos de ellos, la única salida era el bandolerismo o contratarse como soldados
mercenarios en los tercios. Los sectores populares son los que más sufren en el siglo XVII, pues a la crisis económica se une la subida de los impuestos, especialmente graves para los campesinos. Esto provoca el incremento de la mendicidad y del bandolerismo, que para muchos es la única vía de escape.
4- La cultura: A lo largo del siglo XVI las nuevas corrientes intelectuales del humanismo y el Renacimiento penetran en los reinos hispánicos. La mentalidad imperante en el siglo XVII sigue aferrada a los valores tradicionales: la dignidad y el honor que se asocian a la nobleza y la defensa de la religión católica. En el siglo XVIII es la época de profundas transformaciones que afectaron a todos los ámbitos de la vida. Época en la que surgió la Ilustración, que era una búsqueda de nuevo orden basado en el fomento del espíritu crítico y el empleo de la razón como única guía. Sin embargo durante los siglos XVI Y XVII, los nuevos movimientos culturales no tuvieron una gran difusión y sólo permanecieron entre un reducido grupo de intelectuales, generalmente vinculados al mundo eclesiástico. Esto explica el carácter conservador del Renacimiento español. Fue muy destacada la influencia de Erasmo de Rótterdam, partidario de un cristianismo más sincero, alejado de la ostentación y los simples rituales. También destacó la labor del cardenal Cisneros, preocupado por elevar la formación y el nivel moral del clero. A tal fin fundó la Universidad de Alcalá de Henares, importante lugar de estudio de las lenguas clásicas donde se publicó la Biblia Políglota. Pero con la difusión del protestantismo por Europa la Inquisición cobró fuerza en defensa de la fe. Aunque se centró en la vigilancia a conversos, moriscos y protestantes, también los erasmistas fueron controlados. De esta forma, se cerró la influencia de las corrientes europeas. Se vigiló la entrada de libros extranjeros y a partir de 1550 se publicaba el Índice de libros prohibidos. Con Felipe II la Monarquía se identificó con los valores de la Contrarreforma Católica. En el terreno cultural esto se tradujo en el desarrollo de la teología y la labor desarrollada por la Compañía de Jesús, fundada por el guipuzcoano Ignacio de Loyola, y que a través de sus colegios llegó a controlar la educación secundaria. En el siglo XVIII la iglesia pierde poder, además se crea y se apoya a las Sociedades Económicas de Amigos del País. Por otra parte hubo reformas en el campo de la educación y en el ámbito científico. La mentalidad imperante se basaba en tres tipos de valores: - Los prejuicios religiosos contra los cristianos nuevos, y que cristalizó en la exigencia de los estatutos de limpieza de sangre para acceder a ciertos cargos civiles o eclesiásticos. - La mentalidad anti-burguesa, plasmada en el rechazo al comercio y los negocios como actividades propias de judíos. - La difusión de una mentalidad señorial según la cual la mayor dignidad social sólo era compatible con el hecho de vivir de las rentas. -En el siglo XVIII el progreso lleva a la felicidad humana