“Cuento digital sistema digestivo” Pierre silva 9B Biologia
“La Aventura de Lancelot por el Sistema Digestivo” • Había una vez un parásito invisible al ojo humano, una microscópica Giardia llamada Lancelot que vivía en una hoja de lechuga.
• Un día al despertar, el pequeño Lancelot se dio cuenta que su casa lechuga se encontraba presionada entre dos pedazos de pan de hamburguesa, pero ya era demasiado tarde para huir, ya estaba por ser introducida en la cavidad bucal.
• Lancelot gritó y gritó, sin embargo nadie lo escuchó. Una vez adentro de la cavidad bucal, su casa lechuga fue: cortada, desgarrada y triturada por afilados dientes como cuchillos, además fue mojada, y mezclada por líquidos transparentes mientras él observaba empapado de saliva y dando saltos de arriba abajo.
• Cuando ya solo quedaba una pelota inmensa y viscosa, llena de una enzima llamada Ptialina, Lancelot y la bola fueron empujados por un muy largo y elástico tobogán llamado Esófago que llegaba hasta una bolsa muscular rosada llamada Estómago.
• Lancelot muy nervioso se quedó pasmado por la textura del Estómago que exploraba fascinado hasta que observó que los potentes e implacables jugos gástricos transformaban a la pelota en una masa llamada Quimo.
• ¡En ese momento ocurrió una desgracia! Los jugos gástricos desintegraron un costado del pequeño Lancelot quien rápidamente se apresuró a tomar una microscópica migaja de pan para usarla como muleta y de inmediato salió por un huequito, el píloro, en dirección al duodeno.
• Al entrar al duodeno, Lancelot siempre curioso observó la decoración que lo rodeaba. Era un tapizado extraño en las paredes intestinales así que cojeó hasta poder tocarla y se dio cuenta que eran vellosidades intestinales a través de las cuales se absorben las sustancias nutritivas del alimento. ¡Adiós sustancias!
• Lancelot regresó al Quimo al percatarse que la amargada bilis segregada por el hígado y los jugos pancreáticos estaban siendo rocíados para lavar la masa, así que esperó pacientemente flotando sobre su migaja de pan mientras el quimo se transformaba en Quilo.
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Momentos después, Lancelot se encontraba dando miles de vueltas recorriendo en esa larga y curveada autopista llamada intestino delgado hasta llegar al intestino grueso donde como en una exprimidora se extrajeron las sales y el agua de lo que quedaba del Quilo, quedando solamente una mezcla muy fea de desechos, sobras y muchas de sus amigas bacterias a las cuales aprovechó para saludar. Dando una última gran vuelta en tirabuzón llegó por fin al recto, un oasis de paz en el que había que hacer cola para salir, con algunos empujones, por fin de ese cuerpo.
• Y bueno… es otra la historia de cómo el valiente Lancelot se fugó de las alcantarillas años después para volver a comenzar este ciclo y ser, lamentablemente, exterminado por un medicamento antiparásitos que sí pudo acabar con su pequeña y perjudicial existencia para tranquilidad de la mamá de un niño glotón.