INTRODUCCIÓN La Uva es una baya comestible que crece en racimos en arbustos pequeños o en parras, en zonas templadas a través del mundo incluyendo África, Asia, Australia, Europa y Sudamérica. Contienen cantidades pequeñas de vitamina A y una variedad de minerales. En general, las uvas tienen unas texturas lisas, peladas y jugosas. Pueden tener varias semillas. Las uvas se dividen en categorías de color que van desde el blanco al negro, pasando por el rojo o rosado. Las variedades blancas de uvas se extienden desde un color amarillo pálido, a las uvas verdes, y negras de rojo ligero a púrpura-negro. También están clasificadas por la forma en que se usan.
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MANEJO AGRONOMICO DE LA VID DESCRIPCIÓN La composición de la uva varía según se trate de uvas blancas o negras. En ambas destacan dos tipos de nutrientes: los azúcares, glucosa
principalmente y
abundantes
fructosa,
más
en
uvas
las
blancas y las vitaminas (ácido fólico y vitamina B6), ésta última en una cantidad que solo se ve superada por las frutas desecadas y las frutas tropicales como el aguacate, el plátano, la chirimoya, la guayaba y el mango. Su riqueza en azúcares, les convierte en una de las frutas más calóricas. Las uvas cultivadas en regiones frías suelen tener menos azúcares que las cultivadas en terrenos cálidos y secos. Entre los minerales, el potasio es el más abundante y se encuentra en mayor cantidad en la uva negra; mientras que el magnesio y el calcio están en cantidades moderadas y son más abundantes en la uva blanca. El aprovechamiento en el organismo de éste último mineral no es tanto como el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral. En las uvas abundan diversas sustancias con reconocidas propiedades beneficiosas para la salud, tales como antocianos, flavonoides y taninos, responsables del color, aroma y textura característicos de estas frutas, y de los que dependen diversas propiedades que se le atribuyen a las uvas. Las diferencias nutritivas y energéticas entre las uvas frescas y las pasas son notables, pues estas últimas constituyen un alimento muy energético, y su aporte calórico es aproximadamente cuatro veces superior al de la uva fresca. El resto de nutrientes también se concentra, por lo que su contenido en fibra, vitaminas y minerales es notablemente superior.
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El ácido fólico interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis material genético y la formación anticuerpos del sistema inmunológico. La vitamina B6 ayuda a mantener la función normal del cerebro, actúa en la formación de glóbulos rojos e interviene en el metabolismo de las proteínas. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. TIPOS DE UVAS Dentro las principales variedades de uvas que nuestro país exporta podemos encontrar: Beauty Seedless: La variedad Beauty Seedles fue originada en Davis, California. Es una uva sin pepas, muy firme, de color negro azulado y posee un gusto acido y picante con una carne blanda. La Beauty Seedles madura muy temprano y muestra un follaje azul verdoso muy distintivo. Black Seedless: Cultivo muy productivo. Racimos medianos, suelto. Madura en enero. Baya cilíndrica alargada de color negro rojizo a color negro violáceo. Pulpa crocante sin semilla. Buen sabor. Blanca
Italia:
Cultivar
medianamente
vigoroso.
Racimo mediano a grande cilindro cónico y algo suelto. La baya es grande, ovoide, color verde amarillento al amarillo dorado. La pulpa es semicrocante, dulce y pocas semillas Calmeria: La variedad Calmeria, es apodada Dedos de Dama, por su forma alargada y suave. Es una uva sin pepas, que posee un color verde claro, el que se torna casi dorado al madurar.
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Las bayas de la Dedos de Dama son delicadas y poseen una apariencia casi como si hubiesen sido esculpidas. Es un placer del invierno, con su sabor suave y dulce. CENTENNIAL SEEDLESS: Apirena, de color amarillo, con un tamaño de racimo mediano a grande. Naturalmente da unas bayas de tamaño medio, que puede mejorarse con poda y aclareo de racimos e incisión anular. No tolera bien los tratamientos con ácido giberélico. Se debe recolectar en el momento que alcanza los 16 ºBrix, porque de lo contrario se
desgrana
muy fácilmente.
Tiene
sabor
neutro
y
consistencia algo crujiente. Necesita poda larga puesto que las dos primeras yemas son poco fértiles. Madura en la primera decena de Agosto. Crimson Seedless: La variedad Crimson Seedles es una uva roja, sin pepas con bayas firmes, quebradizas con un sabor dulce agrio, casi picante. Dawn Seedless: Variedad apirena de color verde-amarillo, tiene racimos de tamaño medio, bayas pequeñas necesitando incisión anular y tratamientos de ácido giberélico, sabor neutro aromático, consistencia crujiente. Tiene una buena productividad madurando en la primera decena de Agosto. Puede ser conducida en poda corta o larga y conviene tratarla con ácido giberélico y hacerle incisión anular y aclareo de racimos para conseguir bayas de buen tamaño. Emperor: Los racimos grandes, de color rojo oscuro y un sabor duradero caracterizan a la variedad Emperor, que fue plantada por primera vez en California en 1863. En las ciudades del este de la costa, en donde las tradiciones europeas siguen siendo fuertes, la emperador es muy popular. FLAME SEEDLESS: Apirena de color rojo con racimos grandes y bayas de tamaño pequeño, necesita aclareo de racimos, incisión anular y aplicaciones de ácido giberélico, a veces presenta problemas de falta de color por lo que conviene aplicarle Etefón en el momento del envero. El sabor es neutro,
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aromático, muy agradable y la consistencia es muy crujiente, en conjunto tiene unas características organolépticas extraordinarias siendo muy apetecida en algunos mercados europeos. Presenta una buena productividad y puede ser conducida tanto en poda corta, como en poda larga. Madura en la tercera decena de Julio. Moscatel Rosada: Sus compactos racimos, grandes y con un tentador color rosado, de bayas grandes y de dulce sabor son empleados como uvas de mesa y para la exportación. Es de origen peruano. Perlette: La variedad Perlette es la primera uva de la estación, y su nombre Perlette significa "perla pequeña" en francés, el que debe a su aspecto pequeño y brillante. La Perlette es liviana, de color verde casi escarchado con un molde translúcido y sus bayas forman un racimo compacto. Red Globe: La variedad Red Globe posee grandes racimos, con notables bayas del tamaño de una ciruela. Posee un sabor dulce y suave con un intenso color rojo, al que debe su nombre. La Red Globe es una uva muy popular para comer y adornar las fuentes en las mesas, por su hermoso aspecto. Ribier: La Ribier es una variedad
originaria de
Francia. Posee un intenso color negro azulado oscuro, su pieles firme y su gusto dulce y suave. Ruby Seedless: La variedad Ruby Seedless, creció comercialmente en el valle del San Joaquín en 1968. Ruby Seedless es una uva sin semillas, de color rojo oscuro, con una baya blanda y suave. Sugraone: La variedad Sugraone posee una baya de color verde intenso y alargada. La fruta ofrece un brillo, un sabor dulce y un crujido muy distintivo. Thompson Seedless: La variedad Thompson Seedless fue originada Irán meridional. Es una uva muy familiar, con un color verde ligero y sus bayas oblongas de un sabor muy dulce y jugoso que la caracterizan.
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MANEJO DE CULTIVO CLIMA: Esta especie pertenece a zonas
templadas
e
intertropicales,
pudiendo realizarse en zonas donde la temperatura media anual no desciende de los 9 grados centígrados. ASOLEAMIENTO:
Es
importante
para la acumulación de azúcares en el fruto. Sin embargo es bueno recordar que esa radiación solar solo es eficaz si es interceptada por el follaje. Esto depende del sistema de conducción. PRECIPITACIONES: las necesidades de agua se encuentran entre 300 a 600 mm disponibles durante la etapa vegetativa Teniendo en cuenta las perdidas por evaporación, escurrimiento y percolación. SUELO: se puede acomodar a distintos tipos de suelos, desde el pobre al más fértil y desde el más ácido al más calcáreo. PROPAGACIÓN DE LA VID: Las vides pueden
ser
propagadas
por
semillas,
estacas, acodos o por injerto de púa o de yema. Las semillas se usan principalmente para la producción de nuevas variedades. En la escala comercial, las más usadas son las estacas. En el caso de aquellos cultivares de difícil enraizamiento se usan acodos. SEMILLA: la semilla de vid germina sin dificultad. Con semilla de Vitis vinifera los mejores resultados se obtienes después de un periodo con estratificación húmeda a 4 o 5 grados por unas doce semanas antes de la siembra. ESTACA: la mayoría de las variedades de vid se inician fácilmente por estacas de madera dura. El material para estacas se debe recolectar durante el
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periodo de reposo. Se deben usar sarmientos bien desarrollados del año, por lo general de 0,82 a 1,2 cm de diámetro y de 30-40 cm de largo. Una estación de desarrollo en el vivero es suficiente para producir plantas de tamaño apropiado para transplante de viñedos. En general no se usan sustancias promotores del enraizado. ACODO: Se usa el acodo aéreo o el acodo simple, de trinchera o de montículo. INJERTO: El injerto de banco se usa con corta frecuencia (injerto de raíz); las pilas se injertan ya se por el método ingles o de lengüeta en estacas desyemadas, las cuales pueden estar enraizadas o sin enraizar. Esto se hacen a fines de invierno o principio de primavera
de
material
previamente
colectado en estado latente tanto de la púa como del patrón. En la vid la presencia de aire en la unión del injerto es
esencial
para
una
cicatrización
adecuada, por lo tanto no se usan cera para injertar y el material de envoltura no se empalma. Luego de realizado el injerto estos se deben mantener por 3 o 4 semanas en arena mojada a una temperatura de alrededor de 24 grados centígrados. INJERTO DE MADERA VERDE: es un procedimiento rápido y simple para propagar Vitis vinifera sobre patrones resistentes. Una púa de madera verde con una sola yema se injerta durante la estación de crecimiento activo sobre ramas nuevas que salen ya se de una estaca enraizada del año, o de una estaca a mediados de su primera estación de enraizamiento. Para realizarlo se usa un injerto de hendidura. Injerto de yema: es un buen método para establecer variedades de vid sobre patrones resistentes en otoño. Se realiza sobre estacas plantadas en el viñedo durante el invierno o en la primavera anterior, Una forma de injerto es el de astillas. Las yemas se injertan en el patrón cerca del nivel del suelo y se
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cubren con unos 10 a 25 cm de suelo bien pulverizado y húmedo. Cabe aclarar que en este caso el injerto en T no se usa debido a que la yema es muy grande. ZONAS PRODUCTORAS DE UVA Las zonas productoras de vid en el Perú principalmente están en Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna. Siendo el Departamento de Ica que presento las características mas apropiadas para la actividad vitivinícola. Su clima es semi-calido y las precipitaciones pluviales es escasa y las temperaturas medias son saludablemente uniformes, en época de verano las temperaturas fluctúa entre los 20 y 30 grados centígrados, la humedad en Ica presenta promedios inferiores a otras zonas costeras lo cual es
altamente
favorable para el cultivo de la vid TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA. La vid es una planta con flores, esto es, una angiosperma, de la clase de las dicotiledóneas, de la subclase con flores más simples (choripetalae), pero en el grupo
dotado
de
cáliz
(Dyalypetalae),
es
decir,
y el
corola más
avanzado.
El orden es el de las Rhamnales, que son plantas leñosas. Una planta leñosa tiene por lo general una vida muy larga, así es fácil encontrar una vid centenaria; tiene un largo periodo juvenil (3-5 años), durante el cual no es capaz de producir flores; en general, las yemas que se forman durante un año no se abren hasta el año siguiente. Tiene un aparato radicular que se hace imponente con los años, pero se desarrolla y explora el terreno con menos minuciosidad que el de una hierba. El aparato epigeo, tronco, ramas, ramos, requiere mucho tiempo para desarrollarse; no puede renovarse con facilidad como el de una herbácea; la necesidad de mantenerlo vivo durante el invierno o en tiempo de sequía hace a las plantas leñosas más exigentes en cuestión de clima y fertilidad, de manera que no
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viven en alturas excesivas ni demasiado cerca de los polos ni en los desiertos como pueden hacerlo las hierbas.
La vid es un arbusto constituido por raíces, tronco, sarmientos, hojas, flores y fruto. Ya se sabe que a través de las raíces se sustenta la planta, mediante la absorción de la humedad y las sales minerales necesarias, y que el tronco y los sarmientos son meros vehículos de transmisión por los que circula el agua con los componentes minerales. La hoja con sus múltiples funciones es el órgano más importante de la vid. Las hojas son las encargadas de transformar la sabia bruta en elaborada, son las ejecutoras de las funciones vitales de la planta: transpiración, respiración y fotosíntesis. Es en ellas dónde a partir del oxígeno y el agua, se forman las moléculas de los ácidos, azúcares, etc. que se van a acumular en el grano de la uva condicionando su sabor.
Esa sustancia verdosa llamada clorofila es la encargada de captar de los rayos del sol la energía suficiente para llevar a cabo todos estos procesos. En el mes de marzo, cuando el calor comienza a hacerse notar, la savia se pone en movimiento y se produce el denominado “lloro” de la vid que se expresa a través del fruto. El fruto surge muy verde, pues está saturado de clorofila, y a partir de aquí toda la planta empieza a ejercer servidumbre a favor del fruto que poco a poco irá creciendo.
La uva verde, sin madurar, contiene una gran carga de ácidos tartáricos, málicos y, en menor medida, cítricos. El contenido de estas sustancias dependerá en gran medida del tipo de variedad de la que procede y de las condiciones geoclimáticas, ya que luz, temperatura y humedad van a ser decisivas en la conformación de los ácidos orgánicos. El momento en que la uva cambia de color recibe el nombre de “envero”. Del verde pasará al amarillo, si la variedad es blanca y al rojo claro, que se irá oscureciendo, si es tinta. Durante el proceso de maduración de la uva, los ácidos van cediendo terreno a los azúcares procedentes de la frenética actividad ejercida por las hojas, merced al proceso de fotosíntesis. Los troncos
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de la cepa también contribuyen al dulzor de la uva, ya que actúan como acumuladores de azúcares. Debido a esta razón, las vides viejas son capaces de proporcionar un fruto más regular y una calidad más constante. Entrando de lleno en el fruto, cabe hacer una primera división entre lo que es el “raspón”, o parte leñosa que forma el armazón del racimo y el grano de uva. El raspón, aunque lógicamente no es la parte fundamental del fruto, tiene su importancia por cuanto es capaz de aportar ácidos y sustancias fenólicas (taninos) dependiendo de su participación o no, en los procesos de fermentación. El grano de uva a su vez puede ser dividido en tres partes cada una de ellas con un aporte específico de características y componentes: la piel, la pulpa y las pepitas.La piel, también denominada hollejo, contiene la mayor parte de los componentes colorantes y aromáticos de los vinos. En la pulpa se encuentran los principales componentes del mosto (agua y azúcares) que después, mediante la fermentación se transformarán en vino.
Las pepitas o semillas, se encuentran dentro de la pulpa y difieren según las variedades, llegando incluso a encontrarse uvas que nos las contienen. Poseen una capa muy dura y proporciona taninos al vino. Entre las especies más importantes se pueden citar: Vitis Labrusca: serie Labruscoideae americanae; por ejemplo, la uva Isabel procede de esta especie. Vitis Rupestris: serie Rupestres. Originaria de terrenos semisecos de aluvión, ha dado origen a muchos portainjertos. Vitis Riparia: serie Ripariae. Originaria de regiones mucho más frescas, ha dado origen a muchos portainjertos y a uvas de vino (híbridos productores directos). Vitis Berlandieri: serie Cinerascentes. Originaria de regiones áridas y suelos calcáreos; ha sido trascendental para la constitución de portainjertos resistentes a la clorosis y a la sequedad. Vitis Vinifera: es la vid común.
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FENOLOGÍA DEL FRUTAL. Las necesidades nutricionales de cualquier cultivo son determinadas por la cantidad total de nutrientes que precisa extraer la planta durante todo su desarrollo fisiológico. Ahora bien, esta extracción no es constante, sino que difiere de acuerdo a su estado de desarrollo o fenología, por lo tanto identificar cuales son los estados fenológicos y su demanda van a determinar la mejor estrategia de nutrición y fertilización conjuntamente. INICIO DE BROTACIÓN HASTA FLORACIÓN.
BROTACIÓN: este periodo en términos de nutrición depende exclusivamente de las reservas de la temporada anterior, que para el caso de Nitrógeno su forma de reserva corresponde al aminoácido arginina, en general una buena nutrición en post cosecha permite al árbol lograr una excelente brotación. FLORACIÓN: el momento de este periodo depende del cultivar y zona geográfica donde se encuentre, en general este estado es consecuencia directa de características intrínsecas de la variedad, además de características climáticas como horas frío y días grado, por otro lado su nutrición es consecuencia directa del estado anterior. En general en esta etapa se requiere que el follaje alcance su mayor desarrollo, debido a que es en este órgano donde se sintetizan los fotosintatos que darán como resultado el crecimiento de la baya. FIN DE FLORACIÓN A PINTA. Cuaja: Corresponde a la transformación de flor a fruto.
Desarrollo y crecimiento de bayas:
Fase 1.- Crecimiento bastante acelerado en base a multiplicación celular.
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Fase 2.- Periodo muy corto en variedades precoces, y de una duración de hasta un mes en variedades tardías. En esta etapa se detiene el crecimiento y elongación celular, y la baya concentra su energía en el desarrollo del embrión. Durante estos dos estados de desarrollo las bayas absorben aproximadamente un 60% de su demanda total de Nitrógeno.
PINTA A COSECHA. En esta etapa comienza la tercera fase de desarrollo de las bayas, además de la
degradación del color verde (pigmentos clorofílicos) y aparición de los
colores característicos de cada variedad (pigmentos antociánicos) a esta etapa se le denomina envero.
Fase 3.- Se retoma un crecimiento bastante rápido, y este depende en gran parte de la elongación celular a diferencia de la fase 1. Finalmente el tamaño de la baya depende de la variedad, Factores climáticos,disponibilidad de agua y nutrientes, practicas de cultivo y carga de fruta al racimo
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EXIGENCIAS DE CLIMA Y SUELO Y FISIOPATIAS. En zonas montañosas se ven viñedos sólo hasta cierta altura. El clima impone límites de altura. Los límites macroclimáticos determinados por la altura y la latitud son ampliamente rebasados en muchas regiones, por el hecho de que el viñedo se planta en pendientes muy bien orientadas. Estas zonas disfrutan de un régimen térmico más elevado, sufren menos con las heladas invernales y las escarchas de primavera se secan rápidamente, de manera que la vegetación es más breve y el grado de azúcar más elevado. Se habla en estos casos de microclima. Cuando un cultivador planta las variedades más precoces en terrenos menos soleados y los tardíos en terrenos mejor orientados no hace otra cosa que adecuarse a las exigencias microclimáticas.
En invierno, las temperaturas mínimas que puede la vid aguantar son de hasta –20 ºC. Por debajo tendrían lugar graves daños. Se consideran daños ligeros a la necrosis de la médula y el diafragma. Daños muy graves sería la muerte de las yemas en los sarmientos de un año (la muerte del cambium en los sarmientos de un año y en el tronco. Estos males se dan más en las vides jóvenes, en las vides vigorosas y en las que ya han producido mucho. Producen graves daños las heladas por debajo de los –2 ºC después de la brotación pues destruyen completamente la cosecha. Como medios empleados contra las heladas tenemos las nieblas artificiales y el riego por aspersión. El segundo es realmente eficaz pero costosísimo, aunque la instalación sirva contra el hielo, como riego estival y como medio de lucha antiparasitaria.
También se pueden adoptar variedades de brotación tardía, o retrasar la poda, de modo que, aunque haya habido daños, también haya más brotes utilizables. Los cultivos elevados son menos castigados que los bajos. Las temperaturas demasiado altas (30-34º C), especialmente si van acompañadas de sequedad, viento caliente y seco, son temperaturas que
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queman hojas y racimos. Las temperaturas óptimas para el cultivo de la vid en sus distintas etapas de desarrollo serían las siguientes: * Apertura de yemas: 9-10 ºC * Floración: 18-22 ºC * De floración a cambio de color: 22-26º C * De cambio de color a maduración: 20-24º C * Vendimia: 18-22º C En relación con las lluvias la distribución de éstas en el cultivo sería aproximadamente la que se indica: * Durante la brotación: 14-15 mm. Hay una intensa actividad radicular, que resulta promovida por la lluvia. * Durante la floración: 10 mm. Las lluvias resultan por lo general perjudiciales. * De la floración al cuajado de los frutos: 40-115 mm. Es necesaria una intensa fotosíntesis. * Entre el cuajado y la maduración: 80-100 mm. Es necesaria una intensa fotosíntesis. * Durante la vendimia: 0-40 mm. Las lluvias suelen ser perjudiciales. El granizo es el meteoro más dañino para la viticultura. Los daños son de diversa naturaleza. Los granos quedan hendidos o aplastados. Fácilmente sobrevienen mohos y marchiteces. Las hojas son agujereadas o laceradas, y a menudo son arrancadas, con pérdida de superficie fotosintetizante. En los sarmientos queda dañada la corteza, pero también con frecuencia el leño. Los tratamientos antiparasitarios, por lo general a base de caldo bordolés o bien productos orgánicos de síntesis, tienen importancia para impedir que se instalen infecciones de hongos.
Para luchar contra el granizo, algunos investigadores han indicado que el bombardeo de las nubes con sustancias formadoras de núcleos de condensación puede determinar su transformación en lluvia antes que en granizo; el granizo ya formado puede ser disgregado mediante el empleo de cohetes explosivos.
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Existen otros medios de defensa como las mallas antigranizo que suelen tener una duración de unos diez años, y los seguros contra granizo que hoy en día tienen muy buena aceptación.
La vid se adapta a muchísimos terrenos. Además hay una cierta gama de portainjertos que permite adaptarse a las más variadas exigencias. Un componente importante del terreno es la materia orgánica:
* Terreno pobre: < 1,5% * Suficientemente dotado: 1,5-2,5% * Bien dotado: 2,5-3,5% También estos valores han de ser interpretados en base a la granulometría. Un contenido del 1% de materia orgánica indica un estado de pobreza mucho más grave en un terreno arcilloso, donde la descomposición es normalmente lenta, que en uno arenoso, donde la descomposición es generalmente rápida. El pH indica la reacción del terreno y es de fundamental importancia para la elección del portainjerto. El pH alcalino determina clorosis, si la vid está sobre portainjertos inadecuados. Suele acompañarle el carbonato cálcico, que se determina de dos maneras: la “caliza total” se determina tratando el terreno con un ácido fuerte que la disuelve totalmente. Se llaman calcáreos los suelos que contienen más del 5%. La caliza activa, es la fracción más finamente subdividida, que tiene la mayor influencia sobre el pH, y por ende dotada del mayor poder clorosante, y se determina tratando al suelo con oxalato amónico. La presencia de un pH elevado en ausencia de caliza total puede indicar presencia de salinidad en el suelo o en el agua de riego.
La C.I.C. o capacidad de intercambio catiónico, es la capacidad del suelo de mantener y cambiar cationes y se mide en miliequivalentes por 100 gramos de suelo y crece con el contenido de arcilla y de materia orgánica. En los terrenos ácidos, la C.I.C. está parcialmente saturada de iones de hidrógeno y aluminio, en los neutros y alcalinos principalmente
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de bases como calcio, potasio y magnesio. No sólo tienen importancia los iones, sino también las relaciones de los iones entre sí. SISTEMAS DE CONDUCCIÓN Densidades de plantación. El sistema de conducción y la densidad de plantación óptimos tienen relación con el vigor o expresión de la variedad (y también portainjerto) y condición edafoclimática.
La conducción de la vid merece especial atención puesto que hay una relación directa con el manejo de los racimos. En este sentido es muy importante, para lograr una buena calidad, que la distribución y ubicación de los racimos permita un manejo fácil, de alto rendimiento y que sea accesible a los diferentes tratamientos y manejos de la fruta (aplicaciones fitosanitarias, reguladores de crecimiento, raleos y arreglos de racimos). La conducción está muy relacionada con la distribución e iluminación de los racimos, condición particularmente importante en variedades de color como Flame, Red Globe y Crimson. SISTEMAS DE CONDUCCIÓN. Los principales sistemas de conducción en vid son: Espaldera: Su forma geométrica corresponde a un plano vertical (pared) de ancho variable. Las distancias de plantación varían entre 5x4 a 3x1 m., según la especie y variedad. Parronal: Se caracteriza por la disposición horizontal del follaje sobre una estructura de sostén alambrada. Las distancias de plantación varían entre 6x5 a 3x2 m., según la especie y variedad. Este sistema de conducción lo utiliza el 90% de la uva de mesa en Peru.
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Puglia: Sistema similar al parronal, su diferencia está dada por la presencia de una estructura de sostén del follaje constituida por dos alambres separados a un metro, sobre los cuales se amarran los cargadores o cordones horizontales conformando el techo. Además, presenta una cruceta a 25-30 cm. bajo el enrejado del techo. Cruceta: es similar a una "T" y las ramas se orientan hacia la entrehilera colgando desde una estructura en cruceta. REGULACIÓN DE CARGA. Excesos de carga y mala distribución de los racimos afecta la calidad (calibre) y condición de la uva (madurez incompleta, uvas débiles), y puede disminuir el rendimiento de uva exportable de un viñedo, produciéndose una mayor proporción de uva destinada a procesos industriales(pasas, jugo, vino de uva de mesa). RIEGO Los principales efectos del estrés hídrico se manifiestan en una reducción de la velocidad de expansión foliar, del crecimiento de los entrenudos de los brotes y en una reducción del diámetro de bayas. La condición de llegada de la uva de mesa a su destino de venta se afecta
como
resultado
de
las
estrategias de riego que se impongan a la plantación durante la temporada de producción, como una respuesta diferencial según los cultivares y las etapas fenológicas en que induzca el déficit hídrico. Un déficit hídrico severo en el periodo de pinta a cosecha provoca desgrane, desecamiento prematuro del raquis y bayas con una turgencia reducida, aspectos que reducen notoriamente la vida post cosecha. Un exceso de humedad en el suelo, además de sus efectos negativos desde el punto de vista fitosanitario y de desarrollo excesivo
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de follaje, resulta en cutículas más finas y menos resistente a la tracción y parecen inducir la posibilidad de desordenes fisiológicos como palo negro. Modificaciones drásticas en el aporte de agua de riego durante el periodo de pinta a cosecha provocan situaciones de baya partida generalizada, que comprometen seriamente la producción y rentabilidad del parronal.
Las necesidades de riego de la uva de mesa han de ir marcadas por la Evapotranspiración (ETo) de cada zona y por los coeficientes de cultivo de cada época del año (Kc) y de reducción (Kr), que tienen en cuenta la densidad de plantación y Nºde árboles.
Etc.=ETo x Kc x Kr
CONSIDERACIONES GENERALES DE LA FERTILIZACIÓN EN UVA DE MESA.
Fertilizar en base a demanda del frutal según los distintos estados de desarrollo y con un adecuado balance de nutrientes. Cuidar relaciones Ca/K, Ca/Mg, especialmente en la Zona Central de Chile donde los suelo son alcalinos y las aguas de riego hacen importantes aportes de Calcio. Balance de formas de nitrógeno (nítrico y amoniacal): Ideal relación 50% N-Nítrico y 50% N-Amoniacal en etapa de Brotación hasta poco antes de Floración, y Relación 85% N-Nítrico y 25% N-Amoniacal en etapa desde Cuaja hasta Pinta. Aplicar fuentes de potasio solubles y libres de cloro para riego localizados. Fertilización completa, con macro y micro nutrientes. Parcializar la aplicación de nutrientes de acuerdo a la demanda de la planta.
La absorción del nitrógeno pasa por tres estadios: absorción rápida durante el periodo de brotación y floración, absorción lenta pero constante durante floración y envero, y absorción muy lenta desde el envero hasta la caída de las
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hojas. La vid absorbe el nitrógeno tanto en forma nítrica como amoniacal, siendo el ión amonio el principal responsable del crecimiento de los sarmientos y de las raíces, mientras que el nitrato estimula el crecimiento de los racimos. En cuanto al nitrógeno de reserva las concentraciones de nitrógeno en las parras o plantas varían entre un 0,3% de N en el tronco y 2,3% en raíces finas. Los cargadores y yemas tienen niveles del 0,7 y 0,85 % respectivamente. Es decir, los tejidos más viejos de la parra (tronco) presenta las menores concentraciones de N y los tejidos más jóvenes, las mayores. Las raíces acumulan o reservan el 54% del N de la planta y la parte aérea el 46%.
El fósforo favorece el buen agostamiento de la madera, interviene en el cuajado de la flor y mejora la resistencia a las enfermedades criptogámicas. Las etapas en las que se producen las mayores necesidades de fósforo van desde la brotación hasta la floración. El potasio es el macroelemento más abundante en la composición del tejido de la vid. La demanda de potasio, además de favorecer la producción, es un factor determinante de la calidad de la uva, favoreciendo la acumulación de azúcares. Además el potasio aumenta la resistencia a plagas, enfermedades y condiciones climáticas adversas. Igualmente importante para el desarrollo de la vid es la aplicación de magnesio. El magnesio, componente principal de la molécula de clorofila, interviene directamente en el desarrollo, ya que la clorofila es la responsable de realizar la transformación de los nutrientes absorbidos en materia vegetal. Otros elementos requeridos en menor cantidad pero igualmente importantes son el hierro y el boro. Por tanto, el abonado nitrogenado, el fosfórico y el potásico son básicos, sin olvidar los claves en la fotosíntesis como el magnesio y el hierro. Además de elementos muy necesarios en la floración como el boro. Sin menospreciar al resto de los macroelementos, al abonado con potasio hay que darle una alta importancia desde el principio de la fertirrigación, y no solo por su importancia en el transporte de asimilados, sino por su importancia en el balance hídrico de la planta (regulación estomática). Debe buscarse la
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continuidad en la actividad fotosintética, evitando las situaciones de stress por cierres estomáticos. ABONADO DE FONDO. Tiene como finalidad enriquecer el suelo hasta una cierta profundidad con fósforo, potasio y materias orgánicas, ya que después no se podrán realizar nuevas labores profundas. Se suministran grandes cantidades de estiércol: si es posible, hasta 50-60 toneladas por hectárea. Las dosis sugeridas de P2O5 giran en torno a los 500-600 kilos por hectárea. La dosis de K2O pueden ser muy altas, si se trata de terrenos con una elevada capacidad de retención del potasio, o muy pequeñas, si los terrenos son sueltos: de 200-2000 kg. por hectárea. Todo el terreno a plantar de viña puede ser abonado, si las distancias de plantación son reducidas. Si las distancias son notables, es mejor que el estiércol se dé más localizado. ABONADO DEL VIÑEDO. Cuando se acerca la primavera, se istran los abonos nitrogenados. Normalmente el nitrógeno es absorbido poco a poco, por lo que el estiércol se aplica en invierno. Siguen el nitrógeno ureico, amoniacal y nítrico. Las formas amoniacal y ureica se istran antes que el nitrógeno nítrico, porque son de efecto menos inmediato y se calcula que su efecto durará más tiempo.
El abonado veraniego con productos nitrogenados prolongaría la vegetación y enriquecería el contenido en nitrógeno de los racimos, cosa que no se considera deseable. En los terrenos más ligeros, los abonos nitrogenados se pueden fraccionar en dos o tres veces, hasta la floración.
Los abonos potásicos pueden suministrarse a finales de invierno, pero a menudo se suministra una parte de los mismos más tarde, después de la floración, hasta poco antes del cambio de color de las uvas. También pueden darse en invierno, porque se fijan en el suelo, pero no en terrenos ligeros, donde serían arrastrados por el agua.
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El abonado fosforado es menos necesario. Los síntomas de las principales carencias en la vid son: Nitrógeno: Presenta una coloración verde claro en las hojas, con los pedúnculos en tonos rojos. Suele aparecer esta carencia en primavera, y se localiza en la planta a partir de las hojas basales. La consecuencia es una disminución de la fertilida (nº de racimos y nº de bayas por racimo). Potasio: Esta carencia suele aparecer en junio, sobre todo en las hojas apicales. Éstas se vuelven rojizas y amarillentas. Como consecuencia vamos a tener reducción de las dimensiones de las ayas y retrasos en la maduración.
Magnesio: El tejido foliar que rodea la nerviadura
permanece verde, y entre los nervios aparecen unas tonalidades amarillo-rojizas. Suele aparecer después del cuajado y durante la maduración, sobre todo en las hojas basales. En casos extremos puede haber un secado del raquis y una mala maduración en general. Hierro: Aparece clorosis, excepto los nervios que permanecen por mucho tiempo verdes, y necrosis foliar. La época suele ser en primavera hasta junio, sobre todo en el ápice de los brotes. La consecuencia suele ser una caída de flores y presencia de granos pequeños (reducción de la fertilidad). Los brotes y sarmientos tienen un aspecto raquítico, frondoso por la emisión de muchas hembrillas. Boro: En las hojas aparece un mosaico amarillo o rojo, el limbo granuloso, borde foliar acanalado, deformaciones características y reducción de las dimensiones de las hojas. Suele empezar en las hojas apicales (mayo-junio). Hay una caída general de las flores, presencia de granos pequeños y achatamiento de las bayas.
El estiércol se da en la medida de que se dispone: por lo general, cada dos o tres años en invierno. Renueva las pérdidas de humus en el terreno, sobre todo en terrenos labrados y sueltos.
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Más frecuentemente se usan los abonos simples: para el nitrógeno el sulfato amónico, el nitrato amónico, el nitrato de calcio, teniendo en cuenta que la rapidez de penetración del ión nítrico y amoniacal son diversas, y por tanto, también son diversas la rapidez del efecto y su duración.
Para el potasio, el cloruro o el sulfato potásico; para el fósforo, el superfosfato, o más raramente en terrenos ácidos las llamadas escorias Thomas. La capacidad de las hojas de absorber los elementos minerales puede ser utilizada por el abonado foliar. Los productos utilizados deberán ser fácilmente solubles en agua, y no fitotóxicos. Muchos elementos pueden ser absorbidos por las hojas; el nitrógeno (sobre todo en forma ureica), pero también el fósforo, el potasio, el magnesio, el boro y el hierro bajo ciertas formas. Generalmente se considera suficiente el abonado del terreno. El abonado foliar resulta ventajoso cuando las raíces no están en condiciones de absorber suficientemente, por ejemplo, en climas muy áridos. PARÁSITOS Y ENFERMEDADES. Los hongos pueden anidar en los restos de viejas raíces y dar lugar a infecciones y daños en las jóvenes estacas. En todos los viñedos están presentes también las virosis. El vehículo de transmisión de las virosis a las nuevas estacas lo constituyen las viejas raíces, que pueden permanecer en el terreno perfectamente vivas durante más de un año y una vez muertas dejan residuos dañinos durante bastantes años, especialmente los nematodos (sobre todo el Xiphynema index) que parasitan las raíces. Los nematodos por sí solos ya representan un hecho negativo, porque atacan el aparato radicular de las plantas cuando todavía son jóvenes y poco desarrolladas.
Una buena práctica es la fumigación del terreno. Ésta es obligatoria para las instalaciones de material de propagación, sea la que sea la presencia de nematodos o virosis. Se usan fumigantes de tipo y fórmula diversa (dicloropropano-dicloropropeno o dibromometano), en forma líquida o granular. Algunos tienen sólo acción
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nematicida, otros actúan también sobre las plantas, ante todo matando las viejas raíces de la vid y también como fungicidas.
La eficacia nematicida de los tratamientos no es completa; un pequeño porcentaje de nematodos consigue escapar y se reproduce; no obstante, su número es muy reducido durante los primeros años de desarrollo de la vid. El coste elevado de estos tratamientos y el hecho de que obligan a retrasar la plantación en primavera, y a veces en otoño, hacen que estén poco difundidos. Parásitos como el mildiu o peronospora, se dan infaliblemente. La rapidez de desarrollo de la infección depende de la temperatura, de la humedad y de la virulencia del hongo, los consorcios antimildiu fijan la fecha de los tratamientos en base a una recogida sistemática y a tiempo de estas informaciones. En el caso de la lucha contra la polilla, la recogida de datos consiste en el empleo de trampas de feromonas. Por el número de mariposas capturadas en las trampas
se puede deducir el momento oportuno de la intervención, así como el grado de peligrosidad del parásito. En este caso el objetivo de la información no es sólo fijar el momento de la intervención, sino también intervenir solamente en casos de necesidad. En efecto, son de temer los efectos colaterales o cundarios del tratamiento insecticida. Muchos insecticidas en realidad favorecen la multiplicación de ácaros o cicadélidos, ya sea por la desaparición de sus parásitos y depredadores, ya por la fitotoxicidad que determinaría en las plantas una composición de jugos celulares apta para el parásito (trofobiosis). Estos efectos colaterales son, en muchos casos, de suma importancia, aun en el caso de productos anticriptogámicos. Por ejemplo, la sustitución con productos orgánicos de síntesis de los tradicionales productos de cobre ha determinado una mayor incidencia de la Botrytis cinerea.
Las plagas y enfermedades que más incidencia tienen en la vid son: Peronospora, Oidio, Botrytis Cinerea, Araña Roja, Araña Gallo, Tortrix, Cigarrero y Cigarra.
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Algunos parásitos presentes en el campo, como el mildiu y el oidio, pueden deterirar los racimos; el más peligroso es el moho gris (Botrytis Cinerea), porque puede seguir desarrollándose después, incluso a temperaturas muy bajas, o infectar durante la conservación partidas inicialmente sanas. Parásitos que pueden hacer su aparición durante el periodo de conservación son hongos del género Penicillium (mohos verdeazulados) o Alternaria, Cladosporium y otros (podredumbre negra). En el caso de la podredumbre gris es importante la lucha preventiva; partidas que hayan sido ya atacadas no pueden ser destinadas a una larga conservación. Durante el periodo de mantenimiento el método más eficaz y usado con mayor frecuencia es el anhídrido sulfuroso, suministrado por vía gaseosa o como metabisulfito.
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ENFERMEDADES
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CONCLUSION La uva pertenece al género Vitis de la familia de las Vitáceas, que y es uno de los productos más importantes del mundo. Esta fruta es originaria de Asia (mar Caspio), posee una excelente combinación de energía, minerales, y vitaminas que la convierten en un alimento ideal en cualquier dieta. La uva se caracteriza por ser un fruto con largos racimos compuestos por varios granos redondos o alargados, dulces y muy jugosos. La uva es un fruto con potencial exportador, con un alto crecimiento de demanda (participando en la dieta de Estados Unidos, el primer importador de esta fruta), este crecimiento se debe a que en el Perú algunas zonas de la costa cuentan con el clima adecuado para el cultivo de diversas variedades de vid, las cuales pueden cosecharse durante los periodos de desabastecimiento del hemisferio norte. Particularmente, las condiciones del valle de Ica que permiten aprovechar una ventana importante, ya que su producción sale antes que la de Chile y a un mejor precio. Los productores nacionales deben invertir para que la actual ventaja competitiva, basada hoy de forma fundamental en la posibilidad de exportar en contra estación antes que la uva chilena, sea complementada por otros atributos como el dominio y conocimiento del proceso productivo (óptimos rendimientos), la obtención de calidades adecuadas, el reconocimiento de la uva peruana en el mercado y el liderazgo en costos.
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LINKOGRAFIA http://es.wikipedia.org/wiki/Uva http://www.uapar.edu/proyectouva/todosobre.html http://frutas.consumer.es/documentos/frescas/uva/intro.php http://www.minag.gob.pe/agricola/pro_fru_uva.shtml http://www.laspalmerillas.cajamar.es/TemAgr/Uva/Thompson.htm http://www.cvchile.cl/CAT/catalogo/uva/uva5.htm http://www.sica.gov.ec/agronegocios/Biblioteca/Ing%20Rizzo/perfiles_pr oductos/vid.pdf
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