LECCION # 2
Diplomado sobre Hermenéutica
“EL LIBRE EXAMEN” de las Escrituras surge como reacción lógica y esperada contra la rigidez dogmática de la Iglesia Católica Romana, por parte de los reformadores del siglo XVI. La autoridad para la interpretación de la Escritura debe ser la Escritura misma. Esto da a entender que ningún pasaje bíblico ha de estar sometido a la servidumbre de la tradición o ser interpretado aisladamente de modo que contradiga lo enseñado por el conjunto de la Escritura. Después de la Reforma, surge el principio de libertad basado en muchos versos de la Biblia, a lo que se denomina Libre examen (de las Escrituras), nótese que no es “libre interpretación”, sino Libre examen. Toda iglesia evangélica se basa en esto, contrario a la Iglesia Católica Romana, quienes sostienen que la lectura es para los “fieles”, mientras que la interpretación corresponde a las autoridades de la Iglesia. Rafael Sanz, en un reconocido blog católico, publicó: “La doctrina católica, según la cual todo cristiano, al leer las Sagradas Escrituras, debe aceptar el juicio de la Iglesia, único intérprete auténtico de la Escritura; mientras que el protestantismo sostiene que cada miembro de la Iglesia tiene facultad para examinar la Biblia, sin atender a la Tradición ni a la Iglesia, creen que el Espíritu Santo les ilumina la inteligencia al leer la Escritura Sagrada”. Paulo Arieu sostiene: “el principio de libre examen afirma que toda persona, sea quien sea, debe y puede leer las Escrituras, pues estas no son propiedad exclusiva de una élite de hombres auto designados, sino que es un regalo de Dios a la humanidad perdida, por medio de la cual puede llegar a creer (Romanos 10:17). Eso es todo lo que el principio dice, y lo que los reformadores defendieron: simple, claro, entendible y para nada peligroso”. El “libre examen” tampoco debe tomarse como la facultad de interpretar la Escritura como al lector le plazca o convenga, pero tampoco debemos ni podemos dejar la interpretación de las Escrituras en manos de personas, que aunque se autoproclamen “infalibles” sabemos que ninguna persona o iglesia lo es, por la misma naturaleza pecaminosa de la que toda la raza humana es partícipe. Por otro lado, tampoco debemos despreciar la sabiduría de los grandes hombres de Dios, que van adelante en materia de interpretación, bajo los parámetros de la misma Palabra. Las Escrituras no condenan la interpretación en sí misma ni la restringe a ciertos individuos exclusivos que la monopolizan Incuestionablemente. 2ª Pedro 1:20 – “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada” LA RESPONSABILIDAD PERSONAL Todos los cristianos, en más de alguna ocasión, nos hemos enfrentado con algún conflicto en la interpretación de un pasaje de la Biblia. Es probable que esta sea una de las motivaciones principales para tomar este curso, y está en lo correcto. Sin embargo, no debemos olvidar que es el Espíritu Santo nuestro guía y nuestro maestro. Aun cuando un creyente con poca preparación, lea la Biblia, el Espíritu Santo le dará la capacidad de ir iluminando su mente para la correcta interpretación, es por eso que los
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creyentes hemos experimentado el gozo de ser iluminados en un determinado pasaje que anteriormente habíamos leído tantas veces, sin ninguna implicación. La responsabilidad de la lectura de la Biblia es de doble sentido, tanto en la enseñanza personal, como la que trasladamos a otros. Si alguno maneja estos asuntos con falsedad o buscando su propia conveniencia, será juzgado delante del Trono de Cristo (2ª Corintios 5:10; Santiago 3:1) Juan 14:26 “ Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Sin la presencia del Espíritu Santo nadie podría considerarse cristiano, y por lo tanto, los que deseen enseñar a otros sin el Espíritu de Dios serán simplemente “ciegos, guiando a otros ciegos” (Romanos 8:9). DEFINICIONES Algunos relacionan la palabra hermenéutica con el nombre del dios griego Hermes, quien servía como mensajero entre los dioses, según la mitología griega, él transmitía e interpretaba sus comunicados a sus afortunados, o desafortunados destinatarios. Sin embargo, otros estudiosos, derivan el término hermenéutica del su original vocablo griego hermeneuo, que significa interpretar. Según el diccionario Vine, el vocablo diermeneuo (G1329) es una forma intensificada de hermeneuo; (SIGNIFICAR, TRADUCIR). Significa interpretar plenamente, explicar. En Lucas 24:27, se usa de Cristo, al interpretar él a los dos en el camino de Emaús «en todas las Escrituras lo que de él decían», «declaraba» («les iba interpretando»); técnicamente hermenéutica, se define como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica. Se le considera ciencia porque tiene reglas que pueden clasificarse en un sistema ordenado. Se le considera arte porque su comunicación es flexible y, por tanto, pudiera distorsionarse el verdadero sentido de una comunicación si se aplican las reglas de manera rígida y mecánica. En siglos recientes la disciplina de interpretación bíblica se ha reconocido como un estudio científico, y tiene sus raíces históricas hace miles de años, pero fue a raíz de Martín Lutero, en el siglo XVI, que propuso una serie de reglas para guiar toda la interpretación seria de la Biblia. DISTINCIÓN ENTRE HERMENÉUTICA Y EXÉGESIS Exégesis (del griego exeguesis, de exegueomai, significa explicar), implica la interpretación crítica y completa de un texto. La distinción entre exégesis y hermenéutica es muy sutil, pues no son términos que tengan necesariamente un significado diferente. Según la intención del que use los términos, se puede dar a “hermenéutica” el rasgo de búsqueda de significados espirituales, y a “exégesis” el de una interpretación bíblica centrada en la literalidad del texto y en la reconstrucción de su significado original en el momento de su redacción; pero también puede darse a entender que “exégesis” sea la explicación de la Biblia y “hermenéutica” el conjunto de reglas que se siguen para llegar a tal explicación. LA INFALIBILIDAD O INERRANCIA DE LA BIBLIA ¿Contiene la Biblia errores? Esta pregunta ha llevado a dos grandes corrientes cristianas: conservadores y liberales.
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Los conservadores creen que la Biblia está completamente libre de todo tipo de error; mientras que los liberales creen que puede tener errores gramaticales y en asuntos históricos. El problema es que si empezamos a poner en duda la validez de pequeños detalles, terminaremos poniendo en duda toda la Biblia. Este asunto es de mucha trascendencia para la hermenéutica, considerando que el primero que hizo una interpretación del mensaje divino fue Satanás. Satanás fue el primero que dio a la palabra divina un sentido que no tenía, falseando astutamente la Verdad. CONCLUSIÓN ¡La Ley de Jehová es perfecta! (Salmo 19) Cuidado con aplicar el estilo satánico, el cual añade, suprime e interpreta a la conveniencia del engaño. Apocalipsis 22:19 - “Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”