Analizando La Reflexión Sobre La Propia Práctica 2q4y2m

Analizando la Reflexión sobre la propia práctica. Este, es un análisis comentario sobre el el texto de Perrenoud, Philippe "Saber reflexionar sobre la propia práctica" en: Desarrollar la práctica educativa en el oficio de enseñar. Desde un corte transversal, trata diez puntos centrales referente al análisis del desempeño del docente en su práctica cotidiana, así del cómo es que el futuro maestro llega al grupo con una serie de condiciones que en determinado caso le permitirán o no desempeñar su función docente con calidad. Señala que los docentes compensan la superficialidad de la formación docente; mediante un aprendizaje paulatino a través de la experiencia, analizando y regulando su labor profesional, a la vez que considera que todos los docentes unos en más o menos medida, son autodidactas. Saber reflexionar sobre la propia práctica docente, favorece la acumulación de saberes de experiencia, ya que el profesor aprende a sistematizar una serie de acciones en el aula que por experiencia propia le han sido útiles; sin duda se descubre que son la curiosidad y la voluntad de saber más los ingredientes indispensables para ir más allá del beneficio inmediato, también nos advierte sobre la pereza intelectual, ya que esta inhibe la práctica reflexiva. Este apartado también señala que entrar en interacción con otros profesionales de la enseñanza, nos permite profundizar en la reflexión de la práctica, pero que en todo caso será necesario contar con un capital intelectual que ya se haya almacenado, ya que así la reflexión resulta más fructífera si también se nutre de lecturas, formaciones, saberes teóricos o saberes profesionales creados por otros. Ningún profesional está libre de dudas en cuanto a la posibilidad del error, pues sabe que no es infalible. La profesionalización se concibe en la mente de los practicantes y en el mensaje que envían a los otros actores, por ello es importante formar practicantes de la docencia reflexivos. El docente reflexivo debe de asumir una responsabilidad política y ética desempeñando su función con apego a las necesidades de sus educandos, enfrentando los dilemas que se le presentan en la práctica cotidiana. Hacer frente a la creciente complejidad de las tareas, ya que estas con frecuencia empeoran, mientras que las ambiciones de los sistemas educativos aumentan. La práctica reflexiva no es suficiente para hacer frente a la complejidad. El análisis induce al practicante a aceptar que no es una máquina infalible, a tener en cuenta sus dudas, preferencias, espacios vacios, lapsos de memoria, opiniones adoptadas, aversiones y predilecciones y otras debilidades inherentes en la condición humana. La mayor parte del tiempo, la reflexión no aclara un error estrictamente técnico, sino una postura inadecuada, un prejuicio sin fundamento… En definitiva, actitudes y prácticas relacionadas con el alumnado, el saber, el trabajo, el sistema,

además de las capacidades estrictamente didácticas o de gestión del enseñante. El docente en su práctica diaria, tiene que enfrentar la gran diversidad existente en la cultura de sus alumnos y sus contextos de los cuales proviene, por ello reflexionar sobre la propia práctica también significa reflexionar sobre la propia historia, los habitus, la familia, la cultura, los gustos y aversiones, la relación con los demás, las angustias y las obsesiones. La práctica reflexiva nos lleva a darnos cuenta sobre la cooperación que establecemos entre compañeros, ya sea por motivos muy racionales como el rechazo a la soledad, o ya sea que en la cooperación encontramos transparencia y secreto, se comparte y se compite, hay desinterés y cálculo, poder y dependencia, confianza y miedo, euforia y cólera; esta serie de extremos nos permiten establecer un punto medio armónico, en el que nos podemos desempeñar de manera aceptable para otros como para nosotros mismos. Reflexionando sobre nuestra práctica docente, encontramos que la innovación significa transformar la propia práctica, lo que no exime del análisis de lo que hacemos y de las razones para continuar o cambiar en nuestro quehacer cotidiano.

Saber reflexionar sobre la propia práctica SABER REFLEXIONAR SOBRE LA PROPIA PRÁCTICA

El profesor tiene una historia de vida, influenciado por su cultura, ideología, religión, educación y su formación, a donde quiera que vaya proyectará su personalidad, el trabajo que desempeñe será acorde al análisis que realice de su propia práctica, tarea que no es fácil , lo difícil es empezar y estar dispuesto a un cambio a una transformación.

Perrenoud, Philippe invita a todos los docentes a ser investigadores de su propia práctica para ello debe hacerse de lecturas que le ayuden a cuestionarse sobre la función que está desempeñando en el aula, porque cada acción realizada y argumentación que proporciona permite reconocer si hay un sustento teórico, convertirse en una persona insaciable de conocimientos que le permitan una formación didáctica tanto transversales y tecnológicas.

Realizar observaciones sistemáticas y trasladarlas a un registro con la intención de visualizar qué y cómo esta llevando a cabo la metodología, la didáctica, así como valorar si se han alcanzado los propósitos establecidos en la planeación, si los alumnos han manifestado cambios positivos, mas que nada, hacer una evaluación cualitativa que lo lleve a reconocer los aciertos y los errores que ha cometido para que pueda transformar y cambiar la práctica docente.

Reconocer que la evolución de la profesionalización se logra cuando el profesor sabe realmente lo que hace, actuar con responsabilidad sin dejar atrás los valores, tener capacidad de juicio y de análisis, en este crecimiento reconocer que el colega puede ayudar con el intercambio de estrategias, estar abierto a una crítica constructiva por parte del otro, trabajar colegiadamente, dejar atrás el egocentrismo profesional.

En cualquier campo profesional se esta sujeto a los éxitos y fracasos, ubicándose en el educativo hay una infinidad de factores externos e internos, pero el docente puede combatir los que está a la mano: su práctica de aula, lo que hace, lo que deja de hacer, las estrategias que aplica, la planeación, la motivación y el entusiasmo que siente por su trabajo.

El reflexionar sobre la práctica docente implica dejar atrás el egocentrismo y estar dispuesto a un cambio de mentalidad y de acciones, sustentar y enriquecer el trabajo educativo con conocimientos teóricos y con los compañeros maestros para empezar a ser investigadores de nuestro propio campo: el aula, esto permitirá desarrollar las habilidades: observación, relator, creador de hipótesis, analítico, crítico, reflexivo, propositivo, curioso e insaciable de conocimientos.