Novena a la Divina Misericordia Día 1: Por la conversión de todos los pecadores La novena de la divina misericordia fue dictada por el Señor Jesús a Santa Faustina como preparación a la Fiesta de la Divina Misericordia, pero también puede hacerse en cualquier otro tiempo. Su finalidad es pedir "por la conversión de todo el mundo, para que todas las almas conozcan la misericordia del Señor y glorifiquen su infinita bondad" (Diario 1059) Se ha respetado el texto y el valor auténtico de la novena. Novena a la Divina Misericordia [332], que Jesús me ordenó escribir y hacer antes de la Fiesta de la Misericordia. Comienza el Viernes Santo: "Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre... Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión Yo contesté: "Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas introducir primero en Tu muy misericordioso Corazón. Y Jesús me contestó que me diría, día por día, qué almas debía introducir en Su Corazón" (Del diario de sor Faustina, 1209) Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el primer día Intención: "Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia. De esta forma Me consolarás de la amarga tristeza en que Me sume la pérdida de las almas" (Diario, 1210) Oración: Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo. Amen. Oh omnipotencia de la Divina Misericordia, Salvación del hombre pecador, Tú eres la misericordia y un mar de compasión, Ayudas a quien Te ruega con humildad.
Rezar la coronilla de la Divina Misericordia: Usando un Santo Rosario como guía, empezamos diciendo: Padre Nuestro, Ave María y El Credo Donde comúnmente se reza el misterio del rosario, se pronuncia lo siguiente: "Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero". En cada cuenta pequeña de las decenas se dice: "Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero" Al finalizar todos los misterios de la coronilla, repetir tres veces: "Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero". Jaculatoria: "Oh, sangre y agua que brotaron del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de infinita misericordia para nosotros, Jesús en Ti confío". Día 2: Por todos los sacerdotes y religiosos Hoy en día son muchos los Católicos que conocen y recitan La Coronilla de la Divina Misericordia y sabemos que esta se puede decir en cualquier momento del día, pero Nuestro Señor Jesucristo específicamente le pidió a Sor Faustina que esta Coronilla también fuese recitada como una novena. Jesús prometió a la humanidad: "Por esta Novena concederé toda gracia posible a las almas". Por cada uno de los nueve días, nuestro Señor dio a Santa Faustina una intención diferente: toda la humanidad, especialmente los pecadores; Las almas de los sacerdotes y de los religiosos; Todas las almas devotas y fieles; Los que no creen en Dios y los que aún no conocen a Jesús; Las almas que se han separado de la Iglesia; Las almas humildes y las almas de los niños; Las almas que especialmente veneran y glorifican Su misericordia; Las almas retenidas en el purgatorio; Y las almas que se han vuelto tibias. "Yo deseo que durante estos nueve días traigas almas a la fuente de mi misericordia, para que puedan sacar de ellas fuerza y refrigerio y cualquier gracia que necesiten en las penurias de la vida, y especialmente en la hora de la muerte". (Diario de sor Faustina, 1209) Nosotros también podemos hacer una novena de oración por estas intenciones, especialmente orando en conjunto con la Coronilla de la Divina Misericordia. A continuación, el segundo día de la Novena.
Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el segundo día Intención: "Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad" (Diario, 1212) Oración: Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en las almas de Tus sacerdotes, Religiosos y Religiosas, para que realicen dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que los vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo. Amen. La fuente del amor de Dios, vive en los corazones limpios, purificados en el mar de misericordia, resplandecientes como las estrellas, claros como la aurora. Oración: Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los Sacerdotes, Religiosos y Religiosas; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén. (Diario, 1213) Rezar la coronilla de la divina misericordia: Día 3: Por todas las almas devotas y fieles En la Divina Misericordia en Mi Alma (Diario de Santa María Faustina Kowalska), Jesús reveló a Santa Faustina una novena que Él deseaba gozosamente que se oraran en preparación para el Domingo de la Divina Misericordia. Esta novena debía comenzar el Viernes Santo y ser orados con una fe ardiente en preparación para la gloriosa Fiesta de la Misericordia que iba a tener lugar en el Octavo Día de Pascua (El Domingo después del Día de Pascua) 1209-1230). Santa Faustina escribió en su diario que Jesús le dijo:
"En cada día de la novena traerás a Mi corazón un grupo diferente de almas y los sumergirás en este océano de Mi misericordia... Cada día suplicarás a Mi Padre, Fuerza de Mi pasión, por las gracias por estas almas". (Diario de Faustina, 1209) Como observamos, en esta novena, Jesús mismo reveló a Santa Faustina, que cada día se dedicaran las oraciones para un grupo diferente de personas. El domingo de la Divina Misericordia es una fiesta relativamente nueva que fue instituida el 5 de mayo de 2000 por el Papa San Juan Pablo II. Una monja polaca, la hermana Faustina Kowalska, ahora santa, escuchó a Jesús diciéndole: "Di siempre la Coronilla que te he enseñado. Aquel que la haga, experimentará Mi Misericordia, durante su vida, y sobre todo en la hora de su muerte " Comenzamos ahora con el tercer día de la novena Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el tercer día Intención: "Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura" (Diario, 1214) Oración: Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de Tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el extraordinario amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre celestial. Amen Son impenetrables las maravillas de la misericordia, no alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo, miras a todos con compasión, y atraes a todos a tu amor Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de Tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén. (Diario, 1215) Rezar la coronilla de la Divina Misericordia:
Día 5: Por los hermanos separados La Iglesia Católica enseña que es muy posible que aquellos de otras religiones y aquellos que no han oído el Santo Nombre de Jesús pueden ser bienvenidos al cielo; pero que ellos deben llegar por medio de sus obras y su impecabilidad. Tienen que ganarse el cielo. La única entrada, el único Camino, es a través de Jesucristo. Su gracia y Su misericordia son la única esperanza para cualquier, en cualquier lugar del mundo. Sin Él, somos condenados, cada uno de nosotros, por nuestra propia naturaleza pecaminosa y rebelde. Jesús le dijo a Santa Faustina Kowalska que los incrédulos y los que nunca habían oído Su Nombre estuvieron en Sus pensamientos desde que Él sufrió y murió hace dos mil años. No murió solo por ti y por mí. Murió por todos, por todos los tiempos, redimiendo a la humanidad perdida con su sangre, a toda la humanidad. Todo lo que las personas tienen que hacer para ganarse su salvación es elegirlo antes que al mundo. Dios pone ante nosotros la Vida y la Muerte y nos permite elegir entre estas dos opciones. El infierno eterno, en sí mismo, una elección que hacemos como seres humanos libres haciendo uso de nuestro libre albedrío. Nosotros, con nuestros actos, elegimos donde queremos estar Estamos llamados a dar lo mejor de nosotros y honrar Nuestro Señor. Estamos llamados a ser Luz en un mundo lleno de tinieblas Comenzamos ahora con el quinto día de la novena Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el quinto día Intención: "Hoy, atráeme a las almas de los hermanos separados, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión” (Diario, 1218) Oración: Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los hermanos separados y llévalas con Tu luz a la unidad de la Iglesia; no las
dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia. Amen. También para aquellos que rasgaron la vestidura de Tu unidad brota de Tu Corazón la fuente de piedad. La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios, puede sacar del error también a estas almas Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a las almas (de los herejes y de los cismáticos) * que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén. (Diario, 1219) Rezar la coronilla de la Divina Misericordia: Día 6: Por las almas humildes y los niños Hay quienes en nuestra sociedad no ven la inocencia o la humildad como un llamado a protegerla; por el contrario, la ven como una oportunidad. Ellos ven la inocencia de los niños como una oportunidad para cambiar nuestra cultura con programas perniciosos en nuestras escuelas. Este tipo de personas ven a las más inocentes como hierbas prematuras a ser regadas por propagandas que presentan noticias tergiversadas y que confunde sus pequeñas almas Ellos miran la inocencia en el vientre materno y niegan que allí hay un ser humano cuya vida debe ser protegida por toda comprensión de los derechos humanos. Consideran la nueva inocencia de nuestros ancianos y enfermos como una carga y un gasto que fácilmente podrían ser eliminados con la eutanasia. La inocencia no es una prioridad en la protección en nuestra sociedad debido a que los zorros son los que nos gobiernan. En este mundo, la inocencia parece ser una oportunidad para abusar, explotar y matar. Así, los humildes de corazón y los inocentes parecen las víctimas del mundo. Y sin embargo, Jesús nos dice que si queremos entrar en el Reino de los Cielos, debemos convertirnos y ser inocentes como un niño. Si queremos ser perdonados, debemos responder con "un corazón humilde y contrito" a su llamado de amor, porque la Escritura nos dice que Él nunca rechazará tal corazón. La clave de la eternidad está en manos de los inocentes que la sociedad perversa usa, abusa y mata. En el mundo por venir, ellos son los que serán elevados. Hoy Jesús nos pide que le llevemos a las almas humildes y a las almas de niños pequeños, a los más inocentes: "Se parecen más a mi propio corazón".
Hoy en día, mientras oramos, debemos llevarles a los bebés no nacidos, a los niños pequeños, a los ancianos, a la humilde vecina, cuya meta es su familia por quien da su vida, etc. Llevémosle a Él las almas sencillas, que son la sal de la tierra sobre la cual se construye toda estabilidad y bondad en la sociedad humana. Llevémosle a Él las buenas personas sin las cuales este mundo sería un infierno vivo. Ellos, y no los poderosos y creadores de diferencias y guerras, son los que hacen la vida habitable. Son la única bondad que la humanidad tiene para ofrecer. Ora hoy la Novena de la Divina Misericordia con mucho ardor en tu corazón y sumérgelos a todos ellos en el mar de la misericordia. Comenzamos ahora con el sexto día de la novena Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el sexto día Intención: "Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mi misericordia. Éstas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas Me fortalecieron durante Mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de Mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas humildes" (Diario, 1220) Oración: Jesús, tan misericordioso, Tú Mismo has dicho: Aprendan de Mí, que soy manso y humilde de corazón. Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios Mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad (Diario, 1221) De verdad el alma humilde y mansa ya aquí en la tierra respira el paraíso, y del perfume de su humilde corazón se deleita el Creador Mismo (Diario, 1222) Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, Te suplico por el
amor que tienes por estas almas y el gozo que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén. (Diario, 1223) Rezar la coronilla de la divina misericordia: Día 7: Por los que honran la Misericordia El perdón y la misericordia no son debilidades, aunque el mundo las vea como tal. Se necesita una fuerza enorme para perdonar. Se requiere sacrificio, trabajo y humildad para ser misericordioso. Estas no son gracias ganadas de forma simple. Son difíciles de trabajar a lo largo de la vida y son regalos profundamente sanadores que damos, tanto a nosotros mismos, como a aquellos que perdonamos. Sin perdón nos convertimos en lobos rapaces el uno contra el otro. Sin perdón, todos estamos condenados a pasar nuestras vidas sumergidos en el miedo y escondiéndonos detrás de falsas fachadas para protegernos unos de otros. Sin perdón, no puede haber misericordia, y sin misericordia, no puede haber vida. Nosotros oramos en el Padrenuestro: "perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden", en cada misa lo hacemos. Si guardamos rencor en el corazón y no hemos sido misericordiosos con los demás, entonces hemos orando esta oración en vano. Debemos comenzar a trabajar el perdón en nuestra vida, la misericordia en nuestro corazón. Sabemos que nos sencillo tener un corazón misericordioso de un día para otro, pero es un mandato de Dios y debemos serle fiel. Hay pecados tan arraigados en nuestro interior que nos impiden ser misericordiosos hasta con nosotros mismos. Sólo por la gracia de Dios y por el poder salvífico de su Cruz, podemos tomar control sobre ellos y sanar las heridas y el daño que hay en nuestro corazón. La misericordia es una bendición doble. Bendice a la persona a quien se le da misericordia y también bendice a la persona que la da. Jesús nos pide que le traigamos las almas que especialmente veneran y glorifican Su Misericordia: “Son las imágenes vivas de Mi Corazón Compasivo”. En otras palabras, cuando mostramos misericordia, cuando perdonamos de todo corazón, cuando ayudamos a los que están en peligro o a los que sufren, estamos siendo reflejo de Cristo para ellos. Oremos ahora la Novena de la Divina Misericordia y llevemos ante Jesús a aquellos que conocen lo que es vivir en el amor y en el perdón y que pronto también nosotros seamos incluidos en ese grupo de personas misericordiosos. Comenzamos ahora con el cuarto día de la novena
Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el séptimo día Intención: "Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte” (Diario, 1224) Oración: Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte El alma que ensalza la bondad de su Señor es por Él particularmente amada. Está siempre al lado de la fuente viva y saca gracias de la Divina Misericordia. Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: “A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte”. Amén. (Diario,1225) Rezar la coronilla de la Divina Misericordia: Día 8: Por las almas del purgatorio El Purgatorio es una realidad, en eso estamos claros; pero hay muchas hipótesis sobre lo que allí se vive y cómo se purifica el alma. Muchos concuerdan que en el Purgatorio nos enfrentaremos a lo que hemos hecho desde el punto de vista de aquellos a quienes lo hicimos, es decir, purgaremos nuestros pecados.
Si, por ejemplo, golpeaste a alguien en vida y nunca le pediste perdón y lo enmendaste, en el Purgatorio experimentarás golpes muchos peores de los que causaste. Si te fuiste de lengua floja "fuiste chismoso(a)", entonces en el Purgatorio sentirás la humillación y las heridas causadas por tus ligeras palabras. Así lo describe Santa Brígida, una Santa de la iglesia católica que tuvo muchos encuentros con las almas del Purgatoria. Ella cuenta lo siguiente: "Un día me encontraba cosiendo cuando se apareció el alma de una mujer con un aspecto horrible. Sus pupilas desprendían odio, tenía la vestimenta sucia y abandonada y las manos llenas de llagas. Pero lo que más espanto le produjo fue ver que ese espectro tenía un gran clavo atravesándole los labios y la lengua de forma grotesca. Parecía como si se hubiera deseado sellarlos de esa manera macabra y dolorosa para impedir el habla. Como el alma no podía comunicarse a causa de ese terrible instrumento, la monja comenzó a orar desesperadamente por ella. Sólo entonces el clavo se desprendió un poquito y dijo: “Estoy en este estado porque sufro un purgatorio en un nivel muy profundo, cerca de los abismos infernales. Padezco de esta manera porque durante mi vida cometía constantemente un pecado que la justicia divina ha considerado de enorme gravedad. Éste era el pecado de la lengua. Era gran amiga de cotillear, criticar y calumniar a otras personas" Los castigos en el Purgatorio son lo suficientemente terrible como para no poder experimentarlos esto en esta vida. Pero en el Purgatorio, nuestras almas se purifican y serán tan tiernas y tan puras que el dolor será aún más exquisito. Las almas del Purgatorio no están siendo torturadas, están siendo educadas acerca de su verdadero yo. Ellas se ven a sí mismas como son, y esta visión lastima. Es el dolor más profundo imaginable para enfrentar la realidad completa de sus propios pecados. Pero de esta pena viene la verdadera purificación y conversión El Purgatorio es donde nuestra conversión a Cristo que comenzamos en este mundo se completa y se hace perfecta. Hoy Jesús nos dice que le llevemos a las Almas que están en la prisión del Purgatorio y que las sumerjamos en el abismo de Su misericordia ... "Todas estas almas son grandemente amadas por Mí ... Está en vuestro poder traerles alivio". (Jesús a Sor Faustina) Por favor, oren la Novena de la Divina Misericordia con nosotros. Traigan a sus pensamientos a sus seres queridos que han muerto y que ahora están en el Purgatorio y llévenlos al abismo de la misericordia de Jesús Comenzamos ahora con el octavo día de la novena Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo
especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el octavo día Intención: "Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre... Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia" (Diario, 1226) Oración: Jesús misericordiosísimo, Tu Mismo has dicho que deseas la misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas del purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia Del tremendo ardor del fuego del purgatorio se levanta un lamento a Tu misericordia. Y reciben consuelo, alivio y refrigerio en el torrente de Sangre y Agua derramado Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen límites. Amén. (Diario, 1227) Rezar la coronilla de la Divina Misericordia: Día 9: Por las almas tibias Seguir a Jesús significa hacer lo que Jesús nos enseñó a hacer, incluso cuando duele, incluso cuando la gente se burla de nosotros, nos rechaza y nos ataca por hacerlo. La tibieza es una de las peores enfermedades que le puede ocurrir a un cristiano. Los cristianos tibios no son nada. No pueden salvar a nadie. No pueden transformar el mundo. No son la Luz que brilla en la oscuridad. Los cristianos tibios usan los privilegios y los muchos dones de sus vidas para la autocomplacencia y sus vanidades. Ellos no siguen a Cristo, excepto cuando hay alguna necesidad especial, recurren a Él, pero solo por necesidad y luego lo desechan. Los cristianos tibios no llevan personas a Cristo ni les importa.
Hoy, Jesús nos pide que le traigamos las almas que se han vuelto tibias: "Estas almas me hieren más dolorosamente... Mi alma sufrió el más horrible asco del Jardín de los Olivos a causa de las almas tibias". Las almas tibias causaron un inmenso dolor en el corazón de Cristo cuando cargó con sus pecados en Getsemaní. Oremos ahora por esas almas que están tibias. Ellos tienen la fe y la rechazan. Ellos ven el Camino y no lo caminan. Ellos son quizás los más perdidos de todos. Oremos además para que nosotros tampoco caigamos en la tibieza Comenzamos ahora con el noveno día de la novena Oración inicial En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén Oración para el noveno día Intención: "Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia. (Diario, 1228) Oración: Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo El fuego y el hielo no pueden estar juntos, ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo. Pero Tu misericordia, oh Dios, puede socorrer las miserias aún mayores Oración: Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias, que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de misericordia, Te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia. Amén. (Diario, 1229) Rezar la coronilla de la Divina Misericordia: