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“Éxtasis de Santa Cecilia” Rafael Sanzio

Ficha técnica Título: “Éxtasis de San Cecilia” Autor: Rafael Sanzio (1483-1520) Año: 1514-15 Ubicación: Pinacoteca Nacional, Bolonia, Italia. Dimensiones: 238 cm x 150 cm Estilo: Renacimiento Italiano Técnica: Óleo sobre lienzo Dirección web/ http://www.pinacotecabologna.beniculturali.it/ Referencia ARTEHISTORIA: http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/6947.htm

Contexto El “Éxtasis de Santa Cecilia”, patrona de la música, es una pintura al óleo realizada por el pintor renacentista italiano Rafael Sanzio en 1515; para la capilla familiar dedicada a la santa, de Elena Dugliolo, en la iglesia de San Giovanni in Monte de Bolonia. La creación de ésta pintura corresponde al contexto del Alto Renacimiento italiano; periodo de la historia europea, que comenzó a mediados del siglo XV y se caracterizó por el vivo entusiasmo que se despertó en Occidente por el estudio e imitación de la antigüedad clásica, griega y romana; se caracterizó por la renovación de las doctrinas antiguas. El Renacimiento comenzó a manifestarse en Italia a fines de la Edad Media, y no tardó en extenderse por España y Francia, teniendo su mayor apogeo en el siglo XVI. La crisis valórica iniciada a mediados del siglo XIV en Europa, dio origen a una nueva forma de concebir la realidad; es en el Renacimiento donde se abandona la visión de mundo teocentrista para que, en contraposición a ella, comience a imperar una visión de mundo antropocentrista, y por ende humanista. En este periodo se rompe con los esquemas teocentristas medievales, surgiendo así un interés del hombre por viajar y expandir culturalmente a Europa; hecho marcado por los viajes portugueses y el descubrimiento de América por los españoles. Añadiendo a esto la decadencia de la cristiandad y el surgimiento de la reforma protestante, más la introducción de la imprenta (1460-1480). Pero sin duda, otro de los principales y determinantes motores del cambio social y cultural, fue el desarrollo económico europeo con las primeras conjeturas del capitalismo mercantil. A Florencia (Italia) corresponde la iniciativa de este gran movimiento espiritual; donde no sólo las Bellas Artes, sino también las Bellas Letras participaron de este movimiento artístico. “Enamorados de los espíritus selectos de la simplicidad antigua, fueron los florentinos los que descubrieron la belleza de los órdenes antiguos y los que primero los introdujeron en sus creaciones”.1 Fue Brunelleschi quien con la terminación de la catedral de Florencia, inició la arquitectura del Renacimiento; cuya renovación alcanzó luego a la pintura, literatura, filosofía y ciencia dando ocasión a que Europa pasara por uno de los periodos más brillantes de su cultura. El arte Renacentista se desarrolla en tres etapas, siendo la primera de ellas el Quattrocento o renacimiento temprano (xv s.) desarrollado en Florencia. El Cinquecento como sucesor, se caracteriza por ser el apogeo del arte del renacimiento, con su capital Roma; en este periodo nacen grandes figuras de la época. Y como tercera etapa y última el Manierismo, que es el periodo del arte europeo que transcurre desde el 1530 al 1590, entre el Renacimiento y el Barroco. Se caracteriza por el rechazo al clasicismo y a la rigidez de sus normas; la utilización libre de las formas, llegando incluso a deformar la realidad. Aborda temas eróticos y cortesanos, utiliza colores muy claros o muy vivos. Es un arte teatral, lujoso, frívolo y sensual. Mientras en Italia se desarrollaba en Renacimiento, en el resto de Europa se mantiene el Gótico exceptuando casos concretos, hasta comienzos del siglo XVI.

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Diccionario Enciclopédico Ilustrado Sopena, tomo 4, editorial Ramón Sopena, S. A. Provenza, 95 –

Barcelona

El arte Renacentista se caracteriza por ser un arte naturalista, imitando a la naturaleza, tomando lo más bello de ésta e idealizarla. Posee un amor por la belleza idealizada fundamentada por rescatar de la antigüedad la proporción numérica y la armonía matemática; siendo muy importante la perspectiva, para representar racionalmente el espacio con el fin de construir la realidad del entorno natural, representación que es tridimensional e ilusionista. Hay una concepción de la proporción, perspectiva, aspectos lineales y geométricos, simetría, antropocentría (las composiciones se realizan a la medida del hombre, siendo éste una referencia de la construcción artística). Principales exponentes renacentistas son Petrarca, Boccaccio, Pico de Mirándola en la literatura; Brunelleschi en la arquitectura. Miguel Ángel en la pintura, arquitectura y escultura. Ghilberti, Jacopo della Quercia, Frangélico, Renozzo Gozzoli, Gentili Bellini, Paolo Uccello, Signorelli, Leonardo de Vinci, Botticelli, Rafael, Tiziano, Veronés, Tintoretto y Donatello como genios más notables de la época.

Niveles de interpretación propuestos por Panofksky Primer nivel: Contenido temático, natural o primario Pre-iconográfico En la obra, presuntamente ambientada en un espacio exterior, se observan cuatro figuras antropomorfas en su centro (1 y 2), otras 6 figuras, esta vez aladas, en la parte superior (3); una serie de elementos de diversas formas en la zona inferior (4) y un ambiente en el sector del fondo de la imagen (5). Ésta se presume, abarca contenido divino religioso. (1) La figura antropomorfa situada en el centro de la composición, con claros atributos femeninos se encuentra de forma vertical, con posición de quiebre de cadera, con cabeza y mirada dirigida en superior dirección; posee en sus manos un elemento de brillante color. Ésta lleva indumentaria fina y holgada donde priman colores marrones suaves y pasteles. Existencia de sombras. Luces presentes que provienen desde lo alto. Otras cuatro figuras antropomorfas, en posición vertical, están presentes en el centro de la imagen (2) éstas acompañan y rodean la figura principal pareciendo interactuar entre si; por lo que se les adjudica un rol fundamental en la intención comunicativa de la obra. Las cuatro anteriores figuras al igual que la del centro, llevan holgadas y sutiles vestiduras. A demás de esto, portan en sus manos diversos elementos con formas de listones y báculos; otro elemento de menor tamaño, cilíndrico, aparece sujeto por una de las figuras. Respecto a su posición corporal cada una de ellas según sea su intención, mantiene diferentes gestos o posturas. Luces y sombras presentes. Seis seres alados aparecen en la parte superior (3), son de menor dimensión y parecen estar interactuando entre ellos llevando a cabo diferentes acciones; generan un ambiente de agradable armonía. Dos de ellos sostienen en sus manos elementos volumétricos. Éstos parecieran salir del contexto del fondo de la imagen, haciendo evidentes quiebres respecto a los colores y tonalidades que los rodean, produciendo así un mayor contraste. A pesar de contener en ellos la mayor cantidad de luz; debido a su tamaño y ubicación, pasan a un segundo plano dentro de la composición, composición a la que nuestra atención dirigimos al centro. (4) Con una menor luminosidad en la parte inferior de la imagen, en direcciones diagonales, aparecen diferentes objetos; similares en color, matices y tonalidades. (5) En el fondo de la imagen, formado por dos planos, priman los colores azul y tierra, éstos evocan un ambiente exterior. Posee grandes contrastes tonales.

Segundo nivel: Contenido secundario o convencional Iconográfico “La iconografía de Santa Cecilia, está muy distante a la relación existente entre lo que fue la vida de la santa, y ser patrona de la música. Es en el siglo XV es cuando se le vincula a lo musical; razón de esto, una errónea transcripción del texto de la pasión en la Liturgia en la santa; donde realmente Cecilia no podía oír el sonido del órgano en su matrimonio debido a que sólo le imploraba a Dios el deseo de mantener su virginidad. Al transcribir lo anterior, fue confundido con la tripe repetición de “canticus organis” haciendo relación entre los instrumentos musicales y el patronato. Desde entonces músicos, poetas y cantantes se ponen bajo su protección”. La figura femenina del número (1) que está ubicada en el centro de la obra, de pie (vertical), podemos inferir que se trata de “Santa Cecilia” patrona de la música, gracias a su ubicación soberana dentro de la composición de la obra; agregando la relación y semejanza con el relato de Santa Cecilia de Roma. Éste personaje usa un manto o túnica propio de las doncellas Romanas de la época. Santa Cecilia viste en su cintura un cordón de nudo llano, el que alude a la elección de la santa por vivir en castidad. Éste cinturón es un símbolo renacentista tradicional de la castidad. Desde el Renacimiento, la corona de flores era el único elemento de ornamentación con el que se representaba a Cecilia; ya que según cuenta el relato, la santa recibió de las manos del ángel del Señor, una corona de azucenas. Pero es a partir del siglo XIV cuando se le comienza a representar con instrumentos musicales. Es así, que en el “Éxtasis de Santa Cecilia” de Rafael, que la santa sostiene en sus manos un órgano. Cecilia, con aire divino-espiritual, es el único personaje de la imagen quien dirige su mirada hacia lo alto. Lo anterior, y teniendo como referencia el relato, se debe a que la santa, al momento de marchar a la casa de su prometido, es acompañada del sonido de instrumentos musicales; hecho contrario, en la obra el artista hace especial hincapié en representar lo casto y divino por lo que Santa Cecilia alza su cabeza para oír el canto celestial que proviene sólo y directamente del coro de los ángeles, y no así de la música profana y terrenal (4).

Elementos figurativos suelen dominar las pinturas de Rafael; por lo que la presencia de instrumentos musicales en la imagen (4) cumple la función de hacer representativa a Cecilia como patrona de la música. De izquierda a derecha: triángulo, pandero, claves, violín y un segundo pandero

Rafael, a través de estas cuatro figuras humanas (2) que acompañan a Santa Cecilia, decidió dar a su obra forma de “Sacra converzacione”, que es un género pictórico muy habitual dentro de la pintura religiosa en el periodo del Renacimiento. Conversación que se caracteriza por la representación de la virgen con el niño, rodeada así de algunos santos quienes mantienen una postura corporal hasta cierto punto “relajada”. A pesar de que se utilice el término “converzacione”, los personajes no mantienen diálogo verbal entre sí, manteniendo en cambio una actitud más bien silenciosa. Todos los personajes se encuentran gozando de la gloria. Los personajes que circundan a Cecilia son santos que pueden ser reconocidos por sus atributos iconográficos. De izquierda a derecha. Encontramos a San Pablo de Tarso, apóstol por excelencia, “apóstol de los gentiles”. Judío con ciudadanía romana quién participó de las persecuciones contra los cristianos, quien luego de presenciar la aparición de Jesús se convirtió al cristianismo. Pasó a ser un ferviente propagandista de la religión. Éste viste túnica o manto rojo propio de los apóstoles, es comúnmente representado de edad madura con barba color negro. Lleva en sus manos un papel o carta relacionado a sus escritos, y su principal atributo es la espada, símbolo de la inocencia y martirio recibido en su decapitación, práctica propia de los romanos. Junto a Pablo de Tarso encontramos a San Juan Evangelista, patrono de la iglesia, quien mantiene o visual con San Agustín. Se le representa a éste con el símbolo del águila llamada también “águila de San Juan”. Según las Sagradas escrituras hay cuatro autores de los evangelios: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan; quienes son comúnmente representados en forma de “tetramorfos”, que es la representación de los cuatro evangelistas con sus símbolos en la iconografía románica medieval. Se dice que tiene cuatro formas cristalográficas diferentes: cabeza de hombre, alas de águila, pies delanteros de león y patas traseras de toro. El hombre es asociado con Mateo, el león con San Marcos, el toro con San Lucas y finalmente el águila, con la figura de San Juan. La representación de Juan con el águila se debe a que su evangelio es el más abstracto y teológico de los cuatro, y por tanto, el que se eleva por sobre los demás. En el lado derecho, según la visión del lector; se encuentra María Magdalena único personaje, quien como una invitación a ser parte de la experiencia del éxtasis, fija su mirada hacia el espectador. La figura de María Magdalena es mencionada tanto en el nuevo testamento como en varios evangelios apócrifos. Es considerada santa por la Iglesia Católica Romana y ortodoxa.

Ésta afirma en sus manos el vaso de alabastro con el que es identificada en su iconografía, portador del perfume de nardos o del aceite sagrado con el que es ungido al Elegido o Cristo. Magdalena Representa, al igual que San Agustín, la pureza recuperada a través de la expiación después de una aberración pecaminosa. Por último, en el fondo derecho de la imagen (4) San Agustín de Hipona, obispo y doctor de la iglesia, quién aparece en la obra sosteniendo un báculo. No tan notorio es en la obra su mano sosteniendo su corazón ardiente de amor por Dios, propio de la iconografía de San Agustín. Sostiene también el báculo pastoral de los obispos santos. No lleva puesta mitra.  Los cuatro Santos, más Santa Cecilia; no se adoran entre sí, simplemente realizan el acto de “adorar”.

Los 6 ángeles de la imagen (4) aparecen de un agujero en las nubes. Éstos sostienen en sus manos libros con partituras musicales, formando un coro de ángeles celestial, relacionados con las devociones de Santa Cecilia y también con el ángel salvador del relato.

Tercer nivel: Significado intrínseco o contenido Iconológico El “Éxtasis de Santa Cecilia” es una obra realizada por el artista Rafael Sanzio en 1515, el que corresponde al periodo del alto Renacimiento italiano. El renacimiento es un movimiento de revitalización cultural que se originó en Europa Occidental entre los siglos XV y XVI; que irando la cultura grecorromana, da vida a un renacer a los antiguos ideales clásicos. Italia durante el siglo XV no era un estado unificado, por lo que rivalidades políticas ocasionaron una fragmentación de Italia; construyéndose así repúblicas, principados y ciudades-estado, las que ejercieron dominio e influencia sobre territorios circundantes. Éstos estaban sometidos al poder de los gobiernos autoritarios y aristocráticos, los que pugnaban en lo político, comercial e incluso lo artístico. Las ciudades de Europa, eran ricas y prósperas en cuanto a economía, ya que se vieron favorecidas por la apertura de nuevas rutas de comercio las que se mantuvieron en auge a lo largo de todo el Renacimiento. En esta época surgió una nueva clase burguesa constituida por mercaderes enriquecidos con el comercio a larga distancia. De esta manera la consolidada clase burguesa de la Baja edad Media se convirtió en una clase cortesana, refinada, culta y de gustos exquisitos que llenó sus palacios con las obras de los reconocidos artistas italianos. Familias de los gobernantes como los Medicis en Florencia, fueron le prototipo de los nuevos mecenas del arte. Elena Duglioli Dall ‘Oglio , patricia devota de Santa Cecilia, quien tenía una cierta mística emparentada con la figura de la santa, fue quien encargó a Rafael el retablo inspirada en ésta en 1514, para su capilla familiar ubicada en la iglesia de San Giovanni in Monte Uliveto de Bolonia. El cuadro es perteneciente al género denominado “sacra converzacione”, el que ubica a varios santos reconocidos por sus características icográficas propias de cada leyenda, rodeando a la figura principal de la composición que es “Santa Cecilia patrona de la música” virgen y mártir romana. Ésta se ubica en el centro de la imagen; a sus pies, una serie de instrumentos musicales yacen abandonados. Santa Cecilia mira el cielo, donde entre las nubes, aparece un coro de ángeles. A su alrededor se encuentra pensativo San Pablo de Tarso, San Juan Evangelista en una conexión visual con San Agustín, y finalmente Santa María Magdalena; la santa es el único personaje de la obra quien mantiene su vista hacia el exterior del cuadro, invitando así al espectador a hacerse partícipe y relacionarse con esta “visión de éxtasis ultraterrenal”. Es la santa quien con los ojos elevados hacia la “apertura de la gloria” conforma un el momento del éxtasis de la visión celestial. Rafael no representa en su obra a la divinidad propiamente tal, sino que es sugerida a través del coro de ángeles. Como lo evidenciamos, en el Renacimiento muy recurrente eran los temas religiosos en las obras artísticas; así la incorporación de temas paganos como también el paisaje. Ejemplificando con esto la obra de Rafael quien que aborda aquellas características. El arte renacentista tiene como temas centrales el dominio de la perspectiva lineal, que busca el equilibrio dentro de la composición representando perspectivas, geometría e ilusión de profundidad; el naturalismo, volviéndose recurrente la iración por los paisajes como modelo de sabiduría; temas religiosos y también paganos; el idealismo y racionalismo, con relaciones volumétricas exactas en proporción y orden; el realismo, que con ayuda del estudio de la anatomía humana se lograron representar expresiones, gestos

Y movimiento; y la antropocentría, donde plasman en el arte al hombre como centro de todas las cosas. El “Éxtasis de Santa Cecilia” de Rafael, posee todos estos rasgos clásicos que se pretendían aplicar al arte del renacimiento. En el cuadro, Sanzio expone la narrativa propia de sus obras relatando historias o sucesos reales o ficticios sacados de la religión, mitología o historia. Las obras de éste representan su pasión por el clasicismo griego. Rafael Sanzio (1483-1520) poseedor de impresionantes habilidades como pintor y además dibujante es, junto a Miguel Ángel y Da Vinci, como uno de los artistas más grandes de Renacimiento.

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