Postura Ambientalista Personal_ensayo 5c1u1d

Postura Personal en Torno al Pensamiento Ambientalista A lo largo del tiempo, el hombre ha creado innumerables formas de concebir y entender las cosas a partir de su incansable deseo y curiosidad, las cuales han llegado a incrustarse en la sociedad como corrientes de pensamiento. Esta diversidad filosófica ha marcado a todos y cada uno de los campos y áreas del conocimiento, por lo que las ciencias ambientales no han sido la excepción. Mediante una elección razonablemente evaluada, se pretende elegir una de las creencias ambientalistas como la corriente hegemónica que el hombre debe acoger como suya, por ser la que abarca la mayoría de las necesidades del presente y futuro. Se irán descartando ideologías irrelevantes y/o incoherentes con la situación actual hasta llegar con la opción más óptima. En general, las posturas ambientalistas existentes obedecen a dos grandes escuelas del pensamiento: la Antropocentrista y la Ecocentrista. Mientras una empodera las necesidades del ser humano, la otra tiene como aspecto hegemónico a la naturaleza y las leyes de la ecología; ambos consideran a la naturaleza como externa a la sociedad humana y ésta como una unidad relacionándose en bloque con el medio (Foladori, 2005, p. 109). De los antropocentristas se derivan las corrientes tecnocentristas, tales como: cornucopianos y ambientalistas moderados; así como los antropocentristas críticos: ecodesarrollistas, ecologistas sociales y los Marxistas. Por el otro lado, los ecocentristas se dividen en: ecologistas profundos y ecologistas “verdes”. Tanto del lado Ecocentrista como del Antropocentrista, militan las corrientes

meramente

puristas

y

rígidas.

Las

mismas

llevan

el

fundamentalismo de sus bases científicas al extremo, sacando de contexto los conceptos y haciéndolos ver como algo natural. Dicha desvirtualización y exageración la comparten, tanto, la Ecología Profunda como los Cornucopianos. Los antropocentristas críticas presentan ideas interesantes como la concepción de la sociedad como un ente compuesto de muchas y variadas razas y culturas, cada una con características, historia, costumbres, etc. Lo anterior conlleva a pensar en una sociedad dividida en clases interactuando con su contexto ambiental. Se puede ver que esta visión puede ser más

adecuada, ya que analiza más a fondo es aspecto social y cultural; no como lo hacen los tecnocentristas, que se enfocan en el tema ambiental como un problema estrictamente

técnico.

El

inconveniente

con

estas corrientes

(ecodesarrollistas, ecologistas sociales y los marxistas) es que siguen teniendo como

piedra

angular

el

eje

antropocéntrico.

Por

lo

tanto,

aunque

superficialmente busquen soluciones adecuadas para todas las partes, siempre existirá la incertidumbre de la existencia de intereses personales de por medio detrás de cualquier de política ambiental. La cuestión queda entre ambientalistas moderados y ecologistas verdes. Los primeros no discuten de la presencia de un desequilibrio ecológico debido a la acción humana por medio del excesivo consumo y producción (el capitalismo), sino que examinan maneras de alcanzar niveles razonables de contaminación a través de correcciones técnicas en los procesos productivos (Foladori, 2005, p. 107). A pesar de que sus preceptos son aplicados por la mayoría de los gobiernos del mundo y que pareciera ser compatible con la tendencia de ecología verde, sigue pesando el hecho de que sea parte de la filosofía Antropocentrista. Por tanto, debido a la anterior argumentación de un servidor, la corriente de pensamiento ambientalista que mejor se adapta y lleva en esencia los principios, soluciones y mecanismos de defensa y ataque es la Ecología Verde. Es bien conocido por nosotros que las discusiones bajo el tema central de medio ambiente nunca serán fáciles de abordar para llegar a un común acuerdo. La bastedad de mecanismos que la mente humana utiliza para crear y evaluar conceptualizaciones y modelos teóricos es, sumamente, fascinante e incomparable. Por esta razón, para afrontar estos tópicos será necesario un pensamiento multidisciplinario como consecuencia de la gestación de procesos complejos diversos. Es decir, se requiere de la cosmovisión completa de nuestro entorno, la cual, desgraciadamente, incluye tener presente la posible aparición de “mano invisible” (Smith & Rodríguez Braun, 2004) haciendo de las suyas. Referencias Bibliográficas

Foladori, G. (2005). Capítulo 3: Una tipología del pensamiento ambientalista. En ¿Sustentabilidad?: desacuerdos sobre el desarrollo sustentable (1. ed, pp. 83–136). México, D.F: Cámara de Diputados, LIX Legislatura, Estados Unidos Mexicanos : Universidad Autónoma de Zacatecas : M.A. Porrúa. Smith, A., & Rodríguez Braun, C. (2004). La teoría de los sentimientos morales. Madrid: Alianza Editorial.