CLASIFICACIÓN DEL TIPO DE CIERRE DE LA HERIDA
La aproximación de los tejidos o bordes de la herida de manera inicial se conoce como cierre primario; en este caso la producción de colágeno es escaso, ya que es mínimo el defecto que se tiene que cubrir. Este tipo de cierre se logra con engrapadoras, vendoletes o, lo más común, con material de sutura quirúrgico. Si la medida que se eligió estuvo bien indicada, la cicatrización se llevará a cabo de primera intención.
El cierre secundario o espontáneo de la herida ocurre cuando la sutura no se lleva a cabo en ningún momento; en estas circunstancias el proceso biológico por si mismo cubre el defecto mediante el crecimiento de tejido de granulación, llamado así por su aspecto vascular en forma de pequeños gránulos que proliferan del fondo de la herida hacia la superficie, hasta que llegan a unirse en el centro, coincidiendo este fenómeno con la granulación para cubrir totalmente el defecto, se obtiene así la cicatrización que se conoce como cierre por segunda intención.
En el cierre primario tardío o cierre diferido la aproximación de los bordes de la herida se realiza varios días después que se produjo la solución de continuidad. Esta forma de cierre se efectúa sobre todo en las heridas contaminadas, en las que no conviene suturar de inmediato porque se propicia la infección, lo que obligaría a retirar las suturas luego de constituido el absceso, drenar y proceder a curaciones una o varias veces al día de acuerdo con el caso. Todo lo anterior retrasa el proceso, así que es mejor diferir la sutura, someter la herida a cuidados de limpieza y, cuando se considere que la contaminación está controlada y es remota la probabilidad de infección, efectuar el cierre primario tardío o diferido para lograr una cicatrización por tercera intención.