PRAXIAS Hablar de praxias es referirnos a las habilidades
motoras
adquiridas,
aquellos movimientos organizados que realizamos para llevar a cabo un plan o alcanzar un objetivo. Estos movimientos se adquieren gracias a la madurez de
Sistema
Nerviosa
Central
(SNC), son acciones características del hombre, por lo que tienen un fin determinado, son aprendidas y con la repetición se automatizan. Las praxias de acuerdo a Tallis y Soprano (1991) son un sistema de movimientos coordinados en función de un resultado o de una intención. Asimismo, se puede definir como la capacidad para poner en marcha programas motores de manera voluntaria y, normalmente, aprendidos (Carvalho, 2016). Las praxias forman parte de nuestro día a día ya que cualquier acción que queramos realizar implica esta habilidad, por ejemplo actividades tan sencillas como sonreír, caminar, vestirnos, guiñar el ojo o hacer cualquier actividad de tipo motor de manera voluntaria. Existen diferentes tipos de praxias como las ideomotoras
(capacidad
para
ejecutar
acciones motoras ante una petición verbal fuera del contexto), ideatorias (capacidad para realizar y simbolizar actos motores) y constructivas (capacidad para llegar a la
construcción de un todo a partir de sus elementos). Las actividades que necesitan de estas habilidades para ser llevadas a cabo y que las personas con apraxia o dispraxia no pueden realizar.
¿QUÉ ES DISPRAXIA? El término dispraxia fue utilizado por primera vez por A. Jean Ayres en 1972, quien se refirió a la torpeza vista en la incapacidad de aprendizaje de tareas motoras en niños, como “dispraxia del desarrollo”.
Esta
autora
señala
lo
siguiente: “Dispraxia es un desorden de la integración sensorial que interfiere con la habilidad para planear y ejecutar tareas motoras no habituales”. Plantea además que los niños dispráxicos pueden alcanzar un alto grado de destreza en actividades específicas que han practicado de manera constante, tareas que son específicamente entrenadas y no pueden ser generalizadas a otras actividades similares (Dewey, 1995). Entonces se puede decir que la dispraxia como tal, también llamada trastorno del desarrollo de la coordinación, no es un signo de debilidad muscular o de poca inteligencia, se define como una disfunción cerebral que dificulta la organización de las sensaciones (táctiles, vestibulares y propioceptivas, entre otras) e interfiere en el desarrollo de una
correcta
planeación
y
coordinación motora, tanto a nivel de la motricidad fina como de la global,
manifestando
probablemente dificultades en las actividades de la vida diaria, como tener problemas para mantener el
equilibrio y la postura. Podrían parecer torpes o “fuera de sincronización o sintonía” en relación a su medio ambiente. Los
síntomas
más
evidentes
son
la
presencia
de
torpeza,
descoordinación y lentitud motoras, interfiriendo con la vida habitual y el desarrollo del sujeto. Es frecuente que se tengan dificultades en el mantenimiento postural y a la hora de realizar actos que requieran movilidad fina, precisando de ayuda para realizar acciones básicas. Se puede explicar con un ejemplo dentro
la
modalidad
sensorial
propioceptiva. Un niño que tenga dificultades para copiar posturas o crear
posiciones
mediante
demandas verbales, nos puede dar información de cómo su sistema nervioso discrimina la información a este nivel. Para desarrollar una correcta planificación, es necesario tener integrado un correcto esquema corporal y para ello el aspecto propioceptivo es muy importante. Gracias a este sistema el cerebro recibe la información sobre la posición y el movimiento de las partes del cuerpo entre sí y en relación a su base de soporte, a través de una serie de receptores distribuidos por todo el organismo. A la hora de lanzar una pelota no necesitamos planear cómo debemos colocar nuestro cuerpo para lanzarla, al igual que sabemos, qué tono y fuerza utilizar para alcanzar el objetivo propuesto. Los niños con dispraxia pueden tener dificultades a este nivel viéndose limitados a la hora de realizar de manera espontánea planteamientos motores, a la hora de discriminar la fuerza
necesaria para cada actividad y dificultades para crear una correcta conciencia corporal. También pueden aparecer comportamientos inmaduros y dificultades sociales. No es infrecuente que existan problemas comunicativos. Sin embargo estas alteraciones no tienen que ver con la existencia de ninguna discapacidad psíquica, teniendo quienes padecen dispraxia una inteligencia normal, aunque es habitual que se acompañe de trastornos del aprendizaje, del lenguaje, motores y del desarrollo sensorial y emocional. Asimismo, la dispraxia muchas veces se manifiesta con otros trastornos asociados,
tales
como
Trastorno
por
Déficit
de
Atención
e
Hiperactividad (TDAH), Dislexia, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), Síndrome de Tourette, dificultades en el aprendizaje, entre otros (Flory, 2000; Sutton, 2002; Pauc, 2010; Pauc, 2005). ¿QUÉ ES APRAXIA? El término apraxia fue acuñado por Hugo Liepmann para caracterizar la alteración en la ejecución de un acto motor, por lo general, previamente
aprendido,
no
causada
por
paresia,
pérdida
de
sensibilidad, acinesia, trastorno del movimiento (disfonía, corea, temblor, balismo), alteración del tono muscular, de la coordinación, de la colaboración, de la comprensión u otra alteración cognoscitiva tal como memoria o atención. En consiguiente, apraxia se define como una dificultad para ejecutar movimientos
intencionales,
deliberados, independientemente del contexto externo y cognitivo, por orden de otra persona y/o por "voluntad propia", en ausencia de defectos motores o de estados
confusionales que justifiquen por si solos el déficit. Los movimientos "voluntarios" son tan variados y sujetos a tantas coaliciones externointernas como las "ideas" o el "pensamiento". En síntesis, la apraxia es la incapacidad para realizar tareas que requieren recordar patrones o secuencias de movimientos. Las personas con apraxia no pueden recordar ni hacer la secuencia de movimientos necesaria para completar habilidades sencillas o tareas complejas, a pesar de que tienen la capacidad física para realizarlas. DIFERENCIAS ENTRE DISPRAXIA Y APRAXIA Una apraxia es la pérdida de la capacidad de escoger, planificar, secuenciar y realizar un movimiento aprendido en ausencia de un déficit sensorial o motriz primarios, por ejemplo, una parálisis (Scalais et al., 2005). En cambio, una dispraxia es lo mismo, pero específicamente referida a un trastorno de la adquisición de las habilidades motoras aprendidas a la edad esperada para ello, en un niño en proceso de desarrollo. Por ello la denominación, algo redundante de “Dispraxia del Desarrollo”. A esto, la American Psychiatric Association (APA) agrega que: “interfiere significativamente el rendimiento académico y las actividades de la vida diaria” (Missiuna, 2006). Sánchez (2015) refiere que "la dispraxia se diferencia de la apraxia en que en la primera los
movimientos
no
han
llegado a desarrollarse de forma correcta, por lo que suele
darse
en
población
infantil, mientras que en la segunda sí que se han adquirido y, después, por una lesión cerebral, se han perdido total o de manera parcial",
Es frecuente que los primeros síntomas ya sean observables durante los dos primeros años de edad, siendo común que presenten retrasos en el desarrollo de la motricidad y tarden más de lo habitual en alcanzar algunos de los hitos del desarrollo. Aunque surge durante la infancia también se observa en adultos, siendo importante iniciar el tratamiento cuanto antes de cara a disminuir el estigma social y las posibles consecuencias a lo largo del desarrollo. ZONAS CEREBRALES AFECTADAS Y PROCESO NEUROLÓGICO DE LA DISPRAXIA Y APRAXIA Dispraxia Las causas de la aparición de la dispraxia
no
son
totalmente
conocidas, pero se sospecha de que se deben a alteraciones existentes a lo largo del neurodesarrollo que generan que las áreas cerebrales vinculadas a la integración de la información
motora
y
su
secuenciación no maduren correctamente. Estas áreas cerebrales están ubicadas en la parte posterior de los lóbulos frontales y alrededor de la cisura de Rolando. Según
la
Fundación
Dispraxia Foundation
de
(Dyspraxia UK),
el
término
dispraxia corresponde a un defectuoso
desarrollo
y
maduración de los centros encefálicos encargados del control de la planificación y la organización del movimiento. Se trata de una inmadurez o disrupción del desarrollo de las redes que procesan ese tipo de información, lo que resulta en mensajes que no son
transmitidos
correcta
o
completamente. La dispraxia afecta el
planeamiento del quehacer motor y el cómo hacerlo, en lo cual muy probablemente
se
encuentran
involucradas
áreas
parietales
somatosensoriales de asociación y regiones frontales prefrontales y premotoras; es decir, conexiones entre áreas de orden superior, respetándose las regiones motora primaria y sensitivas primarias. La dispraxia ocurre si las neuronas de motor en el cerebro no se convierten
normalmente.
neuronas
de
responsables
Estas
motor de
información
con
movimiento
al
son
pasar
la
respecto
al
cerebro
y
los
músculos hacia adelante y atrás de una manera que eso lleva a un movimiento coordinado. En niños con dispraxia, las neuronas de motor no pueden formar conexiones apropiadas y son menos efectivas o totalmente ineficaces en transmitir señales eléctricas del cerebro a los músculos. Apraxia La apraxia suele estar causada por una lesión en los lóbulos parietales o en las vías nerviosas que conectan estos lóbulos con otras partes del cerebro. Estas áreas
guardan
secuencias
de
memoria
de
movimientos
aprendidas. Es poco frecuente que la apraxia esté causada por el daño de otras áreas del cerebro. El daño puede ser provocado por un accidente cerebrovascular, un tumor, una lesión o una demencia.
A continuación, se presenta las áreas cerebrales afectadas según el tipo de apraxia: La apraxia ideomotora se atribuye a una lesión del hemisferio izquierdo, de la unión parieto-occipital o giro angular y supramarginal (Kertesz, 1992). La apraxia ideacional está ligada a una lesión del lóbulo parietal inferior y del giro supramarginal, lesión que se sitúa justo delante de la lesión responsable de la apraxia ideomotora. La apraxia del vestir se presenta por lesiones parieto-occipitales de hemisferio derecho. La apraxia bucofacial está asociada a lesiones que involucran la parte anterior del opérculo rolándico, de hemisferio izquierdo o derecho. En la apraxia de la marcha existen lesiones frontales bilaterales. La apraxia cinética (que es una apraxia unilateral) se asocia con lesiones
frontales
en
áreas
premotoras contralaterales. La apraxia ideomotora e ideacional (apraxias bilaterales) se asocian con lesiones
parietales
del
hemisferio
izquierdo (Heilman & Gonzalez Rothi, 1993).
La apraxia cruzada (apraxia ideomotora en un sujeto diestro como consecuencia de una lesión hemisférica derecha) solo se ha reportado en contadas ocasiones (Marchetti & Sala, 1997; Raymer et al., 1999). Geschwind
(1965)
propuso
que
en
el
hemisferio izquierdo las vías que corren bajo la circunvolución supramarginal conectando las áreas de asociación visual y las áreas del lenguaje con el lóbulo frontal representan la vía por la cual se llevan a cabo las respuestas motoras ante los estímulos verbales y visuales. Estas vías terminan en las áreas de asociación motora (área 6 de Brodmann). Se han propuesto dos sistemas cerebrales diferentes que participan en las praxias asociados con dos variantes de apraxia: lesiones en el sistema
dorso-dorsal
(que
participa
en
los
movimientos
basados
en
las
propiedades
físicas de los objetos), y que incluye la cisura intraparietal y el lóbulo
parietal
superior,
se
relacionan con defectos en la imitación; en tanto que lesiones en el sistema ventral (relacionado con la representación de las acciones), incluye la circunvolución supramarginal y la capsula extrema, y se asocia con defectos en la pantomima (Hoeren et al., 2014). Estudios recientes han mostrado que la apraxia ideomotora usualmente se asocia con lesiones en la región inferior motora calloso,
del
lóbulo parietal,
suplementaria, y
el
algunas
el
área
cuerpo
estructuras
subcorticales. Se ha propuesto que básicamente
la
corteza
parietal
izquierda participa en la planeación y
ejecución de los movimientos práxicos (Wheaton, Fridman, Bohlhalter, Vorbach, & Hallett, 2009). La apraxia disociada se correlaciona con patologías en cuerpo calloso que resultan en una desconexión entre los planes de los movimientos relacionados con el hemisferio izquierdo y la producción motora controlada por el hemisferio derecho. La apraxia ideacional se asocia con lesiones en la región caudal del lóbulo parietal, la unión temporoparietal, y frecuentemente se observa en la demencia
degenerativa
de
tipo
Alzheimer (Ochipa et al., 1989). La apraxia callosa es debida a lesiones en el cuerpo calloso, que desconectan el hemisferio dominante para el lenguaje (izquierdo) del hemisferio que controla la mano izquierda (derecho) (Petreska, Billard, Hermsdörfer, & Goldenberg, 2010). Por lo tanto, la pantomima ante la orden verbal, imitación y uso de objetos reales se realizan correctamente con la mano derecha e incorrectamente con la mano izquierda. La apraxia de la marcha es causada por patología en la región dorsomedial de los lóbulos frontales que incluyan el área motora suplementaria, la convexidad
parasagital, y la materia blanca
subyacente en forma bilateral (Nadeau, 2007), en tanto que la apraxia del habla se correlaciona con lesiones frontales inferiores posteriores e insulares (Kang, Yun, & Seong, 2011), y la apraxia oral se asocia con daño en la región frontal media izquierda, premotora, y del área motora suplementaria (Rohrer, Rossor, & Warren, 2010). La apraxia conceptual es causada por daño en el sistema semántico de las acciones (Ebisch et al., 2007; Ochipa, Gonzalez Rothi, & Heilman, 1992; Raymer
& Ochipa, 1997; Silveri & Ciccarelli, 2009). Se encuentra en pacientes con lesiones en las áreas posteriores del lenguaje y pacientes con demencia, específicamente, demencia de tipo Alzheimer. Existen diversos estudios de imágenes cerebrales que analizan las estructuras cerebrales que fundamentan el conocimiento de las acciones. Estos estudios han corroborado el papel central del lóbulo parietal izquierdo en la producción de movimientos con propósito previamente aprendidos. Makuuchi, Kaminaga, y Sugishita (2005) seleccionaron 22 sujetos diestros y obtuvieron información funcional en tres condiciones motoras (imitación, movimientos ejecutados ante la orden verbal y movimiento de un dedo); se utilizó la mano izquierda. Se encontró que la región posterior de surco intraparietal izquierdo y el precuneos
en
forma
bilateral,
se
activaron
tanto
durante
los
movimientos de imitación como por orden verbal. Los autores concluyeron que el área posterior del surco intraparietal izquierdo y el precuneos bilateralmente, representan el sustrato neurológico de la praxia ideomotora.
Causas de la apraxia Existen
diversas
causas
que
buscan
explicar la apraxia, sin embargo, antes de nombrarlas
es
importante
saber
que
existe dos casos de apraxia: el primero, el individuo va creciendo, pero la apraxia siempre
está
empeorar
o
ahí,
la
mejorar,
misma no
puede
obstante,
también existe la “apraxia adquirida”, que como su nombre lo dice, la persona que lo padece presenta un desarrollo psicomotor
normal
hasta
que
la
enfermedad lo afecta.
Tipo neurológica: Puede ocurrir por una afección o una lesión cerebral, como un accidente cerebrovascular, una infección o una lesión cerebral traumática. Tipo neurodegenerativa: Afección que causa empeoramiento gradual del cerebro y el sistema nervioso Tipo de demencia: Las personas que padecen de cualquier tipo de demencia (sea la enfermedad de alzheimer, demencia de parkinson, entre otros) tienden a ser afectadas por esta enfermedad, pues, cuando existe algún tipo de demencia dañando al cerebro se puede producir esta anomalía y presentar sus síntomas.